Capítulo 30: Un nuevo paso
Los días pasaron rápido. Y se dieron cuenta de ello cuando iban en dirección a uno de los mejores restaurantes de toda corea, iban a celebrar sus 100 días juntos. Para ser exactos este se cumpliría el 1 de enero, pero debido a la graduación de su secundaria, la cual caí el mismo día, decidieron celebrar su aniversario un día antes para así tener más tiempo juntos. Ambos vestían una ropa abrigada, pues el invierno aún no había cesado. Namjoon llevaba un cuello de tortuga color negro con un saco de tela del mismo tono, en la parte inferior contaba con pantalones negros de vestir y unas elegantes zapatillas.
Seokjin vestía un cuello de tortuga color crema, con unos pantalones blancos talle alto apresando su linda cinturita. Su piel pálida contrataba con lo hermosos tonos que vestían. Al igual que su cabello castaño de un tono similar al caramelo el cual hacía lucir sus lindos ojitos y sus hermosos labios rosa. Ambos se guiaban a la mesa con ayuda del encargado, manteniendo sus manos entrelazadas. Se podía observar en sus respectivas muñecas los relojes a pareja que habían sido brindados por el mayor en su cumpleaños pasado.
Una vez llegando a la mesa se sentaron lado a lado. Sin darse cuenta posó su mano sobre el muslo del peligris. Estaba ligeramente nervioso, incluso el mayor pudo sentir su nerviosismo.
-Que pasa jinnie, no te gusta el lugar?
-No, nam, es muy bonito...- contestó liberando sus labios.
-¿Ocurre algo?- preguntó luego de sentir como no había finalizado su oración.
-Hay muchos alfas... Y me están viendo raro. Creo que es por que pronto llegará mi celo...- comentó con nerviosismo mientras se apegaba más al alfa. Un suspiro salió de entre sus labios y maldijo internamente.
Por supuesto que él no lo había notado...
-Ven mi cielo, te marcaré con mi aroma- mencionó abriendo sus brazos para darle espacio entre estos. Rápidamente sintió como este se hundía con cariño entre su cuello y empezaba a ronronear gustosamente, empezó a liberar sus feromonas marcándolo, y a su paso el delicioso aroma a whisky y madera se coló por todo el restaurante.
Dando finalizado el abrazo, asegurándose que nadie lo viera, dio una tímida lamidita al cuello del alfa marcándolo de igual manera, rápidamente observando cómo este iba tomando un pequeño rubor sobre sus mofletes, mientras sus ojitos se formaban medias lunas y cortaba la distancia para depositar un besito en su frente.
Seokjin estaba tan inmerso que nisiquiera viró a su alrededor para mirar si seguía siendo observado de aquella manera. Al contrario había prestado toda su atención al mayor mientras era llenado por besitos sobre todo su rostro.
Fue por eso el que no se dio cuenta cómo todos los alfas que se habían mantenido observándolo bajaron sus orejas humillados.
Si, definitivamente solo eso bastó para que pudieran seguir su velada en tranquilidad.
Después de degustar sus platillos favoritos llegó el delicioso postre, ambos disfrutaron de un rico brownie con una bolita de helado de vainilla y pequeñas porciones de fresas en su interior.
La música de fondo daba un aspecto cálido al lugar. Las luces yacían a la iluminación perfecta, sin llegar a ser muy chillona o muy apagada. Y la hermosa vista del rio han se podía observar desde sus propios asientos. El propósito de Namjoon era el que Seokjin observara tal obra de arte como lo era tal rio sobre todo en el atardecer, el sol descendía tocando con cariño las aguas para después desaparecer a su paso entre ellas. Y Seokjin...él se mantenía observando tal obra de arte... Tal obra de arte la cual era su alfa, quien inclinaba sutilmente su cara hacia un lado para reconocer aunque sea un poco de la hermosa melodía de piano que se escuchaba al fondo, su cabello grisáceo peinado ordenadamente haciendo relucir su tono tan peculiar, y sus lindos ojos los cuales tenían un color similar a este hacía contraste con toda su vestidura.
Sin duda era de las cosas más hermosas que había podido apreciar Seokjin.
Inclinándose sobre su asiento deposito un tierno besito sobre su mejilla, haciéndolo girar hacia su dirección, brindándole una divertida sonrisa en donde mostraba sus lindos hoyuelos.
Notó como con nerviosismo este sacó de su bolsa interna una pequeña cajita azul marino, preciosa, la textura de la tela era similar a la seda, pero esta era más resistente. Armándose de valor la puso en la superficie de la mesa mientras buscaba con su otra mano la del castaño, tomándola con delicadeza para asegurarse que tenía su atención.
Y al sentir tal tacto sus lindos ojitos se iluminaron mostrándose como si se tratara de una linda noche estrellada, los ojitos color caramelo que parecían brillar al observar las acciones del alfa.
-Jinnie- Llamó -Hoy cumplimos cien días- informó con cariño mientras pasaba con delicadeza su mano contra la cálida mejilla del menor. Seguidamente abriendo la pequeña cajita dejando lucir 2 anillos a juego. Dos preciosos anillos de oro, ambos exactamente iguales de no ser por el que contaba con pequeños pero notables diamantes. Tomó la argolla con cuidado para asegurar de colocársela adecuadamente en su dedo anular, insertándolo con delicadeza hasta que estuvo en el lugar correspondiente.
-Mi lindo omega, feliz aniversario- mencionó finalizando dando un beso en su mejilla para después pasarle un sobre decorado.
-Namie...- murmuró con pena, sus mejillas estaban furiosamente sonrojadas por la timidez que adquiría atrayendo hacia su cuerpo la carta que le fue entregada, para ahora el ser quien cortara la distancia brindándole un cariñoso beso en sus labios, tomando la cajita en donde venían los anillos para ahora ser este quien se lo colocaba al mayor.
-Feliz aniversario mi alfa- comentó en un tono cariñoso que podía pasar por un ronroneo.
-Abre la carta, tengo otro regalo para ti.
Siguiendo el pedido del alfa abrió con delicadeza el costado del sobre, al instante unas 5 fotografías de un apartamento se mostraron sobre la mesa, hurgando más a fondo se encontró con lo que parecía ser una tarjeta de identificación y de ingreso. Inclinó su rostro en confusión sin entender muy bien su cometido.
-Jinnie, yo... Compré un apartamento- colocó su mano sobre la contraria para así tomar esta en una caricia reconfortante -Es para nosotros, será nuestro apartamento si deseas acompañarme.
No entendía lo que pasaba, su corazón había empezado a latir muy rápido al encontrarse con esas fotografías, por un momento pensó el que su alfa había tomado la decisión de estudiar en otra universidad, lo cual significaría mudarse de ciudad o incluso de país. Pero en vez de descender su presión arterial está pareció alterarse aún más por tales palabras, incluso se animaba a apostar el que su adrenalina se había disparado de igual manera, pues sentía el como una corriente eléctrica descendía desde su espina dorsal y parecía perderse hasta sus dedos creando que un cosquilleo extraño se posara en su vientre.
-Vivir juntos?- inquirió con duda, quizás su subconsciente le estaba jugando una mala pasada y había imaginado a su alfa decir dichas palabras.
Vivir junto a su alfa...
Observar sus pertenencias juntas, cocinar juntos, dormir abrazados y despertar aún juntos, ayudarse con sus tareas de la universidad y contar con privacidad, y lo que más le gustaba sin duda es el que sería uno de los primeros pasos antes de formar una familia.
-Si quiero.
Nuevo capítulo, espero les guste!
No tengo mucho que decir pero pronto se harán algunos cambios. 🫶🏻
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