Capítulo 3: Arrepentimiento.

-¿Qué es la muerte?- Le pregunté a mi madre antes de ir a dormir.

-Es como un sueño que todos estamos condenados a tener.

-Si solo es un sueño, ¿por qué la gente le tiene tanto miedo?- Le refuto sin aún entender muy bien.

-Porque cuando uno muere ya no puede estar con las personas que ama, eso nos pone tristes y ansiosos. No queremos dejarlas.

En ese momento esa respuesta fue suficiente. Cuando ella murió, solo quise que no me dejara.

****

Este es mi décimo intento.

Cada uno de ellos en el aniversario de muerte de mi madre pues esa fecha me recordaba año tras año que no amaba a nadie ni nadie me amaba a mí. Entonces, ¿por qué seguir viviendo? Realmente no tengo ningún motivo.

Cada una de esas veces el Dr. Caulfield me interrumpía, siempre encontraba la manera. Ahora él no está conmigo.

Elijo la autopista que tantas veces me trajo mi madre. Aún recuerdo que nos sentábamos en el banco y, mientras comíamos un helado, observábamos a las personas y ella me enseñaba que era lo que sentía cada una. Para mí, ella tenía un súper poder, con solo ver los rostros de aquellos desconocidos podía saber qué pasaba por sus mentes. Siempre quise tener ese talento.

Perdido en mis recuerdos, avanzo. Se que después de dar el primer paso no hay vuelta atrás. Sin embargo, no tengo miedo, ni siquiera sentiré el dolor del golpe. En lo único que pienso es en estar con mi madre otra vez.

Mientras más me adentro a la pista escucho los gritos de las personas a mi alrededor. Todos fingen preocupación pero por dentro desean ver cómo me arrollan, estoy seguro que ya algunos empezaron a grabar el momento. Así son los humanos, se compadecen del dolor ajeno pero no hacen nada para remediarlo.

Se acerca un auto e instintivamente cierro los ojos, estoy preparado. Pero el golpe nunca llega, alguien me empuja. Veo su rostro mientras caigo, en él se refleja verdadera preocupación para posteriormente ser reemplazado por dolor.

En ese momento algo que no puedo nombrar golpea mi pecho, no quiero que por mi decisión ella se vea afectada. Pero es tarde, los dos caemos y perdemos la consciencia.

****

Entreabro los ojos otra vez. Miles sigue en mi habitación observándome desde lejos. Me desperté hace casi dos horas pero tengo que hacerme la dormida hasta que se vaya. Aunque él es el que acaba de intentar hacer algo tan cobarde, yo soy la que se siente avergonzada. Ese es el efecto que produce Miles en mí.

Su mirada me hace sentir expuesta, siento que analiza cada centímetro de mi ser. Talvez se está preguntando por qué lo salvé, eso es algo que yo hasta ahora también lo hago.

Después de otra infinita hora soportando su potente scanner, llega Thomas. Entra llorando a mi habitación y gritando mi nombre. Cuando me ve dormida, deja de llorar y corre a abrazarme. Pasan unos segundos hasta que se da cuenta de quién está en la habitación con nosotros.

-Hola- Thomas saluda a Miles muy incómodo. - Eleonor está durmiendo, puedes irte, yo la cuido.

Siento la mirada de Miles otra vez.

-Está despierta hace algunas horas.- Lo dice como si fuera normal que él estuviera aquí cuidándome.- Me tengo que ir, por favor revisa sus vendas cada 30 minutos y limpia sus heridas. No dejes que se las toque se puede infectar.

Se aleja lentamente como es su costumbre pero esta vez se detiene en el umbral de la puerta y escucho algo que me hubiera gustado haber grabado:

-Gracias, Eleonor.

Después de que se va, la habitación se queda en silencio. Thomas y yo nos miramos, no me lo imaginé, los dos estamos sorprendidos.

-¿Qué fue eso?- Pregunta.

-Yo tampoco lo sé.- Digo tratando de sonar despreocupada. Miro hacia otro lado no le quiero contar lo que ha pasado.

-Pero, ¿Qué te pasó?¿Otra vez andabas ebria por la calle?

Auch, me duele que lo piense. Eso solo hice un par de veces.

-Estaba caminando distraída y no me di cuenta del auto, ya sabes lo torpe que soy.

Por su expresión me doy cuenta de que no lo he convencido pero no hace más preguntas, sabe que no estoy dispuesta a responderlas.

-Ah, y por favor no le avises a mi abuela, saber esto solo la va hacer preocupar más.

****

¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no se quedó como los otro humanos mirándome de lejos?

Mientras la observaba en la cama del hospital no paraba de preguntarme eso.

Después del accidente vino una ambulancia y nos llevaron a los dos tendidos en una camilla. Sus ojos estaban cerrados pero a pesar del golpe extrañamente ella se encontraba en paz. Su cuerpo estaba lleno de magulladuras y moretones, sin embargo, lo más preocupante era el gran golpe que había sufrido en el costado izquierdo, si no era atendida a tiempo podía tener una hemorragia interna y ocasionar su muerte.

Otra vez mi pecho se comprime, mi madre diría que es arrepentimiento pero yo aún no lo creo.

Toda la noche un doctor la atendió, su diagnóstico fue una fractura de primer grado en la cadera. Era una lesión leve así que solo tenía que descansar unos días.

Me preguntó si conozco a algún familiar suyo para que la cuide mientras está hospitalizada, respondo que no, ni siquiera sabía su nombre.

Decidí buscar en sus pertenencias y encuentro su identificación: Descubro que su nombre es Eleonor Warmer y estudia medicina en la misma universidad que yo. Buscan sus datos en internet pero resulta que sus dos padres han muerto. Me parece inadecuado seguir buscando información personal de ella, así que me ofrezco a cuidarla.

Me parecía raro ver como intentaba fingir que estaba dormida apretando muy fuerte los ojos para que no me diera cuenta. Luego vino su amigo y la abrazó como si no la hubiera visto en años, me gustaría poder sentir también eso.

Me levanto de la silla pues ha llegado el momento de retirarme y sé que lo correcto es que le dé las gracias pero no puedo, estoy preparado para huir, no soporto los momentos emocionales. Entonces, en el umbral, algo que luchaba dentro de mí sale y me impulsa a decir: Gracias, Eleonor.

Afuera del hospital todavía me preguntaba qué era lo que había pasado allá dentro, la conclusión lógica a la que llegué es que dar las gracias era lo que se tenía que hacer. En eso, recibo una llamada, es mi padre.

-¿Miles? Recibí el aviso de la policía. ¿En qué estabas pensando?- No me grita, sabe que eso no funcionaría conmigo, solo está tratando de razonar.

-En nada, solo quise hacerlo.- Escucho un resoplido.

-¿Es cierto que una chica te salvó? Dime su número de habitación quiero agradecerle.

Le doy lo que me pide y cuelga de repente.

Me dirijo a mi apartamento, y observo al rededor, solo tengo una cama ya que aunque tengo el dinero para amueblarlo, lo considero completamente innecesario, ¿Por qué en primer lugar la gente lo hace?¿Eso las hace más felices?

Me quedo dormido, entonces a mitad de la noche, oigo un ruido, alguien toca mi puerta. Cuando la abro encuentro una maleta y a Eleonor junto a ellas.

~bananatoxica

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top