Yusaku observaba curioso a la niña de cabello azul con mechones rojos que estaba dibujando en el piso, debajo del escritorio de su compañero y amigo, Homura Takeru.

— Fujiki-san, ¿podria ayudarme con unos códi-...? ¿Y esa niña?

— No lo se, Takeru la trajo durante la hora del almuerzo.

Y como si fuera magia, otros empleados también comenzaron a acercarse curiosos para ver a la pequeña infante que seguía dibujando ignorando todo a su alrededor, algunos murmuraban lo adorable que era y otros comentaban de dónde había salido; se notaba lo concentrada que estaba porque algunos intentaban hablarle y está ni siquiera volteaba a verlos.

— ¿Que… que están haciendo…? —Todos voltearon a ver al omega de lentes, que además iba acompañado del asistente del diablo que era su jefe.

Inmediatamente los curiosos metiches se escaparon casi de inmediato al ver a Spectre aparecer, no querían un llamado de atención por estar sacando la vuelta en vez de trabajar. Takeru alzó una ceja confundido antes de despedirse del alfa y caminar a su puesto, la niña alzó la vista un segundo y después la devolvió a su cuaderno.

— Homura-kun… —El mencionado volteó a ver al beta de cabellos turquesa que aún lucía confundido— No te ofendas, por la pregunta… pero, ¿y esa niña?

— ¿Ah? —Takeru observó por un segundo bajo su escritorio a la niña, antes de volver a fijar su vista en el computador— Es mi hija, me quedé sin guardería, por tecnicismos, y no tuve tiempo de llevarla con mis padres.

— No creo que a Fujiki-san le vaya a gustar a saber que-.

— Ryoken ya lo sabe —Yusaku se levantó de su propio asiento—, ya estuvo por aquí y le dio exactamente lo mismo.

— ¿En serio?

— Sí, ahora, ¿no querías que te ayudará con algo, Anderssen?

— ¡Es cierto!

El beta guió a su compañero hasta su puesto mientras le explicaba su problema, Takeru agradeció internamente la ayuda de su amigo.