II Vivisección

La guerra no es una aventura. Es una enfermedad.

-Antoine de Saint-Exupéry


Mía Campbell

Comenzamos a movernos a Alemania. Tengo un plan y lo pondré en marcha yo misma ¿El fin? Afectar a William Wolf. Sin ninguna ganancia propia. Son actos movidos por odio y espero estar presente y verlo al rostro cuando eso suceda.

El viaje es complicado. Ya que Estados Unidos estaba en la guerra. Nos tocó llegar a puerto en México y pasar lo más desapercibidos posibles. Salir de una nueva embarcación por el golfo de México hasta llegar al Atlántico norte. Sería un peligro ya que estaba repleto de barcos enemigos y aliados. Literal era un campo minado; A pesar de que México seguía fuera de la guerra, tenía que apoyar a Estados Unidos. Así que tarde que temprano se verían envueltos.

Si no hubiera sido por esa relación que papá mantenía con ellos tan buena, creo que no hubiera sido tan fácil desplazarnos y llegar a salvo a nuestro siguiente barco. Una vez en aguas del Atlántico se sentía muchísimo movimiento y el ambiente tenso.

Estábamos en una reunión donde estaban explicando que al llegar, nuestro lugar de destino seguiría rondando en Ravensbrück, Alemania.

Era un campo de concentración o más bien a mi gusto, uno de exterminio. Diseñado solo para mujeres o en su totalidad , ya que se conocían muy pocos casos de hombres en ese campo. Solo el diez por ciento de esas mujeres eran judías. Las demás eran lo que ellos consideraban, desechos para la sociedad. Aparte de haber personas con creencias religiosas y una fe fuerte en Dios, había, prostitutas, criminales y gitanas. Eran golpeadas, obligadas a pasar hambre, o trabajar hasta la muerte. Eran baleadas, envenenadas, gaseadas, ejecutadas y la mayor diversión de Amira Lastrange. Experimentar con ellas, cortarles músculos, tendones, huesos y nervios para infectarlos y poner a prueba sus experimentos. Ya no era secreto que esa maldita judía endemoniada se encargaba de estudiar en diferentes circunstancias los cuerpos.

—¿Entonces iremos a destruir ese campo? — Papá fue el primero en interrumpir a Hoffman.

—Necesitamos establecer el tamaño del perímetro y cuánta gente protege ese campo. — Habló Hoffman dando una idea en general. — Ya sabemos las abominaciones que hace Amira...pero lo que no saben muchas personas es que tienen una subdivisión que está catalogada como archivo secreto y delicado...

—¡¿Cómo?! — Esto me toma por sorpresa. —¿Qué quieres decir con eso?

—Se tomaron fotos en las que se ven a Amira y a William tener una reunión de suma importancia con unos japoneses en una purificadora de agua.

—¿Qué tiene eso de extraño? — Carter no comprende como esto puede ayudar.

—Se rumora...— Hoffman comienza a buscar entre carpetas muchas fotografías que le han llegado. Nos las pasa y comenzamos a pasarnos esas imágenes. —Que Japón tiene exactamente las mismas ideas que Alemania...ven a los chinos, mongoles, rusos y coreanos como una raza inferior y ellos crearon algo llamado "Escuadrón 731"

Todos nos quedamos en silencio y comenzamos a ver que las fotos tienen cuerpos sin órganos. Otros con experimentos al parecer como los que Amira realizaba y un sin fin de atrocidades más. Esto es más de lo que puedo imaginar. Sin embargo, no interrumpo a Hoffman y le muestro respeto guardando silencio.

—Estos infelices se encargan de hacer arte, por amor a la ciencia...Pero sus métodos son peculiares. — Una vez las fotos se pasan todo queda reunido en el centro. —Este escuadrón se encarga de varias cosas. Entre ellas investigar sobre la peste bubónica, cólera, carbunco y tuberculosis. Prueban armas biológicas, están encargados de hacer nuevos proyectiles con mano de obra japonesa, entre otras cosas de la experimentación.

—¿Qué tiene que ver esto con Amira y William?

—Ese es el punto. — Hoffman busca de nuevo entre carpetas pasándonos más fotografías nuevas del campo de concentración al que nos dirigimos. — Estos cuerpos comenzaron a salir después de que Amira y William tuvieron esa reunión.

«Son una peste para el mundo...Mátalos»

Al ver las fotografías, se analiza muchísima similitud sobre la mutilación de los cuerpos. Según Hoffman sigue explicando. Sus contactos no le han mencionado de alguna novedad importante. Por ende, Amira y William trabajan con los japoneses para llegar a descubrir cómo reacciona el cuerpo ante nuevas enfermedades.

—Esa cucaracha judía asquerosa está agarrando una nueva afición bastante aterradora. — Al decir eso, cruzo miradas con él y sabe que estoy deseando saber más. — Está practicando la vivisección.

—¿Vivisección? — Nunca había escuchado esa palabra la verdad. Pero Scarlett parece ser que si desde que se metió a estudiar medicina.

—La vivisección es una práctica en la que le quitan uno o varios órganos a las personas aun estando vivas. 

La piel se me hela y recuerdo cuando le hicieron eso a Elizabeth Gray. Sin embargo, veo que Scarlett aún tiene que informarnos más. 

— Si los papeles que Hoffman tiene son ciertos...los gastos son muy bajos.

 
—¿En que afecta eso?

—Que muy posiblemente este abriendo a las personas sin ninguna clase de anestesia. —Dicho esto, todos, hasta el mismo Hoffman se queda sin palabras. — El cuerpo humano puede soportar cantidades enormes de dolor y puede seguir viviendo sin uno o varios órganos...Y sinceramente no veo el compuesto de la anestesia en ningún lado. Incluso en las fotos solo se observa el bisturí al lado...Cero medicamentos.

Todos regresamos a ver las fotos y Scarlett tiene razón.

—¡Oh por Dios! — No me creo lo que veo. —Esto es extremista ¿Quién pario a ese demonio personificado?

Carter lanza una ligera risa al escucharme hablar así de la judía endemoniada hija de satanás. Scarlett le hace segunda, en cuanto a James y Hoffman solo me miran entendiendo a la perfección mi preocupación y rechazo.

—Se sabe también que sigue experimentando para mejorar la condición de sus piernas.

—No me cansare de dejarle ese regalo a la desgraciada y al tuerto de William también. — Papá al parecer se enorgullece de haber sido el causante de ese odio tan especial que nos tienen ahora, más que nunca.

—Señores... Señoritas— Hoffman nos muestra respeto a Scarlett a Emma y a mí con esta última palabra. —Tengan...el doble de cuidado con esos dos. Ya sabemos de lo que son capaces y ahora con el mundo en guerra estamos a nuestra suerte...Las injusticias no existen aquí.

Pausa un momento, el coronel nos mira a todos con esa singular seriedad que él sabe tener. Acto seguido apunta a Emma con el dedo índice quien está sentada en mis piernas dormida.

—Después de la muerte de Korina... Sabemos que tienen en la mira a Emma.— Al escuchar a Hoffman  decir eso, mi piel se enchina, me recorre un escalofrió y solo me limito a abrazar a mi pequeña con fuerzas. —Y los campos de concentración...no muestran piedad con los niños.

—Nos estableceremos muy aparte de las fuerzas militares. — Explica mi padre y capta la atención de todos. — Nosotros no pelearemos en el ejercito...nuestra pelea esta más centrada en destruir los campos de concentración y así obtener más gente que se una a la maldita causa.

—Se el lugar perfecto. — Habla mi esposo tranquilo. —Lychen es un pueblo bastante cerca a Ravensbrück. El pueblo quedo saqueado y solo, hasta donde se.

Carter y Hoffman serán quienes nos guíen porque son los únicos que conocen bien el terreno. A pesar de tener años fuera de Alemania siguen recordando bastantes cosas.

—Es demasiado cerca. —Papá busca en el mapa y encuentra el pueblo que dice. —Seria correr peligro y exponer la base.

—No digo que el pueblo o el centro del pueblo. — Carter en el mapa mueve el dedo hacia una zona que no apunta estar habitada. —El bosque nos dará todos los suministros ...la neblina nos esconderá y conoceremos el terreno mejor que ellos. Esta a las afueras de Lychen.

—¿Dónde piensas dormir?—James lo interrogara hasta morir.

—Necesitamos de nuevo la base subterránea.

—Tomara mucho tiempo...y es lo que menos tenemos.

—¿Cuál era tu plan James? — Jack defiende su postura. — ¿Agarrar un edificio abandonado que puede colapsar?

Todos se quedan en silencio viendo a papá y a mi esposo. Después de un silencio y el ambiente pesado Jack habla de nuevo.

—Sigamos tu plan origina...Movernos bajo tierra...De ese modo podríamos movernos todos y aparecer rápido en el campo de concentración ...incluso si somos inteligentes, ver dónde están los prisioneros y extraerlos o iniciar la revuelta en la noche.

—¿Planeas excavar de Lychen hasta Ravensbrück?— Carter afirma a la pregunta de Hoffman.— Son como dos horas a pie muchacho...

—¿Quieren llegar a tocarles la puerta y pedir permiso? — Jack chasquea la lengua y sigue intentando convencer que es una buena idea. —Reforzamos con troncos para evitar sacar ruido al exterior y para el peso...la madera, el agua y la comida abundan. Sin mencionar que de seguro habrá animales para cazar.

—¿Y si encuentran el túnel?

—Ten vigilantes como siempre los has tenido...o los ocultamos con diferentes túneles, o trampas.

—¿Tienes mucho tiempo libre verdad imbécil? —A papá le agrada la idea que está proponiendo...pero cada que ve una oportunidad para fastidiar a mi esposo lo hace. Ya lo tiene comprado. —¿Qué trampas tienes en mente?

—Ponles un señuelo que no se puedan resistir. — Abro la boca y ahora todos me miran. — O somos mas arriesgados y utilizamos señuelos para que los lleven a la trampa.

—Nadie va a querer ser un señuelo.

—Yo si...— James frena en seco y da media vuelta a cruzar miradas conmigo. —Ya me cansé de esconderme... Vamos a ir a exterminar nazis.

«¡Asi se habla Mía!»

—¡Tu! ¡¿Que sabes de exterminar gente a sangre fría?!— Alza la voz y se me acerca con molestia. —¿Quién te dijo que tú vas a participar?

—Me entrenaste para esto...Vengo aquí con todos...Eso no es obvio James.

—Te entrene para que cuides a tu hija ¡Mi nieta!

—No vine a dejar que todos se expongan...en ese caso me hubieras mandado a otro lado lejos con Emma.— James me da un ligero golpe en la frente con su dedo índice molesto. Pero defiendo mi postura. —¡VOY A PELEAR!

—Tú te vas a encargar de estar dentro de la base todo el tiempo.

—Sabes que mucha gente gitana... Como mamá, se está muriendo de forma muy cruel.

—Esa sangre que corre por tus venas es lo que te hace más apetecible para ellos ¡Amira va a estar cerca! Y William también ¡¿No lo entiendes?!

—Y son a los que busco...

«Se deben morir»

—Yo me encargare de ellos.

—¡NO! — Alzo la voz con fuerza. Mis cejas se bajan y se arrugan mostrando mi molestia. —¡LOS VOY A MATAR! ¡A AMBOS!

«Cuelga sus cabezas en una estaca...Déjales las cuencas de sus ojos vacíos»

Esa voz de nuevo...ese demonio de mi interior dándome ideas.

—¿Qué te hace pensar que vas a tener las malditas tripas para hacerlo? ¡Eres la más blanda de aquí!

—Se que lo hare.

—¡RESPONDE! — James me quita a Emma y se la pasa a Scarlett. Se que me va a enfrentar como mi superior y me va a hablar como tal, no como un padre. — Recuerdas cuando te encargue torturar a la puta judía...¿Qué hiciste? ¡La alimentaste! Y le diste un maldito descanso por un poco de dolor que sentía.

—Las cosas cambiaron en ese ento...

Papá me abofetea frente a todos y me hace guardar silencio. Jamás lo había hecho. Veo como Jack se enoja e intenta ir a encarar a James. Pero, Hoffman se lo impide y le ordena que nos dejen seguir.

—¡No tienes madera para esto! Solo vas a actuar cuando te tengas que defender. O cuando te estés muriendo.

—Las cosas cambiaron.

«Ciérrale la boca»

—¿En qué? — Se acerca una vez más a mí y no retrocedo. — Alimentaste a esa maldita judía incluso después de que hiciera figuras de cera con los cuerpos de los Barnes...los torturo y te los regreso vivos agonizan...Y le mostraste piedad. ¿En qué mierda cambio?

—¡Mataron a mi hija! ¡JODER JAMES! ¡Ponte en mi maldito lugar! — Articulo bastante bien y mis cuerdas vocales resuenan en todo el cuarto. Mis ojos expresan dolor y sé que están llenos de agua. Papá frena en seco y baja la mano. Se que me estaba por dar otra cachetada. —¡Mataron a mi hija! ¡Mataron a los Barnes!¡Mataron a mi gato!¡Mataron a mi amigo John Walker! ¿Qué tengo que esperar? ¡¿Que te mate a ti?!¡¿A mi esposo?!¡¿A Emma?!¡¿A mi demás familia aquí presente?!

Jack Carter
Después de presenciar la pelea entre mi mujer y James. El ambiente se comienza a sentir mas tranquilo. Creo que esas palabras cargadas de sentimiento de Mía han removido a James. Se agarra el puente de la nariz y parece ser que está pensando que hacer. Pasa ahora sus dedos a su barbilla. Expulsando aire mira a su hija.

—Espérame. — Es lo único que se le ocurre decir. Abre esa puerta y sale a cubierta. Mientras el ambiente sigue incomodo en este cuarto. No pasa mucho tiempo y James regresa con un hombre que claramente se le mira que le ha dado unas buenas cachetadas para que hable. Ese desgraciado tiene un nazi de rehén. — ¡Demuéstrame que haz cambiado!

Esas palabras retumban en todos. Mía quien estaba con la mirada perdida, una vez mas cruza su mirada con James. No comprende la orden que le dio.

—¡¿Cómo?!

—Es un maldito nazi...Y no cualquier maldito nazi. — James lo pone de rodillas a la fuerza y le da un golpe con la culata del arma. — Este hijo de puta...Fue quien se encargo de proporcionarles escondite a William y a Amira en Pearl Harbor...Les ayudo a llegar a Emma.

—James. Emma está aquí. No hagas que....

—Scarlett...Llévate a Emma a otro lado. — Me interrumpe. 

La pelirroja obedece y se lleva a Emma quien continúa durmiendo. Ni siquiera se ha inmutado de todo el ruido. Parece ser que si perdió bastante su poca audición que tenía. Una vez Scarlett abandona el cuarto. James le entrega a Mía una Walther P38 que seria el arma que remplazaría a su Luguer P08 que le entrego Hoffman en su tiempo y que quedo inutilizable en la última pelea. 

—Sácale información...y si no quiere hablar ¡Mátalo!

Mi mujer coge el arma, por el peso sabe que esta cargada. James desata al hombre y este se queda de rodillas. Saca unas fotografías que carga consigo e intenta hacer su labor de convencimiento.

Bitte! Ich habe Familie! (¡Por favor! ¡Tengo familia!)

James le arroja las fotos al piso y lo golpea de nuevo. Al ver que Mía carga el arma es a quien dirige su atención.

Mía ve de reojo las fotos que han caído al piso y efectivamente el sujeto tiene familia. Una hija unos dos años más grandes que Emma.

Sie haben zwei Menschen in Pearl Harbor geholfen!( ¡Ayudaste a dos personas en Pearl Harbor!)— Admito que en este tiempo que descansamos... Mía ha mejorado bastante su Alemán. Ya no necesitara interprete. — Wo sind sie? (¿Dónde están?)

Meine Familie war in Gefahr ... Sie ließen sie bedroht werden. (Mi familia corría peligro...Ellos los tenían amenazados.)

Hoffman es quien está traduciéndole a James la platica que tienen los dos.

Mía se dirige a James y le quiere entregar el arma.

—Mi pelea no es con gente que ha sido amenazada.

James coge el arma y mira a su hija con rabia. Una vez mas se acerca a darle una cachetada. La coge de la mandíbula y la fuerza a ver al hombre.

—¡VINIMOS A MATAR A ESTOS HIJOS DE PUTA!

Quiero intervenir...Mía no se encuentra bien desde que Korina murió y esta muy vulnerable. Pero, sé que ese hombre miente y solo se quiere salvar.

—¡MATALO!

—¡NO!

James empuja a Mía y la sigue, la pone frente al nazi y le entrega el arma.

—¿Quieres pelear? ¿Quieres salir a matar gente? ¡DEMUESTRALO!

—¡El no es el culpable!

—ES UN COBARDE QUE SE QUIERE SALVAR.

James una vez mas agarra a Mía de las manos y se pone detrás de ella. Le pone el arma en la mano y le quita el seguro. Comienza a haber un forcejeo entre los dos. Naturalmente la fuerza de James va dando ventaja.

—¡BASTA! ¡PAPÁ! —Mi mujer comienza a quebrarse. La mano le comienza a temblar. — ¡NO QUIERO!

—Es culpable por lo que le paso a Korina.— James tiene razón. Mía tiene que tener tripas...hace algunos años estaba perdiendo el miedo, pero parece ser que la maternidad la hizo retroceder. O quizás los años que nos alejamos de eso. — ¡LO TIENES! ¡JALA EL PUTO GATILLO!

—¡NO! ¡PAPÁ NO!

— ¡TE LO ORDENO!

James comienza a acercar el dedo al gatillo para hacer que indirectamente Mía sea quien lo mate.

—¡NO!¡NO!¡NO!¡PARA POR FAVOR! ¡TE LO SUPLICO! — Mía deja caer su peso a James quien la carga y este sin importarle la sostiene y la fuerza a ver con la mano que no sostiene el arma. Ahora le sostiene el mentón. — VERZEIHEN SIE MIR! (¡PERDONAME!)
James termina por jalar el gatillo y el hombre recibe el impacto en el estómago.

El hombre cae al piso y la sangre comienza a salir por su boca.

James se queda viendo sin ningún remordimiento y le deja la pistola Mía.

—¡Mátalo ahora tú!

Ella sin responder nada solo parece estar en shock.

El hombre se arrastra y es obvio que tiene mucho dolor. Coge la pierna de Mía e intenta acercarse al arma que James le dejo a ella.

Verd...ammte Zig...euner... Sie wer...den alle ausgero...ttet. (Maldi...ta gita...na de mie...rda...Todos van a ser exter...minados.)

Mía sigue viendo como el hombre se acerca y ella no para de pedirle perdón. Al ver que el coge el arma de Mía y la tiene a escasos centímetros, saco mi arma.  Antes de que el pueda hacerle daño, entre James y yo le reventamos la cabeza. La cual explota y salpica por completo a Mía. Me acerco a ir a ver a mi esposa y me percato que mi bala y la de James han chocado dentro. Si que somos unos desgraciados para tirar a matar. Le extiendo la mano a Mía y ella la toma sin problemas, pero sigue en ese estado de shock. No deja de mirar al cuerpo del hombre.

—¡Ven! — La ayudo a reincorporarse.

En cuanto la pongo de pie, Mía regresa lo que ah desayunado y se pone pálida.

—¡Felicidades!¡Después de tanto tiempo! ¡Le has disparado a un hombre de nuevo! — James mira a su hija con cierta decepción. No es porque no la quiera o por que le agrade la idea que sea una asesina a sangre fría. Pero sabe que esas actitudes le pueden costar la vida. Y no quiere perderla. —Como dije...no saldrás al campo.

Al ver que soy quien la ayudo se me acerca.

—Límpiala... ¡No quiero rabietas tuyas después!

—Como su superior no tengo nada que reprocharte. —Dicto siendo franco. Pero le detengo con mi otro brazo que tengo libre y aprieto con fuerzas. — Pero como su padre...Das mucho de qué hablar James.

—Prefiero yo darle esas lecciones a que una bala la atraviese...O peor aún a que caiga en manos de Amira y tu puto hermano loco.

Sin decir más, con fuerza James se suelta de mi agarre. Me enfoco de nuevo en mi esposa y la veo que aun no sale del shock.

— Vamos a asearte. Ya paso todo.

—Jack...soy...un maldito fracaso.

—¡No digas eso! Nuestra vida estuvo bastante tranquila los últimos años...Es normal desacostumbrarse.

Preparo la tina y comienzo a desvestirla para limpiarle los restos de cerebro y sangre que tiene adheridos a su cuerpo.

Amira Lastrange
Es la noche del veinticuatro de diciembre y creo que es noche buena para mí. Me entretengo diseñando aparatos peculiarmente entretenidos. Es muy divertido poner a la gente al límite. Pero lo mas divertido es ver como se destruyen ellos mismos, pensando que tienen posibilidades de sobrevivir si me obedecen. Y sinceramente,  no las tienen.

Ahora lo que hago es mostrarle a William mi ultimo invento...Se que le fascinará y eso hará que me de la cogida de la semana. Aunque no me puedo quejar por ello. su desempeño sexual siempre es bastante bueno.

William sabe que le presentare un invento nuevo y se le nota en sus ojos esa felicidad de que vera a gente sufrir. Mejor aún...Vera a los malditos sangre contaminada sufrir. Se limita a sentarse en un sillón que le tengo listo en primera fila. Sabe que tiene que ponerse detrás de ese vidrio.

—¿Qué te ha quitado el sueño últimamente Amira? — Se relaja y me ve fascinado...Ya sé que me está desnudando con la mirada. — ¿Qué se le ocurrió a tu retorcida mente?

—¿Conoces esto? — Le paso una foto antigua de un aparato de tortura sencillo, pero practico.

—Potro. — William afirma con la cabeza y prosigue. William ve que tengo una manta cubriendo un objeto y sabe que hay una persona por los movimientos que hace. — Amarrar de brazos y piernas al prisionero  con cuerdas y estas lo estiraran...hasta que tenga un desgarre interno... O se parta en dos...Una belleza de aparato.

Al dirigir mi mirada y ver a William, ya tiene su sonrisa ladina. Esta esperando a ver cómo funciona. Se relaja mas en el sillón y sé que despierto sus deseos salvajes.

—Este dispositivo sostiene a las personas de brazos y piernas. — Doy unos pasos a retirarle el pañuelo de la boca y me acerco posteriormente a su brazo derecho. Cada extremidad que tiene atada al dispositivo tiene un operador de mano muy práctico. Anteriormente este operador de mano era una sirena de emergencia...Pero ahora paso a ser la polea alimentadora de esta maquina.  — Solo es cuestión de preguntarle algo y si no responde...habrá sinfonía de sonidos.

William alza las manos captando la atención de la mujer que esta muerta de los nervios.

—Si hablo contigo...Sangre contaminada... Dime ¿Cuánta gente ha muerto desde que inicio esta guerra?

Pobre estúpida... pasa sus ojos hacia mi  aun con mas miedo.

—Te preguntaron a ti...No me mires a mí.

Después de unos minutos de silencio. William me da luz verde para poder iniciar. Comienzo a darle vueltas para alimentar la máquina. Esta comienza a trabajar en su brazo derecho. La placa de metal que esta pegada a sus brazos comienza a girar como si de manecillas del reloj se trataran. Esto naturalmente le comienza a generar dolor en sus huesos.

—¡NO!¡POR FAVOR!

Sigo alimentando la maquina hasta que su hueso queda tan tenso y se me complica un poco dar vuelta. Las lagrimas ya salen solas por sus mejillas y solo me limito a ver a William y este más que fascinado me pide que siga dándole cuerda a la máquina. Comienzo a tirar con más fuerza y escucho el crujir de sus huesos llegando al límite. Con gran fuerza termino alimento la maquina y esos huesos se trozan al instante astillando y perforando la piel de la mujer. Su grito tan desesperado me hace soltar esa carcajada que me llena de vida.

William ve que la maquina funciona y está más que fascinado.

—¿Quieres decir que el otro brazo y las piernas se trozaran igual?

—¡Correcto! Aun le faltan tres más.

Lo veo como niño en navidad. Se emociona tanto que se levanta y se acerca al alimentador de la pierna izquierda. Este morboso hombre quiere ver como se tuerce y le astilla el hueso.

Agarra el alimentador manual y comienza a accionar la máquina. De igual modo que en su brazo. Su pierna izquierda comienza a moverse como las manecillas del reloj. La mujer comienza a gritar de nuevo al sentir el dolor en su pierna.

—¡BASTA POR FAVOR! ¡NO SOPORTO MAS!

William haciendo caso omiso continúa alimentando la maquina hasta que siente que el hueso le impide dar vuelta con la poca fuerza que implementaba. Con la pierna empuja la palanca manual y esta troza la pierna dejando expuesto el hueso y rompiéndose al grado de astillar y romper la piel. La mujer llora y grita de dolor sin poder hacer nada, ya que sus otras extremidades están atadas.

Se retuerce del dolor, pero no lo suficiente para morirse. Se ve tan patética implorando.

William se fascina al ver cómo es que de forma tan fácil los huesos pueden ser trozados y causarles un dolor inmenso a las personas.

—¡Esto es fascinante!

Lo dejo que se entretenga y veo como sin remordimiento sigue quebrando el brazo y pie faltante. La mujer esta que no aguanta el dolor y las lágrimas salen solas. William ríe al ver el dolor que le causa. Para aumentar el placer de este insaciable hombre me acerco con un bisturí y comienzo a abrir el estómago de la chica. Sus pupilas se emblanquecen. Ya par estas alturas los gritos no los puede dar.

William disfruta viendo como vacío el cuerpo y doy cortes certeros arrancando órganos.

Me asomo dentro de la caja torácica y veo el corazón como continúa bombeando sangre. Pero ese latido es débil.

—Deja de luchar por sobrevivir. — Comento con la mayor tranquilidad del mundo. No me mueve nada ver su dolor. — Admito que muy pocas personas aguantan el nivel de dolor que te cargas...Pero, eres una minoría.

—M...matame...ya...hija de...perra.

Esa mirada que me está lanzando...me recuerda a ella ¿Sera que los gitanos maldicen con la mirada? Pareciera que la mismísima Mía me está viendo y maldiciendo en estos momentos.

Le regalo una sonrisa ladina, extiendo la piel de su torso hacia los lados y rompo la caja torácica. Cuando sus costillas se quiebran da unos últimos suspiros de dolor. Anunciando su pronta muerte. Introduzco mi mano hasta agarrar su latente corazón. Sus ojos me miran con odio y miedo. Es una mezcla interesante.

—Solo recuerda. — Estrujo su corazón con fuerzas. Mi mano aprieta ese órgano vital que lucha por bombearle sangre. Doy el ultimo jalón, extirpándolo, lo sostengo aun con pocos latidos. Se que me puede aun escuchar por que aun tiene sangre en el cerebro. — Esta hija de perra te llevo al infierno en vida...Sangre contaminada, asquerosa e inferior mujer.

La mujer pierde ese brillo en sus ojos y se que he completado mi trabajo el día de hoy.

—Mereces el mundo entero Amira.

William me besa el cuello estando detrás de mí.

Prepárate Mía Campbell. Que serás mi maldita perra si te encuentro.

III  Viejos Aliados.



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