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Un joven de cabellos bicolor corría todo lo que podía mientras que sus agresores reían persiguiéndole desde más atrás, burlándose de su timidez, burlándose de su forma de ser, burlándose de su defecto.

Él no pidió nacer así, él no pidió ser Alfa, él no pidió nada de lo que pasaba ahora en su vida.

Llegó a la biblioteca y retuvo su aroma cuando se escondió en lo más profundo de un estante donde aun no acomodaban los libros, siendo cubierto por el carrito lleno de los libros que deberían estar en su lugar.

Vio a los chicos Alfas y Betas pasar buscándole y tras eternos minutos donde no dieron con él finalmente se retiraron dejandole al fin suspirar y dejar su cabeza contra el frío metal del estante.

Aquel era el día a día de Park SungHoon, un Alfa que era considerado una abominación para el rango en muchos aspectos.

Su actitud, a comparación de todos los Alfas de la universidad, era muy tímida, alguien que se sonrojaba fácilmente, asustadizo y prefería mil veces quedarse a leer en su hogar que ir a fiestas.

En cuanto a su físico, ahí no había mucho de qué hablar, delgado y fornido, no estaba en forma como los demás y sus facciones eran algo delicadas, pero lo que más resaltaba era su cabello.

Su familia tenía historial de Poliosis, aquella enfermedad de la desfragmentación del color del cabello al nacer, aunque hacía bastante que nadie presentó aquello, él tuvo la desgracia de heredarla, teniendo la mitad derecha de su cabello en un tono blanco nieve.

Si bien de niño no fue nada del otro mundo, al llegar a la secundaria todo se volvió un infierno, sumándole el presentarse como Alfa, oh Dios, fueron de sus peores días. Así que cuando logró sobrevivir a ese infierno, creyendo que la universidad sería más tranquila, pues estaba totalmente equivocado ya que los primeros dos años fueron de golpes, insultos y Bullying constante.

Simplemente era un Alfa Anormal.

Volviendo a su triste realidad, salió tras largos veinte minutos para asegurarse que sus agresores personales se fueran ya al ser hora de la salida y salió de su escondite atento a todos lados.

Suspiró leve y salió de la biblioteca vigilando los alrededores para así correr al patio trasero de la universidad donde corrió y cruzó los arbustos para así ver a sus únicos dos amigos allí esperándoles.

El pelinegro con mechas platinadas y aroma suave típico de un Omega le miró y SungHoon sonrió leve viendo los ojos bicolor de su mayor.

Park JongSeong o Jay Park era su primo paterno y mejor amigo, nacido y criado en Estados Unidos antes de mudarse con él y su familia a Corea luego de su presentación como Omega, sus padres no querían que, al contrario de los comentarios de todos sus conocidos que decían que su único hijo sería un Alfa por su apariencia, todos vieran que era un Omega y para otro colmo, heterocromatico.

Su poliosis era por el lado materno, por el paterno estaba la Heterocromía, la cual solo JongSeong tuvo la desgracia de heredar y tener que vivir con lentes de contacto por culpa de sus padres.

¿Se imaginaban que él heredara también ojos bicolor?, ahí si hubiera estado condenado.

Al lado de Jay se encontraba un joven de cabellos blancos como la nieve o la mitad de su cabello quien le miró luego de tres llamados del mayor de ellos.

Kim SeonWoo era un joven Alfa que conocieron al entrar a la universidad, un chico tranquilo y con actitud serena y divertida, y que por desgracia a igual que ellos dos, sufría de Bullying y acoso por parte de mucho por el simple hecho de tener sordera mínima.

Debido a un accidente de auto, el menor sufrió perdida de audición inducida y gracias a los doctores y a los aparatos de audición actualmente podía oír parte de lo que le decían, eso sí, debían hablar en un tono alto o cerca para que entendiera bien, casi como tratar con un anciano con problemas auditivos.

-- Chicos, ¿nos vamos? --Preguntó sin querer dar explicaciones de su tardanza a lo que Jay asintió levantándose mientras acomodaba su usual flequillo sobre su ojo de tono azul eléctrico, dejando su ojo de color café avellana al descubierto para disimular.

-- ¿Qué compraste helado? --SeonWoo le miró con ojos brillosos levantándose a lo que negó riendo.

-- Que ya nos vamos --Habló más fuerte a lo que Kim asintió entendiendo-- Aunque la idea del helado no suena tan mal.

-- Yo pago, ando con antojos de algo dulce, el estrés me tiene mal --Sonrió el mayor de los tres cruzando los arbustos de el usual escondite que usaban los tres en el campus.

-- La pregunta es, ¿cuando no tienes antojo de algo dulce? --Rió y sacó una paleta de su bolsillo para dársela a su mayor quien agradeció y la destapó para meter el dulce a su boca y caminar junto a sus menores a la salida que ya estaba desierta.

-- Es inevitable, luego me da dolor de cabeza --Se encogió de hombros.

SungHoon negó riendo mientras caminaba junto a Sunoo hasta que escucharon un grito lejano y a los segundo ya SeonWoo estaba en el suelo con otro chico encima.

-- ¡JungWon!¡¿Estás bien?! --Vieron a un joven alto y pelirojo correr a ellos, por su aroma y contextura supieron que era Alfa.

-- Sí, lo estoy, este chico me ablandó la caída --Señaló el bonito castaño que por su aroma delató ser Omega levantándose del menor quien se quejó con una mano en su oído mientras se levantaba de igual modo-- Oye amigo, ¿acaso no escuchaste mi aviso? --Le miró raro al Alfa quien le miró algo aturdido y miró al suelo buscando algo-- ¿Tan siquiera me escuchaste?

El nombrado como JungWon miró cuando el chico más bajo se agachó y tomó un aparato auditivo para colocarlo en una de sus orejas con una mueca leve y que pareció configurar de nuevo, él solo se quedó plasmado y avergonzado.

-- L-lo lamento... --Tartamudeó reverenciando, Kim negó.

-- Tranquilo --Dijo sin más y se dio media vuelta-- Debo buscar algo en mi casillero, los espero en la salida --Avisó y se retiró de allí sin más.

-- ¡Chicos! --Y ahora las vistas fueron al Omega pelimorado que se acercó corriendo.

SungHoon sintió que se le paró el mundo al reconocer a Nishimura Riki, su crush básicamente, un joven Omega que con su sola presencia hacía mejorar su día, mes, año y vida.

-- Estamos bien, el idiota de JungWon tiró a un chico que al parecer es sordo, yo siendo tú me mato Won --Rió el pelirojo y miró a los otros dos presentes notando así el cabello del más alto de ambos-- Wow, adoro ese estilo, ¿Dónde compraste ese tinte? --Señaló a Sung quien se avergonzó y sonrió incomodo.

-- Es natural --Dijo bajo colocándose tras su mayor quien frunció leve el ceño.

-- ¿Qué? --Le miró descolocado junto al tal JungWon y el mismo Riki, SungHoon quería que la tierra se lo tragara y lo escupiera en otro continente con nueva nacionalidad incluida.

-- ¿Algún problema con eso? --Ahora su vista fue el Omega frente al de cabellos bicolor, el cual tenía un flequillo de su cabello cayendo por su ojo derecho cubriéndolo completamente.

-- Nada de eso, solo que es impresionante que eso sea natural --Señaló Riki aun con sorpresa, SungHoon tembló y Jay lo notó tomando su brazo con su ceño aun fruncido y mala mirada.

-- Lo sé, pero no es una exhibición, con permiso --Gruñó e hizo ademán de irse con su menor más el pelirojo le jaló del brazo haciendo que le mirara.

El pelirojo nombrado como HeeSeung abrió ojos sorprendido al ver el ojo de color azul eléctrico del Omega quien sacó la paleta que tenía en su boca para pegarlo en la frente del Alfa y así jalar a su menor lejos de allí mientras volvía a cubrir su ojo derecho.

Todo quedó en un silencio algo incomodo entre los dos Omegas y el Alfa.

-- Eh, creo que la cagamos --Habló finalmente JungWon ganándose una mirada incrédula por parte de los demás.

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