XVIII Primera etapa

La sangre es el precio de la victoria. -Carl von Clausewitz

Mía Campbell:

-----Martes 14 de abril de 1942-----

Hoy cumplo treinta y tres años...No debería de tener  el deseo de festejar nada. No habiendo muerte a mi alrededor, y sufrimiento. No sin mi hija al lado, no sin Gunther dentro, no sin mi familia...que quizás no todas son de sangre, pero esos lazos que se han hecho irrompibles a través de los años nos hacen vernos como tal.

Sin embargo aquí estoy ,teniendo el mejor revolcón en  mis últimos tres años. Mi esposo me complementa a la perfección. Sabe que me gusta, que me vuelve loca y como complacerme.

Se que...parecemos animales salvajes o primitivos, fornicando en el bosque, pero ...las ganas llegaron y no tenemos muchas formas de matar el tiempo. Tiene una de sus manos envuelta en mi cintura para sostenerme, mientras con la otra me sostiene  de la cadera. Me encuentro arriba de sus resistentes muslos mientras el se recarga en la pared de una casa vieja que encontramos.

—Mía...—Entre jadeos dice mi nombre mientras yo solo  me muevo hacia arriba y abajo  sintiendo a mi esposo dentro de mi. Mi espalda siente esas sensaciones únicas que solo el me hace sentir y unos escalofríos que me provocan placer.

Intento seguir llevando el ritmo y sus manos me comienzan a impedir que siga el ritmo, me presiona mas  hacia abajo haciendo que  mi intimidad tenga una mayor penetración por parte de el.  Se esta poniendo salvaje...Me esta arrebatando el control y no me molesta en lo absoluto. Sus gruñidos saben que me estremecen . Me acerca a su cuerpo, abrazándome con una mano y la otra  recorre mis glúteos. Nuestro sudor se mezcla y siento como su lengua recorre mi oído.

—No te detengas cariño.—Es lo único que puedo decirle. Paso mis manos por su nuca y lo abrazo con fuerza. Llego a mi punto máximo de placer y eso lo vuelve loco. A diferencia de hace unos años, ambos silenciamos nuestros gemidos. No sabemos si hay personas afuera y esto nos pueda delatar. Debo admitir que el amor en tiempos de guerra  es muy diferente...Pareciera que sabemos  la posibilidad de no vernos mas y los sentimientos son muchísimo mas intensos.

Una vez ambos terminamos nos recostamos en nuestra ropa. Solo dejo una de sus abrigos para taparnos. Me mantengo sobre de el sintiendo el latir de su corazón. Lo escucho como poco a poco comienza a regularizar su respiración. Me acaricia la cabellera y me besa la frente.

—Feliz cumpleaños...mi amor.— Es lo único que dice mientras siento como me apapacha con sus brazos y recorre mi cuerpo.

«Eres la mas afortunada y la que siempre le toca lo mejor»

—Tu eres el amor de mi vida.— Me limito a decirle mientras beso su mejilla.—Y el mejor regalo que me pudiste dar fue a nuestra hija.

—Mi amor por ti, es mucho mas solido cada día.—Siento su pulgar como acaricia mi cintura. Me comienzo a recorrer a un lado de el  mientras lo sigo abrazando.— ¿Cómo sigues de tu herida?

—Estoy bastante recuperada.— Ambos dirigimos la mirada hacia mi  cicatriz.— Solo duele un poco...nada del otro mundo.

—¿Crees estar lista para dentro de diez dias?

—Mas que lista...¿Tu estas listo para irte?

—Me gustaría que te fueras tu...—Ambos comenzamos a cambiarnos para comenzar con la primera etapa del plan.—Dejarte aquí sola...me deja mucho pendiente.

—Hoy Gunther saldrá a buscarme según Hanna...No le cree que sigo rondando ni tu.— Me comienzo a poner mi pantalón mientras el abotona su camisa.— Además que  sabes que si voy...papá no me dejara salir...y tu tienes que darles toda la información posible  para que entremos  sin hacer ningún ruido y todos sepan como se distribuye el lugar.

—Correcto... James ya no te dejara salir.

Ambos nos terminamos de cambiar y veo como Jack comienza  a empacar sus cosas. Necesitara irse para   que les pase toda la información que hemos reunido a lo largo de los dias y la que falta.

—Recuerda que sacaremos a los dos o a uno de esos dos de su escondite.

—Eso es vital...

—No puede ser que ha pasado tanto tiempo y no le veo fin a esta guerra.—Jack suspira mostrando cansancio.

—Si esto funciona...Quizás Hanna pueda ayudarnos a contactar mas personas para ir demoliendo campos de exterminio.

Jack solo se limita a afirmar con la cabeza, lo acompaño fuera y veo que de unas ramas comienza a sacar su transporte. Si que lo tenia bien oculto. Ni siquiera yo hubiera pensado que estaba en ese lugar.. Y aparenta ser una moto que ya esta vieja y no sirve.

—El camuflaje de inservible y abandonada le queda muy bien —Me limito a decir y el afirma.

Lo veo montarse en la moto y antes de cualquier cosa  veo que se pone un casco de soldado.

—Escóndete en cuanto encienda motores hara ruido. — Beso una ultima vez a mi esposo y me alejo para ir a nuestro escondite.— El ruido hara que me busquen a mi y dejaran el camino libre para que busques a Gunther.

—Cuídate...Jack...

—Tu también Mía.

Al encender la moto el sonido se expande por gran parte del bosque. Yo me mantengo oculta y Jack rápido toma carretera. Se comienzan a escuchar bastantes gritos de soldados y se que son nazis. 

Comienzan a aparecer y disparan a quemarropa aunque Jack ya este bastante lejos...deberían de tener francotiradores si lo quieren alcanzar, asi solo gastan municiones. Pero mejor para mi. En silencio coloco el silenciador en el arma y cuento cinco soldados. Puedo deshacerme de tres de ellos con arma y el resto con el cuchillo...tengo que guardar municiones también.


«Esta gente  esta en el momento equivocado»

Con cautela disparo a los tres que se encuentran mas cerca de mi sin que los otros dos sepan que tienen baja. El sonido de los disparos y la adrenalina los hacen ni siquiera percatarse.

Salgo con mi cuchillo y me acerco sigilosamente a uno de ellos abriéndole el cuello. El sujeto cae el piso y su compañero me logra ver. En lo que tarda en voltearse le arrojo la misma arma  puntiaguda la cual se entierra con fuerza en su  oreja. El sujeto suelta su arma  y grita. Se intenta alejar de mi y veo que saca su barra de chocolate. Me adelanto a darle una patada que lo derriba al piso. Con mi pie comienzo a enterrar el arma en su oreja para que le cause dolor.

—¡BASTA!

«Se ve patético....Mata a esa pobre cosa indefensa»

A pesar de que pide que me detenga veo como es que busca con su otra mano el chocolate. Pudiera golpearme y prefiere ir por el caramelo.

«Patético»

—¿Por que buscas el chocolate?— Me atrevo a preguntar y el solo me ignora intentando alcanzarlo.

Saco el cuchillo y el hombre grita a todo pulmón mientras veo que se agarra su oído o lo que resta de el. En un corte rápido y limpio le rebano los dedos de su mano derecha para evitar que agarre el arma.

—¡Dame el chocolate!

—¿Por que te importa tanto?— Aprieto su mano que comienza a sacarle sangre a chorros y el hombre se detiene.—¡RESPONDE!

—Dame el chocolate y te juro te respondo todo lo que quieras ¡Por favor!
Me acerco a la barra y se la arrojo. Con desesperación  veo como traga la barra como si su vida dependiese de ello. Saco mi arma y le continuo apuntando.

Si haces un movimiento que no sea tragar como un maldito marrano  ese chocolate...te reviento la cabeza...¿ Me escuchaste cerdo?

«¿Eso lo pensé yo o tu? Lo añadiré a la lista de insultos»

Parece que me ignora y solo veo como es que lame la envoltura. Al pasar los minutos el hombre ya no se queja...ah perdido sangre si, pero no se queja como antes. Sus pupilas estan dilatadas y veo que se comienza a  arrojar alcohol a sus dedos amputados sin inmutarse...Creo que comienzo a entender, pero...¿Cómo lo lograron?


—Bien...—El me mira como olvidando que estaba con el, se intenta poner de pie.

«Maldita pobre ...atenta»

 Muevo el arma, mostrándole  que aun la tengo.

—Sea lo que sea que tengas...con un tiro en la cabeza no te salvas.

El sujeto se fastidia y se sienta de nuevo, cruza sus piernas y muestra molestia, pero continua.

«¡Que estúpido sujeto!»

—Se nos dijo que era un suplemento alimenticio...para la fatiga extrema.— Veo como levanta la envoltura con su mano izquierda.—Pero descubrimos que cuando la comemos, el dolor de las heridas a veces ni se siente... y podemos continuar.

—¿Qué es exactamente?

Chocola-tina— Sabe que me dejo igual, pasa a reírse ligeramente, pasa sus dedos por sus ojos comenzando a tallarlos secando las lagrimas que le ocasiona imagino el dolor o la riza.—Ustedes los gitanos son tan idiotas...

«Menos mal no entro en ese insulto»

—Comienza a hablar...recuerda que quien no tiene dedos eres tu...

—No te enojes...—A diferencia de los demás este sujeto parece que todo le causa gracia.—Te explico... nuestra droga la pervitina  se mezclo con la magia del chocolate...Chocola-tina.

Yo se lo que hace la droga...y eso es imposible que...

—Es mayor a lo que puedes imaginarte...Zigeuner.

—Hacen cosas que solo se lee en los comics...no juegues conmigo...¡Habla ya!

—Te digo la verdad...—Una vez mas ríe   como si hubiéramos contado un chiste.—Eres muy poco crédula...¿Cómo sigues viva Zigeuner?

—No existe droga capaz de hacer eso que dices...¿Quién estaría detrás de algo como esto?

—La reina de reyes...¿Quién mas?— Recuerdo a quien le dicen asi...

No caeré en su juego...asi que comienzo a reírme con  él y parece no agradarle. Me mira extrañado como si hubiera perdido un tornillo.

«Nos mira como idiota...regrésale el insulto»

—Ustedes los nazis son tan idiotas...—El hombre intenta ponerse de pie y me limito a dispararle en la rodilla haciéndolo caer al piso mientras continuo riendo.—Tienes un cerebro tan limitado...que note das cuenta que quien te esta administrando esa mierda que tragas...es a quien persigues.

—¿De que estas hablando?...

Tu estúpida  reina de reyes que tanto admiras e idolatras...pedazo de mierda...No es mas que una ramera judía...que se la pasa en la cama de tu devoto e inquebrantable  líder...que al parecer les ve la cara de imbéciles a todos ustedes.

—Solo quieres confundirme...William ya nos dijo que  los gitanos mienten y estan locos.

Continuo riendo sin siquiera importarme lo que me diga y de mi bolsa interna de un saco le arrojo los recortes mostrándole mi verdad. El hombre a duras penas coge  algunos recortes con su mano izquierda y comienzo a ver como comienza a ver que tengo razón. 

—Es una estúpida trampa tuya Zigeuner

—Los recortes te estan diciendo lo contrario ¡Imbécil!

No puedo evitar continuar riendo de manera triunfante. Mientras veo de reojo como el sujeto comienza a transformar su cara en miedo y esa bola de cristal en la que vivía se va rompiendo.  Intenta arrastrarse para huir de mi. Camino despacio viendo como se arrastra como un maldito perdedor. Con mi bota le piso ligeramente su pierna inútil y le impide seguirse moviendo.  

—¿ A donde crees que vas sabandija nazi?

«Nos tiene miedo...esta batalla ya la ganamos maldita pobre.»

—¡Estas loca!¡William tiene razón! ¡Maldices a la gente!

—Estoy...tan cuerda como tu...Solo que mi conocimiento es amplio...mi visión no es limitada... Y hoy dia no me da miedo matar gente que solo esta destruyendo este mundo.

Parece que el susto hace que la droga baje efecto en su cuerpo por que comienza a mostrar dolor. El sujeto ha de estar orinado en sus pantalones.

Apunto a su cabeza mientras el pide un tipo de clemencia.

«Mátalo»

¡TU! William te va a mat...

«No lo dejes terminar... ¡DISPARA!»

Obedezco a Elizabeth y le abro el cráneo dándole muerte instantánea.

—Cállate...idiota.

Escucho un ruido entre el bosque y al dirigir mi mirada veo a Hanna oculta mirando lo que paso. Quito mi bota de el cadaver y limpio el arma.

—¿Me sorprende que me miras asi? No te creo si me dices que nunca haz mirado una ejecución.

—¿Qué te han hecho para que disfrutaras matarlo?

—Lo mismo que a ti...multiplicado por las veces que sean necesarias.— «Esta asustada»

—En fin... no vine a criticarte.— La escucho tragar saliva y la miro de reojo sin dejarla terminar.

—No me importa lo que opines de mi...A estas alturas  no vivo complaciendo a los demás ni encajando en lo que la sociedad dice que esta bien o no.— Ella se comienza a relajar y la veo de reojo.—¿Qué te trae por aquí?

—El niño...—Al decirme esto  volteo a verla esperando a que me informe lo que esta pasando.— Se contagio de alguna bacteria...

—¿Qué tan grave e...

—Se esta muriendo Mía...

«¡Cálmate gitana!»

—¿Cuánto tiempo tenemos?

—Tienes que sacarlo hoy... ya mande un mensajero a las tropas donde me informo tu esposo que estan...Espero para hoy en la noche tener aliados para dar el golpe.

—Saca a William de ese lugar...utiliza una maldita distracción para que se lleve a su gente....o gran parte de ella.

—Tenemos la distracción perfecta...

—¿Tenemos? ¿Tu y quien mas?

— Un grupo pequeño de la resistencia...

—Bien...encárgate de acercarme a Gunther donde quedamos y tendrás todo lo que me pediste.

Me doy media vuelta.

—Recuerda que tienes que ir por las llaves que tiene la judía.

—Mientras me mantengan a William  alejado...No me será problema.

-----

En un abrir y cerrar de ojos la noche se ha hecho presente. Se me informo que sabría cual es la señal para comenzar a actuar. Y si que esos rebeldes no saben hacer las cosas a medias. Se han encargado de  iniciar un ataque que parece enfrentamiento en un pueblo muy cerca. Al parecer se le informo a William que pretendían llegar a su preciado campo. 

El mismo se encargo  de liderar tropas  a poner orden para la seguridad de Amira.

Asi que es hora de actuar... Lo único que me preocupa es saber si tendré el apoyo de Jack y papá...todo paso tan rapido que no sabemos de ellos. 

Continuo avanzando mientras tengo esas peleas internas. Encuentro el barrote sobrepuesto y no se me dificulta pasar. El lugar comienza a apestar conforme me adentro, como a viseras y muerte. Me tapo la nariz como puedo por que me dan ganas de regresar todo y prosigo.

«Apesta a judía asquerosa»

Llego al lugar indicado y veo hacia las escaleras   y escucho unas cuantas gotas caer al piso. Comienzo a subirlas y hasta llegar a esa pesada puerta que logro ir removiendo poco a poco. Conforme me adentro, me percato de que el lugar en efecto tiene pinta de un gran laboratorio. Esta parte esta completamente en blanco ya que nadie ah entrado aquí y salido vivo...mas que Amira , y William. 

Agarro mi linterna y al penderla me percato de que mis botas estan manchadas de carmesí...Entonces no camine por agua. Trago salva y continuo buscando donde según Hanna tienen que estar los papeles por algún lado de este cuarto...ya que en su propia habitación no estan. Encuentro un escritorio e indago todo lo que puedo.

Encuentro un sin fin de carpetas y al irlas  revisando. Veo muchas cosas  que no logro entender del todo por los términos médicos...pero me inquieta ver la foto de tantos niños y niñas.

Algunos por sus facciones se que son niños gitanos y otros, judíos, entre otros. Me detengo a leer  lo mas que puedo y solo veo que habla de cirugías, de aislamiento, de autopsias y de expandir la raza aria.

«Son sus recipientes...Los pata por diversión y resultados poco fructíferos»

Comienzo a guardar las carpetas en una mochila. Tras una búsqueda exhaustiva logro encontrar los papeles de Sigrid que le serán útiles a Hanna. 

—¡Si!

Al emitir sonido escucho como el eco viaja y con ello mas al fondo escucho un ruido. Apunto con la linterna sin encontrar nada.

«Te digo algo...Aquí no creo que encuentres humanos comunes!»

Una vez mas escucho el ruido proviniendo de otro lado  y una vez mas busco con mi lampara.

—¿H...Hola?

—¡Grrr!— Débilmente escucho un gruñido...mas de dolor que de algo que amenaza.

Guardo todos los papeles en la mochila y avanzo con miedo. Me siento nerviosa y mi cuerpo suda como si estuviese en un lugar extremadamente caliente.

—Puedo ayudarte...¿Estas herida?

«Moriremos por tu ineptitud»

—¡Ah!

Escucho una vez mas. Me detengo y apunto con la linterna a mi lado y solo alcanzo a ver como es que la luz le molesta y esta a nada de milímetros de agarrarme de la camisa.

—¡VEN AQUI!¡TE VOY A MATAR!— Una mujer  que mueve los barrotes de la celda con fuerza... parece que no esta bien.— MALDITA NAZI

—¡Calma! ¡Shh!— Temo por que escuchen ruidos con los gritos que pega esta persona.

—¡VEN AQUI!¡ENFRENTAME!—Al pasar mi lampara hacia ella la defino bien, dientes amarillos. Ojos de demonio, arroja saliva de la boca y mueve con violencia los barrotes.

—No soy nazi...—Pongo la luz en mi cara para que me vea.— ¡Mira!

Ella al ver mi rostro comienza a dejar de moverse de forma violenta y todo ese enojo que tenia parece disiparse.

—¿Quién eres tu?

—Baja la voz...— Apunto hacia arriba.— Harás que me descubran.

—Nadie logra escuchar.— Escucho detrás de mi hablar y al girarme veo a otra mujer en una celda mas tranquila.  Haciendo dibujos en la pared con tiza.— Este lugar es a prueba de ruidos.

—¿Quiénes son ustedes dos? 

—02478628935
—23587136859

—NO no...me refiero ¿Cuáles son sus nombres?

—02478628935
—23587136859

«Bienvenida a locolandia... Ubicación, una puerta antes del manicomio y dos del infierno»

—Me refiero a ... ¡Sus verdaderos nombres.

—Recipientes...

—¡Si! asi nos dice la maldita nazi...

Pienso que por mas que quiera ayudarlas no va a ser posible por que tengo el tiempo sobre de mi y las dejo que sigan discutiendo entre ellas. Continuo avanzando hasta encontrar una nueva puerta.  Siento que entre a otro mundo...me siento mal por dejarlas hablando sola, pero tengo el tiempo contado y Gunther también. La nueva puerta esta bajo llave, tras unas fuertes patadas, esta cede y veo un solo un pasillo igual de largo que el que dejare atrás.

—Esto es como un manicomio...esta enorme.

Conforme avanzo, mi cerebro no logra encontrar lógica a lo que mis ojos ven.

«¿Niñas? ¿Niños?»

Los pequeños al verme bien y saber que no soy Amira se  ponen mas tranquilos en sus respectivas celdas. 

Wer bist du? (¿Quién eres tu?)— Una pequeña se me acerca  lo mas que los barrotes de la puerta se lo permiten.

Ich bin ein Zigeuner... Was machst du hier? (Soy gitana... ¿Qué hacen ustedes aquí?)— Miro a los niños y al pasar la luz veo que tienen un estado deplorable, unas de ellas yacen junto a un cadaver de tiempo y el lugar apesta.

—¿Vienes a sacarnos de aquí?

—No tengo la llave...de nadie...

Al decir esto las niñas y pocos niños que veo se alejan ignorándome... No quiero prometer algo que ni siquiera se como cumplir.

—Intentare buscar como abrir las puertas...porfavor tengan paciencia.

Conforme recorro las celdas veo que muchas de estas niñas tienen ya signos de que han sido conejillos de indias, otras  perdieron a sus hermanas en posibles resultados poco exitosos y otras celdas estan con cadáveres  siendo consumidos por ratas. Ahora todo va teniendo sentido...los expedientes que llevo son de estas niñas.

Ceguera, piel caída, niñas y niños en los puros huesos, incluso cirugías extremas en las que estan pegadas una y otra por la espalda. 

«¿Sigues creyendo que yo era una hija de perra?»

—¡Esto no tiene nombre!

«Ni Andrew fue tan bajo como lo que hace esta desgraciada»

Se me hace un nudo en la garganta, el estomago y el corazón al ver tanto niño con esa mirada destruida y como es que tan pequeños sufren como si fueran solo un numero mas.

Ahora que lo veo...si mi hija cae en las manos de esta abominación le espera algo igual o peor.

Paso unos minutos mientras continuo caminando y al fin encuentro unas escaleras. Deben de ser las que dan al campo. Comienzo a subirlas y tal cual dicen, por dentro el mecanismo abre...por fuera necesita una llave. De manera lenta  comienzo a abrir y veo todo muy tranquilo. 

Hanna me espera en la primera parte donde quedamos. Salgo rapido y me escabullo, una vez analizas los campos sabes como pasan las luces  y cuanto tiempo tienes para moverte. 

—¿Cómo van las cosas afuera?— Es lo único que pregunto una vez tengo a Hanna cerca.

—William tiene diez minutos que salio...el campo esta prácticamente solo...la vigilancia se centra mas en  donde estan las armas... y la esposa de William.

—¿Gunther?

—Iré por el en un momento...— La mujer se quita las llaves falsas y me las entrega.—Ten cuidado...se que  tendrás guardias para llegar a ella.

Sin decirnos mas ambas continuamos con nuestro plan. Antes de avanzar  pongo una vez mas el silenciador, y me guardo mis armas de filo donde se que tendré fácil acceso a ellas.

 Hanna me entrego el mapa de la estructura del edificio donde debe estar Amira y admito que el campo se mira vacío. Eh estudiado este campo muchas veces, de diferentes ángulos y perspectivas. Se cual es la mejor ruta para llegar  a ese edificio con la menor posibilidad de ser descubierta. La nieve se ha disipado un poco hoy pero el clima es muy cambiante. Parece que se avecina una tormenta y eso puede ser perjudicial para todos.

Con las llave que me entrego Hanna mas las de el edificio me es mas sencillo abrir cerraduras.

El primer filtro no es complicado por que no tenemos guardias en el puesto. Pero conforme me adentro a la instalación comienzo a encontrar  soldados... Bastante  relajados a mi parecer. Creo que a este punto no esperan que su fortaleza sea penetrada asi de sencillo.

Los dejo seguir tomando, jugando cartas, bebiendo mientras no se interpongan en mi camino.

Al llegar al pasillo que me conducirá al cuarto de la judía. Veo dos escoltas  atentos a todo. Y aquí la fuerza será mi mejor aliada. Pero no puedo llegar a enfrentarlos con mi 9mm ellos tienen armas de disparo rapido. El sistema de ventilación será mi mejor aliada.

« El chiste es que los mates antes de que hagan algún ruido» 

Me recuerda a cuando escape de prisión, encuentro el ducto y comienzo a arrastrarme sin hacer ruido. Una vez tengo a los dos soldados debajo mío, darles dos tiros fulminantes no me es trabajo. 

«Sencillo y sin ruido» 

Para evitar bajar, continuo por el ducto hasta entrar a la habitación donde  se encuentra Amira.

Lentamente voy removiendo las rendijas y comienzo a bajar como si fuera un felino silencioso. El cuarto esta obscuro, pero se que esta conectada al suero. En cuanto percibo ese olor que ella desprende me comienzo a sentir molesta y me repugna tenerla frente.

Me limito a  analizar todo a mi alrededor antes de proceder a hacerle a esta imbécil un infierno.

Comienzo a indagar en los cajones de William robando papeles útiles para nosotros.

—William...¿Eres tu?

Escucho su voz modorra y solo carraspeo  de la manera mas masculina posible. Ella se vuelve a dormir y me limito a dejar el escritorio de William. Busco entre los medicamentos y encuentro algo interesante.

Intento calmar la rabia que siento y no matarla de un golpe. En ese momento ella entreabre los ojos y el primer rayo ilumina el cuarto. Eh logrado ver su miedo al verme frente a ella.

Mis manos atrapan su boca y mi arma le aprieta el abdomen.

— Tu vida depende de que me obedezcas...Perra ¿Esta claro?

XIX Segunda etapa.




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