Capitulo 47
Después de casi nueve horas de vuelo era de esperarse que Midoriya no pudiera sentir de la cintura para abajo. Su padre le dijo que también el cambio de horario le afectaría bastante y cuando salió del avión, pudo sentir como todo lo que le contó tenía sentido.
Le dolía todo y solo quería dormir.
Se bajó del avión junto con los otros cansados pasajeros y fue en busca de su maleta, el bolso lo llevaba colgado del hombro y su estómago reclamaba alimentos verdaderos. No que los de la línea aérea hubieran sido nefastos pero seguían sin ser comida auténtica.
Después de recoger su maleta en la cinta transportadora, el de ojos esmeralda se dirigió hasta la salida del aeropuerto y se encontró con un miembro de la Universidad Americana, un hombre muy amable con un cartel con su nombre y apellido, que hablaba fluidamente japonés y estaba a cargo de llevarlo a salvó hasta la institución, la cual se encontraba a tres horas del aeropuerto.
Al salir del aeropuerto, el de pecas vió como empezaba a anochecer y saco su celular para ver la hora, como seguía teniendo el horario de su país, vió que ahí debería ser mediodía, aproximadamente. El amable hombre le pasó una tarjeta para que su celular tuviera cobertura y le comento un par de cosas en lo que él se ponía a recibir sus últimos mensajes. Primero, respondió los de sus padres y luego, fue directamente hasta el chat del cenizo.
En un ataque de cursilería —como le gustaba llamar al de quirk explosivo— le envío un mensaje a Bakugou de despedida. Estaba muy ansioso al ver su respuesta y al leerla, una sonrisa embobada se mostró en su rostro.
Ya lo sé, Deku. Yo también te extraño y te quiero, idiota.
Viniendo del cenizo, el mensaje era muy honesto. El de pecas le escribió para contarle que había llegado bien a su destino, que lo estaban llevando a la universidad y que le deseaba un buen día en Yuei.
Luego de eso, cerro el celular y observó por la ventana el paisaje, deseando que los días pasarán pronto para tener al cenizo cerca y darle la sorpresa de que podrían visitar todos los lugares que quisiera con un auto que él mismo iba a conducir.
—Oh, entonces, ¿tienes novio? —preguntó su abuelo con sopresa — ¿Hace cuánto?
—No es su novio, es un amigo que es su novio pero todavía no lo dice para que Mitsuki lo deje tranquilo —explicó su abuela —Pero novio oficial o no, traerlo, Katsuki. Quiero conocerlo.
—Yo también —asintió el abuelo — ¿Es mayor que tú, muchacho?
Katsuki adoraba a sus abuelos pero la visita anual de ese año estaba siendo complicada desde que su abuela se enteró, por medio de su madre, de su relación con Izuku. Desde que llegó que no paraban de hacerle preguntas al respecto.
—No lo es, tiene mi edad —bufó el cenizo escuchando el leve oh de su abuelo y lo vio asentir con la cabeza — ¿Por qué les importa tanto? No pienso contarles nada. No sea que le vayan a contar a mí vieja y después ella me mate porque se enteraron antes.
—Katsuki, lo que digas aquí nos lo lleváramos a la tumba —prometió su abuela —Lo que bien podría ser mañana mismo. Así que habla de una vez, niño, que queremos escuchar una historia interesante y romántica.
—No le diremos nada a tus padres —juró el abuelo, poniendo las manos juntas y sonriendo hacia su nieto que lo veía dudoso —Anda, muchacho, cuéntale a tus abuelos de tu noviecito.
El cenizo rodó los ojos pero si en verdad no pensará decirle nada a sus abuelos, hacia tiempo que se hubiera ido de su sala de estar al jardín para seguir trabajando. Como no era el caso, luego de hacerse rogar un poco más, termino por contarles de Izuku a sus abuelos, los cuales escucharon su historia con bastante atención y cariño.
También les pasó un par de fotos que tenía de él y unas dónde salía en la Universidad Americana con Melissa Shield —la cual, coincidentemente, era la hija de un buen amigo de All Might, David Shield— a su lado, una chica preciosa que si bien lo puso celoso al inicio, el de pecas le aseguro que solamente se hicieron muy buenos amigos ya que ambos tenían algo en común, no poseían un quirk y trabajan en el campo tecnológico. El cenizo nunca pensó que sería tan receloso pero confiaba en el de pecas y después de verlo en una video-llamada con la chica, se sintió más tranquilo. Después de todo, el de ojos esmeralda estuvo más atento a él y su cena que a Melissa.
—Es un muchacho guapo, niño. Ten cuidado que no te lo quiten —dijo su abuela —Nuestro Masaru tuvo muchas pretendientes, lo que ponía a tu madre loca cada tanto.
—Y las sigue teniendo y Mitsuki se sigue poniendo celosa, lo que es divertido —se rió el abuelo —Ah, pero los celos enfermizos son malos, muchacho. Siempre confía en la persona a tu lado o no tendrás paz nunca en tu relación.
—Lo sé, abuelo —respondió el de quirk explosivo con una leve sonrisa y le pasó su celular a su abuela para que viera una de las fotos, entonces notó la hora que era y se puso de pie —Saldré a llamarlo un rato antes de que entre a clase. Ya vuelvo.
Sus abuelos se despidieron y el cenizo salió por la puerta, el día era cálido y había una ligera brisa soplando, lo que hacia todo más relajante. Se sentó en una hamaca que había en la entrada de la tradicional casa y marco el número de Midoriya, el cuál contesto en segundos con una voz algo adormilada.
—Kacchan, buenos días —lo saludo el de pecas desde el otro lado — ¿Cómo estás?
— ¿Te llamé muy temprano, Deku? —quiso saber el de quirk explosivo, le costaba asimilar la diferencia horaria entre Japón y Estados Unidos —Carajo, ¿estabas durmiendo?
—No, no —se apresuro en negar el de pecas —Ya estaba despierto. Solo que estoy cansado, entre los seminarios y el trabajo es un poco duro.
—Espero que estés comiendo bien, nerd. Si te llego a encontrar con comida comprada te mato —amenazó el cenizo que no quería que el de pecas se descuidara —Tienes que cuidarte. No quiero escuchar que te desmayaste en plena clase.
—Eso no va a pasar Kacchan, no te preocupes —se rió el de ojos esmeralda —¿Qué hay de ti? ¿Cómo la estás pasando con tus abuelos?
—Como siempre —bufó el de quirk explosivo —Con la excepción de que ahora quieren conocerte antes de morirse. Más te vale causarles una buena impresión, Deku.
Hubo un momento de silencio, después el ruido de algo que se rompía y el de ojos rojos tuvo que contener la risa al escuchar como el de pecas entraba en pánico por saber que sus abuelos querían conocerlo.
—No entres en pánico, tonto. Que no va a pasar hasta el año que viene —lo tranquilizó el de ojos rojos —Tienes tiempo de preparar tu corazón de pollo.
—Eres malo, Kacchan. Muy malo.
Bakugou se rió un poco más y después de hablar unos minutos con el de pecas, de recordarle que comiera bien y desayunara antes de ir a sus clases, volvió a meterse dentro de la sala de estar. Su abuela estaba en la cocina haciendo la cena y su abuelo leía un libro. Se sentó a su lado en el viejo sofá y el hombre le pasó una foto, donde salían sus padres de jóvenes, tenían que tener unos veinte y tantos, porque su madre llevaba el cabello largo y su padre no usaba anteojos.
—Ellos viajaron por bastante tiempo al inicio de su relación. Tenían los recursos para hacerlo y la energía —contó su abuelo —Pero venían siempre para las fiestas. Espero que tú y tu novio hagan lo mismo. O de lo contrario tu abuela se enojara mucho.
—Lo haremos —aseguró el cenizo, devolviéndole la foto a su abuelo que la guardaba en el cuaderno y parándose del sillón —Abuela, deja que te ayude. No sea que te cortes por andar sin los lentes.
Su abuela le saco el dedo medio al escucharlo, lo que hizo que el de quirk explosivo se riera y después agarrara un mandil para no ensuciar su ropa en lo que la ayudaba con la cena. Era su última noche en esa casa, mañana se iría temprano al aeropuerto para tomar el avión que lo llevaría junto con Todoroki a Estados Unidos.
Supuestamente, el de pecas había logrado la forma de ser quién los fuera a buscar. Así que, sería la primera persona que vería en esa tierra extranjera y no podía negar que era eso lo que lo ponía de tan buen humor mientras preparaba la cena.
—Cuidas a mí bebé como si fuera tu hijo, ¿entendido, Midoriya? La rompes y juro que te cortaré esos horrible rizos verdes mientras duermes.
Kelly Douglas era, junto con Melissa Shield, su único amigo que hablaba japonés de forma fluida y natural, lo que hizo que se llevarán muy bien. Tenía veinte años, el aspecto de todo un norteamericano con el cabello rubio, los ojos azules y el cuerpo de jugador de rugby, pero su personalidad era la de un abuelito malhumorado. Sin embargo, era el mejor estudiante del departamento de Informática de la universidad y lo estuvo cuidando muy bien desde que llegó. Ademas, de que le estaba prestando su auto para que fuera en busca de Todoroki y Bakugou al aeropuerto.
Por lo tanto, Midoriya le tenía bastante aprecio. Eso no quitaba que quisiera reírse cada vez que veía al alto hombre gruñir por la manera en que tocaba su precioso auto.
— ¿Estás seguro que no quieres que te acompañe? —repitió el extranjero —El aeropuerto está lejos.
—Tienes clases, puedo ir solo —negó con la cabeza el de pecas, encendiendo el motor y notando como el mayor temblaba de miedo —Nada le pasará a tu auto, lo prometo.
—Eso espero. O déjate a tu lindo "Kacchan" sin novio —se cruzó de brazos el rubio, disfrutando de ver la expresión del pecoso ponerse roja cuál tomate y dándole un par de palmadas al capo del auto, agrego —Ah, mí bebé, mi pobre bebé, sobrevive. Papá te espera aquí.
El de pecas reprimió sus ganas de reírse en lo que salía del estacionamiento, teniendo cuidado y revisando sus espejos retrovisores. Desde que llegó a Estados Unidos, lo primero que hizo fue sacar su licencia de conducir para poder llevar a el de quirk explosivo a varios lugares en sus citas. Al inicio, si bien estuvo nervioso y algo asustado, no fue tan malo. Confíaba en sí mismo al volante y lo único que le podría impedir manejar sería que no tuviera sus lentes puestos. Los necesitaba para ver de lejos y guiarse.
El recorrido hasta el aeropuerto le llevo tres horas y buscar un estacionamiento unos veinte minutos, le quedaban unos cuarenta minutos para que llegara el avión y eso si no pasaba nada con el vuelo. El más alto se quitó los lentes y se los puso en el cuello, llevaba una camiseta azul y una bermuda negra junto con sus típicas zapatillas rojas. Intento alisar su cabello rizado con sus manos en vano y dando un suspiro de rendición, se metió dentro del aeropuerto a esperar.
Estaba muy nervioso. Había hablando con Katsuki casi todos los días, hicieron video llamadas y se mandaron mensajes, pero ahora al sentir que estaba a punto de verlo lo tenía temblando del puro pánico, ¿no debió vestirse mejor para verlo? ¿traerle flores? ¿un regalo?
¿Podría abrazarlo apenas lo vieran? A Shoto le daría igual la muestra de afecto en su cara, seguramente incluso se lo esperaría pero, ¿si el cenizo se enojaba y no quería hacerlo? Cielos, estaba en problemas.
El sonido de la recepción avisando que llegaba el avión del cenizo provocó que Izuku se sacudiera y se preparara, firme cual soldado, espero en la zona donde las personas pasaban por el check-in y recogían sus maletas. Estaba buscándole con la mirada cuando, gracias al peculiar cabello rojo y blanco de su amigo, lo encontró. Venía caminando junto con el de quirk dual, con una gorra negra cubriendo su cabello y usando ropa deportiva del mismo tono, estaba un poco más alto de lo que recordaba y sus pies se movieron antes de que se diera cuenta hacia él.
— ¡Kacchan!
El mencionado no llego a reaccionar antes de que el de pecas lo atrapará en un abrazo de oso que le saco el aire de los pulmones. Estaba confundido pero al sentir su aroma se calmo y alzó la cabeza para verlo, tenía la sonrisa más grande que le hubiera visto hasta ahora y para su jodida mala suerte, había crecido más que él en menos de dos meses.
—Maldita sea, ¿tú también has crecido? —se quejo, poniendo las manos en el pecho del más alto para tomar distancia y llevando una de sus manos hasta su frente para comparar sus alturas —Unos diez centímetros más que yo tienes.
— ¿Lo lamento? —se disculpo apenado el de pecas, colocando sus manos en la cara del cenizo y volviendo a sonreír —Estoy muy feliz de verte, Kacchan.
—Humm —se acurrucó el de quirk explosivo hacia el tacto del contrario —A mí también me da gusto, Deku.
La pareja se metió en su atmósfera dulce y rosa hasta que el sonido de un click les trajo devuelta a la realidad y ambos tuvieron que girar la cabeza hacia su olvidado amigo, el cuál llevaba puesta una camiseta blanca y pantalones azules, con el celular a mano sin vergüenza alguna sacándole fotografías.
—Hola, Midoriya. Uraraka me pidió que le pase fotos apenas te viera y eso hago —explicó el de quirk dual — ¿El abrazo de bienvenida era solo para Bakugou?
— ¿Acaso querías uno, mitad-mitad? —gruño el de quirk explosivo, abrazando al pecoso de la cintura y negándose a soltarlo.
—No, no. Solo preguntaba —se encogió de hombros el de quirk dual, conteniendo la risa y guardando su celular — ¿Viniste con un profesor, Midoriya?
—Oh, no, pedí que me dejaran traerlos —respondió el de ojos esmeralda, bastante feliz de tener al cenizo cerca pero teniendo que soltarlo para agarrar su mochila y darle la mano —Vamos a buscas sus maletas y nos vamos.
Todoroki asintió y Bakugou solo siguió al de pecas, encontrando bastante nuevo de que estuviera tan tranquilo con el contacto físico. Claro que lo que él no sabía era que la emoción de verlo y tocarlo le ganaba por mucho al miedo y el nerviosismo que sentía el de pecas con solo tenerlo cerca. El cenizo se sentía bien con esto y se dejó guiar por el de pecas por el aeropuerto. Agarro su maleta mientras el de ojos esmeralda seguía con su mochila colgada del hombro y salieron del aeropuerto después de agarrar el equipaje del bicolor.
Al caminar por el estacionamiento el de quirk explosivo se preguntó si irían en algún bus o un auto, pero el de ojos esmeralda le sorprendió sacando una llave de su bolsillo y encendiendo un auto de color negro en el estacionamiento, les dijo que era de uno de sus amigos en la universidad y que se lo presto para ir a buscarlos. Abrió el maletero para que pusieran su equipaje y luego les indico a ambos que subieran. El de quirk dual fue a la parte de atrás y el cenizo se sentó al lado del pecoso, viendo como se sentaba en el asiento del conductor, colocándose el cinturón y poniéndose unos lentes de pasta negra.
Carajo, usaba lentes y le quedaban bien, ¿desde cuándo su maldito nerd con pecas adorables usaba lentes que lo hacían ver malditamente sexi?
— ¿Kacchan? —lo llamo el de pecas notando que el cenizo estaba aturdido —Tienes que ponerte el cinturón. Te ayudaré, este auto es algo viejo y los cinturones se pueden salir.
Midoriya se acercó al más bajo para colocarle el cinturón y pudo observar su rostro de cerca, tenía una expresión perdida que le quedaba muy linda y no pudo evitar el darle un pequeño beso, apenas un roce de labios antes de volver a su propio asiento con el rostro todo ruborizado y encender el motor.
—Ya tengo ganas de volver a casa —comentó el de quirk dual, que estaba siendo brutalmente ignorado por ambos y envuelto en su aura rosa.
El cenizo despertó de su trance cuando llegaron a la Universidad Americana, era un lugar mucho más grande que Yuei, como si se tratara de un barrio privado con solo edificios gigantes y enormes y lindos parques. El de pecas freno en un edificio de aspecto moderno, delante de un chico alto y rubio que le dijo que era el dueño del auto, apenas se bajó el joven le dió una mirada y silbó.
—Carajo, con razón Midoriya no quería compartir una fotografía tuya —dijo el mayor en un japonés bastante bueno —Eres mucho más lindo de lo que decía.
Katsuki escucho a Izuku gruñir detrás suyo ante esa declaración y Shoto estaba tan tranquilo que parecía que solo quería acabar con todo para irse a dormir en una cama adecuada.
—Me llamo Kelly Douglas, soy compañero de ese chico y su amigo, se podría decir —se encogió de hombros el rubio para después ir hasta su auto y suspirar al verlo en una pieza —Mí hermoso bebé, ¿te trataron bien?
El de pecas estaba por hacer que sus amigos se fueran a buscar su dormitorio, cuando Douglas le detuvo con sus siguientes palabras.
—Midoriya, el profesor Shield te busca —le aviso el mayor —Si fuera tú, le pediría a Lissa que se haga cargo de llevar a tus amigos a el dormitorio.
Por la reacción que tuvo el de ojos esmeralda, que fue la de suspirar y usar una de sus manos para apretar su puente de la nariz, a el bicolor y el cenizo les dejo en claro que se trataba de un asunto que no podía posponer. El de quirk explosivo le tomo de la mano y jugo un poco con sus dedos, sin mirarlo a los ojos, dijo.
—Ve, nos veremos después Deku —le indico.
—...Está bien —aceptó el de pecas, besando la frente del cenizo y susurrando en su oído —Melissa-san llevara a Todoroki-kun a el dormitorio, pero a ti te llevará a otro lugar Kacchan. Quería decírtelo antes, pedí que te pusieran en mi dormitorio. Perdón, ya vuelvo y hablamos.
Bakugou llevó una mano a su oreja derecha luego de que Midoriya empezó a correr en dirección al edificio, con una sonrisa de disculpa y prometiendo una explicación. Sentía como todo su rostro se ponía rojo al saber que iba a pasar quince días enteros en el mismo dormitorio que él, cuando lo que estaba planeado era que compartiera un dormitorio con Todoroki.
Genial, no lo veo por unos días y el bastardo no solo se vuele alto, sino también astuto.
El cenizo se frotó la oreja con fuerza para olvidar la sensación del aliento caliente del pecoso contra ese sensible lugar y el sonido de su voz. Se calmo a sí mismo y empezó a sacar todo su equipaje del auto de Douglas, en lo que Melissa Shield llegaba y se presentaba también con ellos. Era una joven en verdad bonita, de cabello rubio largo y ondulado, con curvas sensuales y redondos ojos azules.
Ella fue muy amable y agradable, de carácter amable. Primero los llevo a los dormitorios que pertenecían a los estudiantes del Departamento de Heroísmo, ya que en Estados Unidos la profesión de héroes se ejercía a partir de los veinticuatro años. Antes de eso, las escuelas daban una formación más normal a sus estudiantes y sino, estaba el ejército para quien quería empezar a temprana edad el servicio público.
El edificio se parecía a un complejo de departamentos, grande y de color rojo. Melissa explico que los dormitorios eran de un tamaño cómodo, que las cocinas se compartían y que había baños en varios pisos. Tenían también una pileta enorme y un campo para hacer deportes.
El bicolor tenía el dormitorio 5 A para él solo, un dormitorio de buen tamaño con dos camas en las paredes, dos escritorios y un televisor. Ya que estaría solo, dejo sus cosas en la cama desocupada y se recostó en la otra.
— ¿Es raro no tener un futón, mitad-mitad? —preguntó el cenizo divertido viendo como el contrario dejaba sus manos cruzadas sobre su pecho y cerraba los ojos.
—En este punto, solo quiero apagar las luces y dormir —respondió el bicolor — ¿Las apagan por mí, por favor?
—Por supuesto, Todoroki-kun —respondió la rubia con una sonrisa —Que descanses.
—Nos vemos mañana, mitad-mitad.
Shoto les saludo con la mano al salir del dormitorio y Melissa le indico al cenizo que lo siguiera a su siguiente parada. No era demasiado lejos, a unas tres cuadras del edificio principal de la Universidad Americana que se llamaba The Light, se encontraba la sección del departamento de Informática y Tecnología. Un edificio alargado de seis pisos, con dormitorios más grandes y privados, ya que en realidad estaba destinado para el uso de sus profesores residentes y pasantes.
—A Midoriya-kun se le dió un dormitorio aquí por su excelente desempeño durante la primera semana, también por su participación en los seminarios y ayudar a los profesores. Mi padre en especial le tomo cariño y trabaja con él bastante seguido —le contó la mayor al cenizo —Su dormitorio es este, ¿te dió la clave de su cerradura electrónica?
El cenizo estaba por decir que no cuando sintió una vibración en su celular y vio un mensaje de Izuku con una combinación de números. Sabiendo de que se trataba, se acercó hasta la cerradura electrónica y los colocó, la puerta abrió y Melissa se despidió de él.
Por lo tanto, se quedó solo con sus maletas en el dormitorio del pecoso y sin saber bien qué hacer a continuación.
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