Capítulo 03: Enterrar el secreto de Sharlene
Noviembre 01, 2:00 a.m.
Estaba agotada, habíamos pasado toda la tarde en la comisaría y ya era tarde cuando Aila y yo llegamos a su casa. Decidí darme un baño de inmediato, Aila se iba a preparar para dormir y yo necesitaba relajarme para dejar salir todo el estrés, el miedo y la angustia de cada cosa que me había sucedido hace unas horas atrás.
La noche que escapé, esas personas persiguiéndome, la iglesia, los chicos, el caso de Sharlene, Charlotte, la desaparición de Slade, la tarde en la comisaría, el interrogatorio, todo esto era demasiado para una sola noche, ese día habíamos sido interrogados cada uno de nosotros, ahora solo debíamos esperar a ver que sucedía, si lográbamos pasar desapercibidos o quedábamos como sospechosos hasta que dieran con el asesino.
Entré al baño de Aila para preparar la tina pero cuando lo hice sentí ganas de vomitar y desmayarme ahí mismo porque no estaba vacía.
El cuerpo sin vida de Sharlene estaba ahí dentro, debajo del agua. No podía gritar, Kora, la madre de Aila, despertaría y nosotras no estábamos para preguntas, mucho menos luego de mentirle descaradamente a la policía.
Salí del baño con las piernas flaqueando y mis manos temblorosas, tenía miedo, y es que encontrar un cadáver en la madrugada justo a unos metros de distancia de donde duermes no es nada lindo.
Regresé a la habitación y encontré a Aila aún con la ropa puesta.
Perfecto, porque teníamos un cadáver que esconder.
Ella dejó su móvil a un lado para observarme curiosa sin entender mi expresión horrorizada.
― ¿Qué sucede?
―El cuerpo de Sharlene está en tu baño ―respondí directa.
― ¡¿Qué?! ―exclamó horrorizada y la callé inmediatamente.
Ambas nos dirigimos rápidamente al baño y allí seguía ella, acostada en la tina, el agua un poco rojiza por la sangre en su cuerpo, sus heridas, su ropa sucia, la palidez de su rostro y su cuerpo sin vida.
La miré nuevamente y no hallaba una respuesta lógica de cómo llegó a nosotras, ¿realmente estaba muerta? ¿estaba viva? ¿alguien jugaba con nosotras? ¿nos querían incriminar?
― ¡¿Cómo llegó ella aquí?! ¡Estamos muertas si nos descubren! ¡Acabamos de mentirle a la policía! ¿Qué haremos ahora?
―Enterrar el secreto de Sharlene.
―Pero, ¿y si nos descubren?
―No lo harán, llama a tus amigos, necesitaremos ayuda.
Ella regresó a la habitación rápidamente y llamó a cada uno de ellos, no tardaron demasiado en llegar, pero cuando lo hicieron quedaron boquiabiertos al igual que nosotras.
Entre Beau y Nate la sacaron de la tina rápidamente intentando no hacer mucho ruido, Raven había traído una bolsa para cadáveres donde entre todos metimos al cuerpo.
Primer error: nunca toques un cadáver si no quieres dejar tus huellas como evidencia.
Pero no encontrarían a Sharlene, y si lo hacían, había muchas huellas en el cadáver que no coincidirían con el arma asesina.
O al menos eso pensé.
Fuimos en la camioneta de Nate, ya que el auto de Beau debía llevarlo al taller por la mañana. Fue entonces cuando nos dirigimos al lago a las afueras de Riverwood, cerca del bosque.
Y allí fue donde decidimos lanzar la bolsa con el cadáver dentro, jamás la encontrarían aquí, nadie venía a este lugar, así que si el plan no funcionaba, nosotros seríamos los muertos.
Pero hay que ser positivos.
Aila seguía llorando en la camioneta cuando íbamos de regreso, había entrado en pánico desde que el cuerpo fue lanzado al lago y Shalley era quien la consolaba, yo tenía la mirada perdida, era mucho por procesar para alguien que había sufrido de traumas psicológicos por la muerte de su hermana y todo lo que pasé durante el secuestro.
Todo el camino fue silencioso a excepción de los sollozos de Aila. Nate iba al volante, Raven en el puesto copiloto con la mirada en la ventana, Shalley, Aila, Beau y yo en la parte trasera.
Alcé la mirada encontrando a Beau observándome detenidamente, su semblante serio no me puso nerviosa en ningún momento, tenía otros motivos para estarlo, no por un ser tan insignificante en mi vida como él.
No presté atención el resto del camino, anduve pensando por todo lo que habíamos pasado estas últimas horas. Primero dejamos a Raven en su casa, luego a Beau y por último a Shalley. Cuando Nate nos dejó a Aila y a mí en su casa, se bajó para hacernos compañía.
Dejé a Aila en su habitación y me quedé junto a Nate esperando a que se calmara o que al menos se quedara dormida. Cuando lo hizo ambos salimos de la habitación y nos quedamos un rato en la sala antes de que él se marchara.
Me preguntó qué había pasado y como fue que encontré a Sharlene en la tina; realmente no lo sabía, pero le conté cada acontecimiento de lo sucedido.
―Alaska... dime la verdad, ¿Qué estabas haciendo en la iglesia la noche que asesinaron a Sharlene?
― ¿Tu también crees que yo la maté? ―pregunté decepcionada y su silencio me enfadó.
Chisté rodando los ojos y solté una pequeña risa sin una pizca de gracia.
―Eres increíble ―continué hablando.
―Alaska...
―No. ¿Sabes que es lo peor? Que tu fuiste la primera persona en la que decidí creer, pero al parecer no parezco lo suficientemente honesta como para que creas en mis palabras y no te dejes llevar por lo que dice Beau o Raven.
― ¡Ni siquiera te conozco! No sé de dónde vienes, ni quiénes son tus padres, qué hacías esa noche, por qué vives con Aila. ¡No sé nada de ti! Es lógico que dude y piense que tienes algo que ver con esto.
―Eso no es excusa para pensar que soy la asesina de tu amiga.
― ¿Te estas escuchando a ti misma? ¡Claro que lo es!
―Aunque quisiera serlo, desgraciadamente no lo hice.
― ¿Desgraciadamente? O sea que si ella estuviese viva, tú sin duda la matarías.
―Por favor, no te hagas el estúpido, se notaba a kilómetros de distancia como jugaba con cada uno de ustedes. Les haría un favor ―él intentó hablar pero le interrumpí―. Es más, ustedes no están así porque se murió su «amiga», están así porque pueden pudrirse en la cárcel por ser sospechosos de su muerte.
Su silencio me dio la razón.
― ¿Qué viniste hacer aquí con nosotros? Es lógico que sospeche de ti, apareciste de la nada, Sharlene está muerta, no sabemos nada sobre Slade y ahora tú estás demasiado envuelta en esto, vives con Aila, es decir, si tú no lo hiciste, ¿por qué aferrarse a nosotros y seguir envuelta en este lío?
―Porque no puedo seguir huyendo de mis problemas.
― ¡Pero si este no es tu maldito problema, Alaska! Si tú no la mataste, te puedes ir tranquila.
―No puedo hacerlo.
― ¿Por qué no?
―Porque no tengo dónde ir.
Su semblante se relajó y se acercó a mí sin saber que decir.
― ¿Quieres saber que estaba haciendo y como llegué a la iglesia esa noche? ―continué hablando―. Estaba huyendo, mi hermana acababa de morir, estuvimos secuestradas. Charlotte murió para que yo pudiese escapar y tengo miedo de que puedan encontrarme de nuevo, porque lo único que quiero es ser libre.
― ¿Qué hay de tus padres?
―Están muertos.
Esa noche Nate entendió muchas cosas, y una de ellas era la mas importante: yo no era una asesina.
O al menos no esa noche.
Okay, pero ese finaaaaal????
Me gustó muchísimo escribir este capítulo, sobre todo porque ya sabemos un poco más sobre como cada uno de ellos veía a Sharlene.
HABLANDO DE SHARLENE, que miedo encontrar un cadáver en la madrugada en tu baño, uy no. En fin, ¿Qué piensan hasta ahora de la historia? ¿Tienen algún sospechoso? ¿Ya tienen una idea de quién podría ser el asesino? ¡Los leooo!
Y bueno, eso es todo, no olviden votar, dejar su comentario y llenar esta historia de mucho amor.
Besos,
Paola Velásquez.
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