🐈Detalles.

¿Con qué animal puedes comparar a Magnus?

Fácil, un gato.

O eso dicen todos.

Y Alexander no puede estar más de acuerdo.

Alexander se despertó de repente. No hubo pesadilla ni nada por el estilo, sólo despertó y ya no pudo dormir.

Pero eso no le molestó, porque ¿cada cuándo puedes ver a Magnus tan tranquilo? Ese chico es un remolino andante, así que verle dormir, resulta algo simplemente placentero.

Y como él, su mente también es un remolino. Con un millón de recuerdos (casi literalmente), e ideas nuevas cada día, Alec se preguntó, cuándo exploraría su cabeza.

Y no es un secreto, que no todos los recuerdos de Magnus son lindos.

Así que, cuando de repente, en esas ocasiones en las que sueñas con algo que viviste, Magnus no tiene mucha suerte ¿sabes?

Y en ese momento, Alexander se dio cuenta de la expresión en el rostro de Magnus y de cómo se movía.

Otra pesadilla.
La tercera esta semana.
Feliz jueves, por cierto.

—Shhh, Magnus...— susurró Alec, en un intento de tranquilizar a su novio— shhh, no pasa nada...— lo abrazó para darle esa sensación de seguridad— Shhh, shhh, shhh... Aquí estoy...

Magnus empezó a relajarse, pero no del todo. Así que Alexander empezó a juguetear con su cabello, haciéndole piojito.

Gracias a Raziel, funcinó. Magnus se relajó e incluso hizo algo parecido a una sonrisa, tan leve, que creyó haberla imaginado; pero que aún así, hizo que el pecho de Alec creciera, orgulloso.

Magnus, aún en su inconsciencia, parecía disfrutarlo. Se acercó más al cuerpo de Alec.

Alec suspiró con una gran sonrisa, que luego se convirtió en un gesto lleno de curiosidad cuando, de pronto, Magnus empezó a ronronear.

No era algo raro que la gente hiciera algo parecido a un ronroneo. Pero Magnus no hacía algo que se pareciera, estaba ronroneando, de la misma manera que Presidente Miau lo hacía cuando le rascaba tras las orejas.

No se detuvo, porque quería seguir escuchando a Magnus ronronear, era algo inexplicable, pero lo disfrutaba mucho.

A veces se preguntaba si el padre de Magnus fue en realidad algún demonio-gato.

Pero sería algo sin duda raro, si pensamos en la pobre madre de Magnus, que se habría sentido muy incómoda si así hubiese sido... A no ser que tenga algún tipo de fetiches con los gatos.

De nuevo, raro sin duda.
¿Pero qué hacía él pensando en su difunta suegra en esos momentos?

El punto es que ronroneaba de una manera tan clara, que era imposible que viniera de un humano.

Besó su frente, feliz de haber espantado su pesadilla y volvió a dormir, abrazándolo con ternura.

Al día siguiente, Alec se encontraba haciendo el desayuno, y de repente, cierto moreno le abrazó por la espalda y besó su cuello.

—Buen día, garbancito.

—Buenos días, gatito.

Magnus le miró sonriendo, pero con curiosidad.

—¿A qué viene el "gatito"? Señor Alexander Completamente Serio Lightwood.

Alec se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.

—Siento que te queda. Te queda perfecto, señor Magnus Ronroneo Como Gato Bane.

—Yo no ronroneo, y eso suena terrible.

—Oh, sí que ronroneas.

—Claro que no.

—Como tú digas.

Alec se puso en puntitas para besar a Magnus en la mejilla, y lo abrazó de pronto. Magnus le correspondió gustoso, y recargó su cabeza en el hombro de su novio.

Repitiendo los mismos movimientos de anoche, Alec empezó a hacerle piojito a Magnus, que después de un rato, inconscientemente, ronroneó.

—¿Qué decías, gatito?...

—Willow🌠

22 de octubre, 2017

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