Capitulo 2
Narrado por JungKook
Conforme pasaban los años, noté una evolución significativa en mi personalidad y en la forma en que veía el mundo. Mi relación con Taehyung desempeñó un papel esencial en mi crecimiento. Tal vez fue su sonrisa bonita, sus ojitos bonitos, su lunarcitos o tal vez su risa... quiero decir *tose* Voy a aclarar que Taehyung se enamoró primero, pero continuando, yo empecé a cuestionarlo todo.
Los alfas puros habían sido criados para ser duros, arrogantes, sin temor. Antiguamente habían sido guerreros y asesinos despiadados, pues habían defendido a la manada, por lo cual eran respetados. La razón por la cual solo deben emparejarse entre alfas, era para que la descendencia fuera fuerte.
Los lobos eran enormes, más robustos y con los colmillos mucho más afilados. Pero sobre todo, no tenían buen temperamento y eran intolerantes a los omegas.
Sin embargo, algo estaba mal conmigo.
Lo supe ese día, cuando una omega se declaró frente a mis amigos y estos comenzaron a burlarse, me encontré en una encrucijada emocional. El rostro de TaeHyung apareció en mi mente, y pude imaginar el dolor de ser rechazado de esa manera, me disculpé apresuradamente y me alejé de la situación. Corrí en busca de una vía de escape, sintiendo un nudo en el estómago y un conflicto interno.
En la tarde, después de mi entrenamiento de fútbol, encontré a Taehyung esperándome como de costumbre. Sin embargo, algo era diferente; estaba excepcionalmente callado, y su habitual chispa y charla parecían apagadas.
-¿Qué pasó?¿De nuevo dijeron algo sobre tu comida?
TaeHyung negó con la cabeza, pero el silencio persistió. Sintiendo una molestia creciente.
- Si fue ella de nuevo, haré que la despidan.
Sin embargo, Taehyung seguía distante. Fue entonces cuando lo encaré y él finalmente me miró.
Confesó que sabía que una omega se me había declarado y que le habían dicho que era hermosa. Inmediatamente, se me cruzaron mil pensamientos, pero antes de que pudiera decir algo, Taehyung explicó que no estaba celoso, aunque le hubiera gustado ser el primero en declararse.
Suspiré, comprendiendo la situación. — De todas maneras, no serías el primero en decirlo — sonreí —. Hubieron muchas omegas que hicieron lo mismo antes, pero no tengo interés. No porque no me gusten las omegas, pero realmente no me gustan así, tan silenciosas. Prefiero a alguien que hable y hable, que no deje de hablar. El silencio me molesta.
TaeHyung sonrió ante mi comentario, lanzándose con entusiasmo a su parloteo como de costumbre — ¿Oh, en verdad? ¿Qué tan habladores te gustan? ¿Has oído hablar de las cotorras? Yo tenía una, le enseñé muchas palabras. ¿Puedes creerlo? También bailaba. Era verde y se llamaba... — El omega continuó con su charla animada mientras yo solo sonreía, encantado por su entusiasmo, dejando que se enroscara en mi brazo y siguiera compartiendo sus historias.
Luego de eso, uno de los cambios más notables en mí fue la forma en que ya no toleraba las burlas de mis amigos alfas hacia los omegas. Antes, solía unirme a sus bromas, pero a medida que me alejaba, empecé a defender a los omegas, incluyendo a TaeHyung.
Cuando llegó el verano en esa misma temporada, en la escuela nos llevaron a un lugar campestre con una piscina encantadora. Los alfas, luciendo sus atuendos más masculinos, destacaban por su corpulencia, mientras que los omegas, con su esencia delicada, mostraban sus encantos angelicales.
En medio de este paisaje, Taehyung se presentó vistiendo ropa holgada y shorts largos, mucho más cubierto que los demás omegas.
Los lobos junto a mi, al notar la presencia de TaeHyung, intercambiaron miradas y murmuraron entre ellos
- Mira quién va ahí, ¿No es Kim?.
- Mira Jeon ha venido bastante cubierto.
- Ayudémoslo a refrescarse en la piscina.
Cuando uno de los lobos se dirigió hacia Taehyung. Me opuse
- Deja eso, hombre. Hay muchos omegas.
Pero el otro lobo, más impulsivo, no me escuchó y corrió mientras el otro me retenía y luego sin más, empujó a TaeHyung al agua.
Cuando el callo, no lo pensé dos veces, me lancé también.
"No sé nadar" - gritó mientras se agitaba.
Éramos dos adolescentes, para ese entonces TaeHyung no era tan alto, y la piscina tenía una profundidad de casi dos metros, pero para suerte de ambos no pasó mucho hasta que llegara a él y lo sostuviera en mis brazos.
El corazón me volvió al cuerpo cuando lo tuve cerca y entonces él se aferró a mis hombros como si su vida dependiera de ello.
Al acercarnos a la orilla, me aseguré de que estuviera bien elevado hasta que quedara sentado en la orilla y yo con medio cuerpo aun en la piscina.
- ¿Te lastimaste? ¿Estás bien?
El omega estaba nervioso, sus manos temblaban, sus manos deslizaban por mis hombros, tanto su rostro como sus orejas eran de un profundo rojo y con suma dificultad asintió con la cabeza aun sin mirarme.
Traté de restarle importancia y, con la excusa de subir también a la orilla, me acerqué más a él impulsándome para que ambos saliéramos del agua.
Justo en ese momento, cuando la tensión parecía disolverse, la profesora Wang intervino. Sentí el agudo golpe de su periódico en mi nuca, y ella empezó a gritar.
- Lobo malo, tú y los otros alfas, a mi oficina ahora.
La miré sorprendido, ya que nunca antes había recibido un castigo. Mientras nos acercábamos a la oficina de la profesora Wang, no dudé en empujar a ambos lobos a la piscina, tomándolos por sorpresa.
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