06. Casa de los gritos Pt.1

Al día siguiente, por la noche, Will tocó la puerta de la casa de los Schmidt. Taylor abrió y miró a su vecino de arriba a abajo.

—Hombre... —su risa no demoró en salir.

—Sí, sí ríete todo lo que quieras —dijo Will fastidiado.

Taylor se llevó una mano a la boca y negó. Trató de contener la risa, pero no lo logró del todo.

—¡¿Qué mierda te pasó?! —preguntó el castaño en medio de la risa.

Will estaba lleno de venditas adhesivas. Estas iban desde su frente, mejillas, brazos, cuello e incluso una en la nariz.

—Vine a tener una seria conversación con Einstein —respondió Will entre dientes y entonces Taylor se puso serio.

—¿Mi gato te hizo eso? —indagó sin creerlo.

—Tú gato hace todo lo que Hulk le dice que haga y ayer esto me pasó. Llámalo, haré una negociación con él.

—Hermano, Einstein es muy leal a Rain, la obedece más que a cualquiera en esta casa —negó—. No creo que te quiera ver.

—Eso fue lo que creí, pero luego pensé... ¿Cómo puedo calmar a un inteligente gato endemoniado? —sacó las manos de detrás de su espalda y un pequeño platón con tuna es lo que Taylor observó.

—Astuto, pero no lo suficiente —Taylor sonrió burlón—. Rain lo entrenó desde muy pequeño, Einstein no recibe comida de extraños, pero lo llamaré —Taylor le hizo un ademán con la cabeza a Will para que entrara a la casa—. Me causa intriga ver el desenlace de esta "conversación".

Mientras Taylor subía, Will cerró la puerta y caminó hasta quedar a los pies de las escaleras.

—¡No hay una sola botella de agua llena en la nevera! —gritó la señora Alisha desde la cocina—. ¡¿Qué es lo que pasa con ustedes?!

Will se quedó oyendo como la mujer estrellaba la puerta de la nevera.

—¡Rain fue la última en tomar agua, ella debió llenar las botellas! —gritó de regreso Alexis y enseguida Will pudo verla aparecer en la cima de las escaleras con cara de preocupación.

—¡¿QUÉ?! —gritó Rain de manera molesta y mucho más alto.

Alexis bajó casi corriendo y cuando llegó hasta Will lo miró confundida, pero le regaló una sonrisa amable.

—Hola, Will —frunció el ceño al notar las venditas adhesivas en la cara de su vecino—. ¿Qué te ocurrió? Parece que fuiste atacado por un gato rabioso.

Bromeó, pero Will se mantuvo serio y entonces Alexis abrió la boca en una perfecta O.

—Oh. No me digas que...

—Si... —susurró Will.

—Einstein estará muy castigado —le aseguró—. Yo me encargo de él. Lo siento mucho.

—De hecho, yo quiero hacerlo —subió el plato de tuna para que Alexis lo viera—. Vine a negociar.

—Oh Will... Einstein no va a...

—¡Las botellas de agua no se van a llenar solas! —exclamó nuevamente la señora Alisha.

Ambos miraron en dirección a la puerta de la cocina y Alexis dejó salir un suspiro.

—Discúlpame un momento. Ya regreso.

Will solo asintió y entonces Alexis entró a la cocina.

'Incluso media enojada sigue igual de hermosa' pensó Will al seguirla con la mirada y verla entrar a la cocina.

—¿Por qué le gustan las chicas? ¿Por qué su gemela malvada es la heterosexual?

La vida no es muy justa en ocasiones.

Will pegó un brinco al mirar a Rain a su lado.

—¿Acaso...?

—Sí —ella bufó—. No lo pensaste. Lo dijiste en voz alta.

—Yo...

—Lindas vendas adhesivas —lo interrumpió con una sonrisa burlona—. Fuera de mi casa, esto no es un parque al que puedes venir cuando te da la gana —se puso seria y le pasó de largo para entrar a la cocina.

Will no se podía terminar de creer la actitud de Rain, era como si todo la irritara

'¿Cómo es posible tanta amargura?' Pensó y nuevamente vio la gran diferencia entre las gemelas.

Taylor bajó las escaleras con Einstein, el gato se encontraba medio dormido en brazos de su dueño.

—¿Quieres privacidad o me quedo aquí? —le preguntó con una sonrisa torcida en los labios.

Will, al ver el gato, retrocedió dos pasos atrás y dijo—: Sería grandioso si te quedaras.

—Toma —le extendió a Einstein—. Ya le dije que si te lastima lo voy a duchar mañana.

Will retrocedió otros dos pasos.

—¡No lo voy a cargar!

—No seas un llorón, no te hará nada.

—¿Ves mi cara? ¡Él me hizo esto!

Gritó y a la misma vez una pelea distinta se formó en la cocina ya que las gemelas estaban gritándose.

—¡Einstein es un amor de mascota! —lo defendió Taylor—. No dejes que la manipulación de Rain a nuestro gato inteligente no te permita quererlo.

—¡No! —volvió a gritar Will y retrocedió cuando Taylor intentó acercarse más.

Einstein maulló molesto ante el escándalo, porque si bien había accedido a hablar con el chico nuevo, lo que no quería era gritos por la casa, suficiente eran con los que salían de la cocina.

—¡¿Qué es todo este escándalo?!

Simon Schmidt estaba en la cima de las escaleras y procedió a bajar con el semblante serio.

—Gritos aquí, gritos allá —dijo el hombre—. ¿Desde cuándo este lugar se convirtió en una casa de los gritos?

—Lo sentimos, pa —se disculpó Taylor por los dos, pero su padre subió una mano en dirección al castaño y lo ignoró pasándole largo para ir a la cocina.

Taylor y Will se miraron. No lo pensaron dos veces antes de seguir al hombre para ver qué estaba ocurriendo con las gemelas.

—¡¿No puedes tomar agua del grifo?! —gritó Alexis.

—¡¿Por qué?! —le gritó Rain de regreso y sostuvo fuerte un vaso de cristal lleno de agua.

La señora Alisha estaba sentada con ambos codos apoyados en la mesa sosteniéndose el rostro con las manos.

—¡¿Por qué?! —repitió Alexis, indignada—. Pues porque acabo de llenar las botellas que debías llenar tú.

—¡ES AGUA! ¡¿Cuál es tu bendito problema?!

—Eres una...

Su padre caminó hasta ellas y se paró en medio de ambas.

—Dejen de gritar ya mismo —ordenó Simón a sus hijas.

—¡Pues dile a esta que deje de pelear por un bendito vaso de agua! —Rain señaló a Alexis con el dedo acusador.

—Esto no se trata del agua, se trata de que eres una grosera irrespetuosa que se cree la reina del mundo y puede hacer lo que le plazca cuando le pica el trasero. ¡Ya estoy harta! Harta de tu amargura imparable y tu actitud odiosa —dijo Alexis, mientras rodeaba a su padre y se paraba frente a su hermana mayor. Rain retrocedió dos pasos—. ¡Todos en esta casa estamos hartos de ti! ¡No te soportamos!

En un rápido movimiento Rain le arrojó al rostro toda el agua a Alexis.

—Eres una imbécil —susurró Rain.

La cocina quedó en silencio.

Will y Taylor se miraron una vez más de manera sorprendida, seguidamente bajaron la mirada a Einstein que lucía de igual manera.

La señora Alisha miró para otro punto de la cocina y el señor Simon se limpió el rostro ya que al estar detrás de Alexis algo del agua le cayó encima.

—Están castigadas —dijo el hombre seriamente—. Dos semanas.

—Bien por mí —respondió Rain y dejó caer el vaso de cristal contra el suelo, haciendo que este se rompiera en muchos pedazos.

Will vio como Alexis se puso a llorar en su lugar cabizbaja, y también como Rain salía de la cocina hecha furia pasando por su lado.

Y se odiaba a sí mismo porque en vez de querer consolar a la gemela menor, lo único que quiso hacer fue correr detrás de Rain, pero no lo hizo.

'¿Qué diablos está pasándome?' pensó preocupado.

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