Vacaciones


El tercer grado organizó un viaje para las vacaciones de invierno, a la hermosa ciudad de Córdoba. Fue un convenio entre la Secretaría de turismo y la de educación por el cual se repartían los gastos de la estadía, comida y excursiones, pero los padres tendrían que cubrir los del viaje de ida y vuelta.

Era el curso de mi hermano y él empezó a llorar desde marzo, así que para junio nos tenía cansados a todos. Las dudas sobre dejarlo ir radicaban en su problema alimentario siendo que se negaba a que alguien lo supiera, pero prometía cumplir estrictamente con la dieta aduciendo que era grande y responsable. A pesar del temor, mis padres pagaron el viaje y como no podía ser  "que fuera con la ropa de siempre", según su lógica, también le compraron a crédito lo necesario para diez días (pantalones, buzos, remeras y una campera).

En el resto del colegio la vida continuaba con su ritmo habitual, no existían celulares ni casi teléfonos de línea.  Se apelaba a la imaginación para suponer que la pasaban de maravilla y envidiar a los suertudos.

El día del regreso, todos emocionados y formados en el patio recibieron desconcertados a un grupo de 35 chicos que parecían espectros: pálidos, delgados, ojerosos y agotados. Ocurrió que, contra todo pronóstico, una ola polar azotó la provincia y el frío extremo y luego la lluvia no permitieron hacer ninguno de los paseos planificados, con el agregado de que la mayoría de los niños se engriparon y debieron permanecer en reposo gran parte del tiempo.

En cuanto a mi hermano el "responsable" tiró al tacho de basura la lista que mamá le hizo, pensando que sin supervisión podría comer cualquier cosa. La gracia le duró poco, se empezó a sentir mal, y cuando le preguntaron qué le pasaba dijo que era diabético, lo que no era verdad y no tenía nada que ver con su mala absorción de alimentos; sin duda  creyó que la dieta para diabéticos sería mejor, entonces le dieron acelga hervida que lo tuvo tres días corriendo al baño hasta que sin saber qué hacer  lo cambiaron a dieta estricta de arroz. A la vuelta de su aventura pesaba cuatro kilos menos.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top