12. Abuela

Will entró a la casa de su abuela y sonrió de lado al oler que desde la cocina emanaba un olor exquisito.

—¡Abuela, ya llegué! —anunció mientras se abría paso por la estancia.

—Ven a la cocina, Will —dijo ella a lo lejos.

Al ir se encontró con la sorpresa de que estaba cocinando fideos con camarones en salsa roja.

—Debería pasar a comer aquí todos los días —susurró y se inclinó para darle un sonoro beso en la mejilla a su abuela.

—Bueno, tú sabes que no vienes porque no quieres. Solo vivo a dos calles de ti.

Will sonrió de lado y se quedó a poca distancia viendo a su abuela terminar de cocinar. Ella era la madre de su madre; una mujer de ascendencia China de 75 años, era de baja estatura y corto cabello negro lacio con solo un par de canas, Will sabia que esa buena genética la iba a ver un día en si mismo gracias a ser mitad chino.

—Abuela, ¿conseguiste las lanas que te pedí?

—Sí, todos los rollos están en una bolsa, por allá en la sala. Tuve una buena oferta, hasta conseguí colores extras. ¿Qué vas a tejer?

—Un amigo me pidió una bufanda —respondió y estiró la mano para tomar un fideo de la olla.

Su abuela rápidamente le dio un manotazo y lo regañó en chino, pero Will solo se echó a reír y se alejó corriendo para buscar la bolsa con las lanas que le pidió que comprara por él.

—¿Cómo va el colegio? —preguntó su abuela cuando Will regresó y tomó asiento en una silla del comedor.

—El colegio va excelente, el primo multimillonario Casey Daniels, la chica de la calle de atrás de la mía, hizo su donación anual: pintaron el salón de artes y compraron una nueva fuente de agua que instalaron fuera del gimnasio...

—Sabes a lo que me refiero. —Su abuela lo señaló con la espátula.

Will bufó y se revolvió el cabello, nervioso. Ese era un gesto que siempre lo delataba.

—Abuela, a ti no te puedo mentir —susurró y la miró avergonzado—. He sacado F en mis dos últimos parciales de matemática. El entrenador me dijo que si no subo las notas me dejarán en banca el resto de la temporada y me reemplazarán como capitán.

—Quizás deberías dejar de estar molestando a tu vecina y usar ese tiempo para ponerte a estudiar, Will.

El chico se echó a reír y comenzó a revisar las lanas viendo cómo el verde es bastante parecido al tono que vio en Internet de la bufanda de Slytherin. ¿De verdad estaba dispuesto a invertir tiempo en hacerle también una bufanda a Rain? Por Taylor y Alexis lo haría con gusto, pero ahora estaba teniendo dudas.

Ante el pensamiento de su amargada vecina reaccionó y subió la mirada a su abuela.

—¿Cómo sabes que molesto a mi vecina? No recuerdo haberlo mencionado.

—Oh —su abuela ríe y le puso un plato enorme con comida humeante frente a él—. Mis amigas de yoga en el parque me enviaron los videos —acarició su cabello y Will abrió los ojos asustado.

—¡¿Qué videos?!

—El de la guerra del agua y cuando ella se vengó de ti —ladeó la cabeza y se sentó frente a él—. Will, están en YouTube. Lo sabías, ¿no?

—¡¿YouTube?!

—Sí, ese niño Taylor es muy carismático. Ya los he visto como tres veces cada uno, pero mi favorito es el video dónde te caes de la silla.

Will se llevó una mano a la boca y miró a su abuela aún asustado. Ella simplemente se levantó para buscar su celular. Cuando regresó le pasó el aparato y Will lo tomó en mano. Lo primero que miró es que el canal se llamaba: ¡Aléjate de mi ventana!

Y el video llamado: La venganza de Will tiene 45,940 reproducciones.

—Taylor —susurró Will entre dientes.

—¡Hey, curiosos! Mi nombre es Taylor Schmidt y esto es: ¡Aléjate de mi ventana! Hace un par de semanas mi familia y yo nos mudamos al otro extremo del país y terminamos viviendo en un nuevo vecindario. Tengo hermanas gemelas y la mayor de ellas inició una disputa con nuestro genial vecino nuevo, Will Roberts.

Will quedó sorprendido ante la edición de Taylor, parecía un video de YouTube profesional.

'¿Cuándo tuvo tiempo de hacer eso?' se preguntó mientras veía una foto suya que seguramente Taylor robó de Instagram.

—De acuerdo, vamos con el contexto...Mi hermana Rain, es algo enojona y desde un inicio mostró su desprecio ante Will. Honestamente no la entiendo, Will casi no la determina, pero ¿quieren saber cuando inició todo? —Taylor se echó a reír—. Will estaba jugando baloncesto en la carretera y mi hermana le dijo que se alejara de su ventana, como podrán adivinar, él no le hizo caso y Rain envió a nuestro super inteligente gato llamado Einstein al ataque. Aquí una foto de nuestro ángel malvado —mostró una foto de Einstein—. Aquí una foto de cómo dejó al pobre Will —puso otra foto robada del Instagram de Will donde se veía lleno de vendas adhesivas producto de los arañazos—. Desde allí, damas y caballeros se dio inicio a esta guerra y hoy verán la venganza de Will, espero lo disfruten.

Will terminó riendo al ver los efectos graciosos y todo los arreglos que Taylor le puso al video. Seguidamente se fue al segundo video que se llamaba: Rain responde y Will termina sin tornillos.

—No puede ser, también tiene 45 mil reproducciones —dijo Will sin creerlo.

—¡Hey, curiosos! Mi nombre es Taylor Schmidt y esto es: ¡Aléjate de mi ventana! —saludó—. ¡¿Qué creen?! Rain no demoró en contraatacar. Veamos el clip.

Se muestra todo lo que Taylor grabó cuando llegaron a casa de Will ese día y vieron como Rain dejó su habitación. Will se ríe a carcajadas al ver su gran caída en cámara lenta y efectos de sonido.

—¡Gracias por los cinco mil suscriptores! Nos vemos en otra oportunidad si es que esto continúa, mientras tanto comenta abajo: ¿Eres team Will o team Rain?

Will le regresó el celular a su abuela y sonrió negando.

—Mataré a ese chico, no puedo creer que haya hecho eso.

—Admite que son vídeos graciosos.

—Lo son. Me pregunto si Hulk sabe de esto, de seguro lo golpeará.

—¿Por qué le dices Hulk?

—Abuela, esa chica siempre está enojada. Te lo juro, es como si todos los días se alimentara de limones y picante —negó y se llevó un poco de fideos a la boca.

—Bueno, puede que sí, pero es bastante bonita, ¿será que la molestas tanto porque te gusta?

Will se atoró y comenzó a toser. Su abuela se levantó de la silla y corrió a buscarle agua del grifo para dársela y que su nieto no se ahogara con la comida.

De forma casi dramática Will bebió del agua, recuperó el aire diciendo—: Abuela, deja de decir tonterías. ¡Claro que no!

—Del odio al amor solo hay un-

—No, no, no, no, no. —la interrumpió—. Nada de eso, nada de eso, abuela. Nosotros estamos en guerra, ella es solo una vecina amargada con la que tengo asuntos pendientes. ¡Anoche secuestró mi balón de baloncesto! Todavía debo pensar cómo haré para recuperarlo. Así que créeme cuándo te digo que no me gusta y no pasa nada entre nosotros más que el disgusto mutuo.

—Lo que tú digas, Will —su abuela negó burlonamente—. Ya te veré...

—No me verás nada —negó y prosiguió a comer—. ¡Nada! —exclamó con la boca llena.

Su abuela sonrió y le tomó una foto. Ella siempre le sacaba fotos aunque casi todo el tiempo salieran borrosas, Will es su único nieto, así que amaba presumirlo, aun si era con la boca llena de fideos y su cara de falso enojo que lo hacía ver gracioso.

'Ya lo veré enamorado...' pensó la mujer evitando reír.

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