Capítulo 47: ¿Dónde Está?
Alaska
No sabía si me sentía sorprendida o asustada o ambas...
No era que no me alegrara que mamá por fin se diera cuenta de que estar con mi padre era un terrible error, pero igual sentía pena por él. Mi padre se quedaría solo, sus dos hijas y esposa lo dejarían solo en un pueblo en el extremo norte del planeta..., pero era lo que merecía.
Sentía algo de temor por lo que sucedería con mi madre. Ella llevaba años con mi padre, estaba acostumbrada a eso y ahora se mudaría con mi hermana a otro estado. Ambas irían a Idaho, donde Laura había conseguido un nuevo empleo para el siguiente mes.
Por lo que me habían explicado, ambas ya habían hablado el tema desde el año pasado, un tiempo después de que me mudara a Los Ángeles. Laura había ahorrado todo lo que había podido para poder irse con mamá de ahí y cuando le surgió la oferta de trabajo en Idaho, pues comenzó a buscar un departamento y los vuelos.
No me había molestado en cenar, pues mamá y papá se habían puesto a discutir el asunto en la sala. Había decidido que lo mejor sería irme antes de lo que tenía pensado.
Me despedí de mi madre con un fuerte abrazo y le prometí que hablaríamos después, aunque fuera por teléfono, y solo le dije adiós a mi padre por mera cortesía.
Laura tomó la camioneta de papá sin preguntarle, pues tampoco le interesaría, y nos llevó a los tres al aeropuerto.
Luego de despedirnos de Laura, los tres nos quedamos esperando a abordar nuestro vuelo, en un ambiente algo tenso.
No le había dicho más que unas cuantas palabras a los chicos e imaginaba que ellos tampoco sabían muy bien que decir.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Ashton, de pronto.
Yo me encogí de hombros.
—Un tanto preocupada —respondí—, pero al mismo tiempo me siento feliz por mi madre.
Ambos asintieron.
—Estar sola quizás la ayude a encontrarse a sí misma... porque dudo que realmente lo haya hecho antes.
Yo pensaba exactamente lo mismo.
Mi madre había dependido durante tantos años de mi padre que ni siquiera sabía realmente sus intereses o quien era en realidad.
—Además, salir de un pueblo pequeño a una ciudad más grande creo que le ayudará, podrá divertirse por fin —comentó Gohan, provocándome una pequeña risa.
—Es cierto, Barrow no es el lugar más divertido para vivir —concordé.
Yo había vivido ahí por dieciocho años, hasta que me mudé al sur para ir a la universidad, y recién ahí conocí lo que era la verdadera diversión, de hecho, no podía entender como mi hermana había vuelto a Barrow en vez de mudarse a otro lugar.
—Además, estará un mucho más cerca de nosotros —agregó Ashton—. Será más fácil visitarse mutuamente.
—Gracias, chicos... por estar conmigo.
Ambos se pegaron a cada uno de mis lados y me abrazaron.
Luego de unas horas, embarcamos, y cuando estábamos dentro del avión, mi celular comenzó a sonar, indicando que me estaban enviando mensajes.
Cuando encendí la pantalla de mi celular, me pude dar cuenta de que era Ana, mi mejor amiga.
No era raro que yo hablara con ella, aun cuando estábamos separadas por kilómetros, pues seguía siendo mi mejor amiga, pero suponía que tantos mensajes en ese momento eran por una razón específica.
Ana ya no vivía en Barrow, claro, casi nadie solía quedarse ahí y ese año había decidido mudarse a otro estado. La única persona joven que yo había visto seguir viviendo en Barrow después de terminar de estudiar era mi hermana, quien seguía ahí para no dejar a mi madre y padre solos, pues ella sí podía trabajar ahí por teletrabajo, no como yo o Ana.
Ana estaba viviendo en Richmond, la capital del estado de Virginia, trabajando en el sector de patología de un hospital, lo que hacía que fuera difícil vernos en persona, pero teníamos llamadas de vez en cuando y solíamos mensajearnos seguido.
Efectivamente, Ana parecía haberse enterado de lo de mis padres e imaginaba que era Laura quien se lo había comentado.
Le contesté unas cosas rápidamente, intentado dejarle en claro que estaba todo bien, o relativamente bien, y luego apagué mi celular.
[...]
Durante varios días estuve preocupada por mi madre y mi hermana, pero por lo que había estado hablando con Laura, todo estaba mejor de lo que todos esperábamos.
Mi padre había tomado las cosas mal, por supuesto, eso era de esperarse, pero no se había comportado como el neandertal que me esperaba. Había aceptado la separación, resignado, aunque no había admitido casi ninguna de las falencias por la que mamá le había dicho que había perdido el cariño, más que el que me trataba a mí como la peor bazofia del universo.
Aun cuando mi padre había aceptado que su forma de tratar conmigo estaba mal, no me había dicho absolutamente nada a mí y yo daba por hecho que jamás sería capaz de pedirme perdón, ni aunque me convirtiera en la siguiente Angelina Jolie. El solo hecho de que fuera una artista me hacía patética ante sus ojos y nada lo cambiaría.
Durante semanas las cosas estuvieron relativamente tranquilas. Gohan había evitado a su familia a toda costa y, aunque su padre había intentado llamarlo, cambió su número de teléfono y no volvió a recibir ninguna llamada. Por su puesto, su madre no sabía su nueva residencia y hasta el momento nadie se le había aparecido en la universidad, que era algo que temíamos.
El único que actuaba un poco extraño era Ashton. Durante bastante tiempo había estado distante con todos y se había estado enfermando seguido, pero según él, era que no estaba comiendo igual que antes y eso debilitaba su sistema inmunológico... Yo no le creía, pero tampoco quería presionarlo.
En dos semanas sería el día del estreno de la película y, por lo tanto, ya me estaba poniendo nerviosa.
Cada vez que pasaba por un cine, veía un cartel con mi nombre abajo... quizás no estaba mi rostro, ¡pero estaba mi nombre!
No solo estaban los posters en la cartelera del cine, sino que había en el subterráneo y en la calle, siempre recordándome que pronto podría decir que había actuado en una película de Hollywood.
Cuando llegué a casa esa tarde, pude notar que había mucho silencio, por lo que supuse que los chicos no habían llegado aún.
Me senté a ver televisión un rato y casi media hora después, Gohan apareció en la sala.
—¿Ya llegó Ashton?
Yo lo miré extrañada.
—Ni siquiera sabía que tú estabas aquí —le dije—. ¿Cuándo llegaste?
—Hace como tres horas —dijo, sentándose a mi lado en el sofá color crema—. Ashton se quedó en la universidad trabajando en un proyecto, pero debería haber llagado ya.
—Quizás se atrasó —supuse—. Llegará en una hora máximo.
Eso no pasó.
Pasaron dos horas y Ashton no aparecía y, por primera vez en todo ese tiempo, Gohan parecía más preocupado que yo.
—Tú nunca te preocupas cuando desaparece, ¿y si está bebiendo?
—Estamos a mitad de semana —argumentó—. Y sé que Ashton es un irresponsable a veces, pero ahora...
Yo lo miré esperando a que siguiera, pero no lo hizo.
—¿Ahora qué? —insistí.
—Siento algo raro... no sé cómo explicarlo, pero no se siente bien.
Eso no me decía mucho. No era que yo no creyera en los presentimientos, de hecho, lo hacía e imaginaba que Gohan no estaba mintiendo, pues de verdad se veía preocupado; pero no servía de nada para poder dar con el paradero de Ashton.
—Voy a seguir llamándolo. Tú llama a sus otros amigos y compañeros y pregunta por él.
Gohan asintió y ambos comenzamos a llamar por teléfono.
Antes Ashton no estaba respondiendo, pero esa vez solo me envió al buzón de voz, indicándome que el teléfono al que llamaba estaba apagado.
Yo comencé a preocuparme también y cuando Gohan terminó de llamar a sus amigos y me dijo que nadie sabía dónde estaba, tuve una mala idea.
—¿Tienes el número de uno de sus hermanos?
Gohan me miró incómodo.
—Una vez tuve que llamar a Beverly por un asunto de Ashton, tengo el de ella si no lo ha cambiado.
Gohan había pasado todos sus contactos del teléfono antiguo al nuevo, entre ellos, el de Beverly.
Cuando estaba marcando, puso el alta voz y ambos esperamos impacientes.
—¿Aló? ¿Quién es? —preguntó algo saltona.
—Bev, soy yo, Gohan... mejor amigo de Ashton.
—Gohan... —dijo, soltando un suspiro—. ¿Qué q-quieres?
—Sé que ustedes están en malos términos con Ash, pero estoy preocupado por él. No aparece ni contesta el teléfono, de casualidad, ¿no saben dónde está?
—¿Ashton? No y no me importa. Adiós —se despidió, colgando la llamada.
—Es mi idea, ¿o sonaba algo nerviosa?
—Iremos para allá —dijo Gohan decidido—. Si algo le pasó, ellos tienen que hacer algo, aunque no quieran.
Yo estaba de acuerdo con eso, por lo que seguí a Gohan fuera de la casa y pedimos un taxi para ir a Beverly Hills.
¡Holis!
¿Qué creen que le paso a Ashton? Leo sus teorías 😉
Que tengan lindo día. ¡Besitos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top