Capitulo 46

Soy muy débil.

Izuku se dirigió hasta una de las paredes de la sala y se deslizó hacia abajo hasta sentarse, se desabrocho el pantalón y lo bajo. Le dolía horrible la erección que traía. Y la imagen de Katsuki sonrojado y con los labios hinchados no le ayudaba a calmarse. Con un gruñido, se llevó las manos hasta su miembro para masturbarse.

Que bueno que Mei ya no usaba la sala con él. Tomura la tomo como aprendiz y desde entonces estaba pegada al pobre profesor como goma de mascar. A no ser que necesitará ayuda con algo, no venía a la sala. Eso hacia que cerrarla con llave fuera sencillo, nadie le preguntaría porqué lo hizo —ser un alumno de tercero tenía sus beneficios— y si lo hacían, podía decir fácilmente que era porque no quería ser molestado mientras trabajaba.

El de pecas se agarró su erección con fuerza, mientras pensaba en el cenizo, en sus ojos rojizos, en sus labios hinchados después de los besos, en su piel sonrojada en las mejillas. Quería sentirlo cerca, ¿cómo sería besar su pecho mientras estaba encima suyo? ¿agarrar su fina cintura mientras lo embestía? ¿su voz como sonaría cuando le hiciera el amor?

Quería morder su cuello blanco, su espalda ancha, su pecho musculoso. Dejarlo marcado como suyo. Quería hacerlo sentir bien, que le gustará lo que le hiciera, que se perdiera en el placer cada vez que lo tocará.

—Ah, ah, Kacchan...—jadeó con la voz ronca mientras su mano derecha se movía de arriba a abajo velozmente —Kacchan...ah, te quiero, te quiero Kacchan...

Deseaba escuchar su voz ronca. Sentir su cuerpo debajo del suyo. Sostenerlo de las muñecas y dejarlo indefenso. Abrazarlo con ternura y besarlo hasta cansarse, si es que se cansaba. Era increíble como el de quirk explosivo mostraba un lado tan vulnerable cuando estaba con él, se dejaba mimar y tocar, se dejaba dominar. Le daba ese control porque confiaba en él y quería que lo cuidara. Mierda, eso solo lo exitaba más y hacia que el calor en su vientre incrementará.

El de pecoso eyaculo después de unos largos minutos de tensión, su mano quedó completamente manchada y tenía la respiración agitada, se quedó mirando el techo unos minutos y suspiro con fuerza.

—Necesito más autocontrol —murmuró para sí mismo —Podría lastimar a Kacchan si soy muy impulsivo.

Midoriya se quedó un tiempo sentado en el suelo para terminar de tranquilizarse, después se paró y limpio con unas servilletas lo que hizo. Luego, fue al baño más cercano a lavarse bien las manos y volvió a la sala a seguir trabajando en sus proyectos.

— ¿No te olvidas nada, cierto, amor? —volvió a preguntar Inko con ansiedad — ¿Tienes toda tu ropa? ¿Tus libros? ¿Tu computadora?

—Sí, mamá, tengo todo —respondió con paciencia el de pecas.

—Tienes que llamarme y mandar mensajes, ¿de acuerdo? —replicó la de cabello verde —Se bueno con los amigos de tu padre y respetuoso con tus profesores. También haz muchos amigos, Izu. Pásala bien, ¿si? No tienes que pasar todo el tiempo estudiando. Hisa-san, dile que no tiene que hacer eso.

—No tienes que hacer eso, muchacho —se rió el azabache debido a lo ansiosa que estaba su esposa —Tu madre tiene razón, estudia mucho pero diviértete. Los chicos que vas a conocer apenas son uno o dos años más grandes que tú, seguro se van a llevar bien.

En el auto de los Midoriya el ambiente era un tanto ansioso por el lado de la madre, divertido por el lado del padre y del hijo, en su trayecto hasta el aeropuerto. La noche anterior Inko había ayudado a su hijo a guardar todo lo necesario —y más— en su maleta, se pasó toda la cena sacándole promesas para que le mandara mensajes y la llamará regularmente, hablaron acerca de los destinos que podría visitar en coche —para su horror, su pequeño niño pensaba hacer el examen de manejo en Estados Unidos y se llevaba un permiso de ellos para eso, iba a estar con el corazón atragantado por mes y medio pensando en el de pecas teniendo un accidente automovilístico en el extranjero— que no le quedarán muy lejos de la universidad y le pasó un par de consejos para vivir solo. Todavía con todo ese trabajo, a Izuku y a Hisashi no les sorprendía que ella siguiera siendo repetitiva en los mismos temas.

El de pecas siempre fue muy independiente pero tenía una relación muy estrecha con su madre y sumado a que era hijo único, para ambos costaba separarse. Mientras que a su madre le dolía ahora, a él le dolería en el momento en que sintiera su ausencia. Por eso, se esforzaba en ser compresivo con ella y debía reconocer que en vez de sentirlo fastidioso, era un tanto divertido y gracioso.

—Y ten mucho cuidado cuando intentes cocinar —le recordó la femenina —No te quemes como yo. Es muy doloroso.

— ¿Te lastimabas mucho de joven mamá? —preguntó un poco intrigado el de pecas. Su madre siempre fue un gran y habilidosa cocinera.

—Todos nos lastimamos cuando intentamos algo nuevo y era muy distraída —se rió la femenina —A Hisa-san siempre se le dió bien la cocina y los dulces.

—A las mujeres se les conquista con una buena comida. Eso me dijo un amigo mío —le guiño un ojo el azabache por el espejo retrovisor a su hijo —Aunque también se puede aplicar a los chicos. Cuando quieras prepararle algo a Katsuki-kun, avísame Izu y te paso la receta de un pollo picante genial.

Izuku se puso rojo cuál tomate e Inko regaño a su esposo por el comentario, aunque se notaba que le causó gracia. Para suerte del pecoso, ya habían llegado al aeropuerto y tenían que buscar un estacionamiento para después bajar. Llevaba consigo dos maletas y un bolso de mano, podía parecer bastante pero su bolso estaba vacío —pensaba llenarlo de souvenirs— y sus maletas llevaban también algunos regalos de Hisashi para sus colegas en la universidad. Apenas llevaba ropa y unos cuantos libros. Su madre se ofreció a ayudarlo con el bolso y él se hizo cargo de las maletas mientras que su padre caminaba guiando el camino. De los tres, el que más experiencia tenía en los aviones y el aeropuerto era él. Los hizo pasar por el check-in de seguridad, emigración y los detectores de metales como todo un profesional.

Su vuelo salía en media hora. Por ende, se fueron a sentar un rato a esperar y en eso fueron llegando unas cuantas personas. La primeras fueron Mitsuki y Katsuki, la rubia fue a abrazar al de pecas y a apretarle los cachetes, en lo que le deseaba un buen viaje y que le enviará muchos pero muchas fotos de los lugares que vistara. Le dió los buenos deseos que venían de parte de Masaru y luego paso a saludar a su amiga. Lo que dejó a ambos adolescentes viéndose mutuamente entre el ruido de las personas que iban y venían de aquí a allá en el aeropuerto.

El cenizo usaba una musculosa roja que le marcaba bastante la figura, un jean azul con rasgaduras y unas sandalias negras, junto con una gorra negra que se quitó para verlo y se la colocó sobre la cabeza al pecoso, tomándolo por sorpresa.

— ¿K-Kacchan? —lo llamo un tanto sorprendido.

—No soy un maldito sentimental que se va a poner a llorar porque te vas un mes y medio, jodido nerd —murmuró el de quirk explosivo —Pero que sepas que voy a extrañar ver tu cara todos los días y hablarte en persona.

Midoriya sintió como su corazón aleto ante esas palabras y quiso ver la expresión que estaba haciendo el cenizo en ese momento, pero Bakugou aplicó fuerza en la gorra para mantenerlo mirando hacia abajo y comprendió el mensaje. El de ojos rojos no quería que lo viera avergonzado y cuando escucho la voz de Uraraka e Iida llegando hasta donde estaban ellos, el cenizo lo soltó. Le dejo la gorra puesta y lo vio irse junto con Kirishima y Kaminari que también fueron a despedirlo.

El de pecas no se sintió frustrado por eso, al contrario, sonrió y lo guardo con cariño dentro de su mente en lo que se despedía de sus amigos, los cuales parecían mucho más entusiasmado que él mismo por su viaje. Hatsune, que llegó junto con Toga y Asui, prácticamente le rompió las costillas con el abrazo que le dió y le amenazó con una muerte muy dolorosa si no conseguía que algún profesor la recibiera en el futuro en la Universidad Americana para una pasantía. El de pecas prometió hacer lo posible por conseguirlo.

Todoroki, Ashido y Jiro llegaron después de un rato, haciendo que todos tuvieran una pequeña y linda reunión. Los adultos miraban todo con cariño, en especial los padres del pecoso que fue la primera vez que conocieron en persona a unos cuantos de sus amigos y se presentaron con ellos. Les parecieron todos jovencitos muy agradables y pudieron conservar con ellos por un tiempo hasta que llegó el anuncio del vuelo de su hijo.

Por respeto, primero se despidieron los que no eran tan cercanos al de pecas y después sus amigos, para dejar al último a ambas familias Bakugou y Midoriya. No querían ser molestos así que se alejaron un rato y mientras el de pecas recibía muchos abrazos por parte de las femeninas, Masaru llegó con una cámara fotográfica que su hijo vio con una ceja alzada.

— ¿Y eso, viejo? —alzó una ceja el de quirk explosivo hacia la enorme cámara.

—Pensé en sacarles una foto para enmarcarla y recordar este momento —dijo el castaño, pasándole la cámara a su hijo y poniéndole una mano sobre su hombro — ¿Te enseñó como funciona?

Había muy pocas que Katsuki no sabía y cómo usar una cámara fotográfica entraba dentro de ellas. Por lo tanto, se dejó guiar por su progenitor acerca de la angulación de la cámara y cómo usar el lente para enfocar. Cuando tuvo la técnica básica aprendida, empezó a sacarle un par de fotos a Izuku que estaba todavía siendo abrazado por Inko y tenía una de las manos de Mitsuki sobre sus hombros. Después sacó una más en el momento en que Hisashi se le acercó para abrazarlo por los hombros y revolver su rizado cabello, se notaba que su hijo ya era más alto que él en esa foto. Para el de quirk explosivo tomar fotos fue bastante entretenido hasta que su madre se dió cuenta y alertó al de pecas, haciendo así que alzará su cabeza en su dirección y mirara directamente a la cámara, con una expresión sonriente que era para él que justo logro capturarlo en una foto.

Maldito Deku. No pongas una sonrisa tan jodidamente cuando estás por irte a otro país. Es injusto.

El cenizo encontraría la forma de quedarse con esa foto. No importaba si sus padres se enteraba y se burlaban de él por ello. Quería esa foto.

— ¡Hey, mocoso, deja esa cámara a tu padre y ven! —gritó la rubia llamando a su hijo — ¡Quiero una foto de ustedes dos para poner en el álbum familiar!

—A mí me gustaría una dónde estuviéramos todos juntos también, Mitchan —comentó la de cabello verde con una sonrisa.

— ¡Yo se las saco, Midoriya-san! —se ofreció Mina entusiasmada con la idea.

El cenizo tuvo que ceder la cámara a la de quirk ácido —que estaba con una enorme sonrisa por ese trabajo— e ir junto al de pecas, que se puso rígido al tenerlo cerca y eso le hizo rodar los ojos pero también sonreír divertido cuando Hisashi lo empujó hacia él para que salieran abrazados en la primera foto. Izuku estaba rojo y nervioso pero, al menos, logro pasar un brazo por la cintura del más bajo y sonreír para un par de fotografías. Por otro lado, el de quirk explosivo apenas tenía el ceño fruncido en las fotos, aunque salió de brazos cruzados y en una de las fotos enseñando el dedo medio, para Masaru y Mitsuki fue un claro indicativo de su buen humor el que se hubiera dejado sacar tantas e incluso unas cuantas con ellos mismos y los Midoriya.

—Creo que ya es suficiente mamá, si no voy a perder el avión —detuvo el de ojos esmeralda a su madre antes de que pudiera hacer una segunda sesión fotográfica —Es momento de que me vaya.

—Izuku-kun tiene un punto —señalo Masaru hacia la fila de abordaje que se volvía cada vez más y más reducida a medida que los pasajeros subían al avión —No hagamos que se atrase.

Inko bajo la cámara con una leve tristeza —ya que era su turno sacando las fotos— y el de pecas fue a darle un último abrazo para prometerle que se sacarían más fotos cuando volviera. Se abrazaron con fuerza y luego fue el turno de Hisashi, que ahora sí estaba llorando a moco tendido por la partida de su pequeñito. Ochako murmuraba que ya sabía de quién salió exactamente lo llorón del pecoso.

Para lo último, Mitsuki empujó a el cenizo hacia el de pecas y los adultos se alejaron para darles un poco de "privacidad". O, bueno, tanta privacidad como se podía dar en un aeropuerto junto con una fila de personas a punto de abordar un avión.

No era mucho pero los adolescentes no iban a quejarse.

—Bueno...—titubeo el más alto, sin saber si estaba bien acercarse al cenizo para darle un abrazo o besarlo con tanta gente por ahí, en especial, con sus padres que después tendrían que llevarlo a casa y posiblemente darle un interrogatorio — ¿Supongo que aún no es momento de que Mitsuki-san y mi mamá se enteren de lo nuestro?

—No seas ingenuo, Deku. Ellas lo saben y nuestros padres también, pero mientras no se lo confirmemos estaré libre de un incómodo interrogatorio que ni loco pienso soportar hoy —bufo el de quirk explosivo —Si me llegas a besar para después irte tranquilamente al avión y dejarme hablando con los cuatro solo, te juro que te mataré.

—Entonces, me quedaré con las ganas —sonrió el de pecas, que de ninguna manera quería dejar al cenizo en una situación familiar tan incómoda y sin él para apoyarlo —Pero, ¿si es valido un abrazo?

En respuesta, el cenizo simplemente se acercó al de pecas y se apoyo en su pecho, el contrario le sacaba una cabeza pero sus cuerpos eran bastante similares. Mientras que el de pecas tenía unos brazos y hombros más fuertes y anchos, el de quirk explosivo tenía unos pectorales y abdominales más desarrollados. Era agradable esa ligera diferencia. Hacia que el cenizo se sintiera protegido y el de ojos esmeralda a gusto.

—Te voy a extrañar mucho, Kacchan —murmuró el más alto contra la cabeza del cenizo — ¿Sería muy molesto si te escribo todos los días?

—Haz lo que quieras —susurro el cenizo en respuesta.

— ¿Puedo llamarte cada dos días?

—Haz lo que quieras.

— ¿Podemos hacer video-llamada mientras comemos? Será muy triste para mí comer solo.

Bakugou murmuró la misma respuesta anterior en lo que apretaba su nariz contra el pecho del más alto, guardando su aroma en su memoria y el calor de su cuerpo. Midoriya pidió un par de cosas más que tuvieron la misma respuesta y cuando finalmente faltaban solamente tres personas para abordar el avión, el de pecas soltó al cenizo y se fue a la fila, para después desaparecer por el túnel de embargue al avión.

Fiel a su palabra, el cenizo no lloró cuando el avión se fue, aunque sí empezó a sentirse más solo de lo que creyó. No podría llamar al de pecas hasta que llegara a tierra en Estados Unidos y eso era un tanto frustrante. Al menos, algo bueno de que sus amigos fueran tan irritantes, era que con solamente decir que saldrían a jugar al centro comercial e irían al karaoke le subió el ánimo.

Sus padres habían acordado con los Midoriya una cena, más que nada, para levantarle los ánimos a Inko que estaba en verdad triste. Así que, le dijeron que si quería invitar a alguno a sus amigos que se quedará en su casa a pasar la noche era libre de hacerlo. Shoto, Eijirou, Mina y Denki fueron los primeros en pedirle eso. El cenizo ni siquiera pudo negarse cuando el rubio de quirk electrico ya estaba negociando con su madre acerca del desayuno que haría al día siguiente como agradecimiento. Rendido a lo inevitable, fue al centro comercial con ellos y después al karaoke, dónde Kyoka les dió una monumental paliza con su nivel de canto y quedó comprobado que el de quirk dual no servía para cantar.

Fue bastante divertido. Ochako y Tenya también se sumaron por un rato, pero no Mei que quiso volver de inmediato al trabajo para no perder contra su amigo que acababa de irse. El cenizo estaba seguro que pasaron en el centro comercial varias horas pero no las suficientes como para que el de ojos esmeralda hubiera aterrizado y eso le hizo suspirar con decepción. Saco su celular por un momento para comprobar la hora cuando vió que tenía un mensaje sin leer.

Era de Midoriya. Y lo había mandado un minuto después de su despedida. Por las pocas letras que tenía, el de quirk explosivo asumía que lo envío en el túnel en lo que subía al tren antes de quedarse sin señal y que no debió esperar ninguna respuesta por su parte. Lo leyó en lo que escuchaba a Hanta cantando money, money, money de ABBA.

Kacchan, te quiero mucho y ya quiero estar contigo otra vez.

Bakugou pudo sentir como su rostro se ponía rojo por la vergüenza y agradeció que las luces del karaoke estuvieran bajas y que los demás estuvieran escuchando —bien, no escuchando exactamente, ya que algunos tenían tapados los oídos— como Todoroki cantaba Hot Not Cold de Katy Perry. Se llevó una mano a la cara para apretarse el puente de la nariz y suspirar pesadamente, mientras sentía una extraña mezcla que le hacía querer tener al de pecas devuelta para besarlo y golpearlo por hacerlo sentir tan estúpidamente feliz con un solo mensaje de pocas palabras mandado a la apurada. Sin querer "perder" contra él, se puso a redactar otro y aunque no fue muy ingenioso, se sintió conforme al momento de mandarlo.

Luego de hacer eso, Ashido le reclamo que fuera a cantar un poco y Kirishima se puso a grabar un vídeo, diciéndole que cantará algo para el de pecas y que después él se lo enviaría. El cenizo sacó el dedo medio pero, como no le pareció una mala idea del todo, eligió una canción para dedicarle al de pecas.

La canción que eligió fue Little Talks de Of Monsters And Man.

En verdad adoro esa canción y la pensé mucho para la historia, aunque puede ser que la letra no tenga mucha relación jaja.
¡Gracias a todos por leer la historia y seguirla hasta ahora! Aprovecho para mencionar que nos acercamos al final ❤️

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