III Viejos aliados
Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
-Jean Paul Sartre
Mía Campbell
No me siento nada bien. Papá me puso al límite y falle. No sentía odio hacia ese sujeto... Solo pensar en William y la estúpida de Amira, me hace querer atravesarles el cráneo o el corazón.
Estoy practicando tiro con mi 9mm. A diferencia de cuando nos dirigíamos a Pearl Harbor, que no podía acertar ninguna botella. Ahora arrojan al aire objetos múltiples a la vez. Sin problemas logro reventarlas. Supongo que he mejorado...lo malo de esta practica es que claramente no estaré sin moverme a la hora de la batalla y el tiro no puede ser tan certero si el objetivo y yo nos movemos.
—¡Tiren! — Ordeno a Scarlett y a un grumete que le ayuda. Al ver las dos botellas al aire, de forma rápida, apunto a la primera que fue arrojada y acto seguido disparo a la segunda de nuevo acertando sin problemas. Necesito recargar después de acabarme la munición y doy la orden de detenerse.
—¡Piensa rápido!
El grumete arroja una botella y esto me hace trabajar bajo presión. Cambio el cartucho de la Walther P38 y estando a unos centímetros de tocar el agua la botella se revienta en mil pedazos.
— ¿Qué diferencia había si la reventabas tocando el agua?— Un poco crédulo pregunta el grumete.
—Una posible bala entre las cejas...en territorio hostil. — Doy media vuelta pretendiendo descansar. Por mero instinto escucho un ligero ruido, me doy media vuelta, por reacción natural quito el seguro, disparo una vez más y la botella se quiebra estando a pocos centímetros de pegarle a mi arma.
Miro al grumete con mis cejas abajo algo fastidiada y el chico queda boquiabierto.
—WOW ¡¿Cómo hiciste eso?!
—Practica.
—¿Me enseñas? — El crio comienza a rondar por mi alrededor emocionado. —¡Por favor!
—¿Por qué quieres aprender eso? — Ruedo los ojos fastidiada. Desde la muerte de Korina, sinceramente, no quiero encariñarme con nadie más. Y solo puedo rechazarlos y ser fría. —¿Qué pretendes?
—¡Matar nazis! — Hace señas de pistola con la mano, seguido de un ruido. —¡BANG!¡BANG! ¡Toma esto bastardo nazi!
—No creo que quieras hacer eso. — Intento bajar a los camarotes a ver a mi hija y el niño me sigue.
—Tú quieres... ¿Por qué yo no?
—Yo... no tengo opción. —Refuto molesta viéndolo dar vueltas a mi alrededor. —Puedes...por favor...detenerte.
Abro la puerta de mi camarote intentando hacer que se esfume. sin embargo solo la logro abrir unos pocos milímetros mientras el niño sigue dando vueltas.
—¡Dime!¡Dime!¡Dime!¡Dime!
Un mocoso siendo un grumete ¿Quién en su sano juicio permite esto? En fin, este niño continúa dando vueltas a mi alrededor brincoteando y haciéndome perder la paciencia.
Cierro mis ojos escuchando esa voz que me retumba en la cabeza y al darme media vuelta para quererle calmar no encuentro a nadie. Giro a todos lados y al parecerse ha ido.
—Uff.— Arrojo aire por mi boca alzando un mechón de mi frente.—Bueno...fue más fácil de lo que pensé.
Al cerrar la puerta de mi camarote y dirigir mi vista hacia Emma, veo el niño saludando a Emma con la mano.
—¡Pero! ¡¿Qué?! ¿En qué momento entraste aquí?
—¡Hola!¡Hola!
Emma se siente un poco asustada al ver los movimientos tan rápidos de el niño grumete.
—¿Puedes saludar? ¿Hola?
El niño dirige su mirada a mi confundido. Ruedo una vez más los ojos. Emma se asusta más y corre a ocultarse a mis piernas por detrás y el niño le sigue.
—¿A dónde vas? ¡Responde!
—Ella...no puede hablar...La asustas...
Los ojos curiosos del niño se posan en mí y esta confundido. Emma sigue detrás mío y me agarra una mano.
—¿Por qué no puede hablar? — Intenta buscarle el rostro a mi hija. —¿Le comió la lengua el ratón?
—¡No! — ¿Por qué me irrita tanto la energía de este niño? — Ella...no escucha...por ende no sabe hablar...A todo esto ¿Cuántos años tienes? ¿No deberías ir con tus padres?
—Tengo nueve...soy un nuevecito. — Sigue buscando a Emma y comienza a hacer muecas para intentar hacerla reír. Mientras intenta contestarme. —Papá se fue a la guerra... ¿Por qué no escucha?
—Su...oído no funciona... ¿Pero tu madre donde esta?
—¡No se! ¿Por qué no funciona su oído? — El niño una vez más saca la lengua y mueve los ojos de forma graciosa. La atención de Emma comienza a ser captada y lo ve un tanto curiosa. Mueve mis manos pidiendo mi atención, me pregunta que está haciendo. Yo le explico que quiere hacerla reír con los gestos graciosos. —¿Puede ver?
—Si puede ver...y así nació. — Veo que sigue intentando sacarle una riza a Emma hasta que consigue hacerla reír. —¿Cómo que no sabes donde esta tu madre?¡Ella debe de estar preocupada por ti! Y tú aquí jugando.
Emma le levanta la mano y lo saluda comenzando a reír de nuevo.
—Pues tengo mucho tiempo que no la veo...dicen que se fue a trabajar lejos...Me estaban asignando a una familia en Pearl Harbor.
El niño comienza a picotear a Emma con el dedo índice y ella comienza a reír. Al grado de que comienza a perseguirla y ambos corren en el camarote.
— ¡Hey! ¡Quieres estarte quieto! ¿Por qué no esperaste a tu familia que te asignaron a que te cuidaría?
—Nunca aparecieron...Tenia mi cartel con mis datos y nadie llego por mí.
—Pues ahorita vamos a Alemania...no deberías ni venir aquí.
—Descuida, este barco regresara a México... Me regresare con ellos y solo tengo que seguir limpiando.
Ellos siguen dando vueltas a mi alrededor correteándose y ahora Emma es quien comienza a picotearlo y entender de que trata el juego.
—¿Por qué no te quedaste en algún otro lado?
—Por qué no tengo donde quedarme... El capitán me dijo que podía estar en el barco siempre y cuando me ganara mi comida y ayudara.
Así que es un niño prácticamente huérfano. Bueno, estamos en una guerra... En estos momentos muchos niños están en esa situación.
—¿Cómo te llamas? — Pregunto deteniéndolo y viendo como ella sigue picoteando al niño mientras este se aguanta la risa. — ¿No te da miedo estar en lugares que no conoces?
—¡NO! — Escapa de mi agarre y persigue una vez más a Emma.— Mi nombre es Gunther.
—¿Gunther?— Ese nombre es Alemán...Y este niño tiene rasgos arios. No sé si estoy paranoica o que posiblemente este niño pueda estar ayudando a los nazis. Por muy poco lógico que parezca...todo es posible en este mundo. —¿De dónde son tus padres? ¿De dónde eres?
—Alemania...—Se trepa a la litera y comienza a asomar la cabeza para jugar con Emma.—Mis papas también son alemanes...Pero mi mamá no le gustan los nazis ¡Queremos matar nazis!
—¡No! No quieres matar nazis...Tú, quieres y debes jugar... ¿Puedes? ¿Puedes estarte quieto? — Mi paciencia con este niño es muy poca. —¿Qué dice tu padre al respecto? ¿Para qué bando pelea?
—¡No se! Tengo mucho sin verlos a ambos...
—¿Sabes los nombres de tu madre o tu padre?
Veo como el niño salta desde arriba y cae sobre Emma haciéndole ataque de cosquillas.
—No...Como te dije ... Tengo años sin verlos ¡Lo siento! — Emma comienza a reír por el ataque de cosquillas. Desde la muerte de Korina no había reído tanto como ahorita. Esto, sinceramente alegra un poco mi corazón. Pero me llena de melancolía porque solo reía así estando con su hermana. —¿Cómo te llamas tu? ¿De dónde eres? ¿Por qué una mujer está usando armas y usas pantalones?
—Soy de Inglaterra...Un pueblo llamado Rockland. — Trago grueso y prosigo teniendo frescos esos recuerdos. —Soy Mía Campbell... y uso pantalones porque son cómodos y me ayudan más a la hora de la batalla.
—¿Vas a pelear? — Frena en seco y me mira. —¿Eres jefa de alguien? ¿Qué te paso en el cuello?
—¡Haces muchas preguntas! — Ambos nos miramos y Emma es ahora la que se encarga de quitarle el zapato y comienza a hacer cosquillas en los pies del niño haciendo que se ría. Esto me hace soltar una sonrisa ladina al escuchar la risa de el niño. — Y no...No soy jefa de nadie...Y tengo una cicatriz en mi cuello porque me lastimaron hace tiempo.
—¡Dile que pare! ¡Dile que me rindo! ¡Ella gana!
Toco la cabeza de Emma para captar su atención y le explico tal cual me dijo el niño. Al instante suelta el pie de Gunther y se sienta unos segundos. Acto seguido busca algunas hojas, papel y lápiz.
—¿Qué hace? — Él también se pone su calcetín y su zapato, se sienta con las piernas cruzadas en el piso curioseando.
—Ve a hacerte un dibujo...posiblemente le caíste bien. — Informo mientras me ve de nuevo con esos ojos curiosos. —¿Entonces tampoco te agradan los nazis? ¿Aunque seas alemán?
—Ellos lastiman gente...—Lentamente veo como según él, intenta agarrar un papel y pluma para unirse a Emma.—¿Quién quita y me encuentro a mi papá en Alemania? ¡Si está en la guerra posiblemente este matando nazis horribles! ¡Quizás nos ayude!
Como le explico que eso que piensa posible puede pasar de uno en un millón. No quiero borrarles sus esperanzas así que mejor guardo silencio. Me limito a pasarle el papel y la pluma para que también se entretenga y me deje en paz.
En ese momento Carter aparece y ve a los dos niños en el piso dibujando.
—¿Esto es guardería? — Me mira como preguntándome de donde salió ese niño. —¡Hola campeón!
—¡Oh!¡Hola debilucho del flaco trasero!
Ambos nos quedamos boquiabiertos al escuchar como le ha dicho a Carter.
—¿Qué tal? Yo le digo campeón y él me dice debilucho.
—James me dijo que así te dijera...Que ese era tu nombre...No le creí, pero no sé cómo te llamas.
Tenía que ser papá.
El barco comienza a menearse de forma violenta por la marea tan alborotada y turbia. Esto hace que los movimientos violentos comiencen en el barco. Emma comienza a verme asustada mientras que Gunther está más que acostumbrado. Mi hija me busca con la mirada y le explico que no se asuste que el mar hace ese movimiento y que posiblemente llegue una tormenta por la fuerza del aire.
Ella intenta recostarse para seguir haciendo su dibujo. Las alarmas comienzan a sonar y nos informan que no salgamos. La lluvia comienza a hacer más violentos los movimientos y la cubierta está bastante peligrosa.
Gunther se asoma por la pequeña ventana del camarote y ve que en efecto es una tormenta la que azota el barco. Con brusquedad las olas altas impactan al barco y esto nos hace caer a varios. Emma se asusta y busca refugio en mis piernas de nuevo.
—Debería ir con el capitán. — Intenta buscar su pequeña boina y se la pone para alistarse a salir. Me mira con sus ojos color miel y se acerca a Emma.— ¿Cómo se dice "no te asustes"? ¡Todo estará bien!
Le hago las señas que debe de hacer y él se lo repite a Emma como puede. Se que mi hija ha entendido el mensaje. Cuando abre la puerta del camarote se ve agua por los pasillos. Son las olas que rompen y es el agua que está entrando.
— ¿No es peligroso para que atravieses la cubierta?¡Te puedes caer! — Carter es quien detiene al pequeño del hombro.
—Quizás necesitan que limpie. — Dicta firme acomodándose la boina una vez más.
—Si limpias ...el agua volverá a ensuciarte. — Ahora yo le comento y él me mira. Se quita la boinita y veo su cabello quebrado color marrón. Se rasca la cabeza, supongo que llegando a la conclusión de que tengo razón. —Quédate ...Una vez pase la tormenta. Regresas a tus actividades.
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Son las tres de la madrugada del día siguiente y el barco continúa envuelto en la tormenta. Carter y yo intentamos calmar a Emma ya que está muy asustada. Mientras en la otra litera, en la parte de abajo se encuentra Gunther viéndonos en silencio. Parece que el recuerdo de una familia le trae nostalgia. Tiene rato en silencio viendo a Emma. Como si envidiara el lugar en el que esta. La tormenta está bastante fuerte, tanto que pareciera el cielo se parte en pedazos y esos truenos y relámpagos hacen más tenebrosa e inquieta la noche. El primer trueno hace que hasta los vidrios retumben y solo veo que Gunther se encoje de hombros. Es un sonido muy fuerte. Parece ser que eso lo inquiera. Cosa que Emma no percibe mucho por su condición.
Logro ver como una capa de agua se forma en los ojos del niño. Se tapa con la sabana intentando dormir. Sin embargo, otro relámpago ilumina unos segundos el lugar y le veo su rostro de pavor.
Dios...¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me sigue los niños? Ni siquiera tengo ese sentido de gracia con los niños y ellos aparecen.
—Tapa tus oídos. — Informó al pequeño y el me mira a punto de romper en llanto. —El ruido no será tan fuerte.
Miramos que el niño se levanta de la cama y coge su almohada viéndonos.
—¿Me? ... ¿Puedo dormir con ustedes? — Esto me toma por sorpresa. Pensé que usaría la almohada para tapar sus oídos. —Prometo no moverme mucho...
—¡Hey! — Carter se sienta en la cama y le alborota la cabellera. —Son solo truenos campeón.
—Por favor...Me...me aterran los truenos. — Se quita las lágrimas que salen solas y están en sus mejillas.
—¡Sabes que! — Carter se levanta esta vez y carga a Emma quien ya está quedándose dormida. Ella se le afianza con fuerzas a su padre. — Te cambio de lugar... Esta enana ya mero se duerme. Mía tendrá buen espacio para que quepas.
¡¿Qué yo que?! ¿Qué ha dicho mi increíble y amado esposo? Lo miro con ojos de pistola. Viendo en el lio que me quiere meter.
—¡¿De verdad?!— Me mira con un pequeño brillo en sus ojos.
—¡Eh!...
Sin siquiera dejarme terminar. Gunther ya está saltándome para el quedar de lado de la pared. Una vez más, veo a Carter incomoda. Él se acerca a susurrarme al oído.
—¡Por favor! Necesita sentirse protegido por una figura materna.
Sin decir más, para no incomodar al pequeño me giro hacia él y veo como el camarote se ilumina una vez más. Seguido de un trueno que simbra los vidrios. Gunther se abraza a mí con fuerzas, tapa sus oídos con la almohada. Lo escucho sollozar. Alcanzo a ver que salen aun lágrimas. Se las quita como si lo fuera a regañar.
—Llorar no está mal...tampoco tener miedo. — Capto su atención y esconde su mirada. —¿Por qué las ocultas?
—Llorar no es de hombres...Ni tampoco el miedo.
—Llorar y tener miedo es de humanos. — Concreto y él me mira. Un nuevo trueno retumba en nuestros oídos y él se vuelve a abrazar con fuerzas. Siento que me quiere arrancar la espina dorsal de la fuerza que tiene. — Calma...
—¿Cómo es que a ti no te da miedo? — Se asoma a ver a Emma y ella ya duerme tranquilamente. —Qué suerte tiene ella que no escucha ese ruido tan feo.
—Bueno...Ella tiene desventaja, no puede escuchar nada o casi nada. Ni a nosotros.
—Pero...los ve, sabe que están con ella. —Gira sus ojos hacia todos lados inquieto. — Yo...Extraño a mi mamá ¿Por qué no me llevo a trabajar con ella?
—Bueno. La guerra complica todo.
—Pero...la extraño...De todos modos yo también trabajo ¿Dónde está?
Me hace preguntas que no puedo responder. Ni siquiera sé si su mamá está viva o si su papa es nazi... Y no se ni que decir.
—Bueno...No lo sé niño. —Poso mi mano sobre su cabellera y acaricio su cabello quebrado. —Pero todo va a tener una explicación lógica ¿No recuerdas nada de tus padres?
Niega con la cabeza limpiándose las lágrimas de nuevo. Supongo que esto le come la cabeza bastante, la mayoría de los días. Al sentir como acaricio su cabello veo que lanza un suspiro y sé que se está calmando, ya conozco muy bien el lenguaje corporal de un niño.
—Intenta dormir ¿Sí?
Sorbe los moquillos que se le escuchan que tiene. Es un niño después de todo. Veo que es inútil que duerma así que intentare conseguir una pista de sus padres para regresárselos.
—¿Algo que recuerdes de tus padres? Podemos ayudarte si sabemos algo.
Se queda pensando unos minutos.
—Papá era...estricto...creo que el si era del ejercito desde hace mucho tiempo.
—¿Él fue el que te dijo que no debías llorar ni tener miedo?
—Supongo...— Hace memoria de nuevo después de guardar silencio. — Mamá era dulce...Creo que papá era muy duro con ella. La recuerdo unas que otras veces llorando.
—Bueno...los militares y soldados suelen ser duros. Y es normal llorar si se van a la guerra...Quizás tu mamá no quería dejar a tu papá y por eso lloraba.
—No se...
—¿Algo más? — Quiero tener esperanza de poder tener algo y regresarle este niño, quizás a su padre sea de la resistencia si él quiere matar nazis. Si es así posiblemente tengamos aliados. Lo veo negar con la cabeza. Es inútil... no recuerda más. Mañana mismo le diré a James que me ayude a encontrar a sus padres o alguien que lo cuide.
Siento como se acurruca y ya comienzo a ver que el sueño le gana. Lanza un bostezo al aire y comienzo a sentir como es que las fuerzas con las que me abrazaba y el sentirlo tenso se comienza a esfumar.
Sin decir más continúo acariciando su cabello hasta que se queda profundamente dormido. No me queda más remedio que intentar dormir.
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Estamos ya en el mes de enero. Al pasar las semanas hemos llegado a Alemania. Todos estamos en cubiertos por que se miran bastantes banderas nazis en el puerto. Por ende, nos tocó desembarcar en otro lugar. Estamos apenas bajando nuestras pertenencias.
No deberían atacarnos ya que el barco ni siquiera tiene bandera. Y en los reportes donde le pidieron al capitán lo que cargaba. Informo que suministros y lo dejaron en paz. Ningún barco nos siguió. Pero el ambiente se siente...hostil.
James nos observa y nos reúne. Todos nos acercamos y comenzamos escucharle.
—Atentos...Ya no estamos en nuestras tierras. Recuerden que aquí los enemigos predominan.
—¿Prioridades? — Carter lanza la pregunta.
—Los niños...y los pocos médicos que tenemos. — Hoffman da la orden.
—Se supone que en nada llegaran unos aliados que están con nosotros. Son los que nos han pasado información desde que todo esto comenzó.
—¿Confías en ellos?
—Uno de ellos me dijo que tiene una deuda infinita con Mía Campbell.
—¿Qué? Y tú confiaste en eso...
James afirma.
Pasados unos veinte minutos comienzan a llegar unas personas que no tienen uniforme de algún país. Parece ser que son la resistencia como nosotros.
Me quedo mirando por unos minutos mientras veo como mi padre habla con al parecer el informante con quien ha estado intercambiando reportes. Todos cubren sus rostros. Uno de ellos veo que me mira de lejos. El hombre comienza a acercarse a mí y mi esposo esta inquieto.
—Inspectora. — Esa voz se me hace conocida. —Si me sacas de aquí... Tienes mi eterna gratitud.
El hombre se quita lo que cubre su rostro y simplemente no puedo creerlo. Lo recuerdo bien ¡Es Cooper! Logan Hunt lo encarcelo y estaba condenado a morir en la horca por un crimen que no cometido. Cuando me dieron el caso, Carter y yo fuimos a visitarlo y descubrimos que era inocente. Peleamos por que le hicieran un nuevo juicio. Sin embargo, cuando nos movimos a Chicago, el caso paso a ser de alguien más.
El hombre se me acerca y me abraza con esos enormes brazos. Su personalidad no encaja con su apariencia. Siempre se miró rudo, pero parece que es un caramelo.
Sinceramente me siento muy confiada y ahora que se quién es el informante. No puedo evitar regresar el abrazo.
—Cuando supe que te encarcelaron comencé a moverme. Por cuestiones de la guerra y que supe gracias a tu padre que tenías problemas con nazis...Me terminé ofreciendo para ser el informante de él.
—¡Mírate nada más! — También veo a Carter relajarse. Se que lo recuerda. —¡Me alegra saber que tu eres quien nos ha informado!
—Mi deuda contigo...Jamás terminara Mía.
—No me debes nada. Solo hacia mi trabajo.
Él me suelta después de ese efusivo abrazo y estrecha las manos con Carter.
—¡Al fin te decidiste a jugártelas por ella! — Ambos sellan su amistad con unas buenas palmadas cada uno en sus espaldas. —En Norwich eras un aficionado...
—¡¿Qué puedo decir?!— Se nota la genuina alegría de Carter al ver a Cooper.— Me las jugué tan bien que ahora somos marido y mujer. Sin mencionar que tenemos una hermosa hija.
Carter apunta a Emma y Cooper la mira emocionada. Como si este hombre fuera parte de la familia. O se incluyera como tal el solo.
Emma se siente una vez mas intimidada. Siempre en Pearl Harbor pasaba desapercibida para muchos y no era normal que se le aproximara tanta gente extraña. Cooper intenta acercarse a ella y se esconde una vez más tras de mí.
Le explico tocando su cabeza que es un amigo mío y de su papá. Ella aun así se siente cohibida y solo le estira la mano para que él la tome. Cooper prolonga el saludo lo cual hace que Emma voltee a verlo con las cejas abajo algo molesta por el movimiento tan repetido del brazo. Ella intenta soltarse del agarre de el imponente y alto hombre y el se lo impide.
Aun recuerdo que le dolió mucho cuando su esposa aborto a su hijo por el alcohol. El siempre se quedo con ganas de tener hijos. Así que asumo Por eso esta tan entretenido con Emma.
Después de unos segundos Emma comienza a reírse con el al ver que ese hombre que se ve tan imponente, es un pan de dios. Al grado que deja que el la cargue y la sube a sus hombros como si el fuera un caballito. Gunther mira desde lejos mientras nos ayuda a desembarcar nuestras cosas.
Poco nos dura la felicidad del momento. Por que nos alerta a todos los disparos que comienzan a escucharse. Cooper baja a Emma rápido de sus hombros para no exponerla y me la entrega. Comienzan a coordinarse y se nos ordena cubrir y defender nuestra zona. Va a haber un enfrentamiento.
Debido a que es un puerto improvisado la enorme cantidad de cajas nos ayudan a poder atrincherarnos.
El lugar parece vacío. A lo lejos se nota como es que han seguido a un hombre que al parecer forma parte de la resistencia. El corre con todas sus fuerzas, pero una bala le atraviesa el pecho dejándolo tirado y moribundo. Los soldados son nazis con banderas y parches anunciando su postura a todos los presentes.
El coronel o quien lidera ese pelotón va en un auto y pasa por encima de él quebrándole las piernas. Aun así el hombre continua vivo. Se bajan de el auto el y dos hombres más. Lo levantan a rastras para que haga el saludo fascista. Al soltarlo el hombre cae al piso y se rehúsa a darle su lugar.
Tengo que hacer algo...Lo van a matar frente a mí. Cargo mi arma y le quito el seguro. Estoy a nada de salir a disparar cuando su atención es captada por Gunther quien intenta correr hacia otras cajas. Los soldados le cierran el paso y el niño comienza a patear desesperado.
Emma observa desde la pequeña separación que tienen dos cajas una al lado de la otra y me agarra el hombro.
Por reacción natural le tapo la boca y le hago la seña de silencio con el dedo índice. Al soltarla le digo en señas que no haga ruido.
—¿Qué hacen esos hombres mamá?
—¡Son peligrosos! No dejes que te vean por nada del mundo ¿Estamos de acuerdo?
Ella afirma con la cabeza y la mirada a nada de romper en llanto.
Me asomo una vez más con extrema cautela y veo que el que parece dar las ordenes se acerca al niño.
—Wie heißt du? Woher kommst du? Bist du mit dem Boot gekommen? Wer ist mit dir auf dem Boot? (¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes? ¿Viniste en el barco? ¿Quién viene en el barco contigo?)
—Stirb...verdammter Nazi (Muérete...Nazi de mierda)— Gunther le pega en la bota una patada sin hacerle mero daño.
El hombre a puño cerrado lo golpea y saca su arma. Dispara al piso cerca de el y lo mira comenzando a reírse.
—Tanzen! Kanalratte! (¡Baila! ¡Rata de alcantarilla!)
El hombre continúa disparando haciendo que Gunther entre en pánico e intente esquivar las balas. Esto solo confirma que el niño no les esta ayudando a los alemanes y todo lo que me dijo es cierto.
Emma suelta un pequeño chillido de la mortificación que tiene al ver a su "nuevo amigo" en problemas y esto ahora hace que los hombres capten la atención hacia donde estamos ella y yo ocultas. De forma rápida le tapó la boca. Pero veo que es inevitable no alarmarlos.
Escucho como con pasos lentos se comienzan a acercar hacia donde estoy con Emma. No puedo exponerla. Así que tengo que hacer mi primer movimiento. Le ordeno a Emma que no salga y no haga nada ...pase lo que pase.
Salgo con las manos en alto guardando mi arma en lugares muy bien ocultos.
—Verzeihung! Mein Sohn und ich waren auf der Suche nach Nahrung ... auf diesem Dock ... Die Matrosen, die gelandet sind, sind zur Ruhe gegangen und ... nur (¡Di...disculpe! Mi hijo y yo buscábamos comida...en este muelle...Los marineros que desembarcaban se han ido a descansar y ...solo queríamos comer.)
El hombre me ve alzando las cejas ordenando a sus soldados que no me dejen de apuntar. Me hace acercarme a él y sé que está analizando mis rasgos.
—Wie heissen Sie? (¿Cómo te llamas?)
—Jaqueline Skymoore.— Utilizo mi nombre falso y entrego mis papeles.
El hombre con su 9mm me descubre el cuello y ve mi cicatriz de la pluma que me arrastra desde hace años. El hombre abre los ojos. Da la orden de que me sigan apuntando y en su auto del cual bajo toma muchos papeles.
—Entdecken Sie Ihren Rücken. (Descubre tu espalda)
Veo como sostiene un papel y esto me pone nerviosa. Sin más remedio comienzo a quitarme la blusa dejado que mi cabello largo cubra mis pechos. Los demás soldados comienzan a mirarme de forma morbosa y esto me trae malos recuerdos.
—Umdrehen (Media vuelta)
Se lo que busca... al darme media vuelta queda descubierto en mi espalda la marca de "Zigeuner 0001 "" (Gitano 0001)
—Es ist von William Wol. (Es de William Wolf.)
Lo que sostenía en ese papel era mi cartel de "Se busca como Mía Campbell"
IV Matar o morir.
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