— ¿Quieres un cupcake?

— ¿Cual es el truco?

— Están deliciosos~ —Ryoken ignoró la pregunta de su amigo y dejo uno de los tantos pastelitos de verdoso color, con una adorable figurita de mazapán con forma de axolote, que tenía en una bandeja en el pupitre de Yusaku—, son de té matcha con un relleno de chocolate blanco y decorados con mazapán.

— ¿Que veneno tienen?

— Los hice con mis hermanas, al parecer Kyoko se inscribió en clases de repostería, pero fueron demasiados así que traje bastantes para compartir con todos.

— ¿Tienen cianuro, arsénico o que diablos? —Yusaku seguía observando totalmente aterrado el cupcake que tenía enfrente, Ryoken parecía tan feliz aun con la bandeja en sus manos— Adorado axolote mío, dime que diablos tienen estas cosas.

Varios alumnos se acercaron curiosos al ver a Kogami Ryoken con la bandeja llena de cupcakes, el omega albino les ofreció uno a cada de sus compañeros con una alegre y encantadora sonrisa.

Todos tomaron uno de esos cupcakes, todos los comieron en ese mismo momento… todos excepto Yusaku que agradeció tanto conocer a Ryoken como la palma de su mano.

Porque fue el único, junto a su amigo de ojos estelar, que no enfermo de gravedad por una intoxicación alimentaria causada por un misterioso virus en su clase.