Capítulo 29
—¡Vamos! ¡Arriba! ¡Arriba!
Gruño y me volteo.
—¡Maldita sea! —grito cuando corren la cortina y la luz entra de lleno en mi habitación —¡cierralo ahora mismo! ¡Quiero dormir!
—¿Cómo haces para empezar el día con tanta alegría? No sabes como te envidio.
Gruño.
El chino y su sarcasmo.
—Carter vete de aquí. No sin antes cerrar la cortina.
Ruedo los ojos mentalmente cuando escucho su estúpida risa.
—Hoy es día de ir al monte. Anda levántate.
—¡QUE NO! —chillo.
—¡QUE SÍ!
—¡La vieja que te pario! —chillo de mal humor cuando me grita en el oído.
—No te creas eh, mi madre era bastante joven.
Me levanto de la cama hecho una furia y lo saco fuera de mi habitación a base de empujones.
—¡Equipo! ¡Ahora! —grita y de un segundo a otro me encuentro encima del hombro de alguien, no sé de quién, como si fuera un saco de patatas.
—¡Joder! Si hubiera sabido, me hubiera quedado en Carolina del Norte. ¡No lo duden! —grito furiosa al tiempo que pataleo el estómago del idiota que me carga.
—No, si no lo dudamos... —comenta Nash divertido —Una pena que no te hayas quedado ahí.
—¡Nash trash! ¡Bájame ahora mismo! —le ordeno y aprieto los dientes cuando escucho su risa.
No me baja de su hombro hasta que llegamos al salón. Todos los chicos nos reciben con aplausos y risas.
—Aquí viene la señorita gruñona —bromea el chino.
Les dedico una mirada furiosa antes de ir a la cocina y coger un donut.
—¿Qué es eso de ir al monte? —les pregunto con la boca llena por lo que algunos me miran con cara de asco.
—Hoy dormiremos en el monte —me responde Aaron alegremente.
Alzo una ceja incrédula.
—¿Dónde habéis puesto la cámara? —pregunto buscando la cámara oculta con la mirada por todo el salón.
—No es una broma —me responde Matthew divertido.
—Tienes razón, no es una broma. Es una locura —le digo y rueda los ojos.
—Oh vamos, lo pasaremos genial —me anima mi mellizo acercándose a mí y pasando su brazo por mis hombros.
—Sí, además será muy guay. Shawn llevará la guitarra —comenta Gilinsky con su sonrisa tan particular.
Bufo cuando comienzan a hablar a la vez todos intentado convencerme.
—Bueno... bien —digo sin entusiasmo, aunque eso a ellos les da igual al parecer, porque comienzan a festejar.
Subo a mi habitación y me preparo una mochila con todas las cosas que necesitaré. O que creo que necesitaré.
(.../...)
—Solo por saber... —digo con la respiración entrecortada —¿de quién ha sido la maravillosa idea de venir al monte?
Todos señalan a Cameron inmediatamente. Me sorprendo. Todos llevan el camino entero quejándose. Incluso más que yo. Y uno de los que más se queja es el que ha tenido la idea de venir al monte a pasar la noche... porque sí. Vamos a pasar la noche en el monte.
—No debimos haber venido —niega Johnson.
—Sí, ha sido una pésima idea —concuerda Aaron con él.
—Tengo que admitir que tenía otras expectativas... —admite Dallas rascándose la nuca.
—Bueno, chicos. Ahora no sirve de nada quejarse o lamentarse. Venga, sigamos —dice Naroa decidida.
Todos aceptamos, aunque algunos siguen quejándose. Cuando digo algunos me refiero a Taylor, Hayes, Carter y Gilinsky.
Después de media hora más o menos, llegamos. Todos, absolutamente todos nos tiramos al suelo en cuanto llegamos a la cima. Hace mucho calor.
—Dios, con tan solo pensar que mañana tenemos que bajar todo de nuevo... —comenta Nash agobiado.
—Tío acabamos de llegar, relajate —le dice Shawn mirándole divertido.
—Menos mal que os vais al gym eh... —me burlo.
Parece mentira que todos estos chicos tienen un abdomen de infarto. Porque sí. No estoy ciega. Es todo una facha, porque muy en forma, pues no lo están. Los únicos que se libran son el canadiense... ah no, me he confundido. En singular. El único que se libra es Shawn. Bueno, aparte de Naroa y yo, obviamente. Pero todos los demás están muy flojos.
—Ya te digo —se ríe la vasca.
—Bien que os reís, pero ahora no os vayáis de deportistas cuando vosotras también os habéis quejado.
Miro a mi mellizo divertida.
—Ráscate si tienes picor Hayes. Te noto bastante picado.
—Risciti si tiinis picir Hiyis. Ti niti bistinti picidi —hace una mala imitación de mi voz.
Todos nos reímos al escucharle.
—Lo dicho cariño, ráscate —le digo entre risas.
—Muy bien Zan, ayúdale con esa alfombra que tienes —se ríe Taylor cuando Zan se acerca a Hayes y comienza a lamerle la cara mientras mi hermano se esfuerza en alejarlo.
—Te adoro Zan, pero ahora no. Por favor —suplica lloriqueando mientras todos les observamos divertidos.
Sonrío cuando me doy cuenta que Cameron los está grabando con su móvil.
—Puede que al final no haya sido tan mala idea venir al monte —comenta Matthew sonriente.
(.../...)
—Aún no me puedo creer lo quejicas que son... —Naroa niega con la cabeza soltando una risita y sonrío —Todo esto parece un sueño... hace unos meses me pasaba horas y horas viendo vídeos de estos chicos y babeando con sus fotos —comenta con la mirada fija en la vistas que hay desde aquí arriba. Hay unas vistas increíbles.
—Te entiendo. Yo tampoco creía que viviría con estos chicos... —hago una mueca. Pero no una mueca de desagrado, sino de confusión o no sé. Pero no es de desagrado, porque aunque no me gusta admitir, no me desagrada para nada su compañía.
¿Para nada?
Bueno, en alguna ocasión sí que me desagrada. Y mucho. Pero en general no. En general me encanta pasar tiempo con ellos y con mis dos hermanos. Ha sido genial volver a conectar con ellos. Los echaba mucho de menos.
—Y o por Dios... ¿quién me iba decir a mí que Jack y yo seríamos novios? —pregunta incrédula con una sonrisa de oreja a oreja.
La miro sonriente.
Me encanta la pareja que hacen y ambos se ven tan felices... espero que les dure mucho porque los dos sufrirían mucho si las cosas no salieran bien entre ellos.
—Hailee, ¿te puedo hacer una pregunta bastante personal?
La miro por unos segundos y finalmente asiento con la cabeza.
—¿Qué se siente cuando te rompen el corazón?
Frunzo el ceño confundida. No me esperaba para nada esta pregunta.
—¿Cómo dices?
—Oh nada, olvídalo. Lo siento si ha sido...
—No, no. Solo me ha parecido extraño que me hicieras esa pregunta —me río —¿Por qué me haces esta pregunta?
Se encoge de hombros.
—¿Tienes miedo de que el rubio te rompa el corazón?
Hace una mueca.
—No. Sí. Bueno, no lo sé —contesta nerviosa —Quiero decir... —suspira —somos muy jóvenes aún y su vida no es que sea muy sencilla que digamos. Es cantante y tiene millones de chicas tras él. Y no digo que no confíe en él o que tenga miedo de que en cualquier momento me abandone. Pero no sé... tengo curiosidad. Todos dicen que es horrible que te rompan el corazón, basta con escuchar las canciones de Adele o Taylor Swift para hacerte una idea pero... —respira y continua hablando, aunque más calmada —Sé que a ti te rompió el corazón ese idiota mal nacido y si no es muy traumático para ti me gustaría saber qué piensas tú.
Me tomo mi tiempo antes de contestarle.
—Es una puta mierda. La verdad es que sí —asiento —Yo personalmente lo pasé fatal, pero mi caso fue un tanto extraño. Aun así cada persona lo vive de una forma distinta. Para algunos es mucho más doloroso y para otros no tanto. Cuando te paras a pensar todo lo que has vivido con esa persona y que ya no volverás a vivirlo... —miro a mi amiga —es muy doloroso. Cuesta aceptarlo. Pero de todo se sale —termino con una sonrisa y ella me imita. Me toma la mano sin dejar de sonreír.
—Eres muy fuerte. Te envidio.
Me río.
—Todas somos fuertes.
—Tienes razón —se ríe ella también.
—¡Chicas! ¡A cenar! —gritan Gilinsky y Hayes a unos metros de nosotras.
Ambas nos levantamos de la roca y caminamos hasta ellos y vamos los cuatro juntos donde están las tiendas montadas.
—¿Qué hacíais allí arriba? ¿Marujeo? —pregunta Hayes con una ceja alzada.
—Tu hermana te ponía verde —bromea Naroa y mi mellizo abre la boca y se lleva la mano al pecho fingiendo estar ofendido.
—Tranquilo hermano, yo también lo hago —le dice su amiga sonriente pasando su brazo por los hombros del ojiazul.
—Es un placer tener una familia como vosotros —comenta sarcástico y todos nos reímos.
(.../...)
—It isn't in my blood.
It isn't in my blood.
I need somebody now.
It isn't in my blood.
I need somebody now.
It isn't in my blood.
Todos aplaudimos y gritamos en cuanto termina la canción el canadiense.
Sonrío cuando sus mejillas comienzan a sonrojarse.
Es demasiado mono.
—¡Ha sido espectacular! —exclama Nash sonriente.
—Es una de las mejores canciones que has compuesto —le dice Matthew.
—Sí, estoy de acuerdo —concuerda Cameron.
—Yo no sabría decirte, porque me encantan todas las que has compuesto —le sonrío.
—Muchas gracias chicos —nos agradece con su sonrisa tan tierna y sus mejillas rosadas.
—Aww pero mirarle. Si se ha puesto rojo y todo —bromea Carter.
—Cállate tío —se ríe Shawn y todos nos unimos a su risa.
Sin embargo, unos segundos más tarde deja de reír y se pone serio. Todos los demás también nos callamos y nos miramos entre nosotros confundidos por su cambio tan repentino.
—¿Qué pasa? ¿Por qué has dejado de reír de repente? —es Johnson quien rompe el silencio tan extraño que se había formado.
Shawn nos mira uno a uno apenado antes de que comience a hablar.
—Hay algo que os tengo que contar. Llevo ya unos días intentando encontrar el momento oportuno para deciroslo. Pero no lo hay. Así que os lo voy a contar de una vez y así me quedaré más tranquilo —suspira Shawn y nos miramos todos confundidos y curiosos.
¿Qué será eso que nos tiene que contar? La verdad no le he notado más nervioso de lo normal y por lo tanto, no había supuesto nada. No tengo ni la menor de idea de lo que nos querrá contar. Espero que no sea nada malo y que esté bien.
—Bueno, como sabéis he estado componiendo bastante últimamente y también en el studio grabando canciones y todo eso. Y pues sacaré un nuevo disco muy pronto y eso quiere decir que me iré de gira —una vez terminado, deja salir todo el aire de sus pulmones —Vale, ya me siento mejor —se ríe nervioso.
—¡Pero eso es genial! —exclama Naroa rompiendo el silencio.
Shawn le sonríe agradecido.
—Sí, lo es. Eso quiere decir que todo te va estupendo y no es para menos. Te esfuerzas al máximo en todo lo que haces y te lo mereces todo el éxito que estás teniendo —le dice Taylor.
Todos le felicitamos y le mostramos nuestro apoyo haciendo que se sienta más cómodo.
—¿Y la gira será internacional? —pregunta Aaron.
—Sí. Comenzaremos aquí y después iremos a Canadá —sonríe —También iremos a Europa y bueno, aún no está seguro pero haré todo lo posible por ir a Latinoamérica. Tengo ganas de volver ahí y que me enseñen más el español.
—¿Por qué no me dijiste que te enseñara yo el español? Te lo habría enseñado.
—Ya bueno, pero no sé. Es divertido que te hagan decir cosas extrañas y que tú lo repitas como un idiota sin saber lo que estás diciendo —se ríe y todos nos unimos.
—También podría hacer eso yo —le digo.
—Joder, me lo pones difícil... —rueda los ojos divertido —eso es una excusa. Solo quiero volver a Latinoamérica y conocer a mis fans latinos. Son increíbles y me muestran su apoyo cada día en las redes sociales. Quiero demostrarles que de verdad me importan y que tengo las mismas ganas que ellas de conocerlas.
Todos soltamos un "aaww" automáticamente al escucharle.
—Mendes siempre tan tierno —se burla Gilinsky.
—Y tú tan idiota —contraataco.
—Eso ha dolido, pequeña Grier. Ha dolido —me señala con su dedo índice y le saco la lengua.
—Bueno, yo también tengo algo que contar —dice Carter.
—¿Te vuelves a China? —le pregunta Taylor alzando una ceja y nos reímos.
Reynolds se lleva la mano a la cara.
—No Caniff. ¿Por qué demonios iría a China? ¿Y cómo que volver? ¡Si en mi puta vida he estado ahí!
—No sé, son tus raíces... —continua chinchándole.
—Por el amor de Dios... —suspira.
—Venga tío, era una broma —se ríe —A ver, ¿qué nos tienes que contar?
Alzo las cejas e intercambio unas miradas con mi amiga al ver asomarse una sonrisilla en el rostro de Carter.
—¿Recuerdan a Demi?
—Claro. Una chica rubia a la que no te atrevías a acercarte.
Carter me sonríe.
—Exacto. Pues muchas gracias de nuevo por tu ayuda en aquella noche porque estamos saliendo oficialmente.
Alzo las cejas medio sorprendida y sonrío de oreja a oreja.
—¡Venga ya tío! No te pega tener novia —Hayes suelta una carcajada pero se calla cuando Naroa, quien se encuentra a su lado, le da un codazo en las costillas. Mi mellizo hace una mueca de dolor —Oh espera... ¿es verdad? —sonríe cuando su amigo asiente con la cabeza —¡Vaya! Eso es estupendo.
Todos nos reímos por su extraña reacción.
—Pues yo sacaré pronto mi primer disco.
Todos empezamos a reír a carcajadas al escuchar a Aaron.
—¿Qué? ¿De qué os reís? —pregunta confundido.
—Tío, eso ya no hay quien se lo crea... llevas dos años con el mismo cuento —se ríe Cameron.
El moreno rueda los ojos.
—Esta vez va en serio.
—Lo creeremos cuando nos lo regales—le dice mi hermano mayor.
Todos cuentan algo sobre ellos que nadie o casi nadie lo sabía y todos me miran a mí indicándome que es mi turno.
—Bueno, llevaba mucho tiempo escondiéndolo pero... —suspiro —ya no puedo guardar más el secreto —Taylor me mira medio sorprendido. Seguro está pensando que contaré que fumo —Hayes y Nash Grier son mis hermanos.
Todos se ríen por un rato, pero al cabo de unos segundos se callan y vuelven a mirarme.
—No en serio. Cuenta algo tú también.
—Sí, seguro tienes cosas que no nos has contado —Gilinsky apoya a Matthew.
Suspiro y miro el cielo pensativa.
—Vale, os contaré algo —vuelvo la vista a ellos —, pero me tenéis que prometer que después de esto me seguiréis tratando igual que lo habéis hecho hasta ahora.
Todos se miran confundidos entre ellos, pero finalmente aceptan.
No me puedo creer que lo vayas a contar...
Yo tampoco.
—Todos sabéis que he vivido en Argentina y que bueno, lo del novio psicópata y más cosas. Mi vida no ha sido para nada sencilla ahí. He pasado por mucho —hago una mueca y miro a mis dos hermanos. Ambos me miran preocupados y atentos —La cosa es que yo salía mucho de fiesta y tenía unos amigos no tan buenos y que... tampoco quiero echarles la culpa a ellos porque no es justo. Pero pues empecé a fumar y a beber sin control. Hasta que un día pasó lo que pasó... bebí tanto que me dio un coma etílico y me tuvieron que hacer un lavabo de estómago. Desde entonces no he vuelto a beber alcohol y he estado muchísimo tiempo sin fumar.
Ninguno dice nada. Todos permanecen en un completo silencio. No sabría describir los rostros de mis dos hermanos. No tengo ni idea de lo que estarán pensando en estos momentos. Y prefiero no saberlo...
Bueno no, en realidad sí quiero saberlo. ¿Estarán decepcionados? ¿Qué pensarán de mí?
—Decir algo.
—Sinceramente... no sé qué decir —me contesta mi mellizo.
—¿Ni siquiera ellos lo sabían? —pregunta Cameron haciendo referencia a los dos ojiazules.
Niego con la cabeza.
—No quería que nadie lo supiera. Les hice prometer a mis padres de que no le contarían nada.
—¿Hace cuánto de eso? —me pregunta Hayes.
Me sorprende un poco su tono. No está enfadado. O al menos eso parece, y está intentando usar un tono neutro. Aunque le noto que está roto por dentro.
—No sé. Un año más o menos.
—¿Tenías tan solo 16? —me pregunta Gilinsky y asiento lentamente con la cabeza.
—Sí. Pero allí no es como aquí. Es legal beber a partir de los 18 y es mucho más fácil conseguir alcohol siendo más joven.
—Bueno, ¿pero ahora estás bien? —me pregunta Shawn y asiento —Pues eso es lo importante. Al menos te valió para algo. De todo se aprende —me regala una pequeña sonrisa y le agradezco de la misma forma.
—Sé que no os va gustar mucho lo que diré a continuación, pero poco a poco empezaré a beber de nuevo. Pero nada descontrolado —me apresuro a decir al ver sus rostros —Creedme, no permitiré que me vuelva a pasar lo mismo.
—Pero Hailee no creo...
—Hayes —le interrumpo —la decisión está tomada. No tengo prisa para empezar a beber, pero no quiero vivir con ese recuerdo siempre. Quiero vencer mis miedos y seguir adelante. Ser una adolescente normal.
—Pero no hace falta beber para ser una adolescente normal. Además, te conoce mucha gente. Eres famosa, no una adolescente normal.
Me encojo de hombros.
—No te pediré que estés de acuerdo conmigo o que me apoyes Hayes. Yo tampoco estaría de acuerdo en dejarte beber si te hubiera pasado esto a ti —le digo honestamente —Pero estoy segura de que harías lo que a ti te pareciera lo correcto o lo más apropiado.
Suspira y se pasa las manos por el cabello.
—¿Y tú no vas a decir nada? —le pregunta a su hermano mayor en busca de apoyo.
—Todo esto es culpa nuestra —dice negando con la cabeza haciendo la referencia a mi mellizo y a él. Se levanta de la hierba.
—No, Nash. Eso no es cierto —le digo frunciendo el ceño y también me levanto en cuanto comienza a alejarse de nosotros.
Suspiro y le sigo por detrás llamándole, pero no me hace caso.
—Nash, para por favor —le ruego y al fin me hace caso. Se para pero no se voltea a mirarme, así que camino hasta quedarme justo delante de él.
—Todo es culpa nuestra, Hailee. Si no te hubieras abandonado...
—Cállate idiota —le interrumpo molesta y le doy un abrazo.
Me devuelve el abrazo al instante y cierro los ojos al escuchar su llanto.
—Para, por favor. No llores que sino yo también me pondré a llorar.
—Perdóname. De verdad que lo siento un montón —dice y se separa un poco de mí.
—Ey, te estoy diciendo que tú no tienes la culpa. Y Hayes tampoco. Yo soy la única responsable de lo que ocurrió.
—Por supuesto que no, Hailee —lo niega —Si Hayes y yo no te hubiéramos dejado con una maldita nota y hubiéramos hablado contigo, tal vez habrías venido con nosotros a Los Ángeles y todo hubiera sido distinto. Pero no. Fuimos unos putos cobardes egoístas y te dejamos ahí sola y por eso es que te fuiste a Argentina.
Niego.
—¿Y crees que con todas las fiestas que hay aquí en ningún momento me habría ido la mano? Incluso podría haber sido más que el alcohol. ¿Qué si me habría dado un sobredosis?
—Ya vale —me interrumpe —Soy tu hermano mayor y te deje ahí sola. Es mi culpa y aunque no lo admitas para no hacerme sentir mal, yo lo sé. Yo sé que es culpa mía.
Niego molesta.
—¡Que no joder! Vale que me fastidió lo que me hicisteis, pero eso no tiene nada que ver. De verdad. Fue cosa mía. Además, ¿qué más da? Si ya estoy bien y es cosa del pasado. Por eso no os quería contar nada. Sabía que os preocuparíais.
—¡Y como para no hacerlo! Aún no me puedo creer que papá y mamá no nos dijeran... es que de verdad que no me cabe en la cabeza —dice muy enfadado —y me da igual la maldita promesa. ¿Es que no te das cuenta de que eres mi hermana pequeña? ¿Qué mierda se supone que haría yo si te perdiera? —me grita con lágrimas en los ojos —Estuviste a punto de morir y ni me doy cuenta... si te hubiera pasado algo, en la vida me perdonaría.
Niego con la cabeza y vuelvo a abrazarlo.
—No digas tonterías. No te librarías de mí ni en tus mejores sueños. Aún te daré mucha guerra —bromeo intentando hacerle sentir mejor.
_______________________________________
Hello! ♡
Cómo estáis?
Qué os ha parecido el capítulo? Os ha gustado?
•¿Creéis que Nash y Hayes son los culpables de lo que le pasó a Hailee?
•¿Y qué opináis sobre la charla que han tenido Naroa y Hailee?
•¿Alguna vez os han roto el corazón a vosotras?
Os quiero decir que solo queda un capítulo más y el epílogo. Ya lo he terminado de escribir. Hace unos minutos. El siguiente capítulo publicaré en unos días y unos días más tarde el epílogo.
¿Estáis preparadas para decirle adiós a Hailee y a la historia?
Espero que os haya gustado mucho el capítulo! Mil gracias por leer, comentar y votar! ♡
instagram: aanee1992
Os amo más que a la nutella personitas bellas!! ♡♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top