Capítulo 3

Una semana de visitas diarias a la sala del departamento de Soporte Técnico llevaron a Bakugou a una conclusión. Hatsune y Midoriya no salían a no ser que fuera estrictamente necesario o vital para ellos. Y eso solo sucedía cuando alguno tenía hambre. La de cabello rosado no iba a la cafetería, en cambio, se traía su propia comida y se iba a una punta de la sala, con un cuaderno para seguir pensando en sus inventos. Por otro lado, el de pecas seguía siendo robado diariamente, así que iba con bastante resignación a la cafetería a comer.

Era la primera vez que lo encontraba camino a eso. Los otro días, Kirishima siempre impedía que lo siguiera y terminaba siendo arrastrado a los patios de Yuei, escuchando los alegatos estúpidos de Ashido y Sero acerca de comer al aire libre como si fuera un picnic. Está vez logro salirse del alcance del pelirrojo y correr hasta ese pasillo para acompañar al de pecas a la cafetería.

No negaría que se esperaba el ceño fruncido en su rostro y la manera en que se cruzó de brazos, viéndole con una mueca y esos ojos esmeralda que parecían leer todas sus intenciones.

Mierda, ¿por qué a este terco chico le costaba tanto aceptar su compañía? ¡además era por su propio bien!

-Bakugou-kun, puedo ir a la cafetería solo -le aseguro el de pecas, creyendo que el cenizo estaba ahí solo para evitar que se metieran con él y no porque le agradará -Lo he hecho varias veces y he estado bien.

El de quirk explosivo abrió la boca para protestar pero no se le ocurrió nada qué decirle. Metió las manos en sus bolsillos, soltó un suspiro de frustración y cuando estaba por confesar que estaba preocupado porque se metiera en problemas en la cafetería, escucho las pisadas de alguien detrás suyo y sintió un peso familiar en su espalda.

- ¡Bakugou, otra vez te escapaste! ¡Eres malo!

La llegada de Eijirou tomo por sorpresa a los dos chicos que estaban en el pasillo. El cenizo intento empujarlo para que lo soltará pero, entonces, el de quirk de endurecimiento tuvo la oportunidad de ver hacia el de pecas. No lo había notado ya que corrió directamente hacia su gruñón compañero de clases -que no aceptaba su varonil amistad- para detenerlo. El chico en cuestión tenía el cabello verde y ojos esmeralda, usaba el overol del departamento de Soporte Técnico y parecía algo molesto.

¿Podría ser un conocido de Katsuki? Nunca lo había visto hablar con otra persona. Y a ellos, generalmente, solo les gritaba. Sin embargo, la atmósfera tensa que empezaba a sentir daba a entender que interrumpió algo entre ellos.

-Hum, lo siento, ¿estaban hablando? -se disculpo viendo simultáneamente a los dos -No quería ser grosero, ¿es un amigo tuyo, Bakugou?

El de quirk explosivo no pudo contestar eso y tampoco Izuku. Si bien era cierto que se estuvieron viendo toda la semana, solo hablaban sobre los armamentos que hacia el de pecas para el cenizo. A veces, ocasionalmente, hablarían sobre otras cosas. Como películas, héroes y las clases que más odiaban -el de pecas no entendía mucho de economía y al cenizo le costaba un poco no dormirse en las clases de historia- de Yuei. Pero no se consideraban amigos como tal. No todavía al menos. Por eso, se dieron una mirada incomoda y el de dientes puntiagudos pensó que tocó una mina que le explotó en la cara.

-Vete, Kirishima -le gruño molesto, mucho más molesto de lo usual a oídos el pelirrojo -Estaba hablando con él.

-No hace falta eso, Bakugou-kun, yo ya me iba a la cafetería -se adelantó el de pecas -Si Kirishima-kun vino a buscarte, por algo será. No te preocupes por mí. Nos vemos más tarde.

El cenizo quiso detener al de ojos esmeralda pero, antes de que él pudiera hacerlo, el pelirrojo le soltó y agarro al de pecas con familiaridad. Pese a que el más bajo se puso rígido cuando lo rodeo con un brazo, no parecía disgustado y él aprovecho que su guardia estaba baja para atacarlo.

- ¡No tienes que irte! Vine a buscar a Bakugou para almorzar, ¿por qué no vienes con nosotros también?

La personalidad del pelirrojo era bastante amigable y no le costaba hacer amigos. No tenía el nivel extrovertido de Mina y Denki, cuyos espíritus enérgicos eran contagiosos, pero su nivel de encanto era bastante poderoso. Aparte, ¿cómo se podría rechazar a una persona que sonreía de una manera tan grande que parecía cegadora? El de pecas no tenía la respuesta para eso y busco en el cenizo una pequeña ayuda, pero fue deliberadamente ignorado.

-...E-Esta bien -tartamudeo nervioso su respuesta.

- ¡Entonces, en marcha! -le dió una palmada en la espalda y lo empujó por delante.

En lo que Midoriya se adelantaba unos pasos, Bakugou se acercó a Kirishima y le dió un pequeño codazo al costado, sin nada de fuerza, solo para llamarle la atención. Y cuando tuvo la mirada escarlata del otro sobre él, murmuró en voz baja para que el chico delante de ellos no los escuchará.

-Te pasaré la maldita tarea de matemáticas que me pediste hoy, Kirishima.

- ¿Eh? -parpadeo confundido el pelirrojo para después sonreír ampliamente - ¡¿En serio?! ¡Gracias!

El cenizo bufo después de eso y se puso a la par del pecoso, el cuál le miro de ligero mal humor -porque no le ayudo antes- pero tampoco le dijo nada desagradable por ser arrastrado a su almuerzo. Le dió una sonrisa victoriosa de lado y el de pecas, para demostrar su molestia persistente, le golpeó el brazo.

El de dientes puntiagudos tuvo que asegurarse de haber visto bien ambas cosas.

Desde el jardín de infantes, momento donde quedó claro que no tendría un quirk -y que después fue confirmado por numerosas visitas al médico que nunca lo tendría- Izuku estaba acostumbrado a dos cosas. A que lo ignoraran y lo molestaran. Por eso, cuando un grupo de chicos desconocidos de su edad le sonrieron y le trataron tan amablemente no supo bien cómo reaccionar. Estaba incómodamente feliz, si es que esa expresión se podía usar.

Sin embargo, ¿está bien decir que las galletas de avena de Hanta le sabían a arena? Insistió mucho en compartirlas y él acepto pero ahora...se arrepentía un poco.

-Escupe esa mierda, estúpido -murmuro cierta persona en un tono divertido -Se nota que ni puedes tragarlo.

El de pecas se giro hacia Katsuki, que se había sentado a su lado con las piernas cruzadas y tenía la cabeza apoyada sobre una de sus manos, sus ojos rubíes daban a entender que se moría de risa por dentro debido a su cara oculta de asco. Y aunque tenía toda la razón y esa maldita galleta le sabía horrible, la trago delante suyo.

-No eres bueno rechazando a otros, pero a mí sí que puedes hacerme eso -bufo de mal humor el cenizo.

-No te rechace nunca -murmuró el de pecas aunque sabía que, en parte, estaba manteniendo cierta distancia con el contrario.

-Mentiroso -lo acuso el de ojos rojos.

- ¡Hey, hey! ¡Ustedes dos susurran mucho! -se quejo Ashido, haciendo pucheros y mirando hacia los dos que estaban muy cerca el uno de otro - ¡No nos dejen fuera!

-Compartan el chisme -se unió Kaminari a la queja con una sonrisa pícara -Pueden empezar diciéndonos cómo se conocieron.

-Parece que se llevan muy bien -agrego Sero que, como todos, estaba muy curioso respecto al estudiante de Soporte Técnico que fue invitado ese día a su almuerzo - ¿Se conocían de antes?

Kirishima quiso detener a sus chismosos amigos antes de que hicieran enojar al cenizo en el primer almuerzo que tenían sin explosiones. Pero, para su enorme sorpresa, el cenizo solo bufo restándole importancia y el de pecas soltó una risita nerviosa en lo que empezaba a contar lo que fue su primer encuentro. En lo que todos estaban inmersos en su relato -buscando qué parte llamo la atención del quirk explosivo- él se concentro en su amigo.

Bueno, "amigo" no era la palabra correcta para describir su relación con el alumno número uno de Yuei. Pero le gustaba creer que estaba cerca de conseguirlo. El cenizo gastaba cada vez menos explosiones en él para alejarlo.

Volviendo al punto principal, no era difícil notar que a Bakugou le interesaba aunque fuera un poco Midoriya. Se mantenía bastante tranquilo cuando lo tenía cerca y dejaba que el de pecas se mostrará enojado con él y que incluso lo golpeara amistosamente como vio en los pasillos. Lo curioso era porqué le interesaba un alumno de Soporte Técnico, ¿podría ser una persona de la cual quería hacerse amigo? ¿o tendría otro motivo? Gracias a Kaminari y Ashido -que sabían todos los chismes habidos y por haber en la preparatoria- tenía un poco de conocimiento de la popularidad de Izuku Midoriya. Esa era una de las razones por las cuales tácticamente ninguno le pregunto al de pecas por su quirk. Todos sabían que no poseía uno. Y no querían herirlo al mencionarlo.

¿Qué podría interesarle a el cenizo de un chico prodigio, sin quirk, del departamento de Soporte Técnico? Mientras más vueltas le daba, la respuesta más simple le parecía la correcta pero a la vez la más loca.

Quizás, únicamente, a el cenizo le caía bien.

Oh, Eijirou podía sentir todas sus neuronas explotando simultáneamente. Su expresión de shock fue tan graciosa que Mina y Denki que estaban a sus lados se turnaron para ponerle papitas picantes en la boca. Solo cuando el rubio le hizo apretar la mandíbula y sintió el sabor picante en su lengua fue que reaccionó. Primero tosió violentamente causando las risas de los demás y el grito del cenizo acerca de que estaba tirando su saliva por todos lados. Después de eso, sintió unos golpecitos amable en su espalda por parte de Hanta y vio que Izuku le pasó una botella de agua.

-Gracias, Midoriya -le agradeció luego de tomar varios sorbos.

-De nada -sonrió el de pecas.

-Ni que estuvieran tan picantes -menciono el de quirk explosivo, agarrando una de las papitas y masticando como si nada -Agarra una y prueba. No pueden ser peores que las malditas galletas del cara plana.

El cenizo se estaba dirigiendo al de pecas y antes de que todos pudieran detenerlo -ellos habían caído en esa misma trampa y sus estómagos los odiaron por eso- lo vieron recoger una de las papitas picantes de la bolsa y llevarla a su boca como si nada. El sonido de la papita siendo destrozada por sus dientes fue escuchando entre todos e incluso el de quirk explosivo quedó un momento sin habla.

-A mi papá también le gustan las papitas de esta marca -le dijo el de ojos esmeralda al contrario con diversión-Son buenas, pero realmente no deberían comerlas los que no están acostumbrados, Bakugou-kun.

Mientras todos seguían en shock, la ligera risa de Katsuki se escuchó en el aire. Los ojos amarillos de Mina se volvieron más grande al oírlo mientras que Denki y Hanta parecían estás viendo a otra persona. El único que tuvo una reacción menos exagerada fue Eijirou, pero se debió a que seguía aturdido por su propio auto descubrimiento anterior.

-Te llevaré un par como soborno la próxima vez -dijo el de quirk explosivo -Así harás mi equipo antes del que todos los demás.

-Haré lo que pueda. Tampoco es como que pueda descuidar mis otros trabajos -le recordó el de ojos esmeralda -Pero si traes muchas de estas papitas puede que me mueva más rápido.

-Hecho -acepto el cenizo.

El sonido de la campana saco a los dos que estaban conservando normalmente y al resto que los observaba aturdidos de su atmósfera. El receso para almorzar se había terminado y cada uno debía volver a sus respectivas actividades. El primero en ponerse de pie fue Midoriya, ya que tenía un camino más largo hasta su salón de clases que los demás. Pero, entonces, llegó Hatsune caminando hasta él y sonrió al verlo al lado de Bakugou y otros chicos.

-Menos mal que no estabas dentro de la cafetería. Odio ese ruidoso lugar -se puso contenta la femenina caminando hasta su amigo -Como no te ví en la sala pensé que te habías ido a clases sin mí.

-Te iba a ir a buscar, Hatsune-san -aseguró el de ojos esmeralda. Por ese motivo se había puesto de pie antes que todos. Su compañera llegaba a ser muy distraída cuando pasaba demasiado tiempo en la sala que compartían y se olvidaba de sus clases normales, no quería que su profesor encargado la regañara más tarde por eso si podía evitarlo -Me sorprende que hallas salido antes.

-Oh, es que cause un pequeño incendio y Shimura-sensei me saco de la sala -contó como si nada la de cabello rosado ganándose un par de miradas extrañas de los demás chicos - ¿Nos vamos?

El de pecas asintió con la cabeza. Para las clases de Soporte Técnico no importaba mucho si los alumnos usaban el uniforme de Yuei en todas sus clases, así que todavía si llamaba la atención que estuvieran usando los overoles, nadie les diría nada. Aparte de que era más práctico que volver a los baños a cambiarse.

Antes de que se fuera, se giro por un momento para mirar hacia Kirishima y dijo.

-Muchas gracias por invitarme, Kirishima-kun, me lo pasé muy bien con todos -miró a cada uno de los chicos y les dió una bonita y pequeña sonrisa -En serio, muchas gracias.

-No hace falta agradecer tanto Midoriya, ¡también lo pasamos bien contigo! -aseguró el rubio -Y pudimos ver algo muy interesante.

-Tendría que repetirse en otra ocasión -comentó la de quirk ácido -Es la primera vez que nuestro Bakugou no nos grita tanto durante una hora entera.

-Casi podría considerarse un milagro -se rió el azabache del grupo -Definitivamente, tienes que volver a almorzar con nosotros.

El de pecas inclinó la cabeza, algo confundido y dió una mirada de reojo al de quirk explosivo, el cuál le estaba dando un pequeño golpe al rubio eléctrico que no paraba de darle miradas insinuantes. Con bastante inocencia, solo pudo decir una cosa.

-No sé muy bien cómo es Bakugou-kun con ustedes pero conmigo siempre es amable y divertido. Un poco gritón pero me divierto con él.

Sero y Ashido se quedaron en silencio, mientras que Kaminari murmuraba si el de pecas estaba bien de los ojos, porque él nunca había visto el lado amable y divertido del cenizo. Por el contrario, Kirishima se rió nervioso y le dió un ligero empujón al de pecas para que siguiera a la de cabello rosado que se había adelantado para ir al salón de clases. Una vez se fue, ellos empezaron a seguir a Bakugou -el cual escucho lo que dijo el estudiante de Soporte Técnico y tenía una sensación de satisfacción por eso- que también estaba rumbo a su clase. Sin importar cuánto le interesará el de pecas, no era más importante que sus clases de héroe y menos si eran con Aizawa que lo dejaría afuera si llegaba tarde.

El ambiente entre los cinco fue un poquito tenso, hasta que la única chica del grupo no lo soporto más, se detuvo a mitad del pasillo delante del cenizo que le vio con una expresión de profunda molestia y lo señalo con el dedo.

- ¡¿Qué métodos usaste para engañar a ese lindo e inocente chico, Bakugou?! -lo acuso histérica.

- ¡¿A quién mierda engañe?! -respondió enojado el de quirk explosivo.

- ¡A Midoriya, por supuesto! -se sumo el rubio al lado la chica que asintió en afirmación - ¡¿Dónde está ese lado amable tuyo?! ¡Yo también quiero conocerlo!

- ¡Los voy a jodidamente matar! -declaro enojado el cenizo.

- ¡Paren, paren! -lo detuvo el pelirrojo, agarrándole de un brazo y sonriendo aterrado a sus dos amigos que no ayudaban a la situación con sus expresiones de indignación - ¡Tenemos que llegar primero a clases! ¡Después podemos hablar de esto!

- ¡Yo no pienso hablar de una mierda! -se negó el cenizo.

- ¡Chicos, se nos acaba el tiempo para llegar al salón! -exclamo el azabache que justo, cuando pensaba grabar la escena, vio la hora en la pantalla de su celular - ¡No quiero que Aizawa-sensei nos regañe otra vez!

Gracias al aviso de Sero, la conversación quedó pospuesta en lo que los cinco corrían hacia su salón de clases. Poco sabía el de quirk explosivo de que, a la salida de ese día, sus compañeros de clase le probarían que eran más de capaces de ser inteligentes cuando lo requerían.

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