Capitulo 49
[Aviso importante, debido a que estoy con parciales y trabajos, hasta dentro de quince días no habrá actualizaciones de mis historias, no llegaría con todo jaja. Muchas gracias por leer💓]
A Midoriya le parecía que Bakugou tenía un gusto sádico por molestarlo. Y lo decía en serio, después de su última declaración, Henry le hizo el favor de hacerle un recorrido privado a Todoroki y Hawks para dejarlos solos, en lo que Adriana —en un gesto de complicidad— sacaba a todos los miembros del staff de su sala con la excusa de que era la "hora feliz". Momento del día donde todos iban a la planta alta a comer y beber distintos batidos de fruta.
Ellos hicieron eso para que pudiera recuperarse, su rostro seguía ardiendo cuando se enfrentó al cenizo, el cuál se había sentado sobre una de las mesadas de la sala y estaba con la patineta antigravedad en sus manos, examinando la parte de abajo. Al escuchar que se le acercaba, alzó la vista y la levanto.
— ¿Me enseñas cómo usarla?
Debía ser su forma de establecer una tregua por lo que pasó antes. O, quizás, para no hablar de ello todavía. De todas formas, el de pecas acepto hacerlo. Se puso de pie y se acercó hasta el de quirk explosivo, que se bajó de la mesada de un salto y con inocencia le pasó la patineta.
—Primero la activare y después te subirás —se agachó en el suelo el de pecas, tocando un par de botones para activar la patineta y que quedará flotando veinte centímetros sobre el suelo —Ahora, pon los pies en los lugares marcados Kacchan e intenta moverte lo menos posible.
El cenizo hizo lo que le dijo con exactitud aunque la patineta se tambaleó un poco, el de ojos esmeralda le aseguro que era normal y que no se pusiera nervioso. A Adriana le había pasado de asustarse y debido a eso tuvo varias caídas. Una vez se aseguro que estuviera estable, el de pecas se puso de pie y levanto el cuello hacia arriba para ver al contrario, que debido a la patineta, quedaba bastante más alto que él. Le dió las manos y lo llevo hacia la izquierda.
—La patineta tiene sensores para moverse. Si inclinas la parte izquierda de tu cuerpo, hacia ahí irá y lo mismo con la derecha. No puede elevarse todavía demasiado —comentó mientras caminaba junto con el cenizo por la sala —Tampoco va muy rápido.
Katsuki asintió a las cosas que decía el de pecas, más interesado en la manera en que sus manos se tocaban y la forma de sus hombros se veía tan grande desde su posición. En un momento, debido a que estaba distraído, se apoyo de más en la parte derecha de la patineta y perdió el equilibrio. Sin embargo, el de ojos esmeralda lo atrapó antes de que se cayera, levantando su cuerpo al agarrarlo por la cintura y dejando que la patineta se fuera contra el suelo. No hubiera sido una caída dolorosa y el contrario atrapó al más bajo más por reflejo que otra cosa.
Y ahora que lo tenía tan cerca, ten pegado a su cuerpo, a Izuku le volvían a zumbar en sus oídos las palabras que escucho antes venir de esa boca que estaba tan cerca suyo.
—Ya sea que lo pidas tú o yo termine perdiendo la paciencia y te acabe sacando lo virgen en tu dormitorio.
Oh, mierda. Estaba en su límite. Su cordura se fue de vacaciones.
El de pecas empujó al cenizo contra una de las mesadas de la sala, lo sentó encima de ella y tomo su rostro entre sus manos, besándolo con una intensidad que fue correspondida ansiosamente por el más bajo. Sus piernas se engancharon a la cintura del más alto y pudo sentir todos sus músculos tensos, lo que hizo que su vientre se contrajera. A el más bajo le gustó esa brusquedad, esa intensidad y demanda. Se sentía bien, demasiado bien, pero no estaban en el lugar adecuado para liberar su reprimida tensión sexual y eso, incluso en su estado más alterado, el de ojos esmeralda lo sabía. Así que, cuando se sintió medianamente satisfecho, se separó de la boca del cenizo que hizo un sonido de protesta y le pellizco un costado del cuerpo por parar de besarlo.
Esa acción le hizo reírse y besar la frente del más bajo, que tenía las mejillas sonrojadas y la respiración agitada.
—No pensé hacer este tipo de cosas antes de pedirte salir conmigo —murmuró contra la boca del cenizo —Quería hacer algo más especial para ti, Kacchan. Pero me arruinas mis planes.
—Tus ñoños planes pueden aguantar. Lo que tienes ahí parece que no —hizo una ligera presión con su rodilla contra la pelvis del más alto, el cuál gruño y se escondió en su cuello para no volver a besarlo —Yo tampoco.
—...Bien, tú ganas —dejó un beso en el cuello del más bajo y se separó, para verlo con una sonrisa tímida — ¿Serás gentil conmigo, no?
Bakugou inclino la cabeza y como parecía que el de ojos esmeralda estaba formando una idea errónea en su cabeza, decidió serle claro. Su rostro se puso terriblemente rojo debido a lo que estaba por decir, despertando la curiosidad en Midoriya que le miró con atención.
— ¿Kacchan? —lo llamo, acariciando su rostro con ternura — ¿Qué sucede?
—Deku, quiero que tú me lo hagas —declaró el más bajo, viendo como el de pecas abría los ojos con impresión y sus manos temblaban —No me importa si en otra ocasión es al revés, pero ahora quiero que tú seas quien está arriba.
—O-Oh, ah —balbuceo el de pecas sintiendo el rostro caliente —Y-Yo...b-buscaré bastante información está noche.
El cenizo soltó una carcajada y abrazo al de pecas que seguía asimilando todo lo que acababa de pasar. Estaba incrédulo, feliz y aterrado a la vez, ¿era eso posible?
Pues, con el de ojos rojos parecía que sí era posible.
— ¡Mira, Soba, es papá! ¡Dile hola!
El pequeño gatito en la pantalla soltó un agudo maullido que hizo a Todoroki sonreír con ternura a la cámara de su celular. Claro que después, ese mismo gatito se escapó de las manos de Kirishima para irse lejos del foco y solo quedó el pelirrojo, con una sonrisa de disculpa que al bicolor se le hizo lindísima, tumbado sobre su futón y usando sus manos como soporte de su cara.
—Perdón Todoroki, parece que no esta de buen humor. Puede ser porque le interrumpí su maravillosa siesta.
—No te preocupes Kirishima —dijo el de quirk dual —Gracias por ir a revisarlo.
— ¡Lo que sea por mi novio!
A el bicolor se le subieron los colores al rostro y no ayudo nada que el de dientes puntiagudos dijera que se veía muy lindo de esa forma y que le daban ganas de atravesar la pantalla para besarlo. Decirle que fuera a su casa a revisar a Soba fue solo una excusa para verlos a ambos en una pantalla única pero ahora sentía las consecuencias de sus actos. Si sumaba a su gatito y a su cariñoso novio, era de esperarse que su corazón no diera más.
—Todoroki, vete a tu jodido dormitorio si vas a andar de empalagoso con Kirishima —le llamó la atención el de quirk explosivo desde la cocina, dónde pudo escuchar la voz de su amigo mandándole un saludo —No quiero escucharlos.
—Yo los aguanto a ti y a Midoriya en persona, se compresivo Bakugou —se quejo el bicolor, abandonando el sofá y caminando hasta el cenizo con el celular en mano — ¿Ya vamos a comer?
— ¡Blasty, eso se ve muy bien! —elogió el pelirrojo que desde la pantalla podía ver un olla llena de salsa roja y pedacitos de carne — ¿También nos vas a cocinar a nosotros cuando estemos allá?
—En primer lugar, tu jodido novio casi quema la cocina de los dormitorios, por eso le estoy cocinando. Para evitar que mate a alguien aquí —empezó el de quirk explosivo —En segundo lugar, no, se joden.
— ¡Tacaño!
Bakugou mandó al carajo a su mejor amigo por la vídeo-llamada que mantenía el de quirk dual y lo saco a él también de la cocina para que no molestará. Realmente, si no fuera porque toda la Universidad Americana corría riesgo, mandaría al bicolor a su dormitorio a que intentará cocinarse algo por su cuenta. Apostaría con Midoriya si terminaba quemando todo o si congelaba la cocina para evitar el posible incendio.
En lo que retomaba su tarea en la cocina, el sonido de la puerta le alertó de la llegada del pecoso, el cuál recibió primero el saludo del bicolor que se encontraba en el sillón y después fue a verlo a él. Estaba un poco transpirado por el calor de la calle y tenía ligeras ojeras debajo de sus ojos esmeralda, esa mañana se tuvo que levantar temprano para asistir al profesor Shield en un trabajo especial y estuvo fuera todo el día hasta ahora. Al menos, mañana sería su día de descanso.
—Bienvenido, Deku —lo saludo y el de pecas sonrió con ligereza, correspondiendo el saludo —Ve a darte un baño. La cena estará en diez minutos.
—De acuerdo, gracias Kacchan —acepto el de pecas y dando un leve vistazo hacia atrás, se acercó al cenizo.
Katsuki no entendía qué quería hacer hasta que Izuku se inclino con rapidez hacia él y le robó totalmente desprevenido un beso, para después irse corriendo en dirección al baño y cerrar la puerta. Shoto no se dió cuenta de nada ya que estaba enfrascado en una conversación con Eijirou, lo que provocó que el cenizo pudiera sonrojarse y murmurar distinto tipo de maldiciones con completa soltura.
Después de unos minutos, la cena estuvo lista y el de pecas abandonó el baño, mucho más fresco y relajado. Se sentaron en la mesa todos juntos y discutieron sobre lo que vieron en los seminarios y lo que hizo el de pecas en Los Colores. Fue bastante entretenido para todos, al terminar, el de quirk dual se encargó de lavar los platos y el de pecas de limpiar la sala mientras que el de quirk explosivo iba a bañarse.
—Midoriya, ¿mañana tendrás tu cita con Bakugou? —quiso saber por curiosidad el de quirk dual mientras lavaba las cosas y las dejaba de lado.
—S-Sí —tartamudeó un poco nervioso el de pecas ante la directa pregunta de su amigo —Lo llevaré a un área donde podemos hacer escalada y pensaba tener un picnic.
—Eso es lindo —comentó el bicolor con una pequeña sonrisa —Yo iré a unos museos con Hawks. Y algo que llamo Los Reyes del Pollo Frito. Se supone que es un restaurante.
—Te recomiendo comer poco, Todoroki-kun —sugirió el de pecas que en sus primeras experiencias en los restaurantes estadounidenses terminó con acidez estomacal —Algunos lugares de comida son un poco pesados para lo que estamos acostumbrados
Todoroki asintió y continúo con su labor. Para cuando acabaron, Bakugou estaba haciendo las provisiones que llevaría para su picnic con el de pecas al día siguiente y dejando un poco de comida aparte para el de quirk dual. Si bien podía hacer uso de su dinero —el cual no era poco, Endevador le dió una tarjeta con fondos ilimitados con tal de que no intentará cocinar nunca más en su vida— el cenizo prefirió dejarle comida casera y se la entrego antes de que se fuera, en la puerta junto con Midoriya.
—Kirishima menciono que harías algo así —dijo el bicolor al aceptar la bolsa con diferentes tuppers de comida —Muy amable de tu parte, Bakugou.
—Lo hago para que no mates a alguien —se excuso el cenizo —No me importa si te mueres de hambre, mitad-mitad.
—Sigue siendo muy amable de tu parte —se encogió de hombros el bicolor, dándose le vuelta y agregando antes de irse —Que la pasen bien en su cita mañana.
Ambos adolescentes se sonrojaron un poco por lo último, además de que el bicolor les miro con una sonrisa divertida por sus reacciones antes de finalmente irse. Al volver a entrar al departamento, el de pecas fue a ayudar al cenizo a guardar la comida dentro de su heladera y preparon sus mochilas. Se despertarían maso menos temprano e irían en auto, a una zona de acampar dónde se hacían distintas actividades al aire libre y tenía muchos recorridos.
— ¿Le pediste el auto a ese amigo tuyo? —cuestiono el cenizo en lo que se metía con el de pecas al dormitorio y se acostaba primero en la cama.
—Sí, lo hice, ya que no conseguí alquilar uno. Me hizo prometer lo mismo que la primera vez que lo use —se rió el de pecas tumbado boca arriba en la cama a un lado del cenizo —Kacchan.
— ¿Hmmm? —murmuró el cenizo, que ya tenía los ojos rojos y un pie dentro del maravilloso mundo de los sueños.
—Te lo pediré yo —declaró el de pecas —Deja que sea yo quien te lo pida.
Katsuki podía sentir sus orejas caliente y todavía con los ojos cerrados, estaba seguro que el de pecas estaba igual. No dió una respuesta, solo se acercó hasta él en la cama, apoyando su cabeza contra uno de sus hombros y chocando con sus piernas. El más alto no lo molesto por una, puso un brazo debajo de su cabeza para que él lo usará de almohada y apagó la luz con un interruptor que había al lado de la cama.
El lugar era un monte que quedaba a las afueras de la ciudad, con una parte de estacionamiento y unos cuantos restaurantes en la calle de enfrente, muchas familias estaban ahí reunidas aunque se quedaban en la parte plana, dónde había mucho pasto para correr y jugar. Un grupo de jóvenes había tomado uno de los caminos despejados que iba cuesta arriba, tenían mochilas grandes en sus espaldas, preparados con botellas de agua y arneses. Las montañas no eran demasiado empinadas, podían subir con relativa facilidad y había partes de zona plana, e incluso una cascada.
Era un hermoso día, soleado, sin nubes y ventoso. Eso ayudaba a que no se sintiera tanto el calor en el cuerpo y los pájaros y otros animales iban por ahí libremente.
A Bakugou le gustó mucho el lugar desde que lo vio, seguro que el de pecas debió pensarlo bastante antes de llevarlo y eso solo hizo que le encantará más. Agarro su mochila del baúl del auto y se la colocó, no tenían planeado hacer una escalada hasta el final de la montaña. Llevaría demasiado tiempo, harían una pequeña subida cuesta arriba y buscarían un lugar para su picnic.
— ¿Estás preparado, Kacchan? —preguntó el de ojos esmeralda, que tenía puesta su mochila amarilla en la espalda y le ponía a el más bajo una gorra negra encima de la cabeza para evitar que le molestara la luz del sol —La otra semana iremos a un lago, no está muy lejos de aquí y hay una reserva natural hermosa.
—Eres bueno haciendo esto, nerd —se acomodo la gorra y, quizás, debido a su buen ánimo le dió un beso rápido al de pecas que quedó aturdido por la acción —Vamonos. Quiero ver que tanto aguantas.
— ¡O-Oye, espera! ¡Es trampa empezar antes!
Midoriya fue cruelmente ignorado por el de quirk explosivo que empezó su travesía por el monte desde el sendero a las corridas con tal de adelantarlo. No es como si fuera una competencia pero ese inicio fue el ideal, porque el pecoso lo encontró divertido y decidió seguirle el juego para ver quién lograba llegar antes. Ambos estaban en muy buena forma, habían hecho ese tipo de deporte antes y con solo tenerse cerca bastaba para motivarse mutuamente a continuar la escalada rápidamente. Hicieron una hora cuesta arriba, entre bromas y apuestas acerca de quién llegaría antes, para el final cuando encontraron una de las segundas zonas planas del monte, decidieron hacer su picnics ahí y fue el cenizo quien llego primero, riéndose del pecoso a quien ayudó a subir la última parte dándole de la mano y empujando su cuerpo hacia arriba para que llegara bien.
—Perdedor —le saco la lengua de forma burlona y el más alto rodó los ojos con gracia.
—Hiciste trampa —hizo un puchero y continúo de la mano con el cenizo en lo que caminaban por terreno plano en busca de una zona libre para su picnic — ¿Por dónde deberíamos ir?
—Quiero un maldito lugar con sombra —uso una de las manos para cubrir sus ojos y se sintió agradecido que el de pecas le hubiera puesto una gorra —Y tranquilo.
— ¿Te parece bien por esa zona Kacchan? —interrogó el de ojos esmeralda señalando un lugar con un árbol que daba sombra y dónde no había casi nadie —No hay mucha gente que haga su descanso aquí. Los que traen niños no llegan tan lejos y los demás van más arriba para descansar.
—Pues, que sea ese lugar entonces —acepto el de quirk explosivo.
Katsuki e Izuku se instalaron debajo de la sombra de un árbol y empezaron a montar su picnic. El cenizo coloco el mantel en el piso, saco un par de vasos y una botella grande con jugo de naranja, en lo que el de pecas sacaba la comida. La cual era completamente de su gusto.
—...Kacchan, todo esto...—murmuró el de ojos esmeralda sacando un par de sandwiches de lechuga y huevo que le gustaban muchísimo.
—Me trajiste a un buen lugar, lo justo es te haga una buena comida, ¿no? —le resto importancia el cenizo, no pensó mucho en la comida, solo quería hacer algo que alegrará al de pecas y por la expresión que puso parecía que dió en el blanco —Más te vale que lo acabes todo.
— ¡Sí! ¡Gracias!
El de quirk explosivo sonrió de lado, se puso a comer junto con el de pecas que hablaba de sus últimos inventos y se tumbo en la manta cuando acabaron, los dos juntos, disfrutando a la sombra del árbol de una pequeña siesta. El de ojos rojos se despertó primero de ese pequeño interludio, se sentía bastante fresco y relajado. Se apoyo con sus codos en la manta y miro hacia el de pecas, que usaba su mochila vacía como almohada y dormía todavía, totalmente tranquilo, con las manos sobre el estómago y las piernas cruzadas. Tentado le pasó las manos por el cabello rizado, lo que hizo que el de pecas frunciera la nariz y abriera los ojos, le dió una pequeña sonrisa y le menciono que dentro de su mochila había un pequeño postre para los dos, que si quería abrirlo y compartir. Aceptó hacerlo y se levantó de la manta, el más alto dejo la mochila para que pudiera abrirla y antes de que el cenizo pudiera quejarse de que el postre debía estar todo arruinado por su cabeza, sus dedos tocaron algo que no parecía ser un tupper.
Lo que sacó, lejos de ser un postre, era una bolsita blanca con el nombre de una joyería.
Estaba un poquito aturdido. Bien, tal vez estaba muy aturdido.
—Deku, espero que sepas que todavía no estamos en la edad de casarnos —dijo mirando hacia el de pecas que se rió levemente —Hablo en serio. Primero tenemos que pasar del año sin matarnos.
—Solo abre la bolsa Kacchan —pidió el de ojos esmeralda —Espero que te guste.
El de quirk explosivo se mordió los labios para no sonreír como todo un idiota, abrió la bolsa y saco de ella una pequeña caja. Al abrirla, tenía unas cadenas plateadas con pequeñas letras en ellas. Una tenía la "I" y la otra la "K".
Midoriya se acercó hacia el más bajo, con un tanto de nerviosismo y le coloco una mano sobre la que sostenía la caja.
—Es lo más especial que se me ocurrió para pedirte salir conmigo —menciono agarrando el colgante que tenía su inicial y mirando al cenizo con timidez —Ka...Katsuki, ¿saldrías conmigo?
—Sí, Izuku —acepto el cenizo, dándose la vuelta y dejando su cuello expuesto para que el de pecas le pusiera el collar, sintiendo agradable el frío material contra su piel —Es lindo, nerd. Deja que te ponga el tuyo.
Bakugou se apoyo en sus rodillas para quedar más alto que el de pecas y le puso el collar, cuando terminó, se sentó sobre su regazo y empezó a besarlo. El de pecas le correspondió con una sonrisa y después se quedaron de esa forma por un rato. Acordaron todavía no decir nada acerca de su relación, en una semana más llegaban sus amigos y ya iban a ser muy molestos por el mero hecho de que compartían dormitorio, si le sumaban su relación nunca lo dejarían en paz.
Era para la paz de los dos, aunque estaban seguros que seguirían molestando a ambos.
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