Dedicado a la dulce Caseand

Tengo muchos recuerdos asociados a mi casamiento, pero este, en particular, por poco me arruina las fotos.

Si bien es cierto que no soy fotogénica, al menos tengo cabello para lucir, cosa que por poco pierdo unos días antes de la boda.

Paso a relatar:

Toda la vida tuve el pelo lacio, lacio y colorado como mi abuela. Dado lo especial de la ocasión quería estar espléndida, fui a la peluquería y el peinador me sugirió una base de permanente, así el cabello se adaptaría a cualquier peinado. Yo jamás me había hecho tratamientos de este tipo y me entusiasmé mucho imaginando los resultados.

No tengo idea de si fueron los productos utilizados o el peluquero que no era muy diestro en el procedimiento, la cuestión fue que al ir quitando esa especie de ruleros que te colocan salían con todo y cabello.

Mi cabeza parecía un campo de batalla con pelos de distinta longitud, chamuscado y de aspecto chicloso.

Mi primer pensamiento era que quedaría pelada, mientras el asesino de cabezas, se deshacía en explicaciones científicas para justificar lo ocurrido. Enseguida, me colocó un producto neutralizante para detener el incendio y como mi cabello era largo y abundante pudo "arreglar" más o menos el accidente.

Perdí la mitad del largo y el volumen pero, mal que mal nadie advirtió lo ocurrido, excepto el novio, que me preguntó si había vendido lo que me faltaba.

Pero fue otro incidente que quedó para la historia... ah, el peluquero no me dio reembolso.