Capítulo 19: ¿El rescate?

No recuerdo cómo llegué aquí, ni cómo haré para salir con vida.

Miré a mi alrededor y me di cuenta que efectivamente conocía el lugar donde me encontraba. Una casa.

Mi antigua casa.

Donde un día mi vida cambió por completo.

Me encontraba en la sala de estar, todo tenía polvo y estaba realmente sucio. Solo pude notar como un hombre mayor con mucha barba, entró por la puerta principal.

Estaba dolorido, noté como le costaba caminar debido a la herida en su pierna.

¿Lo conocía? Nada que ver.

Lo curioso es, que en ningún momento se dio cuenta de mi presencia.

El hombre subió hasta la segunda planta de la casa y se asomó por el balcón con precaución. De pronto, corrió a cerrar todas las ventanas de la casa con mantas dejándome completamente confundida.

Entonces, quise gritar justo cuando sentí las manos de alguien tapar mi boca y arrastrarme detrás de un mueble.

Y cuando giré, palidecí al encontrar a la persona responsable.

—Charlotte...

—Shh, calla. Ese hombre es peligroso. Y estás loca por regresar aquí.

Yo no entendía absolutamente nada, simplemente tenía vagos recuerdos de lo sucedido con Rowan y mi cabeza dolía como el infierno.

—Alaska, tienes sangre en el brazo —me dijo.

—Pero no duele...

—¿Cómo te hiciste eso?

—Yo... no lo sé. No recuerdo nada.

—Lo supuse —murmuró a sí misma antes de mirarme fijamente—. Alaska, debo confesarte algo. Es sobre la persona que ha causado todo el problema en el que estás metida, no puedes confiar en nadie.

Entonces la miré rápidamente.

—¿Qué?

—Sé quién mató a Sharlene.

La puerta de la casa se abrió de golpe en ese momento, yo no entendía nada, solo observé aterrada como ciudadanos del pueblo entraban desesperadamente a la casa con armas en sus manos.

Era una multitud que venía arrasando con todo lo que se interpusiera en su camino, quedé estupefacta ante la situación, y entonces, entendí que iban detrás de ese hombre cuando noté como todos iban unos detrás de otro subiendo las escaleras rápidamente tal y como lo había hecho esa persona minutos atrás.

Al estar nuevamente solas, me giré hacia Charlotte para que terminara de decirme todo lo que sabe.

El único problema es que ya no estaba conmigo. Había desaparecido.

Miré hacia todos lados desesperada por encontrar a mi hermana, y fue allí cuando iniciaron los tiroteos. Mi corazón empezó a latir demasiado fuerte y el ruido junto con el miedo hacía que mis ganas de llorar se intensificaran.

Empecé a gritar el nombre de mi hermana con desesperación, muy asustada por todo lo que estaba pasando. La quería conmigo, no quería que nada le ocurriese ahora que sé que está viva.

Grité tan fuerte, que de un momento a otro, el ruido se detuvo.

Ya no se escuchaba absolutamente nada, ni nadie. Todo era demasiado turbio.

Me levanté del suelo y salí detrás del sofá. En la planta baja no había nadie, solo yo. Miré hacia la puerta abierta y las calles del pueblo estaban tan oscuras que daba miedo el sentir tanta soledad.

¿Qué hora era?

No me había percatado de ese detalle.

Subí las escaleras a paso lento intentando hacer el mínimo ruido posible.

Y entonces, no encontré a nadie. Solo a ese hombre al lado de la ventana, estaba tirado en el suelo boca abajo con toda su ropa llena de sangre, no pude verle el rostro nuevamente, solo sabía que estaba muerto y que toda aquella multitud, había desaparecido.

Junto a Charlotte.

La impresión me hizo retroceder desesperadamente.

Y cuando creí que tropezaría con la pared o algo como en las películas, sucedió algo peor, caí al vacío.

Justo como Sharlene lo había hecho, la diferencia es que no sentí absolutamente nada. Solo pude notar como en aquel balcón se encontraba mi hermana mayor observando mi caída.

Caí sobre algo mojado y sentí algo pasando por mis manos, pero no podía ver bien por el mareo de la caída. Cuando logré levantarme y pude visualizar bien donde me encontraba... quise vomitar del asco.

Era un pasillo con poca agua en el suelo, un pasillo largo, oscuro y al final, había una puerta entreabierta de la cual provenía un poco de luz.

Pero eso no fue lo que me espantó. Sino la fobia al sentir mis pies descalzos sobre el agua y saber que el suelo estaba lleno de serpientes e iguanas corriendo por todo el pasillo, muchas de ellas, y yo debía llegar a esa puerta.

Miré a mi alrededor, pero todo estaba oscuro, lo peor de todo, es que a los lados del pasillo no habían paredes, sino puro mar, y el agua era muy oscura, ni siquiera había luna o estrellas que alumbrara el lugar donde me encontraba. Había una tormenta, así que por eso el pasillo estaba mojado, porque entre la marea alta y la fuerte lluvia, claramente me iba a ser imposible salir de aquí fácilmente.

Si no moría ahogada, moría de fobia, sino de un infarto.

Pero de que muero, muero.

Empecé a correr hacia la puerta sintiendo los animales arrastrarse a mi alrededor, unos me perseguían y otros me pasaban por encima de los pies causándome una ansiedad altísima. Y justo cuando fui a abrir la puerta... me desperté.

Mi corazón iba a salir de mi pecho en ese momento, tenía muchas náuseas y estaba muy sudada.

Qué horror.

Observé a mi alrededor y no logré saber dónde me encontraba con exactitud.

El sueño me había dejado aturdida por unos segundos y mi cabeza ya empezaba a doler.

Intenté moverme pero una de mis manos estaba atada con una soga y el intentar quitarla, me era muy difícil porque me terminaba lastimando de una manera u otra.

Al escuchar su risa sentí como el corazón quiso salir de mi pecho.

Rowan Mason caminó hacia mí y sonrió aún más al verme sentada en el suelo tan desesperada por escapar de ese lugar.

—No te preocupes que no podrás escapar aunque logres liberarte.

—¡Beau! —grité.

Él rio aun más.

—¿En serio te gusta, no? O debo decir, ya te obsesionaste por otra persona que no soy yo, interesante.

—Cállate, tú no sabes nada.

—¿Ah, no?

—Maldición, fuiste tú todo este tiempo... qué estúpida fui.

—Corrección, qué estúpida eres. Yo no maté a tu amiga, si eso es lo que estás pensando, pero si voy a matarte a ti.

—Sharlene no era mi amiga y sé que no me vas a matar.

—¿Qué te hace sentirte tan segura con respecto a eso?

—Pues sé que solo quieres sentir esa satisfacción de verme sufrir a un nivel tan alto luego de hacerme regresar de nuevo a ese lugar... con esa gente que solo me hace daño.

—Tienes razón. ¿Y sabes qué es lo más divertido? No importa cuánto ruido hagas, nadie te escuchará aquí abajo, y menos si es una zona a la que no suele venir nadie desde que la cerraron por problemas con el personal. Así que disfruta tu estadía aquí, estarás un largo tiempo.

—¿Por qué me haces esto? —pregunté con rabia.

—¿Todavía no te has dado cuenta? Tu sucio secreto va a salir a la luz en cualquier momento y debo estar allí para ver como se te cae la máscara de niña buena. Estuve tanto tiempo viéndote de tan cerca para poder hacer contigo lo mismo que tú me hiciste a mi, pero te me adelantaste. Así que tuve que hacer un cambio de planes a último minuto. Ya no eres tú a quien quiero.

—¿Ah, no? ¿Entonces qué hago aquí?

—Haciendo tiempo.

—¿Tiempo? ¿Tiempo para qué?

—Ya lo verás, no seas impaciente. ¿Recuerdas cuando mataste a mi hermana por ese sucio secreto tuyo?

Sentí mi cuerpo helarse por completo. Mis recuerdos estaban bloqueados, no recordaba casi nada de un año en específico.

—Fue sin querer.

—No, no lo fue. Y no me mataste a mi también porque huiste como la cobarde que siempre has sido.

—Cállate, fue Annelisse que me encerró en ese lugar.

—Sí, y ahora era mi turno de quitarte lo que más querías como tu hiciste conmigo.

—Charlotte —murmuré para mi misma, sintiendo como mis ojos empezaban a humedecerse.

—Me impresiona que puedas querer a alguien y hacerle pasar el peor infierno de su vida al mismo tiempo, Alaska.

—¡He dicho que fue sin querer! ¡Yo no quería lastimar a nadie!

—¿Segura?


BEAU

Cuando desperté aquella tarde en el hospital, Kora fue inmediatamente junto a mis padres, todos estaban alterados por lo ocurrido luego de la cirugía para poder sacarme la bala. Había pasado dos días de reposo y, desde aquel suceso, todavía no había rastros de Alaska y mis padres no querían saber nada sobre ella o que me involucrara en algún asunto que tenga que ver con su problema.

Por otro lado, Kora estaba moviendo cielo y tierra con el oficial Cooper para encontrarla.

Algo similar había ocurrido con Slade, y la misma persona que la había secuestrado, se llevó a Alaska sin dejar rastro. Ella llegó con moretones en su cuerpo y temo que algo similar este ocurriéndole a Alaska.

—Beau —Slade tocó la puerta de mi habitación adentrándose sin dejarme responder.

—Estoy bien, Slade —respondí cortante.

Luego de llevársela aquel día que apuntó a Alaska, la interrogaron para ahondar lo sucedido en su caso y saber el porqué, y qué sabía sobre Alaska para que reaccionara así. Su padre, el oficial Cooper, la dejó libre luego de hacerla pasar una noche en la celda por actuar a sus espaldas y darle una lección por tomar sus armas sin permiso para acabar con la vida de alguien que puede que sea inocente.

O tal vez no... pero eso no le correspondía a ella decidirlo.

—¿Estás enamorado de ella? —preguntó de repente.

Rodé los ojos.

—Déjame en paz, Slade.

No estaba de humor, de hecho, últimamente en ningún momento lo estaba, lo sucedido con Alaska era mi culpa, si tan solo no hubiese hackeado su móvil y no la hubiese llevado a donde se encontraba ese tipo, ahora estaría aquí conmigo.

Raven tuvo razón, debí haber involucrado a la policía desde el primer mensaje.

No debí guardar su puto secreto, ni ayudarla.

—Estoy preocupada por ti, eres mi primo. Mira cómo te dejó esa chica. Pudiste haber muerto por su culpa.

—Y ella ahora mismo puede estar muerta por la mía.

—No eres un justiciero que debe ir por la vida salvando la de otros que solo arruinan la tuya, deja de creerte el héroe de esa chica, está loca y te hará daño.

—No está loca... solo está herida, todos en cierto modo lo estamos. Además, está sola, no tiene a nadie, no puedes culparla por desconfiar de las personas después de todo lo que tuvo que pasar.

—¿Qué tuvo que pasar? —me preguntó desafiante.

—Es su secreto.

—Pues son puras mentiras.

El sonido de una notificación de mi móvil detuvo la discusión que quizá hubiese iniciado si le respondía. Slade quedó expectante a lo que yo leía en el mensaje.

—¿Quién es? —me preguntó.

La miré mal.

—No es tu puto problema.

Me levanté de la cama y salí de mi casa, fuera se encontraba la camioneta de Nate con Aila dentro.

Cuando entré al asiento trasero, Aila me observó.

—¿Cómo sigues?

—Todavía me duele un poco, pero nada que no pueda soportar.

—Excelente, porque vamos a salvar a Alaska.

—Pues yo los apoyaré desde el auto porque no creo que pueda huir de otra bala.

—No te preocupes, con que tengas el auto encendido para cuando regresemos con ella y poder escapar antes de que el loco nos atrape, es suficiente —comentó Nate.

—¿Cómo dieron con su ubicación? —pregunté finalmente.

—¿Recuerdas el chip de rastreo que mi madre colocó en mi reloj? —inició Aila.

—Ajá.

—Se lo regalé a Alaska cuando llegó, realmente no recordé ese chip hasta esta mañana.

—¿Y por qué se lo regalaste a Alaska?

—Se lo presté el día del baile. Le gustó tanto que se lo regalé, no se lo ha quitado desde entonces.

—Es la primera vez que agradezco la obsesión de la señora Bae con controlarte, Aila —añadió Nate.

—Bueno, mi madre sabe lo que hace.

—Ahora yo pregunto, ¿iremos así a ciegas? ¿Sin armas ni nada? ¿Acaso no aprendieron de lo que nos pasó a ella y a mí la última vez?

—¿Qué acaso tu no aprendiste del balazo que te metieron la última vez? No queremos herir a nadie, Beau, solo recuperar a Alaska —respondió Nate.

—Todavía no puedo creer lo de Shalley. Creí que le caía bien Alaska, jamás pensé que colaborara para hacerte daño, Beau —comentó Aila.

—Yo tampoco.

Esa fue nuestra primera alerta para conocer lo que realmente había sucedido la noche del 31 de octubre.

Porque poco a poco, fuimos descubriendo que ninguno de nosotros era lo que decíamos ser.

Ni Alaska, ni Shalley, ni Slade.

Ni Raven, ni Aila, ni Nate.

Y yo... quizá contaba por dos.

OMG, OMG, OMG!!! Qué emoción me ha dado escribir este capítulo. ¿Se esperaban eso de Shalley? ¿No? Yo tampoco :(((( 

Pero bueno, solo sucedió pq así lo quiso la trama.

Hablemos de todo esto. 

-Yo la verdad no sé que pensar sobre Shalley, así que pendiente con el resto de los desaparecidos del grupo, quizá alguien... ¿oculte algo más? ;))))

-Esa última frase de Beau, ¿Alguna teoría de a qué se refiere?

-Bueno, hemos conocido un poco más sobre Rowan, pero eso no es lo único que debemos saber sobre su pasado.

Entonces, ¿ya tienen algún culpable en mente? Quedan solo 6 capítulos para conocer lo que pasó reamente la noche del 31 de octubre. ¡Finalmente conoceremos quién mató a Sharlene!

Ahora si, ¿Adelanto? 

-¿Queremos a Alaska viva o muerta? Just asking, don't panic ;)

-Aila Bae... ¿Salvadora o pecadora?

-Las cosas fáciles terminan siendo las más turbias...

-¿Primera víctima del juego o primer culpable?

Ahí se las dejo, saquen sus propias conclusiones.

Besos,

Paola Velásquez

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top