Capítulo 17: Bienvenidos a su muerte
Nunca me han gustado los hospitales, me da escalofríos el solo pasar por los pasillos llenos de gente que sufre constantemente con distintos tratamientos para no estar a un paso de la muerte o la locura.
Pero cuando todo lo de Leia sucedió, tuve que venir día y noche para asegurarme que no llegaría a abrir la boca.
No sé por cuánto tiempo podré sostener esta mentira.
Ella estaba despierta, y al verme entrar a su habitación, abrió los ojos aterrada.
Me acerqué a su camilla a paso lento, le regalé una sonrisa tranquila antes de detenerme a su lado.
—No voy a hacerte daño, claramente no quedarás peor de lo que ya estás.
Todavía no podía decir ni una palabra, pero intentó mover sus dedos hasta el botón de emergencias a su lado que pedía ayuda inmediata a sus enfermeras.
Yo lo tomé antes que ella y lo alejé tranquilamente.
Un quejido poco audible salió de su boca, como si estuviera intentando con todas sus fuerzas gritar o decir algo, pero no podía.
—¿Sabes? Quizá este siempre será mi karma y esté pagando todo lo que he hecho hasta ahora con esas amenazas, pero yo jamás te hubiese tocado ni un solo cabello si no hubieses abierto el pico para pasarte de lista conmigo. No tenía intenciones de lastimarte, pero estabas buscando lastimarme a mí y actué. Ahora está Mayreen de por medio, porque, ¿Qué crees? Ha venido a verte y asegurarse que estás bien, pero ya sabemos lo que puede ocurrir si dices algo que tenga que ver conmigo, ¿no?
Ella me observaba con los ojos bien abiertos y noté como sus dedos temblaban un poco. El monitor de signos vitales empezó a detectar sus latidos más alterados, y supe que esa era mi señal para salir de allí.
Cuando me alejé de la habitación, todo me dio vueltas al poner un pie en los pasillos.
Escuché una voz.
Un poco lejana, pero que logró remover todo en mi.
"¿Alaska...? ¿en serio?"
Miré a mi alrededor y pude notar una cabellera rubia muy familiar dirigirse al elevador. Caminé hacia ella a punto de gritar su nombre.
Pero no hizo falta, porque a lo lejos pude notar como al abrirse las puertas, ella entró y se giró hacia mí regalándome una sonrisa.
Charlotte Van Halsing.
Corrí hacia ella pero las puertas se cerraron en mi cara. Siguiendo mis ideas locas, corrí hacia las escaleras de emergencias para dirigirme a la planta baja del hospital, y logré llegar antes, pero al abrirse nuevamente no había nadie, solo un papel con una frase escrita en plumón rojo.
¿Estás segura de que estoy realmente muerta?
Esto ya no eran ideas mías, porque esta nota era muy real, demasiado real.
Recibí una llamada de Beau en ese instante, lo cual agradecí porque me ayudó a salir de esa burbuja de pánico en la que estaba a punto de entrar.
—Me leíste el pensamiento, debo contarte algo con urgencia —fue lo primero que dije al atender la llamada.
Esta vez no me importaba involucrarlo, no podía con esto sola, están jugando conmigo y no voy a permitirlo.
—Genial, pero yo primero. Tengo la ubicación de la persona que te envía esos mensajes. Voy camino a buscarte, así que espero estés preparada para enfrentar lo que sea que te aterra.
—Vale, pero no estoy en casa de Aila, estoy en el hospital.
—¿Y qué carajos haces allá?
—Aila me pidió que pasara a ver a Leia por si necesitaba algo —mentí descaradamente—, odio estos lugares así que apresúrate.
—Vale, espérame afuera.
Finalice la llamada y salí al estacionamiento, no tardó mucho en llegar, pero para mi esos minutos parecían eternos porque en mis manos seguía aquella nota y me aterraba saber que no era algo de mi imaginación como venía pensando.
Todo es real.
Demasiado real.
Cuando llegó, subí a su auto y le entregué la nota.
—Me están persiguiendo.
Él la leyó con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Quién te envió esto?
—No lo sé, pero, ¿y si está conectado con la persona de los mensajes anónimos?
—Pues ya lo descubriremos —dijo poniendo el auto en marcha.
—Me estoy volviendo loca, creí ver a Charlotte viva y luego cuando fui a ver si era ella, apareció esa nota, así que no tiene sentido, porque si esta nota también la lees tú, está aquí en mis manos, existe, entonces ella también. No es ninguna mala jugada de mi imaginación.
—No saques conclusiones apresuradas, Alaska, puede ser cualquier persona la que está jugando contigo.
Me recosté en el asiento de copiloto y miré hacia atrás de manera inconsciente.
Mis ojos enfocaron un bate de béisbol y entonces empecé a atar cabos.
—¿Piensas darle una paliza al asesino en lugar de llamar a la policía para que por una vez en la vida hagan algo bien con su trabajo? —me burlé de él.
—No sabemos a quién o quiénes nos estamos enfrentando, así que sí, pienso darle una paliza para defendernos de cualquier modo.
—Eso no me preocupa, si intenta hacernos algo, voy más que preparada —subí mi blusa mostrando un arma escondida en mi vientre.
Beau frenó en seco.
—¡¿Estás loca?! Nos pueden matar.
—Tú nos vas a matar si sigues frenando así, ¿Qué te sucede?
—¡No! ¡¿A ti qué te sucede?! ¿De dónde has sacado el arma, Alaska?
—Relájate, la robé de la comisaría cuando me interrogaron la otra vez, ha estado conmigo desde entonces.
—¿Estás loca? ¿Cómo hiciste para robarle el arma a la policía?
—No es de ellos, es la que Slade utilizó contra mí cuando se la llevaron.
—¡Pero si es muchísimo peor! ¿Cómo pudiste robar evidencia de la comisaría? Es muy peligroso y estarías metiéndonos en gravísimos problemas.
—Cállate, Beau.
Al llegar al lugar, él me miró serio.
—Llevaremos el bate nada más, deja el arma en el auto.
Discutimos por varios minutos, pero al final, le hice creer que la dejaría para que me dejara en paz.
Entramos al lugar que parecía ser un loft abandonado. Me sorprendí al ver tantos lugares solitarios en este pueblo.
Al entrar, no todo estaba tan deteriorado como creí.
Pero si hubo algo que llamó nuestra atención.
O mejor dicho, alguien que llamó mi completa atención.
—Los estaba esperando, creí que ya no vendrían. Bienvenidos a su muerte.
Todo era un engaño.
Ahora el asesino estaba frente a nosotros.
Alguien que siempre estuvo entre nosotros y que yo conocía a la perfección.
AJÁ, EL MOMENTO ESPERADO HA LLEGADO :)))
Recordemos que hay más de una persona involucrada en este asunto, así que, ¿ya tienen idea de quienes son los 3 culpables?
Cada vez nos acercamos más al final, así que cuéntenme en los comentarios si ya tienen alguna teoría sobre lo que realmente sucedió la noche en que murió Sharlene.
Mientras tanto... ¿Adelanto?
-Un nuevo interrogatorio en la comisaría de alguien a quien Alaska conoce muy bien.
-Una venganza que quizá fue un poco lejos y se salió de las manos de... ¿?
-Beau, no te hagas aquí el héroe que la capa te queda un poco grande.
-Las más olvidadas suelen ser las más recordadas, ¿No, Raven?
-¿Muerte o protección?
Ahí se las dejo.
Saquen sus propias conclusiones :)
Eso es todo por hoy.
Besos,
Paola Velásquez
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