Capítulo 39: Entrevista

Alaska

Los niños no dejaban de pedirme autógrafos cuando recién había aparecido en un tráiler.

Yo ni siquiera era la protagonista de la película, pero todos parecían creer que era toda una estrella. Me imaginaba que nadie famoso andaba por esas calles de Los Ángeles.

—¡Oigan! —oí decir a Gohan a lo lejos—. ¡Déjenla respirar!

Ashton y Gohan llegaron a mi lado y comenzaron a apartar al grupo que me acosaba.

—Pero miren quien es —dijo un hombre de la edad de nosotros, acercándose—. Ashton Princesa Johnson... con razón está esta camioneta tan lujosa aquí.

—Déjalo, Kent —le dijo Gohan.

Ashton subió al asiento del conductor y yo subí atrás.

Gohan se quedó espantado a los que quedaban y, entre eso, pude notar que había unos armados, aunque las pistolas estaban metidas en sus pantalones y algunos parecían tener navajas también.

—¿Tienen armas? —le pregunté a Ashton con preocupación, asomándome pro entre los asientos.

—No tienes idea de cuantas veces me intentaron asaltar aquí, pero cuando sabían que era el amigo de Gohan me dejaban en paz.

—¿Por qué?

—No se atacan entre ellos, ni a los familiares o amigos de ellos, sólo a los desconocidos... una vez si me robaron dinero, pero fue porque lo dejé en la maletera de mi moto.

—No sabía que Gohan vivía en un lugar tan peligroso.

—Yo tampoco lo supe hasta que teníamos como catorce y me invitó a su casa por primera vez, entonces los niños del barrio se enteraron de que yo vivía en Beverly Hills y que mis abuelos habían sido estrellas de cine y que era millonario... y me apodaron Princesa.

—¿Y solían venir?

—Muy poco —respondió—. Gohan prefería mil veces ir a mi casa donde mis padres ni siquiera estaban y donde no había adolescentes con pistolas en los pantalones andando por las calles.

De pronto, una chica comenzó a tocar el vidrio de Ashton con sus nudillos.

Él resopló y bajó el vidrio de mala gana.

—Estrella... hola —la saludó con poco ánimo.

—¿Sigues soltero? —preguntó ella con una sonrisa traviesa.

Él fingió una risa.

—Bueno...

Antes de que dijera algo, Gohan llegó y la alejó del auto.

—Ya déjalo en paz, Estrella, mejor ve con tu novio.

Ella solo rodó los ojos y se marchó, dándole a Ashton una última sonrisa coqueta.

Gohan subió por fin al asiento del copiloto y Ashton no tardó en ponerse en marcha. Estaba segura de que lo único que querían ambos era salir de ahí.

[...]

Lo que había pasado en la casa de la madre de Gohan había sido difícil para él.

Nuevamente había estado algo deprimido, pero Ashton y yo intentábamos de todo para poder animarlo, aunque fuera un poco, pues Ashton temía que volviera a enfermarse y que esta vez fuera más grave.

Cuando se estaba deprimido, el sistema inmunológico que se debilitaba y, estando en invierno, no sería difícil que Gohan se terminara contagiando de algún resfriado o algo más fuerte.

Por suerte, esta vez había parecido ser más fácil superar la situación que la vez anterior.

Realmente me sentía mal porque Gohan debiera pasar por todas esas cosas, aun de adulto, y si hubiera podido hacer algo más para ayudarlo, lo hubiera hecho sin dudarlo.

Algo que me daba mucha ternura era ver como Ashton había estado aprendiendo a cocinar en ese último tiempo. Yo sabía que no le gustaba mucho y que, debido a siempre había tenido sirvientes que le hacían las cosas, nunca había tenido la necesidad de cocinar tampoco, pero ahora, por la salud de Gohan, estaba intentado que comieran algo más que las porquerías que solían pedir a domicilio o que compraban en restaurantes de comida rápida.

—¿Cómo sé cuándo un huevo está listo? —me preguntó—. Quiero decir, tienen cáscara.

—Tienes que ponerlos en el agua hasta diez minutos máximo y ya, no tiene más ciencia.

—¿Y ya?

Yo asentí.

Yo no era una experta cocinera tampoco, pero mi madre me había enseñado a hacer las cosas típicas: arroz, fideos, huevos de distintas formas, papas de distintas formas y otras cosas más.

Mientras Ashton intentaba hacer una ensalada con huevos duros, yo estaba buscando los pasajes para ir a Alaska en semana santa.

Era siempre mejor comprar las cosas con anticipación, pues salía mucho más barato.

Justo en ese momento, Gohan llegó corriendo a la cocina, agitando su celular en la mano. Sinceramente me sorprendió verlo levantarse de la cama cuando la comida aún no estaba lista.

—¡Alie! ¡Alie! ¡Te nombraron en un programa!

Yo lo miré confundida.

—¿A mí?

—Sí, mira.

Se sentó a mí lado y Ashton se acercó a nosotros para ver lo que Gohan ponía en Youtube.

Era una entrevista con la protagonista femenina de la película, con quien yo había tenido más escenas que con nadie, pues nuestros personajes eran mejores amigas. Yo sabía que había ido un a un programa el día anterior para así promocionar la nueva película.

¿Y que puedes decirnos de tu nuevo proyecto, Danielle? —preguntó el entrevistador.

—Bueno, aún no mucho, pero puedo decir que todos nos esforzamos mucho por hacer la película lo mejor posible —respondió.

¿Y qué hay de tus compañeros?

Bueno, ya conocía a Alan por otra película en la que tuve un papel secundario y siempre fue muy divertido y simpático. Trabajar como su coestrella es un honor —comentó—. Con quien tuve varias escenas también fue con Alaska White...

¿La nueva actriz?

Para ser su primera película lo hizo muy bien. Creo que fue la más profesional, casi no arruinó ninguna escena y su papel está muy bien interpretado... fue un agrado también que fuera parte del elenco. Se nota que eligieron personas de calidad.

La entrevista siguió, pero yo no oí más. Una estrella de Hollywood acababa de decir cosas buenas de mi en un programa de televisión abierta y se sentía como un sueño.

—Que una compañera con más experiencia te halague en un medio tan competitivo es increíble —comentó Ashton, mientras yo todavía no sabía que decir.

Solo dije unos cuantos monosílabos, dando tropezones y con un volumen relativamente bajo.

—Imagino que estas en shock —dedujo Ashton.

—Aja... —pude formular.

Eso tenía que ser producto de mi imaginación... La vida jamás era tan buena o fácil. En ese momento no podía pensar en una simple cosa mala de mi vida y debía confesar que nunca pensé que un día así llegaría.

[...]

Ese día dormiría plácidamente. Estaba más feliz de lo que jamás había estado. Todo parecía estar yendo incluso mejor de lo que esperaba.

Estaba terminado de enjuagar mi boca luego de lavar mis dientes para dormir cuando mi madre comenzó a llamarme por teléfono y no dude en contestar.

—Hola, mamá —saludé.

¡Mi amor! Vi una noticia donde tu compañera hablaba de la película en una entrevista ¡y te nombró!

—¡Lo sé, mamá! —exclamé sin poder ocultar mi emoción—. Es alguien que ha actuado en ya varias películas, fue genial...

Se ve una mujer muy buena...

—Es una tonta —oí decir a mi padre a lo lejos—. Igual que todas esas actrices y cantantontas. Son lo que son porque no saben ni sumar, pero se saben desnudar.

Y entonces pude recordar mi gran obstáculo de la vida: mi padre. Desde que había demostrado que quería ser actriz en mi adolescencia, participando en todas las obras escolares posibles, se había empeñado en arruinar mis oportunidades. Si no hubiera sido porque mi madre se lo había rogado, ni siquiera me habría pagado los materiales para la universidad, la cual no tenía que pagar gracias a una beca que había conseguido por mi excelente desempeño escolar.

Yo no era tonta, tampoco actuaba porque no sabía matemáticas, era actriz porque era mi pasión y mi sueño.

No le digas eso, está escuchando... —oí como le pidió mi mamá en susurro—. Mi niña, yo siempre supe que serias genial en lo que quisieras hacer, en especial cuando vi tus ojos brillar cuando te dieron un papel protagónico en una obra.

Yo reí enternecida al recordar ese acontecimiento. No era una profesional en ese entonces, pero mi maestra del club de teatro había halagado mi actuación como la villana Lady Macbeth en la tragedia de Shakespeare, Macbeth.

—Gracias por tu apoyo, mamá. Te amo —dije, con sinceridad.

Sin mi madre, mi vida hubiera sido una tortura, ni siquiera hubiera podido imaginarla.

Yo a ti, mi niña.

Nos despedimos y corté la llamada, metiéndome en la cama, lista para dormir con una sonrisa en el rostro y una felicidad creciente en el corazón.

¡Holis!

Bueno, yo no hago doble actualización por nada, pero vi que varios lo estaban pidiendo y como llegamos a las 60k lecturas hace poco, voy a conceder la petición esta vez sjsjsjs

Espero que les hayan gustado los capítulos de hoy ❤️

¡Besitos!

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