Capítulo 21: Salida

—Momento, momento —me detuvo Gohan, tragando su sushi—. ¿Tuviste novio?

—¿Por qué lo preguntas como si fuera raro? —cuestioné.

Estábamos los tres sentados en el sofá, comiendo sushi y mirando la televisión, mientras yo les contaba sobre Brian y mi antigua relación con él.

—Pues, no es que sea tan raro, pero tú te ves muy... —Ashton se quedó pensando sus siguientes palabras un momento—. A simple vista, pareces demasiado ingenua y pura.

Yo negué.

—Claro que no... bueno, quizás, pero no es así —aseguré.

Noté que ambos intercambiaron miradas y luego me miraron coquetos.

—Omitan lo de Las Vegas —pedí—. ¿No que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas?

—No cuando todos los implicados están juntos todo el tiempo —argumentó Gohan—. Cada vez que te veo, recuerdo tu cara cuando estabas...

—¡No! —lo detuve—. ¡No lo digas!

—Como quieras —aceptó, volviendo la vista a su sushi.

—Entonces... imagino que él te pidió que fueras su novia y tu aceptaste, ¿no? —se adelantó Ash.

Yo sonreí ampliamente y negué.

—Yo le pedí que fuera mi novio.

Eso provocó que Gohan escupiera algo de su soda sobre la mesa.

—¡Mi mesa! —se quejó Ashton.

—Mi soda... —se lamentó Gohan para luego voltearse a verme molesto—. Tu broma estropeó mi soda —me reclamó.

—No fue una broma —aclaré.

Ambos comenzaron a reír, pero, al ver que yo seguía seria, me miraron sorprendidos.

—¿Es en serio? —preguntó Ashton.

Yo asentí orgullosa.

—Brian fue siempre muy despistado y algo tímido, al menos en la universidad... así que me armé de valor, inflé mi pecho y le pregunté directamente si quería algo conmigo, algo serio.

Ambos me miraban muy atentos.

—¿Y qué te dijo? —preguntó Gohan.

Ashton y yo lo miramos para saber si hablaba en serio, y entonces entendió.

—Claro, dijo que sí —concluyó.

—¿Cómo sería mi exnovio si hubiera dicho que no?

Gohan se encogió de hombros.

—Quizás te dijo que no esa vez y luego le volviste a preguntar y cambió de opinión, o quizás dijo que no y luego se retractó y dijo que sí.

—De todas maneras, habría aceptado —le dijo Ashton.

—¿De qué lado estas, Ash?

—De la lógica, amigo.

Gohan rodó los ojos y volvió a su comida.

—Bueno, prosigue —me dijo Ashton.

—Entonces nos hicimos novios y estuvimos juntos por dos años, hasta que él terminó la carrera y debió mudarse —dije, con algo de tristeza. Había sido una parte triste de mi vida.

Gohan me miró sorprendido.

—¿Dos años con el mismo ser humano?

—A diferencia de ti y Ashton, a mí me gustan las relaciones serias y duraderas —expliqué—. Fue por eso por lo que estuve durante más de un año deprimida y creo que solo lo logré superarlo del todo unos meses antes de venir para acá.

—Por eso las relaciones largas son malas —argumentó Gohan y Ashton asintió.

—Bueno, tal vez tienen razón —dije, algo decaída.

Hubo casi un minuto de silencio, hasta que Ashton habló:

—¿Y no has pensado en qué ahora el destino los quiere volver a juntar?

Yo lo miré confundida.

—¿Desde cuándo prácticas el esoterismo?

—Oye, a veces es bueno creer en cosas tontas para explicar lo que nos sucede en la vida —respondió—. En este caso, sirve para que te armes de valor y recuperes a un antiguo amor... bueno, si tú quieres. Si no quieres, estoy seguro de que habrá alguien mucho mejor para ti.

Yo negué con poco ánimo.

—Ya pasó, él debe tener cosas más importantes.

—Yo vi que estaba muy contento de verte... muy contento —comentó Ashton—. Debió amarte mucho...

Algo en el tono de voz de Ashton era extraño, pues no parecía ni contento, ni molesto; pero luego me guiño el ojo y comenzó a darme leves codazos en las costillas.

—¿Y qué signo es? —preguntó Gohan.

—¿Signo zodiacal? —asintió—. Acuario.

—Puaj —dijo Gohan.

—Al menos no dijo géminis —bromeó Ashton—. Oye, pero tú no eres compatible con él.

Yo no creía nada en eso del zodiaco y el horóscopo. Como la mayoría de las personas, sabía mi signo por simple diversión, así que eso de las compatibilidades me parecía ridículo.

Estaba por responder que eso era una estupidez, cuando me di cuenta de algo: ¿cómo ellos sabían mi signo zodiacal si jamás les había dicho ni siquiera mi cumpleaños?

—Un momento, ¿Cómo saben que no soy compatible con él si no saben mi signo o mi cumpleaños?

Ambos se miraron algo acomplejados.

—Ah... bueno, estoy seguro de que alguna vez dijiste que eras piscis —dijo Ashton.

Yo negué.

—No lo hice.

—Sí, fin de la conversación.

Gohan se levantó y se estiró, dando un bostezo.

—Ya es tarde. Hora de dormir —dijo.

Ashton lo imitó y comenzaron a caminar hacia sus cuartos.

—Cierra cuando te vayas. Buenas noches —se despidió Ashton y ambos se metieron a sus respectivas habitaciones.

Yo quedé confundida. Solo les había hecho una pregunta y nada del otro mundo, además, la respuesta que fuera, no me hubiera molestado.

Ya que, aún me quedaban bastantes piezas de sushi, decidí quedarme hasta terminarlas y luego irme a mi departamento con Twinkle, quien dormía en el pequeño sillón muy tranquilo.

[...]

Cuando desperté en la mañana, fui hacia mi refrigerador para beber un poco de leche y me di cuenta de que había amanecido nublado, pero no hacía frío.

El invierno en Los Ángeles no tenía nada de parecido al invierno que yo conocía. Las temperaturas no solían bajar de los dieciocho grados Celsius y jamás nevaba. Aunque a mí no me importaba, la nieve no era algo que yo amara, no después de tantos inviernos rodeada de ella.

Me senté un momento frente a la mesa de desayuno y comencé a ver el calendario.

Ya quedaba tan solo un mes para las fiestas de fin de año y eso me ponía un tanto melancólica. Si bien, no extrañaba Alaska para nada, extrañaba a mi familia y mejor amiga.

Si hubiera tenido más dinero en ese entonces, hubiera comprado un pasaje para al menos pasar la navidad con ellos, pero no tenía certeza de que encontraría un trabajo pronto y la película que me podría lanzar a la fama saldrían en bastantes meses más, por lo que, me tendría que mantener con lo que tenía por ese tiempo.

Seguía en mi celular cuando alguien tocó la puerta, por lo que me paré y fui hacia ella.

—¿Quién es?

Suponía qué era uno de mis vecinos, pero como estaba sin pantalones, tenía que preguntar primero y asegurarme.

—Ashton.

Abrí la puerta y lo dejé pasar.

—¡Alie, tenemos un problema! —dijo asustado.

—Tranquilo, ¿qué sucede?

—Mis padres... quieren que vaya a comer con ellos hoy —respondió.

Yo lo miré extrañado.

—¿Y eso qué?

—¡¿Y eso que?! ¡¿Cómo que "y eso qué"?!

Lo tomé por los hombros con delicadeza y lo llevé hacia mi sofá para sentarlo.

—Relájate, ¿ya?

Ashton respiró profundo.

—No sé cómo hacer eso. Es que tú no conoces a mis padres... son terribles.

Me acomodé en el sofá y tomé su mano para acariciarla y tratar de calmarlo.

—No puede ser tan malo todo.

Ashton se quedó mirando hacia el frente con algo de tristeza.

—Mi padre es juez de la Corte Suprema, mi madre es cirujana cardiovascular, mi hermano mayor es abogado, el otro es neurólogo, la mayor de mis hermanas cirujana plástica y la otra es psiquiatra...

Yo quedé boquiabierta. En ese momento comprendía como era que toda la familia de Ashton tenía tanto dinero. Además de la millonaria herencia de su abuelo, todos tenían carreras tan complicadas y con las que se ganaba gran cantidad de dinero.

—¡Yo soy un fracasado que eligió el camino de las drogas! ¡Mi madre lo supo desde que a los quince me hice una perforación!

Rodé los ojos.

—Solo es una perforación.

—Mis hermanos no tienen una sola y mis hermanas solo las del lóbulo, pero solo utilizan perlas —dijo en un tono burlesco.

Podía apostar que no se llevaba bien con ninguno de sus hermanos, en especial porque jamás hablaba de ellos.

—¿Y por qué me dices esto a mí?

Ashton sonrió nervioso.

—Bueno, si mis padres te ven a ti, quizás piensen que no elegí el camino de las drogas tan malas... —yo lo miré confundida—. Quiero que vayas conmigo y Gohan a comer con mis padres.

—¿Les agrada Gohan?

Ashton enarcó una ceja.

—¿Tú que crees?

—¿No?

—Claro que no. Por culpa de él, además del camino de las drogas, creen que escogí el camino de la homosexualidad y, créeme, a pesar de que no son homofóbicos, eso los pone en una situación complicada.

Podía comprender eso en parte. Para la gente de la edad de los padres de Ashton era algo chocante el tema de las sexualidades.

—¿No crees que me odien a mí también? Digo, soy una actriz fracasada todavía que además viene de una familia de pueblerinos sin estudios.

Ashton le restó importancia.

—Omitiremos esa parte y si preguntan, diremos que tus padres murieron en un trágico accidente de auto y que eres hija única. Con una explicación como esa, nadie querría preguntar más.

—Bueno... —accedí insegura.

—Nos vemos a la una entonces —dijo, saliendo de mi departamento bastante ansioso.

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