CAPITULO 7 UNA PEQUEÑA GRAN ESPERANZA
Albert despertó, era ya un poco tarde, al parecer durmió por mucho tiempo a causa de cómo se sentía, su estómago hizo ruido, tenía hambre.
Se levanto, se arreglo lo mejor que pudo, salió del hotel y condujo restaurante, el lugar era bastante acogedor.
Se sentó solo en una mesa y ordeno, cuando el camarero se fue, se quedo pensativo y triste ¿Acaso esta sería la última vez que comería bien? ¿O acaso comería solo por el resto de su vida? Volvió en si cuando el mesero regreso con su orden, agradeció y comió, mientras lo hacia noto un pequeño escenario al centro del lugar y a quien parecía ser el dueño.
El hombre parecía preocupado hablando con otros meseros, a Albert le llamo demasiado la atención esto, con parsimonia termino de comer e intrigado se acercó con el hombre.
-Disculpe ¿Ocurre algo?
-El grupo que tenia contratado para el espectáculo de hoy me cancelo de última hora, ahora no tendré entretenimiento para hoy.
-T-Tal vez yo le pueda ayudar.
- ¿Tu? ¿Y cómo podrás ayudarme?
-B-bueno, yo soy un cantante, y me he presentado antes en otros lugares, si usted me diera la oportunidad, yo podría presentarme como su espectáculo de hoy, así no tendrá que preocuparse por el entretenimiento. - respondió Albert con cierto nerviosismo.
El encargado lo miro en silencio con cierto dejo de esperanza
-Hummm, creo que no tengo mas opción, ¿seguro que eres un buen cantante y puedo confiar en ti?
Albert asintió.
-De acuerdo, pero por favor no me decepciones.
-No lo hare, se lo prometo.
El encargado improviso un equipo de sonido, y llevo a Albert con ellos, el les indico la pista que requeriría para su presentación y subió al escenario.
"Dios ayúdame a hacerlo de la mejor manera posible"
El micrófono emitió su característico ruidito y los comensales que estaban en el restaurante dirigieron su mirada a él con atención.
-Buenas tardes damas y caballeros, mi nombre es Albert y hoy estaré aquí interpretando algunos temas para ustedes, esperando que sean de su completo agrado.
La gente guardo silencio aun atenta, la música comenzó a escucharse y Albert comenzó a cantar.
Felicidad
Hoy te vengo a encontrar
Cuanto tiempo
Huiste de mí.
Felicidad
No te vuelvo a dejar
No podría vivir
Ya sin ti.
Hoy amanece y el sol
Tiene un raro esplendor
Escucho al viento pasar
Veo la luna brillar.
Al mismo cielo lo miro
Con otro color
Nada es nuevo
Solo que te conocí.
Felicidad
Hoy te vengo a encontrar
Cuanto tiempo
Huiste de mí.
Felicidad
No te vuelvo a dejar
No podría vivir
Ya sin ti.
Hoy amanece y el sol
Tiene un raro esplendor
Escucho al viento pasar
Veo la luna brillar.
Al mismo cielo lo miro
Con otro color
Nada es nuevo
Solo que te conocí.
Felicidad
Felicidad
Felicidad
Cuando Albert termino hubo un pequeño silencio, pero después la gente dio un aplauso fuerte y muy acogedor, el agradeció y dio una reverencia al público, miro al encargado y este le hizo un ademan para que continuara. Albert sonrió y continúo cantando alguno de sus temas favoritos.
Cada que terminaba de cantar una canción, el publico aplaudía de manera acogedora y se escuchaban comentarios como.
"Vaya este chico canta muy bien", "De los mejores entretenimientos que ha traído este restaurante", "Espero que regrese pronto".
Albert termino su actuación después de un momento, bajo del escenario, el encargado se acercó a él.
-Muchacho los has hecho increíble, tienes un talento maravilloso, muchas gracias por salvar mi entretenimiento. - Le dijo y le ofreció a Albert dinero como pago por su trabajo.
-Oh no señor, no podría aceptarlo, lo hice solo para ayudarlo, además yo disfruto mucho haciendo esto, la música es mi vida.
-Pero que dices, aquí en mi restaurante nadie se queda sin pago por su trabajo, acéptalos por favor. - Le respondió el dueño metiendo el dinero dentro del bolsillo de Albert.
-M-muchas gracias señor, en verdad se lo agradezco.
-Tu no eres de por aquí ¿cierto? - le pregunto el encargado.
-N-no señor.
- ¿Vives por aquí cerca? Me gustaría que cantaras para nosotros diariamente.
-P-pues...
Albert le conto al dueño todo lo ocurrido, y que actualmente su hogar era un cuarto de hotel que no estaba lejos de ahí.
-Ohh ya veo, mira no te preocupes, tu tienes un talento extraordinario, vas a allegar lejos te lo aseguro, si aceptas mi propuesta yo puedo pagarte por tu trabajo y además puedes comer aquí gratis siempre que quieras. - Dijo amablemente el duelo del lugar.
- ¿En verdad haría eso por mí? - pregunto Albert
-Claro, se lo difícil que es seguir un sueño, yo siempre quise ser dueño de un importante restaurante, mis padres me juzgaban loco también, y no me apoyaban tampoco, así que me fui de casa, trabajé muy duro y claro con algo de apoyo aquí puedes ver el lugar.
-Muchísimas gracias señor, en verdad esto significa mucho para mí, había perdido toda esperanza de que iba a ocurrir.
-Por nada, nunca te rindas, persevera y lograras grandes cosas. Ahora ve a dormir un poco debes estar algo cansado, además mañana tienes otra presentación. - respondió el dueño guiñándole un ojo.
-L-lo hare señor, muchísimas gracias.
Albert se despidió del encargado, subió a su auto y condujo de vuelta al hotel, estaba muy contento, haber tenido la oportunidad de cantar y además conseguir algo de ayuda le había levantado el ánimo, las cosas parecían mejorar para él.
Hola mis queridos lectores, aquí les traigo un capítulo más de este trabajo.
Esperando como siempre que sea de su agrado, si así fue no duden en darme un voto y comentar.
Muchísimas gracias por continuar leyendo, ustedes hacen que esta historia sea lo que es.
Saludos Jared 😊
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