09. Agua fría

—Llorona —dijo Rain cuando pasó al lado de su hermana a mitad del pasillo.

—Fastidiosa —respondió Alexis de regreso y le sacó la lengua.

—¡Inmaduras! —gritó Taylor desde lejos.

Siete días de guerra y contando.

Rain entró a su habitación y estrelló la puerta. La gemela mayor odiaba muchas cosas, pero sin duda alguna lo que más le molestaba era estar castigada.

Su padre les dio dos semanas de castigo a ambas y hasta que no hagan las paces ninguna podía salir o hacer actividades fuera de casa más que ir al colegio. Luego les ofreció la oportunidad de disminuir el plazo de castigo si se disculpaban mutuamente.

Alexis en noches anteriores se había planteado el pedir disculpas por algo que no fue iniciado por ella, ya que estar encerrada la estaba volviendo loca. ¡Extrañaba mucho el poder salir con Taylor! Ya que el menor de los hermanos Schmidt era el único que podía andar por todos lados, cuando quiera y como quiera, pero Alexis se terminaba arrepintiendo apenas veía la cara enojada de su gemela... La cual, irónicamente, también era su cara, así que cuando pensaba dar su brazo a torcer se veía a ella misma solo que versión amargada y daba media vuelta acumulando así sus días de castigo.

Rain, por su parte, no veía el pedir disculpas como opción. Ella reconocía que toda la culpa recaía sobre sí, pero no iba a disculparse. Era obstinada y orgullosa. Cualidades muy malas para una chica de diecisiete años, pero esa era ella, aquello era parte de sí.

Además, ya pasaron siete días, así que es la mitad de lo que debía soportar.

—¡Estoy a un dolor de cabeza de tirarme por la ventana! —gruñó Rain y lo que recibió fue un maullido por parte de Einstein que se encontraba acostado en una esquina de la cama—. Alexis es una insoportable.

Rain se lanzó de espalda sobre el colchón y contempló el techo blanco de su habitación con suma pereza. A los pocos minutos Taylor abrió la puerta parándose bajo el umbral de la misma, pero Rain ni siquiera se inmutó en mirarlo, ya sabia que era él.

—¿Algún plan para hoy?

—El mismo de siempre, Taylor, estar en mi habitación encerrada e ignorar a todo el mundo.

—Rain...

—Si vienes a convencerme para que pida disculpas mejor te vas y tratas de usar esa energía con ella —Rain se acomodó bien en la cama apoyándose con los codos para poder ver a su hermano menor.

—¡Son egoístas! —exclamó el chico en voz alta para que Alexis también lo escuchara desde su habitación—. ¡¿No piensan en lo miserable que vuelven esta familia cada vez que se pelean así?! ¡¿En lo miserable que me vuelven a mí?!

—Pareces un tonto, ya deja de quejarte —Rain rodó los ojos y se tiró nuevamente de espalda a la cama para seguir contemplando el techo.

—Debía intentarlo —susurró Taylor y se giró para salir de la habitación.

❁❁❁

—¿Quieres hacer esto? Es un poco extremo, ¿no crees, hijo? —preguntó Carla viendo sentada desde la mesa de la cocina como Will estaba terminando de llenar una cubeta con muchos globos pequeños llenos de agua fría.

—Mamá, han sido días tranquilos, seguro no se lo esperará.

—Will...

—¡Mamá! mi vecina malvada hizo que su gato inteligente me persiguiera y arañara hasta mis esperanzas más profundas. ¿No viste como me dejó la cara ese día?

Le pareció un poco cruel la broma de su hijo, pero también le causaba gracia.

—Cariño, solo le estarás lanzando más leña al fuego —intentó persuadirlo en vano.

Will tomó la cubeta llena.

—Aceptaré las consecuencias, mamá.

—Bueno —Carla suspiró y se puso de pie—, iré al supermercado, necesitamos un par de cosas y por allí mismo compraré un par de cajas de vendas adhesivas y alcohol médico —palmeó el hombro de su hijo—. Ya sabes, sólo por si acaso.

—Ja ja —Will rodó los ojos—. Muy graciosa.

Carla salió de la cocina y Will se apresuró a salir de su casa.

Cruzó ambos patios y tal como le informó Taylor por la mañana, el señor y la señora Schmidt no estaban en casa. Ninguno de los autos de la familia estaba afuera. Lo cual le daba libre acceso al bombardeo de globos.

Will tocó el timbre y a los pocos segundos Taylor fue quien abrió la puerta. Una sonrisa burlona apareció en el rostro del chico cuando vio la cubeta llena de globos.

—Rain se pondrá furiosa —dijo Taylor y se hizo a un lado para que Will entrara a la casa.

—Estar furiosa es una cualidad que tu hermana Hulk siempre posee —Will pasó la mirada por la estancia buscando a las gemelas.

Ante el silencio del lugar notó de inmediato que ninguna estaba cerca.

—¿Nada de avances entre ambas?

—Ha sido una semana larga, casi ni salen de sus habitaciones —es todo lo que dijo Taylor.

—Bueno, saca tu celular y comienza a grabar, quiero este video para mostrárselo a mi mamá después.

Taylor rió y llevó una mano a su bolsillo para rápidamente tomar el celular y grabar a Will mientras ambos iban subiendo las escaleras en silencio.

—¿Ya estás grabando? —susurró Will y volteó a verlo.

—Sí.

—¡Hola, Will Roberts aquí! —saludó a la cámara con una sonrisa—. Hace unos días mi fastidiosa vecina Hulk, sí, la apodé Hulk, hizo que su gato me atacara y gracias a eso desbloquee un nuevo temor a estas criaturas —se detuvo en la puerta de Rain—. Ese día le juré que había iniciado una guerra y no se quedaría así. Hoy, luego de esperar pacientemente por el momento perfecto para vengarme, estoy aquí para el ataque sorpresa.

Taylor enfocó la cubeta llena de globos.

Will abrió despacio la puerta y dejó la cubeta en el suelo.

Rain estaba todavía inmóvil recostada en su cama viendo el techo de forma aburrida. Einstein se dio cuenta de que algo iba a pasar ya que se levantó y bajó de un solo brinco.

Will tomó dos globos de agua sintiendo el frío que emanaba del plástico y gritó—: ¡La venganza es un plato que se sirve frío, Hulk!

Un globo impactó a su frente y otro en su pierna derecha.

Rain pegó el gritó al cielo sentándose en la cama de forma asustada. Will tomó más globos y comenzó a tirar y tirar sin detenerse.

Einstein por más leal y protector que sea con Rain, cuando se trataba de agua se olvidaba de su fidelidad. Así que salió de la habitación maullando a toda velocidad.

—¡WILLIAM! —Rain se paró sobre su cama y lo señaló—. ¡DETENTE, ESTÁ MUY FRÍA!

Will no le hizo caso, le siguió lanzando globos mientras el cuarto se seguía llenando de agua. Las sábanas no tenían ningún punto seco. Rain tenía el cabello mojado y la ropa igual.

—Oh, ¿ya te habías bañado? —preguntó Will con inocencia—. Creí que no.

—¡Eres un idiota! —Rain bajó de la cama temblando cuando vio que Will se había quedado sin globos en la cubeta.

Will sonrió. Una sonrisa bastante alegre y ladeó la cabeza cuando vio a Rain haciéndole justicia a su nombre.

—Escurriendo agua por todos lados ahora si pareces lluvia.

—¡JA! —ella lo golpeó en el hombro y miró a Taylor que seguía grabando—. ¿Se divirtieron, par de ineptos? ¡Largo de aquí, los dos! —los empujó por el pecho.

—Qué dices, Hulk, ¿ahora que estamos a mano levantamos la bandera blanca? —preguntó Will arqueando una ceja.

Rain le sacó el dedo del medio y le arrojó su cubeta de agua al estómago.

Antes de cerrar la puerta le enseñó también el dedo del medio a su hermano, y como es costumbre en ella, cerró la puerta de un solo golpe estruendoso.

—¡BANDERA BLANCA MI TRASERO! DUERME CON UN OJO ABIERTO, WILLIAM. ¡ES UNA AMENAZA!

Will solo rió y chocó su puño con el de Taylor.

—Bueno... Quizás ahora el pleito se extienda, pero ¡la misión de los globos fríos fue un éxito! —dijo Will y guiñó el ojo a la cámara.

2020: Pregunta curiosa

¿Cuál es tu canción favorita en estos momentos?

Me gustaría explorar nuevas canciones de artistas que usualmente no escucho.

-Cute.

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