Capítulo 11: Beau Van Eck

Octubre 31, 16:49 hrs.

Comisaría de Riverwood

— ¿Qué le sucedió en el rostro? —preguntó el oficial.

—Tuve un accidente.

— ¿Qué clase de accidente?

—No lo sé, alguien me estaba persiguiendo y terminé chocando.

— ¿Tienes alguna idea de quién es esa persona?

—Quizá sea la misma persona que mató a Sharlene, no lo sé.

— ¿Y por qué iría tras de ti? ¿Escondes algo?

—No tengo nada que ocultar, estas cosas me fastidian. No soy un niño que juega a ser detective, simplemente estas cosas no me gustan y ya.

El oficial suspiró y tranquilamente soltó la pregunta que Beau estaba esperando.

— Beau, ¿Dónde estabas la noche que murió Sharlene?

—Pues le aseguro que con ella para matarla, no fue, oficial.

—Sabes que cualquier cosa que digas en estos momentos puede ser utilizado en tu contra más adelante, ¿no? Así que te recomiendo que colabores.

—Vale, entonces dígame, oficial. ¿Dónde estaba usted esa noche? 

—El que hace las preguntas aquí, soy yo, jovencito, no te equivoques. Solo responde la pregunta.

—Estaba en mi casa y si espera que le diga que yo la maté, pues pierde su tiempo porque no lo hice.

— ¿Seguro? Nathaniel me ha dicho que estabas con ella.

—No es a mí a quién debería interrogar por esto. Alaska es la recién llegada, quizá ella la mató, porque le aseguro que yo no.

El oficial levantó una ceja hacia mí esperando una respuesta.

Beau resopló con fastidio y rodó los ojos antes de responder.

—Sharlene se apareció en mi casa, pero le dije que regresara a la suya. Mi familia estaba ahí y lo que menos quería era un drama de Sharlene por la madrugada, solo quería regresar a dormir. ¿Qué hay de malo en querer dormir?

— ¿Y Slade? ¿Sabes algo sobre su desaparición?

—No, pero mi familia está como loca buscándola.

— ¿Cuándo fue la última vez que la viste?

—Estaba con Alaska.

— ¿Sabes qué andaban haciendo?

—No lo sé, no me importa. Alaska nunca me cayó bien y las preferencias sexuales de Slade no me interesa saberlas. 

—Vale.

— ¿Algo más o ya me puedo ir?

—Eso es todo, gracias, Beau.


Noviembre 24, 9:06 a.m.

Desperté debido a las voces que provenían de la cocina, eran risas. Fruncí el ceño mirando la hora, seguro Aila ya estaba en el instituto.

Me levanté de la cama con mucha pereza y caminé hacia el baño como sonámbula. Suspiré mirándome al espejo.

Parecía muerta.

Luego de aquel show que hice en la fiesta de recaudación de la mamá de Aila, Beau ha estado muy distante conmigo, no me dirige la palabra, y Aila... pues ella solo está molesta.

Mojé mi rostro con el agua fría para despertarme un poco, pero cuando volví a mirarme, me di cuenta que sola, sola, no estaba.

Detrás de mí estaba Sharlene.

— ¿Me extrañaste?

Pero cuando me giré asustada para enfrentarla, ya no estaba.

Vale, solo son alucinaciones por todo esto que has vivido estas semanas, Alaska.

Sharlene está muerta. Y tú lo sabes, tú estabas allí, tú la viste. No tienes nada que ver con esa gente ―me dije a mi misma.

— ¿Segura? dijo ella ahora sentada sobre la tina.

― ¡Deja de asustarme!

— ¿No que solo soy parte de tu imaginación? ―se burló de mi.

―Lo eres ―dije más para mi misma.

Aunque sí sentía presencia y eso me enloquecía porque de pequeña solía ver, escuchar y sentir espíritus, nunca lo supe controlar y luego hubo un tiempo que ya no supe distinguir si todo era real o parte de mi imaginación, si eran espíritus o personas reales.

― ¿Entonces por qué te asustas?

Su risa me hizo sentir escalofríos, porque se veía tan real, se sentía tan real, que daba miedo.

―Basta, no me atormentes a mí. Yo ni siquiera te conozco.

― ¿Por qué no habría de hacerlo si tu fuiste la que me mató? ―se levantó de la tina y dio unos pasos hacia mi―. Es más, estoy segura que a Kora Bae le encantaría escuchar tu secreto y echarte de su casa. A fin de cuentas, a nadie le gusta vivir bajo el mismo techo que un asesino.

― ¡Pero yo no te maté!

― ¿Y a quién piensas que le van a creer?

Cuando intentó pasar por mi lado para salir del baño la detuve tomándola del brazo por impulso.

Y al tocarla me di cuenta que si era real.

Sharlene estaba viva.

Fue entonces cuando el pánico regresó a mí, porque ahora ella estaba dispuesta a contarles a todos que yo había intentado matarla porque sabe mi secreto, y aunque no parezca tan descabellada esa idea, no es cierto.

Estoy segurísima que le creerían más a Sharlene que a una recién llegada como yo.

Cuando escuché la puerta de la habitación cerrarse reaccioné dándome cuenta de que la realidad me había dado una tremenda bofetada.

Así que con el corazón latiendo a mil, salí rápidamente alarmada en busca de esa mentirosa, pero por desgracia, solo encontré a una chica alta de cabello oscuro, corto y ondulado junto a la mamá de Aila, Kora Bae.

Ambas estaban de lo más tranquilas conversando junto a unas copas de vino tinto. Cuando se dieron cuenta de mi brusquedad al salir de la habitación, ambas me miraron extraño, como si estuviera loca, o en todo caso, como si la loca ya les hubiese dicho mi secreto.

—Alaska... luces... —habló la señora Bae.

—Asustada —completó la desconocida en tono burlón.

— ¿Pesadilla? —preguntó la señora Bae.

No me quedó más remedio que asentir con la cabeza sin decir alguna palabra. Miré a la chica que ahora bebía de su copa haciéndose la desentendida, como si en realidad no estuviera al pendiente de la conversación.

—Algo así —respondí sirviendo un vaso de agua—. ¿Vieron a Sharlene?

La cocina quedó en completo silencio.

— ¿Alaska, estás bien? Sharlene está muerta —me respondió la madre de Aila.

Por un instante no sabía qué sucedía, si estaba viva o no, si yo estaba loca o no, si era un sueño o no. Últimamente no sé ni quién soy.

—Sí, lo sé... pero, me refería a... ya sabe.

— ¿Si he soñado con ella?

—Ajá.

—Pues no, Aila si ha estado bastante asustada por las noches desde la fiesta. No puede dormir y solo nombra a Sharlene.

—Pobre, le ha de pegar mucho porque eran muy amigas —añade la desconocida.

Eso me hizo fruncir el ceño.

¿Amigas? Pero si cuando llegué ese grupito solo sabía botar veneno de Sharlene y preocuparse únicamente por no ir a la cárcel.

Aprovecho que ambas siguen conversando para enviar un mensaje a Nate.

Pensé en Beau, pero ese me mandaría a la mismísima mierda si lo vuelvo a molestar.


Acabo de ver a Sharlene, está viva.


—Alaska, creo que todavía no se conocen, ella es Leia Paradis, es hija de mi mejor amiga de la universidad.

—Un gusto, Alaska Van Halsing —estrecho su mano con amabilidad.

Ella por un momento me mira raro, pero no dice nada.

—Aila y Leia han sido mejores amigas desde que nacieron, son como hermanas.

El móvil de la señora Bae sonó indicando una llamada, ella se disculpó con nosotras y se alejó hasta la sala para atender dejándonos completamente solas en un silencio incómodo.

— ¿Van Halsing? ¿Eres pariente de Charlotte? Vi su caso en las noticias hace unos días.

—Sí, era mi hermana mayor.

—Lo lamento... ¿Y cómo llegaste aquí? ¿De dónde conoces a Aila?

—Pues, la conocí luego de la muerte de Charlotte, su familia me ha ayudado mucho desde entonces.

— ¿Qué hay de tus padres?

—También murieron —respondí sin entrar en detalles.

—Ah vale, ¿Y cómo murió Charlotte? Digo, si no te molesta que te pregunte.

—No, tranquila... En realidad, estuvimos secuestradas y al intentar escapar, ellos la mataron.

Leia se hizo la sorprendida.

— ¿De verdad? No tenía ni idea, ¿y qué pasó? ¿Cómo huyeron?

—La madrugada de noche de brujas decidimos escapar, pero en el intento la mataron a ella y yo tuve que dejarla para salvarme.

—Vaya, qué fuerte.

—Sí, esa misma noche conocí a Aila y me dejó vivir aquí mientras buscaba cómo rehacer mi vida.

—Entiendo... —me sonríe con hipocresía. Lo cual empieza a alarmarme. Algo anda mal con esta chica —Es una lastima que Charlotte nunca te haya mencionado, después de todo yo era su mejor amiga, era prácticamente de la familia.

Mi semblante cambió de inmediato.

Esa maldita mentirosa.

—Escucha, no sé quién te crees que eres, pero no te metas conmigo o el recuerdo de mi hermana si no quieres conocer realmente de lo que soy capaz.

Ella sonrió burlona más interesada que nunca en esta conversación.

—Oh, créeme, muero por conocer de lo que eres capaz, Alaska... ¿Van Halsing? ¿Seguro que ese es tu apellido?

Y sin decir más, me dejó ahí sola pensando en las mil y un maneras de cómo alejar a esa bruja de mi camino.


***


Por la noche nos reunimos en casa de Nate, todos andábamos paranoicos con el problema de Sharlene y Slade, ya nos habían interrogado antes, a cada uno de nosotros, y ahora todo ese plan se nos fue abajo, porque Slade seguía desaparecida y Sharlene estaba viva.

—No es la primera vez que la veo deambulando por la casa de Aila —explico.

—Seguro es su espíritu que te está atormentando porque tú la mataste —respondió Raven a la defensiva.

— ¡Te estoy diciendo que está viva! ¡Yo la vi! —insistí.

Pero no me creen, solo Nate y Shalley.

—Alaska, solo son alucinaciones tuyas, todos la vimos esa noche —explica Beau.

—Y cuando la llevamos al lago —continúa Aila.

—Pero tiene un punto, ¿Quién dejaría su cuerpo en la casa de Aila para que nosotros la lleváramos al lago? —dijo Shalley.

—Hay alguien que está jugando con nosotros, sabe lo que pasó y se está aprovechando de ello —mencionó Beau.

Le di una mirada de advertencia, seguro contaría mi secreto y el cómo me están llegando amenazas de mensajes anónimos.

—La noche de la fiesta cuando Alaska estaba ebria... —Aila lo interrumpió.

—Sí, todos la recordamos.

—Como decía, esa noche cuando la llevé a tu casa, no estábamos solos, había alguien más ahí dentro desde hace rato y cuando nos enteramos ya se había ido. Quizá sea esa misma persona la que juega con nosotros.

—Slade sigue desaparecida, quizá es ella —indicó Nate.

— ¿Pero por qué Slade nos atormentaría con Sharlene si ella estaba con nosotros en el momento que la mataron? —pregunta Raven.

—Tiene sentido —explica Beau—, Slade estaba no tan secretamente enamorada de Sharlene, era muy obvia, y que la hayan asesinado, la pudo llevar a acabar con cada uno de nosotros porque éramos los únicos que estábamos ahí esa noche.

El caso de Sharlene nunca pasó como un suicidio, la policía siempre supo que había un asesinato de por medio, pero el problema era que si daban con el culpable, yo tampoco saldría con las manos limpias de ese caso.

Porque lo que ellos no sabían era que yo era igual de culpable que el responsable de la muerte de Sharlene.

Quizá un poco más que eso...

AAAAAAAHHHHH, QUÉ EMOCIÓN!!

Ya estamos entrando al drama, así que damos inicio a lo bueno de la historia y lo que me tiene a mil emocionada porque ya quiero que lean el final y queden shockeados como yo quedé al planificarlo.

En fin, tenemos a una nueva integrante en la historia que quizá pueda contar como sospechosa, no lo sé, quién sabe :)))

¿Ustedes qué opinan? ¿Tienen algún personaje que ocupa el puesto número 1 en su lista de sospechosos? 

A partir de aquí empiezan los verdaderos problemas y poco a poco nos acercamos a la verdad.

¿Alguna teoría? Los leo en los comentarios <3

Eso es todo por hoy

Besos,

Paola Velásquez.

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