Tracción... a hombre
28 de abril del 92:
Que mi esposo tiene mucha suerte es indudable, pero además tiene como siete vidas.
Ese preciso día del 92 llegaba después de una guardia de 72 horas atravesando media provincia. Desde San Isidro, donde trabajaba en una unidad de emergencia, y al bajar, en la parada de Rodolfo López y Joaquín V. Gonzalez, fue sorprendido por un caballo que a todo galope arrastraba un carro y le enganchaba el bolso en el que tenía las ropas y elementos de trabajo, en una carrera enloquecida hacia República del Líbano.
Yo, que esperaba en la vereda, vi pasar el caballo a todo galope y atrás mi esposo que me gritaba:
— Ya vuelvo, prepará el mate.
Finalmente lo alcanzó a las 3 cuadras, antes de llegar a la boca calle, y lo tranquilizó hasta que cinco minutos después apareciera el dueño.
Solo le quedaron unos moretones en el costado, pero recuperó el bolso e hizo algo de ejercicio.
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