Capitulo 48
— ¡Perdón por dejarte solo, Kacchan! Después de ayudar al profesor tuve que ir a mi trabajo a medio tiempo y no pude llamarte hasta ahora. Pero ya estoy en camino, ¿quieres algo en especial para la cena? Imagino que no querrás salir porque el viaje te canso así que...
—Deku —soltó un bostezo el cenizo —Deja el parloteo y solo ven de una vez. Date prisa, tonto.
— ¡Sí, ya estoy llegando!
Bakugou colgó la llamada y se levantó de la cama con lentitud, por la ventana se podía ver un cielo anaranjado y amarillo, cayendo el atardecer haciendo que se sintiera alertagado y sin ganas de levantarse. Cuando entro al departamento se sintió un poco incómodo, como si estuviera invadiendo la privacidad de Midoriya. Sin embargo, al dejar sus maletas en la sala y entrar a la primera habitación que vio, dónde había un escritorio con varios libros y una cama con sábanas azules, esa sensación se fue y solo pensó en recostarse para descansar un rato. No pensó que se quedaría dormido por tanto tiempo.
El cenizo se levantó con pereza, se estiró y salió de la habitación, encendió las luces para esta vez sí tener una vista clara de la sala de estar y la cocina del dormitorio que parecías más un pequeño y acogedor departamento. Había un televisor sobre una comoda, un sofá de dos piezas, una mesa redonda con dos sillas y una barra en la cocina. Fue a buscar algo de tomar cuando la puerta se abrió y los pasos apresurados del pecoso hicieron eco entre las paredes, traía puesta la misma ropa de antes y su mochila amarilla colgada de uno de sus hombros.
Y tenía una expresión tan arrepentida que el de quirk explosivo solo pudo reírse.
—Bienvenido a casa, Deku —dijo con tranquilidad caminando hasta el muchacho que se veía abatido y deprimido — ¿Qué mierda te sucede, eh?
—Yo...no pensé que iba a tardar tanto —murmuró el pecoso —Quería pasar tiempo contigo antes de irme al trabajo, ser el primero en mostrarte el campus y esas cosas.
El cenizo le pasó una mano por el rostro y le apretó las mejillas para cambiarle la expresión, cuando eso no sucedió, inclino su cara para besarlo y disfruto de la manera en que pasó las manos por su cintura. El beso fue más tierno y dulce que otra cosa, hasta que el de quirk explosivo lo soltó y acunó su rostro.
—Hey, no seas tonto, tenías cosas más importantes que hacer que darme un tour —al ver que hacia otro puchero, se rió y le beso la punta de la nariz —Si te sientes tan mal, hazme una buena cena. La comida del avión fue un asco.
El de pecas sonrió un poco y asintió, el de quirk explosivo le dijo que iría a darse un baño mientras tanto y él acepto. Después hablarían de qué arreglo hizo para que terminaran compartiendo un mismo dormitorio. Eso hizo a el de ojos esmeralda reírse nervioso y decirle que tenía una buena explicación al respecto.
Sin embargo, esa explicación no era muy difícil, Izuku era encantador, diligente y trabajador, los profesores del departamento de Informática y Tecnología lo adoraban desde que mostró tanto entusiasmo en sus clases, haciendo que incluso sus compañeros de seminario tomarán más participación e hicieran trabajos en equipo de manera más armoniosa. Por lo tanto, cuando el de pecas hablo de que sus amigos del departamento de Heroísmo de Yuei vendrían y quería saber si uno de ellos podría quedarse con él en el departamento que le dieron por su desempeño, uno de los profesores acepto con gusto y hablo en su favor en con los administrativos de la facultad para que se lo permitieran.
Tecnicamente, no era la gran cosa. No obstante, sí debe reconocer que dejó pasar el tiempo para no darle la noticia al de quirk explosivo. Estaba nervioso acerca de cómo lo tomaría y un poco inquieto.
Ahora mientras hacia la cena, pensaba que a Katsuki no se tomaba nada mal el estar en su dormitorio e incluso parecía estar a gusto. Eso sería bueno.
El sonido de la puerta abriéndose llamó la atención del pecoso, que volteo para ver al cenizo saliendo del baño, con una toalla sobre los hombros y una musculosa negra, llevaba también un pantalón deportivo azul oscuro y andaba descalzo. Como parecía tener calor, prendió el aire acondicionado y le pidió que se relajará. Contrario a eso, el más bajo se quedó sentando en la mesa, con una pierna cruzada sobre la otra y mirándole con atención, podía sentir su mirada sobre los hombros y cuello, lo que le hacía sentir nervioso.
Estuvieron en silencio por un rato. El de pecas preparo algo de arroz, pollo y saco de su heladera una botella con limonada fría. Estaba por poner todas las cosas sobre la mesa cuando el de quirk explosivo se puso de pie y le pregunto dónde estaban para ayudarlo. Él lo hizo y tuvo una agradable sensación mientras lo miraba poner la mesa y llevaba la comida.
Cuando se sentaron juntos, el ambiente de antes se relajo un poco, aunque el de pecas seguía algo inquieto por los ojos del cenizo tan fijos en él. Pero estaba resistiendo bastante bien hasta que empezó a hablar.
—Deku, ¿acaso vamos a compartir una misma cama? —interrogó el de quirk explosivo y el de pecas escupió parte de su cena, lo que le hizo reírse —Pensé que para eso habías pedido que me quedara contigo, aprovechado.
— ¡N-No es así! P-Pensé que estarías más a gusto en un lugar con baño propio y cocina, no tenía segundas intenciones —se defendió el de ojos esmeralda —N-No lo mencioné antes porque tenía miedo de que te disgustara. D-De todos modos, puedes volver al dormitorio con Todoroki-kun, si quieres.
—Te prefiero a ti que al mitad-mitad, deberías saberlo —dió un bocado a su comida el cenizo y agrego —Pido el lado derecho de la cama. Y me encargaré de la cena, ¿siempre llegas a esta hora, no?
—Hum, sí, aproximadamente —confirmó el de pecas.
—Mí horario es más flexible, estaré aquí antes y te esperaré —volvió a probar otro bocadillo de la comida —Y haremos eso de las jodidas citas en tus días libres. No te excedas.
—B-Bien —tartamudeo avergonzado el de ojos esmeralda —P-Pero deberías salir con Todoroki-kun. No creo que te guste estar aquí solo esperándome.
—No solo voy a esperarte, tonto. También tendré que estudiar todo el material que tengo en inglés y...
A Midoriya le preocupó un poco que el cenizo se quedará en silencio y después, cuando se puso de pie, caminando hasta él en la mesa también se sintió algo inquieto. Tenía la cabeza gacha y las manos apretadas en puños, parecía tenso y nervioso, lo cual no era usual en él. Quiso alcanzar una de sus manos y atraerlo hasta su cuerpo pero se contuvo al notar que el cenizo pasaba una mano por su cuello y soltaba un pesado suspiro, levantando la cabeza para hacer conexión con sus ojos. Tenía un leve rubor rosado cubriendo sus pómulos.
Lindo.
—Y cuando vuelvas a Yuei, voy a estar jodidamente ocupado entre la agencia de Best Jeannist, los exámenes y las pruebas de Aizawa-sensei —continuó el más bajo —Si lo piensas bien, estás dos semanas será el tiempo más largo que podré estar contigo.
—Oh...—abrió la boca el de pecas entendiendo porqué el de quirk explosivo quería quedarse en su dormitorio —No lo había pensado...
—Claro que no —bufó el cenizo poniendo sus manos sobre los hombros del más alto y sonriendo con diversión al verlo ahora a él avergonzado —Eres un nerd distraído y despistado.
El de pecas hizo un puchero y tomando por sorpresa a Bakugou, coloco ambas manos en su cintura y lo subió sobre su regazo, provocando que las piernas del cenizo quedarán a los lados de su cuerpo y sus brazos sobre sus hombros. El más alto enterró su nariz en el cuello del contrario y lo escucho murmurar una propuesta y después un ligero sonido, bastante tierno, cuando paso la lengua por esa zona y succionó una parte con sus labios. No tenía la intención de dejarle una marca, solo quería molestar al cenizo y en verdad lo consiguió cuando se encontró con esos ojos rojos que le miraban de forma amenazante.
—Ya no soy tan despistado, Kacchan —sonrió, apoyando la barbilla sobre el pecho del cenizo que le gruño y le tiró un mechón de pelo —Gracias por hacer esto. Prometo llevarte a lugares muy buenos.
— ¿Vas a pedirle el auto a ese tipo otra vez? —interrogó el de quirk explosivo, intentando olvidar la sensación de los dedos del pecoso recorriendo su cintura y el calor en su cuello por el beso.
—No, pensaba alquilar uno por unas horas y hacer distintos viajes contigo —respondió el de pecas —A Douglas le daría un infarto si me voy del estado con su bebé.
El cenizo pudo imaginarse perfectamente a ese joven haciendo un escándalo por su auto y no pudo evitar reírse de ello. A el de pecas le gustó mucho escucharlo reír, más que nada porque era muy distinto verlo en persona que por la pantalla de su celular y se quedó unos segundos demás contemplando su rostro de esa manera. Hasta que, por supuesto, el de quirk explosivo lo noto y alzó una ceja.
— ¿Qué tanto me miras, Deku? —fingió sentirse tranquilo pero, la verdad, esos ojos esmeralda tan fijos en él le provocaban un cosquilleo en el estómago de los nervios.
—En verdad estoy feliz de que estés aquí, Kacchan —abrazó más fuerte al más bajo y se oculto en su pecho —Realmente voy a disfrutar esta pequeña convivencia.
—Hum, no creas que te lo haré fácil —protestó el de quirk explosivo aunque ya estaba acariciando los rizos verdes del contrario —Vas a mantener todo el perfecto orden que quiera.
A Midoriya le pareció un precio bastante bajo a pagar por contar con la compañía de Bakugou. Pero como el cenizo parecía bastante seguro de que lograría hacer de esa convivencia algo que lo molestaría —ya que él mismo sabía lo obsesivo compulsivo que era con el orden y la limpieza— no quiso interrumpir sus argumentos. Se quedó quieto disfrutando de sus mimos y el calor de su cuerpo.
Por obvias razones, los seminarios eran en inglés, así que tanto Shoto como Katsuki salieron de los primeros con un ligero dolor de cabeza y numerosos apuntes que tenían que traducir más tarde para que les fuera más cómodo su interpretación. Su primer día en el campus estaba siendo un tanto duro por la barrera del idioma pero tanto los profesores como los estudiantes estaban siendo amables con ellos y les habían dado varios recorridos por la Universidad Americana.
Como tenían un periodo de descanso antes de ir a la zona donde entrenaban los héroes profesionales y aprender de sus técnicas —que eran las mismas impartidas a los soldados estadounidenses— ambos decidieron ir a almorzar en una parte del patio que tenía banquillos de madera y estaba bajo la sombra de un árbol. Se sentaron frente a frente comiendo e intercambiando un par de sus apuntes.
— ¿Cómo es la empresa donde trabaja Midoriya? —se le ocurrió preguntar al de quirk dual cuándo se canso de ver tantos de sus apuntes y mordía su sandwich.
—No lo sé, mitad-mitad. Es una empresa de tecnología y ya —se encogió de hombros el cenizo remarcando un par de palabras en sus cuadernos — ¿A qué viene la maldita pregunta?
— ¿No te gustaría ir a verlo? —preguntó el bicolor y pudo notar, por la manera en que el cenizo dejo de subrayar sus notas, que tenía su atención —No está lejos de aquí. Hawks puede llevarnos.
— ¿El novio de tu hermano mayor está aquí? —alzó una ceja el cenizo y al ver la expresión abatida del contrario, interrogó — ¿Tu padre mando al héroe número dos de Japón a vigilar a su hijo?
—Era eso o que viniera él en persona. Hawks fue amable al aceptar y está aburrido, dijo que lo llamara si necesitaba cualquier cosa —contó el de quirk dual — ¿Qué dices? ¿Vamos a ver a Midoriya después del entrenamiento?
El de quirk explosivo no tuvo que pensarlo tanto. Dijo que sí y ya, tenían un adulto con licencia de conducir a mano, ¿cómo iba a desaprovecharlo? Y no podía negar que sí le daba curiosidad ver el lugar de trabajo de Izuku. Le mando fotos y unos cuantos videos, pero sería interesante verlo en persona y quizás tuviera la oportunidad de verlo trabajando en algo. El de pecas se ponía muy serio mientras trabajaba, fruncía el ceño, caminaba de un lado para el otro y no paraba de hablar solo, lo cual para él era divertido y parte de su encanto.
Al terminar su almuerzo, el de quirk dual y el cenizo fueron al entrenamiento con los héroes profesionales de la universidad, recibieron las instrucciones de los profesores y tuvieron la experiencia de realidad virtual en algunos simuladores —para vuelos y carreteras— que fueron interesantes. Estuvieron dos horas en eso y con ese último entrenamiento, a las dos de la tarde, se terminaba su cronograma por ese día y eran libres.
Bakugou quiso pasar primero por el dormitorio a bañarse y cambiarse de ropa, Todoroki acepto y le indico que lo esperaría en las afueras del campus con Hawks. Hacia bastante calor afuera, así que optó por ponerse una musculosa negra ajustada y una bermuda de color beige junto con unas sandalias negras, agarro su celular y algo de dinero. Quería comprar provisiones.
Al salir del campus, en la enorme entrada de la facultad que tenía forma de arco de color blanco, el cenizo encontró al de quirk dual de pie al lado de un descapotable demasiado llamativo de color rojo, dónde en el asiento del conductor los esperaba Keigo Takami, el héroe número dos de Japón de nombre de Hawks, con un par de lentes negros cubriendo sus ojos y luciendo como todo un turista.
— ¡Bakugou, hola! —lo saludo el héroe de alas rojas con una enorme sonrisa — ¡Que feliz estoy de verte! All Might no paraba de presumirte delante de Enji-san.
—Dudo que All Might halla hecho eso —bufó el cenizo, su mentor era demasiado modesto para hacer eso —Hola, Hawks.
—Si no me creas, no lo hagas, pero te aseguro que es cierto —aseguró el mayor con una sonrisa —Suban, suban, ¿tiene la dirección de a dónde quieren ir?
Shoto asintió y le pasó al mayor su celular para que pusiera el GPS, en lo que el de quirk explosivo iba la a parte de atrás del auto y se sentaba, mirando hacia al cielo directamente gracias a que no estaba el techo del auto. Hawks mencionó que le gustaba la sensación del aire en su rostro y a no ser que estuviera usando su quirk, su segunda manera de conseguirlo era con un auto descapotable y conduciendo a máxima velocidad. Por suerte, ya que ellos eran sus pasajeros —uno su cuñado y otro menor de edad— el héroe alado tenía cuidado para manejar.
Su lugar de destino se encontraba a veinte minutos de la Universidad Americana, conocido como El Mundo de la Tecnología, una serie de conocidos estudios informáticos de distintas marcas americanas, inglesas y asiáticas. Midoriya trabajaba en una de esas empresas importante que, para escándalo de todos los demás ahí, fue la primera fundada por países latinoamericanos hace menos de diez años. Tenía de presidente a un hombre argentino, de directora general a una mujer venezolana y de ejecutivo comercial a un hombre mayor ecuatoriano. La empresa se llamaba Los Colores. Y de logo tenía un semicirculo con degradados de colores entre rojo, azul y amarillo. Mientras que el edificio, bastante grande y sofisticado como el de sus vecinos, contaba con ventanales de luz solar y tenía hermosos y coloridos murales.
A Bakugou le llamó la atención todo lo pintoresco y encantador del edificio, una mezcla entre lo moderno y lo urbano. Las fotos no lo hacían justicia y si bien Midoriya le contó que el lugar no era convencional, le aseguro que disfrutaba cada día que estaba ahí trabajando junto con los hombres estadounidenses e ingleses que eran amigos de su padre y que además enseñaban a los jóvenes de habla hispana. La entrada al lugar obviamente era restringida, no era un sitio para jugar y la empresa si bien era conocida por su compromiso con la naturaleza y la biodiversidad, todavía creaban cosas que podrían ser peligrosas para todos. El guardia les pidió sus identificaciones para pasar y como Hawks no las traía, les ordenó que les dijera el motivo por el cuál estaban ahí. En un momento dado, antes de que el héroe alado se pusiera a coquetar con el hombre para que los dejarán pasar —algo que a cierta persona no le gustaría nada— Todoroki intervino y le mostró al guardia una foto del pecoso, explico que querían hacerle una pequeña visita porque eran sus amigos y no pensaron que ocasionaría tantos problemas.
El guardia siguió sin dejarles pasar pero les pidió, con más amabilidad que antes, que esperarán un momento y llamo a alguien por medio de un transmisor. Diez minutos después, desde el edificio se acercó un hombre de cabello castaño y ojos verdes, corriendo en ropa deportiva y con una sonrisa les saludo. E hizo un extraño acercamiento hacia el cenizo, el cuál se sintió raro por la manera en que el hombre le miro.
— ¡Sí, es él! —fue lo primero que dijo el hombre con una sonrisa y dándole una palmada al guardia, agregando con una sonrisa una indicación en inglés para luego volver a mirarlos a ellos —Adelante, pasen, pasen. Soy Henry Abott, trabajo con Izuku, es un gusto tenerlos aquí.
Henry Abott era un ingeniero mecánico inglés, de cuarenta y cinco años, que trabajo en varios proyectos con Hisashi Midoriya por años en Estados Unidos e Inglaterra. Por años, escucho del hombre de su esposa e hijo, así que cuando le contó que su pequeño iría a Estados Unidos no dudo en ofrecerle la vacante de asistente de mecánica y un puesto en la empresa en la estaba actualmente, Los Colores. Desde que lo conoció adoraba al niño y estaba muy encariñado con él. Por eso, cuando el guardia le informo que en la entrada estaban algunos de sus amigos pidiendo entrar, no espero más para salir a confirmarlo. Y, efectivamente, las fotos que Izuku guardaba en su locker eran las mismas del joven sentado en el asiento trasero del auto, con cabello cenizo y ojos rojos.
El mayor espero con paciencia a los tres jóvenes que vinieron en el auto y los hizo pasar al edificio principal, debido a que estaba en su naturaleza hablar y hablar sin parar, empezó a explicar un poco de la historia de Los Colores y su fundación, su trabajo, su ética, sus últimos trabajos, etc. Al darse cuenta que se estaba yendo por las ramas, miro hacia los jóvenes para ver si lo escuchaban y se sintió más tranquilo al darse cuenta que lo escuchaban con atención. Bueno, los dos más jóvenes, el rubio de alas rojas parecía un tanto disperso.
—Generalmente, los pasantes como Izuku trabajan desde las dos hasta las seis y media. Pero a veces se nos va el tiempo y se quedan más tarde, me aseguro de anotar sus horas para que se las paguen como corresponde —contó el castaño —Tiene días libres los fines de semana y días por estudio. Es un muchacho brillante y de fácil trato. Ah, vengan, vean esto. Son él y la técnica informática Adriana.
Estaban en un piso alto con ventanas que daban hacia una sala cuyo interior estaba repleto de mesas, computadoras, sillas y artefactos extraños. El cenizo se acercó a la parte donde Abott mencionó, dónde pudo ver al de pecas junto con una mujer de aspecto maduro, ojos cafés, tez morena y cabello largo castaño, estaba usando jeans y una camiseta holgada que tenía muchas flores. Le sostenía de las manos mientras la mujer hacia equilibrio en lo que parecía a simple vista una patineta que después, poco a poco, fue elevándose del suelo. Por la mueca de pánico en su rostro y la manera en que el de pecas empezó a mover los labios, el cenizo supo que intentaba tranquilizarla.
Sin darse cuenta, estaba sonriendo delante del mayor, Hawks y Todoroki.
—Aún con las obvias pruebas, vale explicar que lo que creo Izuku es una patineta antigravedad —dijo Henry llamando la atención del cenizo, que había dejado una mano apoyada en el vidrio como si quisiera acercarse más a las personas en la sala y eso le pareció lindo —También creo unos guantes que soportan una gran cantidad de calor y ha estado trabajando en unas zapatillas que pueden adherirse a distintas superficies. Cree que serían ideales para trabajos de rescate, tanto para héroes como para los bomberos y policías.
—Ese nerd trabajo duro, eh —bufó el de quirk explosivo —Realmente tengo que ser el jodido héroe número uno para que no me sobrepase.
— ¿Ahora Midoriya es tu competencia? —se quejo de manera divertida el de quirk dual.
—Es mejor rival que tú —le saco la lengua el cenizo y el bicolor protestó.
Hawks pensó que era muy divertido ver a ambos pelear de esa manera y Henry, aún si lo encontraba también de esa manera, decidió que era hora de que pasaran a saludar al de pecas y los guío hacia una puerta que daba con unas escaleras que bajaban al interior de la sala que estaban viendo antes.
Un par de personas que reconocieron a Henry los saludaron y otras solo lo hicieron por educación hacia los desconocidos. Estaban cada vez más cerca del lugar donde el de pecas practicaba con la mujer sobre la patineta. Al cenizo le llegó hasta las oídos el extraño e interesante sonido de la voz de Izuku diciendo un par de palabras en español. No entendió ninguna pero sonaban bien.
La mujer fue la primera en verlo, un brillo de reconocimiento salto en sus ojos y se bajó de la patineta, corriendo hacia ellos y le agarro lo de los hombros, algo que Katsuki hubiera tomado muy mal sino fuera porque el de pecas, con una reacción extremadamente rápida, lo separó de ella y lo abrazo. La mujer soltó un ligero chillido a verlos.
—Deku, ¿qué carajos le pasa? —quiso saber el cenizo escondido desde detrás de la ancha espalda del contrario de la mujer que parecía querer abrazarlo.
—Adriana-san solo está feliz de verte. Es, hum, ¿una mamá adoptiva? Se hace cargo de muchos chicos y cuando vienen sus parejas se pone como loca...—al caer en cuenta de lo que dijo, el de pecas sintió su rostro rojo y le coloco las manos al cenizo en los hombros — ¡N-No es que le dije que eras m-mí pareja! E-Ella, humm, tengo un par de fotos tuyas en mi locker y todos sacaron conclusiones y yo no las negué, pero tampoco estuvo bien eso, ¿no? Es decir, todavía no te pido que salgas conmigo Kacchan, así que esto debe ser incómodo para ti y, hum, lo lamento, voy a aclarar todo el malentendido...
Antes de que el de pecas pudiera seguir murmurando más palabras enredadas entre sí, el cenizo se puso de puntas de pie y lo callo con un ligero e inocente beso sin importarle el público presente. Gracias a que eso lo silenció, pudo decirle lo que pensaba.
—No estoy incómodo —le aseguro con una sonrisa —Y no es un malentendido, dentro de todo, nerd tonto. Vamos a ser pareja antes de que me vaya seguramente. Ya sea que lo pidas tú o yo termine perdiendo la paciencia y te acabe sacando lo virgen en tu dormitorio.
Bien, quizás, en lo último se sobrepasó ya que al de pecas se le puso el rostro tan rojo que Shoto tuvo que acercarse y con su quirk ayudar a que le bajara la temperatura.
El cenizo no aguanto la risa.
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