Capítulo 9: Familia
Cuando fui en la mañana a buscar a Gohan y Ashton, temía que las cosas fueran incómodas, pero al parecer, Gohan había explicado bien lo que había pasado y Ash había comprendido porque todo parecía igual que siempre.
—¿Lista? —me preguntó Ash, mientras revisaba que todos sus documentos estuvieran bien.
—Sí, aunque algo nerviosa.
Gohan salió de su cuarto, vestido con la teñida que habíamos escogido el día anterior.
—Me siento aprisionado.
—Solo es una camisa, Han.
—Odio los botones, ¡lo sabes!
—¿Por qué odia los botones? —le pregunté a Ash, acercándome.
—¿Has visto Coraline? —me preguntó en susurro.
—¿Es en serio?
—No puede ver una Lalaloopsy o luego tiene pesadillas —explicó divertido—. Traumas de su infancia.
De pronto, Gohan se metió entre nosotros.
—Sé que están hablando de mí, no tienen que susurrar.
—Bien, ya vámonos —Ash sacudió las llaves de la camioneta y fue hacia la puerta.
Bajamos hasta el primer piso del edificio y fuimos hacia la camioneta blanca que estaba estacionada frente a la acera.
—¿Manejas bien? —le pregunté a Ash cuando subimos al automóvil.
—Claro que sí. Antes tenía una moto, pero digamos que algo salió mal —yo lo miré confundida y él suspiró—. Destrocé el jardín de mi vecina cuando estaba algo ebrio...
Gohan, quien estaba en los asientos de atrás, se asomó por entremedio de nuestros asientos.
—La pobre señora casi muere al ver sus rosas aplastadas y la tierra esparcida por todas partes.
—Aún no ha podido hacer que el pasto crezca uniforme del todo.
—¿No estás ebrio ahora? —quería asegurarme.
—¿Estás loca? Cuando eso pasó tenía diecisiete y creía que infartar abuelitas me haría un chico malo, por lo que las chicas morirían por mí.
—¿Has cambiado algo?
—¡Claro que sí! —puso en marcha la camioneta—. Ahora lo único que tengo de chico malo es que uso chaquetas de cuero... sintético porque no soy un monstruo —aclaró, como siempre.
Gohan volvió a asomarse.
—Nunca fue malo en realidad, ni siquiera sabía prender un cigarrillo.
—Cállate, Han.
—Tengo una duda. ¿Fuman hierba?
—Ah, viste mi planta... No, la usamos para un experimento social una vez y me dio pena deshacerme de ella —explicó Gohan.
—¿Experimento social?
—No quieres saberlo —aseguró Ashton—. Y nosotros no queremos que sepas.
Yo no hice más preguntas. Le creía a Ashton, era muy probable que no quisiera saberlo.
[...]
—¿Son ellos? —Gohan apuntó lo que parecía una familia.
—No, ¿en qué se parecen a mí?
Los cinco integrantes de la familia eran morenos y de cabello castaño.
—Si lo hubieran sido, creo que hubiera quedado claro que había algo raro ahí —dijo Ashton, con una risita.
—¿Y ellos?
—Tienen un bebé, no hay un bebé en mi familia.
De pronto, a lo lejos, divisé a mis padres y hermana. Entrecerré los ojos para asegurarme de que veía bien y cuando vi el cabello rojo de mi mejor amiga, supe que estaba en lo correcto.
—Ahí están —los apunté.
Ellos también me vieron, lo supe cuando Ana comenzó a correr hacia mí. Rápidamente, saltó a darme un abrazo y yo la recibí con emoción.
Luego, mis padres y hermana Laura llegaron junto a nosotros.
—¡Pareció una eternidad! —dijo Ana cuando se separó de mí.
—Lo sé —corroboré con una sonrisa. Entonces recordé a los chicos—. Ah, ellos son mis vecinos y amigos: Ashton y Gohan.
Ambos saludaron a mi familia y amiga.
—Es un gusto conocerlos —dijo Ashton.
—Gracias por ayudar a mi bebé, pensé que estaría muy sola en esta ciudad tan grande —comentó mi madre.
—No es nada, señora...
—Dime Adela.
—No es nada, Adela —dijo algo nervioso Ashton.
—¿Y con cuál te acostaste para tener el papel? —por supuesto, mi papá salió con sus comentarios fuera de lugar.
—Ninguno papá, ellos sólo son amigos.
Por su expresión y por lo que lo conocía, sabía que no me había creído. Aún recordaba cuando me había dicho: "ninguna mujer triunfa como actriz sin acostarse con alguien".
—¿Qué tal si vamos al departamento? —Ash rompió el ambiente de incomodidad.
Todos asintieron y comenzaron a caminar siguiendo a Ashton y Gohan.
De pronto sentí que alguien me jalaba hacia atrás. Era Ana, quien iba de las últimas.
—Son realmente guapos —comentó.
—Son unos idiotas —comenté divertida.
Ana comenzó a hacerme preguntas sobre cómo había sido mi vida en Los Ángeles.
Ana era una chica de cabello rojo (aunque cambiaba seguido su color de cabello), tenía los ojos negros y la piel un poco más pálida que yo. Donde vivíamos, no solían haber muchas personas con piel tostada, debido a la falta de luz solar y con eso, la mayoría también teníamos la vitamina D baja.
Al igual que yo, Ana no pensaba quedarse toda su vida en Alaska, pero ella aún estaba estudiando, ya que, había tomado un año sabático después de salir de la escuela.
Cuando se hablaba de carreras profesionales, ella y yo éramos polos opuestos. Mis opciones siempre habían sido: actuación, arte o diseño de modas; no quería nada que no tuviera un toque artístico. Por otro lado, Ana amaba las ciencias e historia, sus opciones habían sido: biología, química farmacéutica o historia.
Debido a nuestras diferencias de intereses, siempre nos habíamos complementado, excepto en matemáticas, materia en la que ambas éramos geniales.
—¿Y cómo se llama la película? —preguntó Ana.
—Del odio al amor —respondí—. Es una comedia romántica.
—Uh, me gusta cómo suena eso.
Yo solté una pequeña risa y seguí caminado junto a mi amiga hasta llegar a la camioneta blanca.
[...]
Ashton y Gohan parecían llevarse muy bien con mi madre, hermana y mejor amiga... mas no con mi padre.
Debía decirlo: Robert White era un ser humano desagradable.
Desde niña había tenido que lidiar con un padre que tenía preferencias. Mi hermana era la luz de sus ojos, su princesa... yo era un accidente debido al mal funcionamiento de unas pastillas anticonceptivas.
Mis padres eran felices antes de tenerme a mí. No era que su vida se hubiera vuelto miserable debido a mi existencia, solo que yo había cambiado sus planes de vida. Aun así, me parecía excesivo el desprecio de mi padre. Una hija más, una hija menos... de todas maneras no hubiera podido comprar su maldita casa en Florida.
Además de haber arruinado sus planes, mi padre tenía sus traumas infantiles como todos, pero él tenía unos graves que lo habían afectado en demasía y, como buen adulto con creencias tontas, no había querido ir con un profesional, pues, según él, no le serviría de nada.
Mis abuelos se habían separado luego de tener varios hijos. Mi abuelo se había ido a Europa, abandonándolos, y mi padre había sido el único entre seis hermanos que había estudiado una carrera, lo que lo ayudó a mantener a mi abuela con cáncer de páncreas. Técnicamente, él se volvió el sostenedor de la casa.
Efectivamente, mi padre había tenido una vida dura, pero no tenía que ser duro conmigo por eso. Él no podía asegurar que yo jamás sería una actriz famosa, eso era cosa del destino.
En ese momento, estábamos en la sala de mi departamento. Mi madre, padre y hermana estaban en el sofá; Ana en un sillón y los chicos y yo en una silla cada uno.
—¿Y que estudian ustedes? —preguntó de pronto mi padre.
—Ciencias ambientales —respondió Ash.
—Ah, son ecologistas —concluyó mi madre.
Ambos asintieron.
—¿Y qué? ¿Su ecología salvará al mundo?
Gohan y Ash se miraron con incomodidad. Gohan estaba hablando mucho menos, ya que, a él lo caracterizaban los comentarios fuera de lugar y yo sabía que por mí no quería meter la pata.
—No, pero puede ayudar a crear un planeta sustentable para las futuras generaciones —respondió Ash—. Nosotros buscamos formas de solucionar los problemas que ha causado la humanidad en la Tierra... creo que somos bastante útiles.
Una sonrisa se formó en mi cara. Eso debió haber puesto a mi padre en su lugar.
Mi padre bufó.
—Para mi generación no sirven de nada.
Ashton quedó perplejo y Gohan pareció ofendido.
Yo me paré de mi silla de un respingo.
—¿Quién quiere más galletas? —pregunté con una sonrisa forzada.
La "fiesta" no iba tan bien como hubiera querido, pero por alguna razón, no me sorprendía. Quizás porque con mi padre ninguna fiesta salía bien.
¡Holis!
Pasaba por aquí para saber si les estaba gustando esta historia <3
¡Besitos!
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