VIII

— ¿Cuando nos darán un nieto?

— ¿Cuando dejarán de joder con lo mismo?

— Cuando nos des un nieto, Yusaku.

El omega sólo dio un sorbo de su té mientras su esposo se enfrascaba en la misma discusión de siempre con sus padres y suegros. La verdad no andaba de ánimos de mandar a medio mundo al diablo, por alguna razón llevaba con unos colicos horribles desde hace unos días…

— Ryoken… cariño… —El albino enfocó su vista en su madre— Ya tu y Yusaku están bien establecidos económica y profesionalmente… ¿No creen que es hora de agrandar un poco la familia?

— Kogami-san, con todo respeto, Ryoken y yo…

— Yusaku, tú ya opinaste, deja que tu esposo lo haga.

Casi a la lejanía escucho a su suegro, Fujiki Ai, hablar, la verdad es que jugar con algunas de las hojas de su propio té en la taza le era más interesante que participar en la conversación.

— ¿Ryoken?

— ¿Ah?

— ¿No crees que es momento de tener hijos? El tiempo avanza… y nosotros nos hacemos más viejos, no más jóvenes —El omega alzó con desinterés los hombros, realmente no le interesaba la opinión de sus padres—. Esa no es una respuesta.

— Es mejor a decirte que puede ser, pero que te aseguró que ayer y hoy no quede ni quedare encinta.

— ¿Que te hace asegurarlo?

— Porque esos ya me los trague, anoche y esta mañana

El albino respondió con claro desinterés mientras que Yusaku se sobresaltó al igual que los demás, a veces su amado esposo era demasiado inapropiado.

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