Capítulo 1 • El inicio •

Una noche oscura, las copas de los árboles se movían por el aire que soplaba esa noche fría, una joven de cabello negro azulado largo, de ojos color morado caminaba por las oscuras calles, en una esquina iluminada por la luz de un farol se encontraban un grupo de 5 chicos, no tenía un buen aspecto, los chicos miraron a la jovencita, intercambiaron una mirada cómplice y fueron hacia ella.
Rodearon a la chica, la cual intentaba alejarse de ellos.

- No quiero problemas - Dijo temerosa la chica tratando de seguir su camino.
-Pues sólo nosotros estamos buscando compañía no es así chicos?-dijo uno de los chicos con un tono burlón mientras sus cómplices se acercaban más a la desprotegida chica, ella estaba entrando en pánico, sin aviso alguno, uno de los chicos la sujeto por la espalda inmovilizándola, la pobre forcejaba y pedía a gritos que le ayudarán, pero fue inutil, en aquella calle no había nadie que fuera por su ayuda, los chicos la llevaron a un callejón casi arrastrando a la chica, que aún seguía luchado por ser liberada.
- Yo quiero ser el primero - Dijo un rubio poniéndose frente a ella, mirándola con una sonrisa morbosa en sus labios, la chica al ver que este se acercaba, entró en pánico y sin más lo pateó en el rostro, este se cubrió su cara con sus manos, sacando un quejido de sus labios, sus compañeros se empezaron a burlar de el.
- ¡Maldita! - Dijo el rubio, se escuchaba enfurecido, pero lo que más le heló la sangre a la chica fue el aspecto de aquel chico, sus ojos cambiaron a un color rojo intenso como la sangre, sus manos mostraban unas garras filosas y de su boca sobresalían unos blancos colmillos, la pobre chica empezó a temblar - Vampiro...- dijo con una voz temblorosa la joven, el rubio tomó del cuello de la blusa de la chica y la azoto contra la pared, -¡ Haré que te arrepientas!- bajo el cuello de la blusa de cuello de tortuga de la chica descubriendo su cuello y dirigió su boca a el, la chica sólo cerro sus ojos esperando lo peor...
Un grito llamo la atención del rubio y la chica abrió sus ojos también, pasaron sólo 2 minutos y sólo estaban la chica y el vampiro, este entró en pánico pues sólo escuchaba los gritos de auxilio de sus compañeros, - ¡¿Quien anda ahí?! - no escucho respuesta en vez de eso cayo a sus pies uno de los brazos de sus camaradas, el vampiro perdió la poca confianza que tenía, tomó a la chica y puso un cuchillo cerca de su cara - ¡Sal de una vez quien quiera que seas o si no la mataré! - la chica sólo se quedaba quieta, estaba también muerta de miedo, pues no sabía si el que había eliminado a eso hombres era aliado o enemigo, de entre la oscuridad se escucharon unos pasó que se dirigían hacia ellos, salió un joven vestido de gabardina negra, en una de sus manos portaba una espada negra, su hoja estaba chorreando sangre, la luz de la luna iluminó el rostro del desconocido, era un joven de cabello blanco desordenado, su piel era blanca, muy blanca y sus ojos eran de color gris,casi plateados los cuales se posaron por unos instantes en los ojos morados de la chica asustada, aquel momento ella se olvidó de respirar, la atención de la chica fue interrumpida cuando su captor hablo y presiono con su brazo el cuello de la chica - ¡Maldito mataste a mis ami- el vampiro miro de pies a cabeza al chico, ella sintió como el vampiro se estremeció - Ese cabello blanco... Ojos del color del metal... Eres un cazador... ¡El cazador albino! - Retrocedió el chico acercándose más a su víctima
- Alexander Bloo, se te acusa por el asesinato de 5 mujeres, 8 niños y 3 hombres, yo te declaró culpable y tu sentencia... Es la muerte - Esto último lo dijo el albino con fuerza agitando su espada quitando la sangre de la hoja de su espada, dio un paso hacia ellos.

- ¡E-espera... Si me atacas ella saldrá herida! - Se cubrió con la chica presionado más su brazo en el cuello, ella miro al joven cazador, no dejaba de temblar, con su mirada le suplicaba que le ayudará, el la contempló un momento, pudo ver cómo sus labios se curvaban formado una ligera sonrisa, pudo notar que el le dijo algo, lo cual la chica no pudo entender, las nubes cubrieron la luna por unos escasos 5 segundo, cuando está volvió pudo ver cómo el joven ya no estaba frente a ellos, la chica lo buscó con la mirada al joven, escucho como el vampiro grito de dolor, soltó a la chica, ella cayo al piso, al girar para ver lo que había ocurrido, se horrorizó al ver aquella escena, del pecho del vampiro sobresalía la punta de una espada negra, de ese lugar caía sangre a mares, la espada atravesó más el pecho del chico, este escupió de la su boca sangre manchando a la chica la cual estaba congela, detrás de el vampiro estaba el albino, el rubio trato de mirarlo - ¡Po-por... Favor... Pie- piedad! - Suplico el infeliz, el albino lo miró por un instante, después movió la espada en su pecho - No hay piedad para ti... Esto... Es lo que te mereces - dijo con una voz gruesa y fría y sin más subió la espada desde su pecho hasta la cabeza del vampiro partiéndolo a la mitad, cayendo a los pies de la chica, la cual soltó un grito horrorizada retrocediendo un poco, vio como el cuerpo del vampiro poco a poco se volvía cenizas, después escucho los pasos de el chico que se acercaban a ella, la jovencita lo miro, no aguanto más y se desmayo, el chico se disponía a regresar, pero sabía que iba ser su responsabilidad si la chica la pasaba algo, así que la llevo con el al lugar donde trabajaba.

*En la Agencia*

La chica abrió sus ojos, tratando de saber dónde estaba, noto que estaba recostada en un sillón de cuero negro, se reincorporó poco a poco, su atención fue atraída por las voces de dos hombres, estaban detrás de una pared de cristal opaco, ella sólo podía ver a dos figuras interactuado entre ellas.

-¡Jajaja,... Dios no me lo creo que divertido... Jajaja! - la figura más pequeña tomo a la más grande.
- ¡ Sino te callas haré que esa sonrisa y risa se vuelvan en gritos de dolor y lágrimas si sigues molestándome!- Soltó del cuello al hombre y lo empujo, la chica se levantó con cuidado acercándose más hacia el lugar.
- Jaja... Lo siento, es que es muy gracioso, jamás pensé que tú el gran Hunter "El cazador albino", el número uno de mi agencia y el más sanguinario, traería a una jovencita como ella en brazos hasta acá, Jajaja! - La chica al oír aquellas palabras abrió de un golpe la habitación y entró.
- ¡¿Quien de ustedes es el cazador número 1?! - Grito la chica, los dos hombres se sorprendieron, se miraron un momento, fue cuando por fin el chico albino hablo.

-Es soy yo,¿que es lo- antes de que completará la frase la chica se hinco ante el, bajando la cabeza hasta el suelo.
-¡Por favor, aceptame como tú aprendiz!

El albino se sorprendió un poco, por la acción de la chica, no dijo nada, sólo se limitó a verla, fue hasta cuándo el otro hombre hablo.
- Disculpa pequeña... Pero no crees que es algo descortés que le pidas eso a Hunter sin a verte presentado - Dijo el hombre, hincándose frente a ella, poniendo su mano en el hombro de la chica, ella alzó la cabeza para verlo, era un hombre de alrededor de unos 36 o 40 años, tenía el cabello rubio, largo sujeto a una cola de cabello baja, sus ojos eran como amarillo, llevaba unos lentes, era un hombre muy atractivo, le ofreció su mano a la chica para que se levantará, la jovencita se sintió un poco apenada por su comportamiento, tomó la mano del hombre y se levantó:
- L-lo siento... Mi nombre es Angel, Akatsuki Angel.
- ¿Akatsuki...?, ¿Que no tu ya provienes de una familia de cazadores? -Pregunto el albino alzando una ceja.
-S-si... Pero... Mi padre y mi madre... Ellos... -bajo la mirada la chica, con un hilo de voz.
-Hunter, tal vez no fuiste informado, pero esa familia sufrió bajas, por un vampiro que tu conoces bien. -dijo el rubio.
La chica miro al hombre -¿como sabe eso?
- Oh, lo lamento, mi nombre es Ouma Saeki, presidente de Mandala, mucho gusto señorita Akatsuki - le ofrece su mano.

- Oh, mucho gusto... - toma su mano -... Am... Y bien? - Mira al albino - ¿Acepta ser mi maestro?
-¿Mmmm?... Ah, me niego. - dijo el albino sin mirar a Angel.
-¡¿Que?!... Pero... ¡¿por que?!
-Veo que tienes mala memoria, no pudiste defenderte de esos vampiros, te congelaste ante ellos, te desmayaste y gritaste cuando mate a uno de ellos, no tienes lo que se necesita para ser una cazadora. -Le dio la espalda a la chica y se dispuso a irse.
-¡Puede que...! -Alzo la voz la chica para llamar la atención de el joven cazador, este se detuvo - Puede que tengas razón... Puede que no tenga ahora la fuerza que se necesite para ser una cazadora... Pero estoy segura que si me das una oportunidad yo-
- Yo no doy oportunidades.
-¡Por favor, si no me aceptas como tu aprendiz, ellos.. Mis padres jamas tendrán justicia! -admitió la desesperada chica con lágrimas en los ojos, el chico no la miraba, pero si podía escuchar sus sollozos, Angel respiro un poco y después prosiguió -...tal vez jamás has perdido algo importante para ti, algo que se te arrebató injustamente, la impotencia de no poder hacer nada, pues dejame decirte que es el peor sentimiento que puedes tener, ¡más si sabes que tienes la oportunidad de hacer justicia y que nadie te ayude para lograrla! - Subió la mirada la chica, aún con lágrimas en los ojos pero en su mirada se notaba un brillo intenso, lleno de seguridad y determinación, Hunter la miró por sobre su hombro.
-Bien, bien... No hay que exaltarnos, toma - Poso su mano en el hombro de la chica y le ofreció un pañuelo - No se tu Hunter, pero yo la veo con la capacidad y determinación suficiente para ser una futura cazadora, Angel, no olvides que yo soy el dueño de esta agencia, así que el que manda aquí soy yo - Le guiña un ojo, la chica le sonríe, mientras Hunter miro con recelo al rubio -Debes saber que soy muy estricto y sólo contrato lo mejor de lo mejor ...
-De acuerdo - dijo entusiasmada.
-Te acepto en mi agencia, pero..
¡Oh espera!, no tienes experiencia en este tema, así que no puedo dejar que andes por ahí sin supervisión, necesitas a un maestro que te enseñe bien como está eso de ser cazador -Dirigió su mirada ambarina hacia el albino.
- Tengo un mal presentimiento de esto... -dijo un tanto preocupado.
-¡Exacto! -dijo con una sonrisa la chica.
- Así que... -Miro al chico - ¡Hunter será tu maestro.
-¡Me reusó! -Dijo enojado el chico.
-Vamos, si aceptas, te subiré el 5% de tu salario.
-¡¿Que?!, tacaño que sea el 10%
-8%
-15%
-11%
-¡Echo!
-¡Ja!... ¿Que acabo de hacer?
-Bien, el 11% de mi salario, en cuanto a ti, más vale de que te adaptes a mis órdenes, si me desobedeces o cuestionas mis actos dejarás de ser mi aprendiz y jamás te volveré a ver, ¿Esta entendido? -Miro fijamente a Angel.
-¡Si! -respondió con una sonrisa la chica.
-Bien, nos veremos mañana.
-De acuerdo, hasta mañana Maestro...

♦Continuará...♦

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