Capítulo 27: Ayuda
Ashton
Mi celular comenzó a sonar sin control mientras escribía un informe para la universidad.
Tomé mi celular y noté el bombardeo de mensajes que tenía de Alaska. Parecía necesitar algo importante, pues por algo enviaba mensajes tan desesperada, pero mi informe también era muy importante y no quería desperdiciar tiempo para luego estar hasta las cinco de la madrugada terminándolo.
Comencé a debatirme en mi cabeza que debía hacer, pues si veía los mensajes de Alaska, no podría negarme a lo que fuera que necesitaba.
«¿Y si tuvo un accidente? ¿O el tal Brian la secuestro?».
No lo dudé más y abrí el chat.
Por lo que había entendido, necesitaba un nuevo pantalón porque el suyo se había rajado en la parte posterior, lo que debía admitir que me hizo reír por un momento.
Realmente quise responderle: "¿y no te puede ayudar el tal Brian?"; pero me contuve.
Me levanté de la silla de la mesa de desayuno y fui hacia el cuarto de Gohan.
Abrí la puerta sin tocar, encontrándome con que mi amigo estaba acostado en la cama, fumando un cigarrillo de hierba.
—¿Ya terminaste el informe?
Gohan asintió.
—Este es mi premio por eso.
Yo bufé. A veces no entendía como alguien como Gohan podía ser tan brillante y suertudo. A veces ni siquiera se esforzaba, pero la vida le era gratificante igual. Aunque yo también era esa clase de persona, no la tenía tan fácil como Gohan.
—Tengo que llevarle algo a Alie. Voy y vuelvo —avisé.
Gohan levantó la mirada.
—¿Qué cosa?
—Tuvo un estúpido accidente de vestuario —resumí.
—¿Y no tiene novio?
—No es su novio —le recordé.
—Y eso te hace feliz, ¿no?
Yo lo miré confundido.
—¿De qué diablos hablas?
Gohan negó y volvió a tirar su cabeza hacia atrás.
—Olvídalo. Solo has lo que tengas que hacer.
Yo rodé los ojos con fastidio y cerré su puerta despacio.
No entendía que imaginaba Gohan que pasaba entre Alie y yo, pero estaba muy mal. Quizás solo lo había dicho porque estaba muy drogado.
Fui hacia el departamento de Ally y comencé a buscar unos jeans en su armario.
Cuando encontré unos que me parecieron adecuados y parecidos a los que llevaba puestos, los guardé en una mochila mía y salí del edificio.
Alie tendría mucha suerte si Brian era tan estúpido como el promedio de los hombres, pues no se daría cuenta de la diferencia entre un pantalón y otro. Yo a veces ni siquiera recordaba lo que llevaba puesto yo.
Tomé el autobús que llegaba más cercano a la ubicación que me había enviado Ally y en veinte minutos ya estaba allí.
Entré al restaurante, intentado evitar a los meseros para que no me hicieran preguntas. Debido a que el lugar estaba bastante lleno, había sido fácil evitar a todo el ocupado personal y logré llegar al baño de damas.
Revisé que no hubiera nadie y me metí a un cubículo rápidamente, para luego tomar mi celular y mensajear a Alie.
Pude notar que vio mi mensaje, pero no respondió nada.
Esperé varios segundos, hasta que oí como la puerta del baño se abría.
—¿Ash? —oí la voz de Alie.
—Aquí —dije abriendo la puerta del cubículo.
Alie entró tirando su camiseta con las manos hacia abajo.
—¿Está muy mal? —me preguntó preocupada, volteándose.
Yo miré hacia abajo y pude ver la gran abertura que había en la parte posterior.
—Bastante —respondí.
Alie se volteó nuevamente y yo le entregué el pantalón. Ella dejó el pantalón sobre la tapa del inodoro y comenzó a quitarse los pantalones rotos, pero pude notar como sus ojos se estaban aguando.
—¿Qué pasó?
—Es sólo que... no sé —dijo comenzando a cambiarse—. Tengo tan mala suerte y si no te hubiera tenido a ti, entonces ahora estaría pasando la mayor vergüenza de mi vida... Luego de la del comercial de salsa de tomate.
—Salsa Tomata, la mejor salsa de toda la galaxia —dije sin poder evitarlo.
Debía decirlo, el slogan era muy pegajoso.
—No me lo recuerdes... solo espero que Brian no haya visto ese comercial.
Yo hice una mueca de disgusto.
Si la chica que me gustara hubiera salido en un comercial vestida de salsa de tomate, pues me parecería adorable, además, no cualquiera era capaz de ponerse en vergüenza de esa manera, había que ser muy valiente y determinado.
Si yo hubiera sido Brian, no hubiera dejado ir a Alie de ninguna forma. Era la chica más extraña que conocía, en el buen sentido. A veces era sensible y llorona, pero otras veces era valiente y violenta, además de que era muy divertida y hermosa...
En ese momento sentí que mi cerebro se removió.
Vi como Alaska salía del cubículo y lavaba su rostro en el lavamanos.
—¿Vas a salir de ahí? —me preguntó, sacándome de mis pensamientos.
Yo asentí sin saber que decir. Había sido como si mis neuronas se hubieran desconectado por un momento.
Fui junto a Alaska y entonces, ella me dio una sonrisa.
—Gracias, Ash. Eres el mejor.
Se acercó a mí y se paró de puntillas para dejar un tierno beso en mi mejilla.
—Yo compró la cena hoy —dijo por último, para salir del baño más tranquila.
Yo me quedé un momento más en el baño, pensado, hasta que decidí salir y volver al edificio.
Decidí comprar un café y un muffin en un restaurante de camino.
Cuando llegué al departamento, me senté en la mesa de desayuno directamente y seguí escribiendo mi informe.
Logré terminarlo para cuando dieron las cinco y pude notar que Alie aún no aparecía por ahí. Supuse que su cita se había alargado, así que fui por Gohan a su cuarto.
Abrí la puerta y me asomé con lentitud. Me di cuenta de que estaba levantando pesas mientras veía algo en su ordenador.
—¿Empezaste sin mí? —pregunté.
—Me asomé a la cocina, pero te vi muy concentrado.
Yo asentí y fui hacia mi cuarto para buscar mis pesas y volver con Gohan.
Ambos comenzamos a hacer nuestra rutina de ejercicios en silencio, mientras Frozen se reproducía en el ordenador de Gohan y, luego de varios minutos, yo decidí hablar:
—¿Y si vamos a un club hoy?
Gohan me miró algo extrañado.
—Hace tiempo que no tenías ganas de ir a una fiesta —me dijo—. ¿Qué te dio?
Yo me encogí de hombros.
—Ya pronto se terminará el semestre —expliqué—, deberíamos festejar...
—Bien —accedió—. Cuando Alie vuelva, vamos los tres... ¡Uh! Le diré que invite a Brian. Así lo conocemos.
—No.
Gohan me miró extrañado.
—Quiero decir, eso no es muy del estilo de Alie.
—Sí, pero porque nunca lo ha probado. No con nosotros.
Realmente, no quería que Alie fuera con nosotros, pero el problema era que no sabía que excusa darle a Gohan para que no la invitara. Lo malo de ser el mejor amigo de Gohan, era que no podía mentirle en nada, pues descubriría mis intenciones de todas maneras.
Debía decir que para cada ser humano que no era yo, Gohan debía parecer un poco estúpido y extraño, pero no sabían que al mismo tiempo era una de las personas más intuitivas que conocía en mi vida, en especial si se trataba de mí y mis emociones.
Gohan siempre sabía todo lo que me pasaba por la cabeza o lo que sentía en una determinada situación, y, aunque yo también lo conocía muy bien, no siempre podía descifrar lo que pensaba o porqué hacía muchas cosas, pues, hasta para mí, mi amigo era algo extraño.
En realidad, yo tampoco entendía que me sucedía en ese momento, solo sabía que quería salir y relajarme, sin Alie cerca y menos con el tal Brian, al que apenas conocía de nombre y vista.
—Bien, invítala —terminé por acceder de mala gana.
Tenía la esperanza de a Gohan le desagradara Brian y, entonces, que nunca volviera a querer salir con él, ¿pero por qué demonios quería eso? ¿En qué me afectaba a mí salir con Brian?
Tal vez, debía conocer mejor a Brian ¿y quién sabía? Quizás nos volvíamos buenos amigos.
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