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Miguel había estado en coma durante dos semanas.
En ese tiempo Robby había huido y se había robado un auto de la concesionaria LaRusso, un Dodge Caravan del 93.

Al mismo tiempo también se encontraba formando un lazo con su Lobo interior.

En este momento se encontraba en un refugio de personas sin hogar tomando un plato de comida y sentándose solo. Nadie le ponía atención ni se daban cuenta de quién era, probablemente el haberse cortado el cabello le ayudo un poco a cubrir su apariencia, además de las pocas ropas que llevaba antes de alejarse de todos.

Se encontraba comiendo mientras pensaba y charlaba con su voz interior.

-'Sigo sin estar seguro de esto, amigo'.

"No sabía que eras un cobarde"- Se burlo la voz en su interior.

-'No me vas a convencer diciendo eso, y ya llevas una semana sin conseguir mí aprobación'.

"Y aún así, estoy más cerca de obtener mí propósito de lo que piensas".

-'¿Y que te hace pensar eso?'.

"Hace unos días que no dejas de pensar en Miguel. Desde el día que vimos la noticia dónde se decía que estaba en coma no has dejado de pensar en el".

-'¿No es eso normal? Es decir, por mí culpa el término así...pero cualquier persona se preocuparía si estuviera en mí lugar'.

"No hace falta que pongas excusas".

Robby frunció el ceño confundido. Esperaba que nadie lo viera porque creerían que estaba loco al hacer tantas muecas mientras comer.

"Cada vez que crees que no estoy despierto piensas en el, en nuestro Omega. Te preguntas: ¿Cómo estará? ¿Habrá despierto? Necesito verlo. Además, no soy solo yo el que tiene aquellos pensamientos Robby".

-'¿De que pensamientos hablas?'.

La voz no dijo nada y solo se limito a reproducir las imágenes que cruzaban por su propia mente dejando callado a Robby.

-'¡Es tu culpa! ¿Cómo se te ocurre pensar en ese tipo de cosas?'

"¿Es malo querer tanto a mí Omega al punto de querer tenerlo envuelto en nuestros brazos, abrazarlo, besarlo y tenerlo solo para mí mientras beso cada parte de su cuerpo y tocó dónde sea que me permita el? Incluso escuchar su voz gemir nuestro nombre hasta que se quede sin voz me hace feliz.

El rostro de Robby estaba tan caliente que tuvo que dejar la cuchara en el plato por unos momentos al no poder comer por la distracción en su mente y el ardor en sus mejillas que le proporcionaba escuchar todo eso de su voz interior.

"Incluso dejar marcas en cada parte de su cuerpo y llenarlo de nuestras feromonas para reclamarlo como nuestro y que ningún otro Alfa se le acerque al saber que ya está tomado".

-'Basta, ya no hables de Miguel. No puedo soportar todo lo que tienes en la mente'.

"Como dije, no son solo mis pensamientos. Tu también lo piensas, recuerda que somos uno. Dejando de lado eso, ¿Qué tal si ves a mamá? Veamos si se encuentra mejor. Se que también te preocupa y tal vez ella te ayude a cambiar de idea. Aunque bueno, ya estoy cerca de convencerte acerca de buscar ayuda".

-'Esta bien, me convenciste'.

Antes de que su voz se emocionara el aclaro.

-'Acerca de ver a mama. Sigo pensando en si buscar al señor LaRusso o a mí padre sería una buena idea'.

Su voz se quedó callada, parecía conforme con lo que dijo y eso era suficiente.

En el hospital.

Miguel vivía teniendo constantes sueños en los que peleaba en algún torneo mientras recordaba la pelea contra Robby. Incluso había veces en las que sus sueños se modificaban y Robby terminaba tirándolo al colchón de entrenamiento y luego lo ayudaba a sentarse mientras lo veía con una mirada que intentaba demostrar admiración y cariño.

Había algo raro en esos sueños, a veces Robby se mostraba algo distante mirándolo con esos ojos verdes, otras veces el Alfa tenía una mirada dorada que no paraba de observarlo sin quitarle la vista ni un segundo. Solo tenía algo claro; ambas miradas no dejaban de observarlo y estar al pendiente de el aunque sea a lo lejos mientras combatía con algún oponente aleatorio.

Las enfermeras que venían a verlo al igual que su madre y abuela (sin mencionar a Johnny) solo podían verlo respirar con los ojos cerrados sin mostrar signos de querer despertar. Ninguno imaginaria lo que estaría sucediendo en la mente de ese chico.

Daniel había estado rastreando el auto que robo Robby por un tiempo, lo que lo llevo a un lugar donde indicaba el GPS. Al tener ese dato, hablo con Jhonny para buscar juntos a Robby.

Miguel logra despertar luego de darle el último golpe a su oponente.

Abre los ojos e inhala todo el aire que puede. No puede mover la cabeza por las cosas que tenía puestas así que mueve un poco sus ojos y sus manos. Siente un pequeño artefacto en su mano derecha y de inmediato se da cuenta de lo que es y toca el botón que tiene en el medio, lo que provoca que suene una alarma que alerta a las enfermeras y doctores avisándoles que ya despertó. Solo se queda esperando a que alguien llegue.

Miguel tras ver por la ventana a su madre y al médico hablar no tuvo que escuchar para darse cuenta de que probablemente no podría caminar al ver el estado tan angustiante en el que se encontraba su madre. Miro sus piernas un momento y sintió que le ardían los ojos.

-'No puedo llorar. Si mamá me ve así se pondrá peor, no quiero preocuparla más'- Pensó mientras parpadeaba varias veces y controlaba su respiración para evitar que se escaparan sus lágrimas- 'Eso es. Tengo que ser...fuerte'- Un sollozo se le escapó sin que el pudiera evitarlo- 'Si tan solo no hubiera peleado con el...si el no fuera mí Alfa. Maldición, de tan solo pensarlo me enojo conmigo mismo'.

Sus pensamientos volaban de uno en uno y en lo que más pensaba era en su Alfa.

Daniel y Jhonny persiguen el auto que usaba Robby solo para darse cuenta de que fue robado, pelean contra unos tipos en un taller y luego se separan tras un conflicto.

Jhonny va a ver a Miguel mientras que Daniel recibe una llamada.

Jhonny habla con Miguel y este solo le pide irse mientras acaba en llanto tras decirle que quiza no volvería a caminar y que, a pesar de sus enseñanzas termino de esa forma.

-Por favor, váyase- Susurro en tono de súplica luego de gritar y sus lágrimas no tardaron en hacerse presente. Sus feromonas olían a pura tristeza. Ni siquiera podía ver a su Sensei así que se limito a ver sus piernas tapadas por una sábana.

El Alfa mayor hizo caso al Omega y se marchó mientras sentía su corazón apretarse al pensar que podría odiarlo como sus otros alumnos. El amaba a ese muchacho aunque este no lo supiera, gracias a el había llegado a recobrar la razón de su existencia, no podía solo dejar las cosas así. Estaba decidido, volvería de nuevo a intentar acercarse aunque Miguel no lo quisiera tener cerca. Aunque no lo dijera en voz alta, su Alfa interior había adoptado al Omega desde el primer momento en el que lo vio.

Por otra parte.

Robby había ido al lugar donde estaba internada su madre. Ya había hablado con algunas personas del lugar para que avisarán a su madre de su llegada.

Estaba muy asustado, pero a la vez decidido, necesitaba hablar con su madre y desahogarse. Sentía su estómago rugir, no podía recordar la última vez que comió algo que de verdad lo llenará, ¿Quizás ayer o antes de ayer en el refugió? También tenía sed. Intento ignorar todo eso y solo envolvió sus brazos alrededor de su estómago mientras se mantenía sentado y observaba la mesa blanca frente a el.

Su madre al verlo corrió directo hacia el y Robby se levantó para abrazarla.

-'Se siente tan cálido'- Pensó Robby.

"Por supuesto, es mamá después de todo".

-Me dijeron que tenía visitas. No esperaba que fueras tu, pero me alegro tanto de que estés aquí conmigo- Dijo eufórica mientras revisaba a su hijo de pies a cabeza.

-Pareces estar bien, que bueno- Suspira aliviada aún revisando si tenía algo en el rostro o en su cuerpo- Te cortaste el cabello.

-Uh..si, estorbaba un poco así que preferí cortar a los costados- Dice de forma tímida mirando hacia otro lado.

Nunca había tenido tanta atención de su madre como hoy.

Ella sonríe un poco, su corazón le dolía al ver a su hijo en ese estado.

Su aspecto era desaliñado, su ropa estaba sucia y su cabello parecía recién cortado, parecía estar muy asustado. Ella estaba muy preocupada, pero espero a que su propio hijo le dijera lo que sentía.

-Mama, yo- Ella pone una mano frente a el y sonríe.

-Esperame unos minutos.

Dicho eso se da la vuelta y vuelve unos minutos después con una bandeja, está traía dos tazas de café y un par de media lunas.

-Puedes comer antes de hablar, no hay prisa.

Dejo la bandeja en la mesa y espero a que Robby empezará a comer. Apenas eran las 8:00 así que sería su desayuno.

Tardo unos minutos en reaccionar, pero al sentir rugidos en su estómago de nuevo no lo pensó dos veces y empezó a comer y tomar de su taza.

Ella solo veía como Robby comía con algo de tristeza, el comía con tanta desesperación y hambre, se preocupo por un momento al verlo atragantarse con la comida, pero se recompuso rápidamente al tomar sorbos de café. Ella sabía que había estado desaparecido durante unos días, el hecho de que eligiera el lugar donde estaba ella para dar su presencia a conocer la hacia muy feliz. A pesar de todo, seguía siendo un lugar seguro para su hijo.

Al terminar de desayunar el dejo la taza y se limpio con la servilleta que estaba ahí cuidadosamente doblada.

-Gracias- Abre la boca para intentar decir algo, pero desvía su vista. No sabe cómo empezar.

-Tranquilo. Tomate su tiempo- Anima ella mientras sonríe.

-Mama, no quise hacerlo- Empieza a decir y suelta un suspiro- No quería hacerle daño, solo quería parar la pelea. Antes de que pudiera pensar mí cuerpo actuó solo y ya no pude detenerme.

Tomo sus manos y las acariciaba en un intento de tranquilizarlo.

-Tienes que respirar despacio- Intenta mostrarle unos ejercicio de respiración

-Mama...yo no sabía, no sabía que el era mí Omega- Finalmente dice y suelta las manos de su madre mientras se levanta de la silla y se da la vuelta. Se sentía avergonzado de si mismo.

Tras esa declaración su madre dio un paso atrás, pero luego se reincorporo y puso una mano en su pecho. Avanza unos pasos y los da vuelta para abrazarlo fuertemente mientras el corresponde con algunas lágrimas en sus ojos.

-El va a estar bien, ya verás- Frota su espalda suave, pero firmemente. Su voz se escuchaba tan suave que calmaba hasta el más profundo de sus miedos.

"Mama nos está abrazando, como cuando éramos pequeños y llorábamos todo el tiempo. Este abrazo es diferente al de hace rato. Se siente mejor".

-'Me siento mejor, tenías razón. Ver a mama termino de despejar mis dudas'.

"¿Sientes las feromonas de mamá? Ella también es una Omega como Miguel, ahora está liberando sus feromonas para calmarnos. Al parecer ya se dio cuenta que eres un Alfa o siempre lo supo y estuvo esperando a que te des cuenta. Dime, ¿Como se siente?'.

-'Se siente como una suave manta que me envuelve hasta el alma llenándome de su calidez, es tan cálido este sentimiento. No quisiera que termine nunca'.

Las feromonas de su madre dejaron de liberarse poco a poco.

-Hay algo que quiero decirte, pero no quiero que escapes ni te enojes conmigo, por favor- Dice en voz baja mientras suelta el abrazo y lo mira a los ojos, su mirada era dorada- Llame al señor Larusso.

Mira a un costado y el se da la vuelta para mirarlo. Luego la observa a ella por unos momentos antes de sonreírle.

-No estoy molesto, mamá. Gracias por todo, estoy listo para enfrentar las consecuencias-

-Acerca de ese Omega...me gustaría conocerlo algún día.

El no sabía que decir así que solo sonrió y luego se acercó a Daniel.

-Hola, Robby.

-Hola...Señor LaRusso- Dijo mirando hacia otro lado incómodo.

Robby le contó sus inseguridades sobre su nuevo sub género y como lo hacía sentir, que encontró a su compañero, pero que le hizo mucho daño. Daniel se da cuenta al instante de que se trata de Miguel, pero prefiere no interrumpirlo, al terminar de hablar le pregunta por el estado de Miguel, parecía más inquieto y nervioso, Daniel comprende y le dice que ya salió del coma, pero que solo sabía eso hasta el momento. Fue un momento rápido, pero Daniel pudo ver el alivio en los ojos del joven Alfa. Luego le habla sobre la condición de libertad y el acuerdo con su abogado.

-Esta bien. Acepto las consecuencias, estoy cansado de huir- Dice con un hilo de preocupación en su voz.

-No será por mucho tiempo, antes de que te des cuenta habrás salido, Robby- Dice Daniel de forma tranquilizadora mientras suelta feromonas intentando tranquilizar a Robby quien se sorprende por lo dulce que son.

-No sabía que era un Omega- Dice sin pensar y luego tapa su boca mientras el mayor solo sonríe.

Ha oído mucho eso a lo largo de los años así que le resta importancia y se para de su asiento.

-Vamos, te acompaño.

-Gracias- Dice y luego se queda callado unos segundos-Por favor prometa solo una cosa.

-Lo que sea, Robby- Pone una mano en su hombro para darle confianza y seguridad.

-¿Podría decirme cómo está Miguel cada vez que me visite? Por favor- Pidió avergonzado.

-No hacia falta que preguntes- Sonrie de forma gentil- Despídete de tu madre y vamos.

El joven Alfa solo asintió inseguro y lo siguió.

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Me gustaría preguntar, ¿Les gustaría que incluyera más de Sam y Tory como pareja? No estoy segura de si a otros les guste el shipp y que ocupen más momentos en mis fanfics, por ahora solo suelo hacer menciones al igual que el KennyxAnthony (este es casi imperceptible)

♦♦♦♦♦♦

Gracias por leer, si les esta gustando la historia, son libres de votar y comentar si gustan.

Me gustaría saber que les parece.

Hasta pronto 🤍

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