XV

Picaba con desgano la ensalada que tenía enfrente, sabía que debía mejorar su dieta por el bien de su hijo nonato… aunque eso significaba que estuviera de pésimo humor por la cara de Yusaku.

— ¿Que?

— Estás comiendo vegetales…

— Sí… —El alfa dejó la lata de café en la mesa— ¿Y?

— Que aún es otoño…

— ¿Y…?

— Que es otoño —Yusaku volvió a recalcar su punto— y en otoño tu te atragantas de castañas o tsukimi-dango.

— ¿Que estas insinuando… cariño…?

— Que engordas unos dos o tres kilos en otoño por comer tantos dulces y castañas de la época.

El ambiente se puso tan pesado en la cafetería del lugar que, hasta el encargado se había ocultado ante cualquier reacción de su jefe y el esposo de este. Ryoken dejó el tenedor en el plato de plástico, un leve temblor se mostró en su ojo derecho al tiempo que comenzaba a respirar con fuerza.

— Comúnmente me da igual, ya que lo bajas a finales de invierno y principios de primavera, por eso me extraña tanto… ¿Acaso estás a die-?

— ¡¡Vete bien al carajo Fujiki!!

Al final su adorable esposo omega lo golpeó con el plato, aún con la ensalada, llegando incluso a atravesarle la cabeza y dejárselo como una especie de collarín.

Tal vez ahora sí lo había hecho enojar…

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