XXVIII Samuráis

Un efecto seguro de la guerra es disminuir la libertad de expresión.   -Howard Zinn


-----Martes 4 de Agosto de 1942-----

Mía Campbell

Ni yo caí tan bajo como lo que hizo Amira. Aunque claro no quiere decir que me voy a tentar el corazón por eso. La traición que le hicieron a William nos resulta conveniente y no quita todo lo que hizo para que merezca el castigo que recibe.

El día de ayer dure seis horas encerrado con el. No puedo decir que me cansara de maldecirlo. Pero físicamente me agote.

Son las primeras horas de la madrugada. Dormí las suficientes horas para regresar y aprovechar que Emma y Gunther aun duermen.

Uno de los hombres que vigila me mira irme acercando y ya me ha hecho el saludo en posición de firmes.

Antes de entrar me detengo y lo analizo. Tanto a el como a su compañero.

—¿Novedades?

—Nadie ah entrado desde tu ultima visita.

—Mantenme informada...No permitas que mis hijos se acerquen...Mucho menos que miren.

—¡Si señora!

Al pasar por esa carpa  el olor a sangre inunda mis fosas nasales. Comienza a oler a esa cabaña de Norwich...Cuando Andrew tenia su descuartizadora de animales y la sangre salpicaba en todos lados.

Veo a William y este no hace ningún movimiento se mantiene tal cual quedo la ultima vez. Espero no este muerto.

Me acerco lentamente a él. Le encajo un palo en las costillas y veo que emite un ruido. Poco a poco acerco mi oído y percibo un leve  respiro. No me creo que sea yo la que tiene asi a un hombre.

«Déjame el trabajo Mía...Eres muy blanda si no tomo el control.»

— Basta... Sabemos que lo merece.

William al escucharme hablar... tiene un ligero espasmo en el cuerpo. Sin embargo se mantiene  igual.

Me alejo de él y pongo un pequeño  bote para sentarme. Lo analizo y este hombre se va a dejar morir.

«¡Patético!»

—Aguantar una tortura no es sencillo...Elizabeth.

«¡Tu aguantaste la tortura de Andrew! ¡Y yo también!...Estuvimos las dos a sus manos»

Guardo silencio y escucho un balbuceo de William.  Reviso en mi bolsillo y tengo la cajetilla de cigarros guardada desde no recuerdo cuando. Pero creo que la necesito...recaeré en la nicotina. prefiero eso que hacerme adicta a las sustancias  que tomamos para mantener el ritmo. Saco ese cigarro y lo coloco en mi boca. Al prenderlo y dar la primer calada después de años. Me comienza a  transmitir   tranquilidad. Analizo la situación  y se que mi pierna dejo de temblar.  Es una inyección de tranquilidad que me mantiene serena. Veo como William se sigue moviendo de vez en cuando y sigue balbuceando.

—Si es una técnica para que me apiade de ti... No va a funcionar.

—Estas...loca...

—Nadie puede estar cuerdo...después de que vea tanta muerte William.— Le doy una segunda calada al cigarro y con tranquilidad espero.— Además tengo frente al asesino de mi hija, los Barnes, mi señor bigotes, Walker, el pequeño de Scarlett...¿Continuo? ¡Por que te juro que la lista es muy larga.

—Es diferente...

—En eso concuerdo William...Tu y tu perra loca...— Al decir eso, veo como sus manos se tensan sobre la cadena. Me quiere matar, si pudiera ya lo hubiera hecho.—Me fastidiaron bastante...y si pensaron que  todo el tiempo lloraría e intentaría dialogar...Estaban muy equivocados...Con ustedes el dialogo no sirve.

—Por eso...mi hermano...se enamoro de ti...Estas tan enferma...como el.— Veo que le cuesta respirar y su habla es pausada.—Al final ...pelean y hacen lo mismo que nosotros Mía.

«¡Levántate!¡Ciérrale la maldita boca!»

Obedezco  A Elizabeth y me pongo de pie molesta. Me acerco a William  y golpeo su única pierna que esta rota eh hinchada. El Aguanta el dolor y lo tomo de la mandíbula forzándolo a hacer contacto conmigo.

—¡Mírame bien!¡Rata Asquerosa fascista!—William me mira con esa satisfacción que sabe que me fastidio. Quiere que lo mate para acabar su dolor y eso no va a pasar.—¡Tu y tu puta idiota se encargaron de fastidiar a las personas equivocadas!

Eventualmente...te mataran...Mía...y tu hija no...estará segura.

—Sígueme fastidiando...y te juro que te dejo vivo solo para que veas como mato a Amira.

—Ella te gana... en todos los aspectos...—Su boca se llena de  sangre  y comienza a toser salpicándome unas cuantas  gotas  que caen a mi rostro.— Cuando tu... piensas algo...ella ya pensó... en diez posibilidades.

—Ella y tu creen que me conocen...pero no soy la misma de antes y eso quedo mas claro.

—Ella aprende... conforme observa...Absorbe el conocimiento y... lo estudia con cuidado...La misma técnica...No va a funcionar...dos veces.

No va a funcionar lo que pretendes...—Mi mirada penetra la suya y se que esta completamente vacía. Se que incluso el siente miedo de mi presencia.—¡No te atrevas a compararme con esa asquerosa mujer detestable!¡Pedazo de mierda!

William silencia  y solo me mira con cierto miedo. Yo mantengo mi cigarro en la boca deteniéndolo con los labios y prosigo después de ese silencio.

¡Mi hija murió!  De una forma muy cruel...por tu culpa y la de esa escoria...Eso nada lo cambia...y yo no olvido. Que luche por no ser tan mierda como ustedes es una cosa muy diferente!— William sigue mudo ante lo que le digo y solo decide por su bien, guardar silencio.—Desde la primera vez que entre los dos me sometieron a esa maldita terapia de choques, que hirieron a Hoffman...mataron a tanta gente que amo...tengo el deseo de borrarlos de la faz de la tierra de forma muy dolorosa...¡No vengas con tu psicología barata de que me conoces! ¿Y sabes por que? ¡Por que ni yo misma me conozco!

— ¡Eres como nosotros!...Impones tu justicia...a base de ...muerte...Te guste o no...Mía...disfrutas lo que me quieres hacer...lo veo en tu mirada.

Seré lo que tenga que ser William...¡Si ese es el precio para que mi hija viva plena , feliz y fuera de peligro! ¡Que así sea!

—¡Gunther es un Ario!...No te atrevas... meterle la mierda con la que contaminas...a la gente...a tu asquerosa deformidad que...llamas hija.

—Gunther ...es mi hijo...tanto como Emma y como lo fue Korina.

—Por las venas de ese niño...Corre sangre  mía...No te olvides que una parte de mi vive en él...Eventualmente cuando crezca...vera a su asquerosa...hermana, con desprecio...y a la mierda que eres... de tutora.

—También tiene sangre de Dedrik Wolf,  de Emma Wolf, y de Sigrid Meyer...No olvides que gracias a ellos la resistencia sigue...Y mientras yo este respirando...ese sentido de justicia que corre por las venas de tu hijo...seguirá siendo alimentado... Para que haga lo correcto.

Sin dejarlo responder, golpeo su costado con el mismo martillo que le reventamos la rodilla. Debido a que ya tiene  algunas costillas rotas, el dolor retumba en el y grita a todo pulmón sintiendo el dolor y mi furia  en ese golpe. Le meto una esponja en la boca por que esta siendo muy ruidoso. Y solo veo como las lagrimas corren por sus mejillas  de forma involuntaria. Esta en agonía.

—¿Qué sucede?— Sin voltear a ver se que esta detrás mío. Viendo mis acciones. Una vez La esponja esta bien metida en la boca de William, tomo un trapo que humedezco con agua y me limpio las manos.—¿En que te puedo ayudar papá?

James ah mostrado mejoría y camina ya unos cuantos pasos con su prótesis de madera. Pero le sigue doliendo aun.

—Fui a buscarte y no te encontré con tu  familia...Bueno en teoría, estamos de visita con el cuñado.

Dirijo mi mirada hacia papá mientras solo escucho como esas cadenas que sostienen a William se mueven con fuerza.

—Si bueno...Recuerda que su esposa...lo traiciono para ella irse a revolcar con el japonés.

Una vez mas las cadenas de William hacen ruido y grita con todas sus fuerzas algo...Que no se escucha muy fuerte por la esponja.

—Si yo también creo que fue lo primero que hizo cuando regreso de entregárnoslo.— Dicto y el parece que sufre de una forma muy similar a mía cuando le borraron la memoria a Carter.

Papá ríe ante mi frialdad, sin embargo se que esconde preocupación.

—Tu pequeña te busca...No seria bueno que te encuentre aquí.

—Los guardias no la dejarían entrar.—Es lo único que digo mientras me sigo limpiando la sangre.

—Ya ah despertado y pregunta por ti.

Dejo las cosas  y me quito la camiseta  salpicada  de sangre para ponerme la otra limpia. Mientras esta la dejo en este lugar en una silla. Miro a Williem quien me sigue con la mirada como si fuera un animal en peligro. Y veo que sigue intentando escupir la esponja sin éxito.

—Ve con tu pequeña...Yo cuido a este idiota. y sirve que hablamos un poco.— Papá se acerca a William y me coge del hombro antes de dejarlo solo.—No eres como ellos...pequeña.

Trago saliva y salgo del lugar. En cuanto salgo. Escucho el ladrido de Bell como se acerca a mi. Y detrás de el vienen mis dos hijos. Bell me huele  los zapatos y se sienta  reconociendo que conmigo tiene que tener un comportamiento diferente. Me agacho a acariciarlo y darle la orden de que escolte a los niños. El perro regresa  y los comienza a seguir mientras ellos se acercan a abrazarme.

—¿Dónde estabas?— Emma me comienza a reclamar  con sus manos y sus cejas  que indican entre molestia y preocupación.— Pensé que habías salido de nuevo...y no quiero que te salgas de nuevo.

—Yo le dije que...—Gunther me ve  y hace una seña.— Estabas afuera...trabajando...¿Lo hice bien?

El se esta esforzando por aprender el lenguaje para comunicarse con Emma. Le indico como se hace la seña y el la repite con una sonrisa viendo que Emma  ahora comprende.

—Hazle caso a tu hermano Emma.— Le explico mientras hablo para que los dos entiendan.— Él tenia razón estoy trabajando.

—¿En que trabajas ahora Mía?—Gunther pregunta

—En proteger a  las personas que están aquí.

—¿Todas?— Emma pregunta esta vez y yo asiento. Su rostro es de impresión . Sin embargo me jala de la mano demandando atención de nuevo. Quiere decir que tiene mas preguntas.— ¿Por que tu las cuidas a todas? ¿No se pueden cuidar solas?

—Obvio no...— Habla Gunther mientras yo intento  interpretar para que Emma entienda.—La gente no sabe cuidarse sola...por eso siempre andan tras Mía...

Esto me genera un poco de risa ya que equivocado no esta. Seguido tengo personas tras mío explicándome situaciones  las cuales tenemos que intentar poder orden. Yo solo agarro el cabello de Gunther y  lo alboroto.

—Recuerden que es peligroso para todos...La gente tiene miedo y no quieren regresar a esos horribles lugares...

—¿Dónde esta Papá...Digo...William y su novia?

—Ese lugar...por fortuna no existe...pero si todavía hay bastantes así afuera.

—¿Qué hay en esos lugares mamá?— Mi hija me pregunta y esa sonrisa se que se borra de mi rostro.

—Personas lastimadas...mi vida.

La angustia de Emma se refleja al instante en su rostro. Mira a Gunther y el solo asiente con un movimiento.

—¿No podemos ir a decirles que no lo hagan?

—No es tan sencillo cariño...

Bell  me comienza a avisar que ah olfateado algo  y se representa en ladridos.  Unos muy desesperados y violentos. Gunther se asusta de ver a su compañero agresivo. Con un silbido  uno de los soldados que cuidan la puerta donde esta William  me arroja un arma de mas distancia y pongo a mis hijos detrás de mi.

—¡Bell! Focus!— El perro se pone  entre mis piernas  y conforme comienza a avanzar el me sigue  siendo un escudo mas para los niños.

Al ver con la mirilla observo  una bandera blanca y un simple hombre. Me mantengo alerta ya que ese hombre es un Japones y se por bien que tenemos disputa con ellos. 

—¡TIENE BANDERA BLANCA! ¡NO DISPAREN!

No nos conviene abrir fuego. Estamos pegados con el ejercito y el que nos vean  romper treguas nos puede poner como un blanco de desconfianza junto con el ejercito.

Carter llega conmigo y se pone  al lado mío también apuntando con un Arma.

—Es Ryoma...

Al irse acercando vemos que detrás de él lo siguen tres tanques de guerra. Uno de ellos mas blindado que los de costumbre y una cantidad considerable de soldados armados. Los militares  americanos se comienzan a mover y tomar sus posiciones mientras nosotros también.  Si la guerra se comienza...Mis hijos no están seguros, ni mi familia.

—¡No disparen!— Scarlett llega  junto con Cooper.— Llévense a  nuestros hijos...

Scarlett se los comienza a apartar de la posible batalla. Ryoma se ve alguien tranquilo, confiado. No tiene expresión su rostro y eso me confunde.  A diferencia de  la mayoría de los soldados. El llega con caballo vestido con un atuendo muy diferente...Como de Guerrero. Él y otros cincuenta hombres aproximadamente tienen trajes muy diferentes a los de los soldados. ¿Qué carajos? ¡Parecen demonios sus mascaras!

Una vez llega a escasos metros de la puerta los tanques se mueven  y vemos que apuntan hacia nuestras civiles y los otros a tanques Americanos.

—Vengo...hablar...solo dialogo.— Es lo único que dice estando frente Jack y yo.

—No pareces querer solo dialogar...con todo el teatro que montaste.— Jack muestra hostilidad. Los sujetos que tienen mascaras de demonios  aparte de traer  katanas largas, también tienen arcos y al mínimo movimiento pretenden disparar. Jack y yo lo notamos y el hombre levanta la mano deteniendo a sus hombres. Estrictamente militarizados.

—Después de ver  tregua rota por gitana...No poder arriesgar...— El hombre pasa su mirada hacia mi y me analiza de arriba a abajo.—Tan asquerosa como raza  china.

—Cuida tu lenguaje...Es mi esposa...cabeza de arroz.—Jack muestra molestia pero sigue sin hacer movimiento brusco.

—¡Entonces tu ser Jack Carter! 

—Lo que tu viste esta muy fuera de contexto.— Hablo y el dirige esos orbes negros hacia mi.—Si rompí una tregua...pero no sabes cuantas cosas tenemos detrás entre ellos y nosotros...Y cuantas treguas ellos han roto.

—Invito a hablar en privado...—El japones baja de su caballo y los demás  hombres también.— Tendrán invitados lugar para hablar y serán amables al recibirnos...No hacer daño siempre y cuando nos respeten y no rompan tregua.— Diciendo esto el japones me mira de nuevo. Se que me lo dijo a mi.

—No me hables de romper treguas...Te recuerdo lo de Pearl Harbor...

Ryoma guarda silencio sabiendo lo sucedido.

Bajo el arma y analizo a los demás hombres. Uno de ellos no para de mirarme. Sin embargo no logro ver detrás de esa mascara su rostro.

—¿Por que deberíamos de hacerles daño?

—Por que tu ser  plaga...tu ser traicionera.

—¿No esta en tu naturaleza ser así de traicionera?— Esa voz.—¡Diles Mía!

Se retira la mascara y veo a la misma Amira frente mío. Mi sangre hierve  y mi reacción natural  es levantar el arma a quererle perforar los intestinos. Si disparo...le demostrare a Ryoma que en efecto solo se romper treguas. Mis hijos, mi padre, mi familia corre peligro. Bell comienza a ladrar de forma agresiva a Amira, sintió mi cambio y que me puse tensa.

—¿Y en la tuya no esta también? ¡Te recuerdo que asesinaste a mi hija! 

Ryoma me analiza  y sus hombres están a nada de desenvainar sus katanas. De un corte limpio me podrían rebanas las manos o decapitarme. No se mucho de ellas pero se que son letales.

Decido calmarme y pensar en las consecuencias que pueden pasar.

—Tienes razon Amira...Gitana, odio...

Me trago las ganas y la rabia que tengo en ese momento y bajo el arma. En cuanto me miran dejar de mostrarme agresiva. Ryoma ordena que se tranquilicen.

—¡Hablemos en privado entonces!

Ryoma hace una postura de agradecimiento. Sin embargo mira mis tatuajes. De menos los que puede ver en el cuello.

—Advierto...Samurais bien entrenados y letales.— Con que los vestidos como demonios son samuráis.

Las puertas se abren y solo permitimos que entren veinte samuráis. Los demás se quedan afuera  con gente nuestra vigilando.  Yo solo mando a hacer señas de que estén atentos y no suelten sus armas.

Pasados los minutos nos acomodamos en un lugar el cual tenemos la mayor privacidad posible. Hoffman  y papá nos acompañan  a mi y a Jack. Mientras que dos de esos samuráis acompañan a Amira y a Ryoma.

—¿Qué quieres hablar?—Después de estar todos sentados papá es el primero en exponer su inconformidad de que estén en nuestro territorio.— Ya mucho nos cuesta tener a esa asquerosa judía frente a nosotros.

Ryoma sin decir mas  nada.. Arroja en la mesa unas fotos de personas quemadas.

—El precio que Japon...pago...familia mía...estar en esa foto.

Este tema tiene atormentando a Jack desde hace tiempo. Ver las fotos se que lo pondrá mal.

Hoffman  se adelanta a Ryoma y del mismo modo saca fotos de Pearl Harbor atacado por ellos mismos japoneses.

—Una hija de ellos esta en esas fotos.— Hoffman apunta a Amira que parece no importarle.— Y tu proteges a esa persona que acuchillo a una menor  hasta vaciarle las viseras.

—Ese ataque...no ser por decisión mía.— Ryoma gira su mirada hacia Jack y se que lo esta juzgando.— Este ataque ser por fisgón.

—Jack Carter...aviso donde estaban las bases militares...Que las personas no escucharan tampoco es culpa de él.—Dicto y Ryoma danza con su mirada esta vez a mi.—Lamento mucho lo que le paso a tu familia...Pero estas culpando al equivocado.

—Por buenas fuentes...y algunos yakuza... Se que los bombarderos o la mayoría de ellos fueron asesinados por ustedes los japoneses.—Papá habla y Ryoma  esta vez lo mira a el.

—Aclarado el punto...¿En que mas te podemos ayudar?— Sin rodeos hablo y el hombre me mira.

—Aclarado el punto...  no traer a familia de nuevo.

—No te hagas el idiota Ryoma...— Lo encaro y este solo me mira con esa expresión ecuánime.— No estas perdiendo el tiempo...ya estas formando una nueva familia con la mujer de al lado...Entregaste a William.

Ryoma nos sin importarle lo que pensemos de él.

—Para evitar...muerte...yo querer tener a fisgón. A cambio de paz...

Ryoma se pone de pie tranquilo y apunta con el dedo índice a Jack...quien no ah participado nada.

De manera sorprendente e inesperada aparece Emma que se ah logrado escabullir  y  se abalanza a mis brazos. Debido a que ve que Ryoma  apunta con el dedo índice a su padre y le ve el rostro de pocos amigos. Emma le retira el dedo con que lo apunta y comienza a pelear con Ryoma.

—¡No apuntes a papá!¡Vete!¡Déjanos en paz!— Ryoma y Amira no comprenden. Pero es obvio que ya con eso sabe que mi hija tiene su debilidad auditiva. De todos modos si no sabían era cuestión de tiempo que Amira le dijera.

Emma después de pelear y mostrar su carácter. Se detiene a Analizar. Ryoma hace contacto con ella y ella le saca la lengua en forma de molestia. Sus curiosos ojos analizan a los demás hasta que se topa con Amira. Ella tiene una ligera sonrisa ladina al ver a mi hija. Emma lanza un chillido y aparta la vista escondiendo su mirada.

—¡EMMA! ¡NO TE ALEJES!—Después de esto entra corriendo Gunther   quien al parecer estaba impidiendo que esto sucediera. Una vez Gunther entra y ve el panorama, al hacer contacto visual con Amira, el pequeño se encoje y pasa a tener una mirada  de pavor.

Jack esta fuera de combate en estos momentos. Asi que le extiendo la mano  a Gunther en señal de que pase conmigo. Lo cual debe de pasar al lado de ella para hacerlo. Poco a poco camina con pasos temerosos. Amira disfruta que le teman y hace un movimiento brusco a propósito haciendo que Gunther  corra y pegue un grito escondiéndose detrás de mi. 

Yo al igual que ella, pongo a Emma en el piso y la paso detrás mío estando lista para sacar mi arma.

¡Te advierto!—analizo la situación y los tres samurai ya tienen sus armas  casi desenvainadas para cortar.—No los dejamos pasar al territorio...para que asusten a mis hijos...— Miro de forma molesta a Ryoma y este después me mira a mi.— Controla a tu perra si no quieres tener problemas.

—No recomendable...gitana.—Ryoma se centra en mis hijos como si deseara arrebatármelos y matarlos frente a mi.—Tu tener arma fuego...Yo  moverme mas rápido que tu disparar... Evita hijos vean  muerte que los deje sin madre.

—¿Tu hijo?¿Esa cosa?— Amira apunta a Gunther.— Por sus venas corre sangre de un nazi...Su padre es William...

—Mía...— Escucho a Gunther llamarme y solo acaricio su nuca.—Esas personas me dan miedo...Ella mas...es mala.

Trago saliva al escuchar  su amenaza. Pero no permito que me mire con miedo.

Creo que las visitas se acabaron.

Ryoma se pone de pie  ordenando que no me ataquen. No sin antes volver a decirnos a todos.

—Tener cinco días, para que  yo tener fisgón...De no hacer petición.— Con el dedo índice apunta a mis hijos.—Serán primeros en desaparecer.

¡Lárgate!

—Es mejor criar hijos viuda...a enterrar dos hijos mas...gitana.

—¡LARGATE!

Con esa advertencia...se retiran y dejan mi corazón lleno de miedo.

«No caigas en su juego»

—Tenemos cinco días, contrarreloj

«¡No! tenemos cinco días para pensar en como atacar»

XXIX Blanco en la mira






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top