Capítulo 21: El protagónico
Diciembre 20, 23:02 hrs.
Comisaría de Riverwood
—¿Estás feliz? ¿Esto era lo que querías? —le preguntó el oficial.
Rowan sonrió con malicia hacia él y apoyó sus codos sobre la mesa pensativo.
—Todo está saliendo como tiene que ser, ¿sabes? Todo esto era parte de mi juego, y ahora, ella finalmente irá a donde pertenece... de donde nunca debió escapar.
—Tú tampoco te salvas, lo sabes, ¿no?
—No me importa, lo único que quería lograr con todo esto era hacerla pagar por todo lo que hizo. Tu hija solo fue una pieza más para llegar a mi objetivo, ya sabe, utilizable, sucia y manipulable.
El oficial se acercó hacia él y le cubrió la boca con cinta, algo que a él empezó a divertirle, porque sabía que sus comentarios le afectaban al oficial de manera directa.
Rowan rio muy tranquilo sabiendo que había ganado y cuando notó por el ventanal de la comisaría que Alaska entraba esposada por los pasillos siendo escoltada por los guardias, empezó a gritar con rabia.
Eso no era parte de su plan.
Otros guardias entraron a la habitación para llevárselo a la celda.
Alaska al ver de reojo como se lo llevaban histérico, sonrió para sí misma.
Escapó una vez de aquel lugar, puede hacerlo dos veces.
O quizás no.
Diciembre 19, 3:03 hrs.
Nate conducía a toda velocidad intentando mantenernos vivos mientras escapábamos de ese lugar, pero yo estaba en plena discusión con Beau y Aila mientras Nate era el único que intentaba mantener la calma a pesar de las circunstancias.
—Alaska, te he dicho que debemos ir a la policía —repitió Aila.
—¡Te he dicho que no, joder! Es aún peor si vamos allí.
—¡Debemos ir, maldita sea! Seguimos en peligro porque ese psicópata está suelto —me gritó Beau.
—¡¿Y tú quieres que nos encierren a nosotros con él o que nos involucren más en el asesinato de Sharlene?! —le grité devuelta—. Puedo manejarlo.
—¿Ah, sí? A ver, ¿y cómo te fue con eso? Raven está inconsciente, yo fui a cirugía por un balazo en el abdomen y tu estuviste secuestrada durante varios días, ¿Qué esperamos? ¿Qué vayan a por Aila ahora? ¿O que maten a Nate? —Beau ironizó hacia mi.
—Oh, bueno, muchas gracias, Beau —le respondió Nate sin apartar la vista del volante.
—El punto es que no podemos arriesgarnos —concordó Aila.
No pude replicar en el momento, porque en ese instante un camión chocó un lado de la camioneta, la parte del piloto, para ser más específicos.
Sentí un pitido en mis oídos y un dolor en mis piernas que no me dejaba movilizarme del todo. Ahí mismo, la puerta trasera del lado donde se encontraban Raven y Beau, se abrió dejándome ver a Slade, la cual tenía un arma en sus manos y ahora apuntaba hacia mí.
—No creas que lo nuestro ha terminado —me dijo.
Y entonces, hubo un disparo, pero no el de ella, sino el de alguien más.
Grité con todas mis fuerzas al ver sangre salpicando por toda la camioneta, Slade cayó al suelo toda ensangrentada y ahora, yo estaba manchada de su sangre. Fueron cuatro disparos directos al pecho y el último en la cabeza, justo cuando ya se encontraba tirada en el suelo.
Allí, Rowan se asomó a la parte trasera para llegar a mi.
—Ahora, tú vienes conmigo.
Miré a mi alrededor desesperada, no podía moverme y todos estaban inconscientes, Nate, Aila, Raven y Beau.
Cuando intenté mover mis manos, una fuerza inexplicable me las mantenía rígidas, haciéndome imposible el salir de allí. Cuando grité una vez más, todo a mi alrededor empezó a moverse, como si fuera un sismo o algo parecido. Fue realmente aterrador.
Tanto que cuando desperté de ese sueño, estaba tan aterrada que en cualquier momento dejaría salir las lágrimas.
Me levanté entre espasmos observando el lugar, la sala de la casa de Aila, estaba acostada en el sofá y todo estaba oscuro, seguro me había quedado dormida mirando la televisión. Era de madrugada y frente a mí se encontraba la señora Bae intentando calmarme mientras yo solo miraba a mi alrededor con mucho pánico.
—Tranquila, fue solo una parálisis del sueño, está todo bien.
—¿Dónde está Aila? —fue lo primero que pregunté.
—Ella está bien, está dormida en su habitación, no pasa nada, fue solo un sueño, Alaska.
Volví a respirar con normalidad.
Desde que logramos escapar he tenido pesadillas constantes, el estrés de ver a Charlotte constantemente, el no tener ni idea del caso de Sharlene, todo lo que Rowan ha ocasionado solo para sacarme de aquí, Shalley y Slade intentando matarme... todo es un caos.
Para calmar la preocupación de Kora, solo le comenté sobre mis traumas, sobre el asunto de mis padres muertos y aquel secuestro. Ambos secuestros.
Mientras Rowan me tenía encerrada, Kora Bae y todo el equipo de la policía tenían a todos los oficiales buscándome, incluso discutió con Aila cuando ella quiso ayudar y no la dejó obligándola a quedarse en casa mientras ella se encargaba.
Aila se molestó tanto que la desobedeció y me rastreó con el reloj que me había prestado para su baile escolar. Al salvarme, Kora castigó a Aila por desobedecerla, pero también le agradeció por llevarme a su casa sana y salva.
Desde entonces he tenido distintos sueños, que son más que pesadillas, son el mismo uno tras otro, pero con diferentes finales. Como los que tenía desde que escapé de ese lugar, donde en cada uno mataba a Charlotte.
Fue realmente aterrador despertar después de eso.
Cuando finalmente amaneció, me encargué de distraer mi mente por completo, por la noche sería la fiesta de cumpleaños de Aila, y su madre le estaba organizando una fiesta sorpresa, pero algo realmente grande, donde asistirá la mayor parte del pueblo.
Una de las ventajas de Riverwood, era un lugar muy pequeño donde todos se conocían. De donde vengo, no es el caso porque nunca me dejaron hablar con nadie, pero sí un poco parecido si hablamos de cantidad.
Miré el vestido dorado que Kora me había comprado, era realmente lindo, el largo llegaba hasta las rodillas y era ajustado hasta la cintura y suelto hasta al final, era tan brillante que incluso llegué a pensar que la tela me incomodaría con las horas usándolo.
Sentí pasos detrás de mí, giré mi rostro para verlo apoyado en el marco de la puerta.
Nathaniel Harrison.
—Sabes que puedes no asistir si te sientes insegura o sin ganas, ¿no? No hace falta que asistas si no te sientes cómoda, Alaska.
Tiene razón, no me siento cómoda, Leia ya había sido dada de alta y no había aparecido en ningún momento, no sé donde está, solo sé que no me ha delatado y no sé que es más peligroso. Que lo haga o no saber si lo hará.
Pero estaba mil por ciento segura que aparecería en esa fiesta y llegaría a mi tarde o temprano, eso me tenía los nervios de punta.
Negué con la cabeza hacia él.
—No puedo hacerle eso a Aila, es mi amiga. Estuvo tantas veces para mi desde que llegué y me aceptó en su hogar sin conocerme. Debo asistir.
—Como gustes.
Suspiré cambiando de tema.
—¿Cómo está Raven?
Se acercó a mí mirando el vestido.
—Bien, es la encargada de distraer a Aila el día de hoy.
—¿Sabes? Me preocupa que todavía no haya dicho nada sobre ese tema.
—¿Te refieres a cuando Rowan las secuestró a ambas?
Tragué en seco evitando su mirada.
—Sí.
—Bueno, no recuerda nada.
—Eso dice ella. Estoy segura que si lo hace, solo que no quiere.
—Y no puedes culparla por eso. Apuesto a que tú en su lugar, tampoco quisieras recordar algo tan horrible que te haya sucedido en ese sitio o en algún otro.
Tenía razón. Mucha razón.
Porque varios acontecimientos, me han llevado a bloquear todos mis recuerdos y crear mi nueva realidad.
No dije más nada.
—¿Y tú? —me preguntó al ver que no decía nada.
—¿Yo qué? —me hice la desentendida.
—¿No quieres hablar del tema?
Negué con la cabeza.
—Yo no importo en estos momentos, esta noche es de Aila.
Él alzó las manos en forma de rendición.
—Vale, si tú lo dices... está bien, dejémosle el protagónico a Aila por esta noche.
Esas fueron cada una de mis intenciones, pero me equivoqué, porque no fui la única que terminó llevándose todo el protagónico.
Fuimos 3: Shalley, Raven y yo.
Qué bonito poder decir que ya vamos camino al final de la historia. No falta nada y estoy tan ansiosa por que lean ese loquísimo final.
Ahora sí, a lo que vamos.
ADELANTOOOOO
-¿Cumpleaños de Aila o verdades ocultas? Buenísima pregunta, Beau.
-Esto del enamoramiento Baska no es nada lindo cuando hay muertos presentes.
-¿El cómplice de Rowan? Con razón, todo estaba taaaan tranquilo.
-Lo bonito del asunto es que Leia sabe moverse, ¿no?
Ahí se las dejo, saquen sus propias conclusiones.
Besos,
Paola Velásquez
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