Capítulo 36

[ ¡Hola a todos! Quería dejarles está nota para preguntar cómo les sale a ustedes el capítulo porque no sé si es por mi conexión a wifi que, cuando pongo el separador, me deja mucho espacio entre los párrafos. Intenté cerrar sesión y abrir otra vez y veo que es igual en otros capítulos y me da mucho...estrés, mucha tristeza. Mis historias no son perfectas, pero les pongo mucho esfuerzo y quiero que queden bien, no sé si el problema es de Wattpad o de mi conexión wifi. Así que, si pueden decirme cómo les sale el capítulo, se los agradecería muchísimo ❤️]

All Might había pensado cómo decirle esto a su pupilo sin inquietarlo ni preocuparlo pero, la verdad, la última de sus ideas había sido una cena en un restaurante donde estaría incluida su pareja. Realmente estaba nervioso y Bakugou pese a no demostrarlo, podía notar que estaba tenso y ansioso. Los sábados solían ser su día libre y sagrado, dónde no hacia más que entrenar por las mañanas y leer partes teoricas por las tardes, pasar tiempo con sus padres también ya sea ayudando a Masaru con un trabajo en su computadora o modelando para Mitsuki. Su mentor jamás lo molestaba en sábado.

Hasta ahora.

Dos años. Dos años y nunca lo citó un sábado.

El rubio sabía que su pupilo tenía razones de sobra para estar tenso y ansioso. Él también lo estaba.

— ¿Vas a decirme ya qué mierda sucede o vamos a seguir viéndonos incomodamente hasta que traigan la cena? —se quejo el cenizo que ya no toleraba la extraña tensión en el aire entre él y su mentor —All Might, ¿hay algo mal?

Oh, genial, estaba preocupando a su pupilo más de la cuenta si le preguntaba tan directamente. Yagi negó con la cabeza de inmediato, se tomó su tercera copa de agua —agradeció genuinamente a la camarera que trajo la botella de agua más grande de todas, se sentía morir— y se limpio los labios con una servilleta, dándole una mirada evaluativa al más joven. Una parte suya seguía incrédula de que el chico que conoció hace dos años hubiera madurado y crecido tanto, pasando de ser un joven arrogante, egocéntrico y competitivo —bien, seguía teniendo un poquito de esa cosas, pero en menor medida— a un muchacho maduro, tranquilo e ingenioso. Estaba tan orgulloso del chico que podría llorar, su reputación como Ground Zero ya se hacia conocida entre los círculos de héroes profesiones y si bien todavía le quedaban algunas cosas para mejorar, algunos lo comparaban con Lemillon que era actualmente el máximo héroe de Japón, llegando a ocupar el tercer lugar en el ranking de héroes, después de Endevador. Sin dudas, su muchacho, al igual que el héroe de cabello rubio y ojos azules, traería grandes cosas a la sociedad.

Y quería estar ahí para verlo. No había tenido hijos y no considera al joven uno, tenía sus propios padres que habían hecho un trabajo de crianza formidable y excelente, pero no podía negar que ese vínculo paternal estaba ahí por pequeño que fuera y quería preservarlo el mayor tiempo posible. Para que eso pasara, tenía que por una vez parar y hacerle caso a su pareja.

Tenía que ser valiente.

Katsuki no apresuro a All Might para que hablara. Sabía que había cosas que a el mayor le costaba soltar más que otras y que necesitaba de su tiempo para manejarlas. Fue paciente, aunque eso le llevo a sentirse cada vez más tenso y nervioso, moviendo los dedos ansiosamente en la mesa de madera del restaurante y teniendo cuidado de no morder sus labios, un hábito que Mina le había descubierto hace unos meses y que siempre hacia cuando estaba mal. No quiera lastimarse a sí mismo más de lo que ya hacía en sus entrenamientos y enfrentamientos, así que se abstuvo de hacerlo.

Finalmente, cuando pensaba que el mayor iría por su cuarta copa de agua, le miro a los ojos, esos ojos azules tran brillantes y llenos de vida, de dolor a veces. El cenizo había comprendido, a través de esa mirada y en ocasiones la de Ereaser Head, que ser un héroe no siempre sería tan espectacular, que habría heridas de las que tal vez nunca podría recuperarse y no serían en un sentido físico. Aún así, creía que valía la pena y no renunciaría a su sueño por ello.

—Joven Bakugou, ya te he comentado antes que mi salud es...delicada —comenzó el rubio con suavidad —One For All me mantuvo fuerte pero, debido a mi propia imprudencia juvenil y...adulta, tengo unas cuantas heridas de las cuales nunca me he recuperado y han comenzado a ser una molestia en mi vida diaria.

El cenizo asintió lentamente, en señal de que comprendía, lo que hizo a Toshinori sentir alivio. Eso hasta que se escuchó los pasos de alguien hasta su mesa y pudo ver que su pareja, Mirai Sasaki o mejor conocido como el héroe Sir Nithgeye, llegar con su pulcro traje blanco y anteojos.

—Lamento la demora —se disculpo el recién llegado, tomando asiento a un lado del rubio y mirando hacia el más joven que le veía confundido, no pareció sorprendido por eso —Es un gusto conocerte, Bakugou Katsuki, Toshinori me ha hablado mucho acerca de ti. Pero puedo ver por tu expresión que él no te ha hablado acerca de mí, ¿no es cierto?

—H-Hun, bueno, yo, humm —balbuceo el rubio —Estaba en eso...

—No te preocupes, ví que pasaría, por eso me adelante a llegar pero no conté con que el tráfico sería tan malo a esta hora y que no tendría estacionamiento —se quejo el de cabello negro con dorado —Es la hora pico, supongo que será por eso. Bien, dejando de lado ese punto, me llamo Mirai Sasaki, puedes usar mi nombre si gustas.

—...Bien —fue todo lo que pudo responder el cenizo, viendo hacia ambos adultos y después alzando una ceja como si pudiera conectar puntos rápidamente, llegando a tener un shock — ¿Ustedes dos...?

Mierda, ¿cómo no se enteró de esto? Yagi le había dicho que Sir Nithgeye era un buen amigo suyo, que lo veía seguido y hablaban bastante, pero nunca mencionó que era su pareja. Estaba sorprendido, indignado y se sentía como si se hubiera enterado que su padre divorciado tenía una esposa nueva de la cuál nunca antes había escuchado.

Oh, carajo, la influencia idiota de Denki finalmente le estaba afectando, ¿en qué cosas estaba pensando?

—Chico inteligente —halagó el azabache, una vez más sin sorprenderse porque el se quirk explosivo pudiera adivinar su relación y alzó la mano derecha para pedir la atención de una de las camareras —Buenas tardes, estamos listos para ordenar.

Como Toshinori seguía en un estado medio ido, entre avergonzado e incómodo por la mirada de indignación que traía su pupilo, Mirai ordenó por ambos y dejo que Katsuki pidiera lo que se le antojara comer. La camarera se fue tranquilamente a dar las órdenes a los chef y los tres se quedaron en un tenso silencio que fue roto por el suspiro del adolescente.

—All Might, ¿para qué mierda me trajiste aquí? —exigió saber sin ocultar para nada el tono demandante de su voz — ¿Y por qué Mirai-san está aquí?

El hombre pareció satisfecho de que usará su nombre de pila. Por otro lado, el rubio solo pudo suspirar con resignación y sacudir la cabeza. Bien, mejor sería decir todo de una vez. Al menos que su pareja estuviera con él le ayudaba a mantenerse tranquilo.

—Joven Bakugou, te traje porque quería que fueras la primera persona en saber acerca de mi retiro, que se debe más que nada a mi salud. Mis últimos resultados médicos han sido menos que satisfactorios —oh, no, el rubio sintió su corazón romperse cuando vio la mueca de horror y pavor en el rostro del adolescente, se apresuro con lo que tenía que decir —Nada que no pueda recuperar en unos meses, con una dieta adecuada, tratamiento y medicamentos.

—Pero, ¿estás bien? ¿bien en serio? —preguntó con el ceño fruncido inquieto porque su ídolo de la infancia estuviera pasando por cosas tan horribles y él ni se hubiera enterado —Maldita sea, ¿por qué no lo dijiste antes? Entrenas conmigo, podrías haberte lastimado, All Might, ¿es muy grave?

El entrenamiento que seguía no era suave. Era horriblemente agotador y el rubio insistía en acompañarlo cuando podía, lo que hacia al cenizo preguntarse cuantas veces no la paso mal por la cantidad de sentadillas, flexiones y levantamientos de pesas que hacían dentro del gimnasio, sin contar con las horas en las caminadoras y las veces en que pelearon cuerpo con cuerpo.

—A Toshinori siempre le ha costado aceptar que tiene el cuerpo humano de toda persona normal —comentó el azabache, para bajar un poco la tensión y desviar la atención del adolescente de su pareja, tenía el presentimiento que terminara gritándole si le daba la oportunidad —Es terco y no le gustan los hospitales. Mucho menos los tratamientos de kinesiología que necesita.

—Son incómodos —protestó en voz baja el rubio —Y si la prensa se enteraba que el héroe número uno estaba en un hospital por un tiempo indeterminado, la población se asustaría y los villanos aprovecharían para actuar.

—Eso era durante la época donde no había tantos héroes como ahora. Dónde eras el único rayo de esperanza —respondió el azabache —Sin embargo, actualmente no es así. IceMaker, Hawks, Suneter y Lemillon han demostrado que el mundo estara bien, incluso si ya no está All Might.

En realidad, esa cuatro figuras en eran llamadas Las Grandes Esperanzas por la sociedad actual. Ice Maker, cuyo nombre era Fuyumi Todoroki, la hija de Endevador tenía un gran porcentaje de éxito en sus rescates, siendo seguida por Suneter que era Amajiki Tamaki. Hawks era uno de los héroes más rápidos, hábiles e inteligentes de la última década, haciendo que todos los trabajos de las organizaciones criminales se desplomaran. Mientras que Lemillon era una figura pública alegre y heroica, salvando a muchísimas personas no solo en el sentido literal, sino que también con su sonrisa y actitud positiva.

Sin dudas eran una generación maravillosa que había traído mucha paz en la sociedad y eso motivo a All Might en su decisión, lastimosamente, una decisión que sabía que afectaría a su querido pupilo.

Bakugou sintió un hueco en su corazón pero por la manera en que Sasaki decía esas palabras podía ver que era con preocupación y un poco de cansancio, como si ya hubiera discutido con Yagi miles de veces acerca de lo mismo. Por la expresión de su mentor, supuso que ese sería el caso. Además, sus ojos azules se iluminaron cuando se fijaron en él y eso consoló un poco la parte dentro suyo que ya estaba lamentando la perdida de su figura de la infancia.

—Sí, es cierto, la generación más joven me ha traído muchísimo alivio —reconoció el rubio —Joven Bakugou, es gracias a ti que me siento lo bastante confiado para descansar por fin. Quiero cuidar de mí mismo, para llegar a ver el mundo que tú y tus compañeros van a construir.

— ¿Eso...significa que realmente te vas ir del mundo de los héroes? —preguntó, en un tono titubeante, dónde no podía esconder su aflicción y no sentía vergüenza en eso, porque All Might era muy importante para él — ¿Para siempre?

Toshinori inhaló profundamente, después asintió y vio como Katsuki se tomaba un tiempo para asimilarlo, finalmente mordiéndose los labios y bajando la cabeza, sus hombros se sacudieron un poco pero no logro verlo llorar. Quiso pararse y abrazarlo, asegurarle que no era algo por lo cual tuviera que estar triste, pero Mirai le tomo de la mano y le detuvo. Cuando una camarera trajo la comida y más agua, le sirvió al cenizo y le dejo un vaso cerca para que pudiera tomarlo cuando lo necesitará. Y él lo hizo después de dos minutos, sus ojos rojos estaban brillantes por las lágrimas pero no derramó ninguno. Tomo el agua, se aclaró la garganta y les continúo viendo con atención.

Sir Nithgeye eligió seguir la conversación.

—Toshinori va a seguir participando de ciertas cosas, cuando sea el momento adecuado y su verdadera forma no causa tanto revuelo entre las masas —dijo el héroe, haciendo referencia a su estado esquelético en contraste con al figura musculosa y magnífica que todos le conocían —Sus tratamientos tampoco son muy intensos, solo para prologar su calidad de vida y que pueda llegar a la vejez correctamente.

— ¿Va a estar con él? —interrogó el cenizo, viendo al azabache ahora con una seriedad que no le había visto antes y una mirada protectora que hizo a ambos héroes sorprenderse — ¿Durante todos sus entrenamientos, visitas al hospital e incluso cirugías si las necesita?

All Might era su ídolo, su mentor y una figura casi paterna, pero Bakugou era conciente que había cosas que no le dejaría hacer por él, debido a su edad y el hecho de que no sean su obligación. No podría estar con él cuando tuviera que ir a rehabilitación, tampoco si tenía alguna cirugía importante o si necesitaba otros tratamientos. La primera vez que escucho que el héroe no tenía familia directa se sintió muy triste, era el héroe número uno en Japón, una persona muy apreciada y querida. Sin embargo, todos desconocían que hace más de diez años que pasaba festividades y su propio cumpleaños solo. Había pensando que tal vez la razón detrás de toda la amabilidad del héroe venía de una profunda y dolorosa soledad. Pese a tener amigos y conocidos que lo apreciaban, no podía compartir con casi nadie el secreto de One For All y eso era gran parte de su vida.

Por lo tanto, si Sasaki era su pareja, el cenizo quería estar convencido por completo que lo trataría como se lo merecía y que estaría ahí para él.

—Lo estaré —contestó sin dudarlo el azabache e ignorando por completo que el rubio quería protestar al respecto, agrego para el adolescente —He pasado mucho tiempo enamorado de este hombre idiota como para dejarlo escapar cuando finalmente ha elegido hacer algo por sí mismos y vivir adecuadamente. Oh, niño, creeme que lo voy a cuidar bien.

Toshinori se sonrojo hasta las orejas, se tapó el rostro con vergüenza y Katsuki se sintió bastante satisfecho con la respuesta de Mirai, no hizo ninguna más. Cuando All Might se recuperó de su vergüenza, le aseguro a su pupilo que sus funciones como su mentor seguirían iguales, que haría una conferencia pública para anunciar su retiro y que ya había hablado con Endevador acerca de cuidar a la generación más joven, ya que sería el único que quedaba casi de su propia generación. También le contó que estaba la posibilidad que en unos años fuera a la academia como profesor. Ya que una cosa era estar fuera del campo de acción y otra muy distinta el jubilarse.

El cenizo vio a el azabache negar con la cabeza con ligera frustración y pensó que se sería también un tema que debería discutir con el rubio a menudo. Pero, bien, ambos se veían felices y él también lo estaba.

Feliz, pero igualmente triste y necesitaba hablarlo con alguien.

Izuku no salía de noche, mucho menos cuando hacia tanto frío. Prefería mil veces la comodidad de su cama y sábanas junto con Fiji, la pequeña gatita que terminó adoptando para su madre pero que parecía tener predilección por él. La única razón por la que dejó a la adorable criatura y sus sábanas calientes fue por el tono de voz de Katsuki, era uno que jamás había escuchado y que hizo que saliera corriendo de su departamento, después de gritarle a sus padres que iba a ver al cenizo a un parque cercano y que prometía llamarlos si volvían para su edificio.


Sabía que Inko lo iba a regañar por irse tan rápido y de la nada. Y que Hisashi estaría angustiado si es que algo le pasó al de quirk explosivo. Se prometió a sí mismo que la próxima vez daría mejores explicaciones antes de salir corriendo.

Se lo prometió pero no estaba seguro de cumplirlo en el futuro. Si volvía a escuchar al cenizo con ese tono de voz era muy posible que no pasará.

Carajo, ¿por qué no agarro su bicicleta? Habría sido más rápido.

El cenizo lo citó en un parque cercano, a unas quince o doce cuadras de su edificio, no estaba seguro y las estaba corriendo como si algún ladrón lo estuviera persiguiendo. Para cuándo llegó al lugar, se encontró con un grupo de personas que estaban entrenando corriendo alrededor del parque, unos adolescentes que usaban los aparatos físicos puestos en el medio y un hombre mayor paseando a unos cuantos perros. Tuvo que tomar aire por un momento y estuvo por sacar su celular para llamar al de quirk explosivo, para preguntarle exactamente dónde estaba. Pero antes de hacerlo, lo vio, sentando en unos columpios, con las manos alrededor de lo que parecía ser una lata de café y la cabeza baja, usaba una campera abultada negra con detalles en naranja y un pantalón deportivo oscuro, junto con unas botas color marrón.

En cambio, él estaba en pantalones cortos, una sudadera que decía mí única remera limpia y un saco de color beige que era de su padre, el cuál agarro por el apuro. Aparte de eso, traía sus zapatillas rojas usuales.

Bakugou parecía salido de una revista de última moda y Midoriya parecía justo como cualquier otra persona normal cuando un amigo lo llamaba sonando completamente miserable, inadecuadamente fuera de lugar y preocupado.

El viento frío se colocaba entre su ropa pero el de pecas lo ignoro y camino hasta el cenizo, el cuál apenas levantó la cabeza para verlo e hizo una ligera mueca al notar su aspecto.

—Te dije que esperaría, Deku —fueron sus primeras palabras al ver su conjunto —Pudiste haberte puesto una campera decente. Te vas a enfermar, idiota.

—Estaré bien —aseguró con suavidad el más alto, tomando lugar en el columpio que había a la derecha del cenizo y haciendo que fuera de atrás hacia adelante en un movimiento lento — ¿Me dirás lo que te sucede, Kacchan? ¿O quieres que te dé...un momento para pensar cómo decirlo?

El de quirk explosivo soltó un ligero bufido y pensó que está era una de las tantas razones por las cuales seguía enamorado del tonto de pecas. Sabía leerlo casi a la perfección y aunque eso debería irritarlo, la verdad era que le proporcionaba alivio. El de ojos esmeralda veía a través de su ceño fruncido, de sus palabras agresivas e incluso insultantes, de su actitud desafiante y superior. Lo trataba como un igual. Le daba su espacio, le ofrecía su tiempo y le prometía esperar con paciencia por lo que quisiera compartirle.

Pasaba algo similar con Kirishima quien llego a considerar su mejor amigo. Sin embargo, con el de pecas era más especial, se sentía bien de un modo que no podía explicar y, además, estaba seguro que nadie más que él podría llegar a comprender porqué se encontraba tan abatido en ese momento. Inhaló profundamente y apretó la lata vacía de café, sintiendo como la comida ingesta hace a unas horas se revolvía suavemente en su estómago.

Y entonces, lo soltó.

—All Might se va a retirar —le anunció —Me lo dijo hace poco. Es por su salud.

El sonido del columpio se detuvo. No quiso mirar al de pecas para ver qué expresión tendría, si él mismo casi no pudo contener su emoción en el restaurante delante del héroe, no sabría cuál reacción tendría alguien todavía más sensible y fanático de All Might. Pudo escuchar como su respiración sufrió un ligero cambio, como un breve espasmo y después sintió sus dedos fríos tocando su mano, buscando que soltará la lata y se la diera para que pudieran entrelazar sus dedos. Lo hizo, claro que lo hizo, entrelazó su mano con la suya y no supo decir cuál de los dos estaba más frío.

Tampoco entendió si era su enamoramiento o la necesidad de consuelo, pero incluso la sensación de frío entre sus palmas le dió un poco de alivio.

—Yo...no estoy seguro de qué decir, Kacchan, ¿estás bien con eso? —murmuró, ahora entendiendo muy bien porqué el cenizo le citó tan tarde en la noche — ¿All Might estará bien, no? ¿Es muy grave?

—Estará bien. Tiene a alguien que se va a asegurar de eso —confesó el de ojos rojos manteniendo en secreto todavía la relación de su mentor, ya que fue el propio pedido de Sir Nithgeye —Y seguiría estando...conmigo, no es como si fuera a desaparecer. Pero ya no...hará apariciones públicas, se va a retirar por completo del campo de acción y es posible que pase un tiempo en el anonimato, hasta que le sea seguro mostrarse con su forma real.

Izuku movió la cabeza lentamente en un asentimiento que, de todos modos, el mayor no estaba viendo. Sintió la necesidad de llorar, la garganta le ardía un poco y su mano temblaba, a diferencia de la que sostenía que se mantenía impasible. No era ni la mitad de cercano a Yagi Toshinori como Katsuki, sin embargo, había convivido en varias ocasiones con su gran ídolo de la infancia y, sobre todo, lo había visto interactuar con el cenizo. Había visto, en persona, ese brillo de orgullo y admiración en sus ojos rojos, esa fascinación y ese cariño.

Seguían estando ahí, claro que sí, pero por eso mismo podía comprender de lo que sentía ahora...era muy complejo. Quizás, no se trataba del dolor, sino de la sensación de despedida, de algo que se perdía lo que le lastimaba y él no podía hacer nada para cambiarlo, porque que All Might se retirará sin dudas causaría una gran sensación de vacío dentro de su sociedad y haría que muchas más expectativas se pusieran sobre los hombros del cenizo.

Es injusto que no puedo hacer nada más que esto.

Ojalá supiera algún chiste, como Denki, para levantarle el ánimo. Una broma como Mina. Una frase sabia como las de Hanta. O pudiera darle un abrazo, como haría Eijirou.

Pero él no sabía hacer eso y tampoco creía que el de quirk explosivo quisiera que lo hiciera. El cenizo se había quedado en silencio, apretando su mano de vez en cuando, mirando al frente, limpiando con su mano libre de vez en cuando las lágrimas que caían por su rostro y soltando un par de comentarios sobre su reunión con Toshinori.

Entonces, el de pecas supo que estaba con la persona más fuerte y genial de todas, la que seguía siendo normal y necesitaba de alguien más que le escuchará y estuviera ahí solo para eso, porque no quería abrazos, consejos, bromas ni chistes para su ánimo deprimido. Solo quería estar deprimido con la seguridad de que él no se iría y lo dejaría para que se sintiera así en soledad.

Midoriya estaba orgulloso de ser ese alguien para Bakugou.

Así que, por el resto de la noche, solo sostuvo su mano, no hizo la menor mención acerca de sus lágrimas y escucho sus divagaciones, mientras el aire frío se metía por su ropa y los faros del parque los iluminaban.

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