Pueblo

Mirlaa y Grahim se encontraban en su hogar descansando, después de la boda dedicaron su tiempo para construir los espacios para los firangeles con ayuda de los demonios, haciendo casas en los árboles conectadas por puentes o escaleras, solo lo suficientemente grandes para atender a los infantes una vez llegarán al espacio correspondiente. Ambos estaban acostados, pero el demonio no podía parar de divagar en varias cosas, de esas que no te dejan dormir por mucho que te esfuerces, por lo que trato de consiliar el sueño abrazando a su esposa.

-¿Qué ocurre, Grahim?

-... Creí que estabas dormida...

-Tengo el sueño ligero...

-Disculpa...

-No te disculpes...- voltea hacía él, abrazándolo y cubriéndose con sus alas -Pero puedo notar que algo te está molestando.

-Solo estoy pensativo... ¿Cuándo sean conscientes, cuando puedan hablar y funcionar como seres racionales completamente, aún teniendo todos sus recuerdos de vuelta, crees que nos acepten a los dos?

-Claro que sí... Prácticamente serán como nuestros hijos, por lo que dudo mucho que no nos vean como parte de su familia...

-... ¿Recuerdas a alguno de ellos, de los niños?...- Mirlaa se sorprendió por la pregunta -Antes de llevar los orbes contigo, Impa dijo que tu alma podía dividirse en orbes amatistas dependiendo de las vidas que ya viviste, por lo que sé, tuviste una vida donde te conocí y otra donde nos volvimos a encontrar... ¿Tuviste una vida antes de conocerme?

-... Supongo que sí... Mis padres, del tiempo cuando te conocí, me habían dicho que tenía un orbe ámbar y un orbe amatista que desaparecieron cuando me los dieron, por lo que creo que no llegué a recuperar todas mis memorias. Pero si tengo sueños de un amigo de alas verdes y amarillas.

-... Uno de los niños las tiene ¿Crees que te recuerde?

-Sí, he notado que ha sido bastante apegado a mi, tal vez éramos muy cercanos, y lo refleja de esa manera...

-Ya lo descubriremos cuando crezcan y recuperen sus memorias, tal vez incluso descubramos que fue lo que les pasó...

-Espero que sí... Ahora, solo estoy ansiosa por verlos crecer...

-... ¿Y a nuestros hijos?...- Mirlaa se sonroja, mirando con desconcierto y duda -Perdón, fue muy repentino, entiendo si no quieres ahora, solo se me vino a la cabeza, no quise...

-No, no es eso... Es que...- ella se sienta, al igual que Grahim -¿Crees que sea posible?... Digo, no sabemos si es posible, no es que no quiera, pero... ¿Qué si no podemos?

-... Pues... Como dijiste, aún tendremos a nuestro pueblo...

-... Es cierto... Bueno, debemos descansar, ha sido un día largo y mañana lo será más...

15 años después...

-¡Madre Mirlaa! ¡Padre Grahim! ¡Rápido!

Mirlaa despertó ante el grito repentino, pensando que estaban en peligro, ambos salieron de la cama armados con espada en mano y corriendo afuera, para luego llevarse la sorpresa de que todo estaba bien. No sólo eso, si no que los muchachos habían decorado todo, recordando que ya era tiempo de la ceremonia del velo amarillo, donde se haría la entrega de los orbes, un evento único que estuvieron organizando desde que cumplieron cinco años después de su despertar.

-¿Acaso lo olvidó, madre Mirlaa?- responde Herfa, un muchacho de alas verdes y amarillas y cabellos rubio.

-Sí... Han sido días largos desde que despertaron, aún no puedo creer que ya es el día.

-¿Qué cree que veamos en nuestros orbes?- cuestiona Tarbis, una joven de alas rojas y azules.

-Las memorias que guardaron son algo que ignoró, pero sí sé que al recuperarlas, serán conscientes de cuáles memorias son de su vida pasada y cuáles son de su presente.

-Lo que es cierto, es que hemos esperado este día por mucho, sobre todo Mirlaa- Grahim deja un beso en su mejilla -Bueno, debemos completar las tareas de hoy antes de la ceremonia de esta noche.

-Sí, padre Grahim... ¿Cree que vengan nuestros vecinos a la ceremonia?

-Es posible, pero no olviden que esta fiesta es de ustedes- los muchachos fueron a realizar sus tareas.

-Debería visitar a Impa- responde Mirlaa viendo a Tarbis y Herfa guiando a los grupos en la cosecha.

-Esta bien, yo cuido de ellos, pero ve con cuidado.

Grahim le da un beso en la frente, Mirlaa se va volando al templo del presidio, donde no sólo estaba Impa ahí, también Vilan quien se había mudado cerca para cuidar del lugar junto a la sierva, siendo que quería cuidar del árbol. Al llegar a las puertas, vio a la joven rubia de pie observando el portal del tiempo, para luego voltear a ver a su amiga, dejando notar una vestimenta un poco distinta y una trenza más larga.

-Mirlaa, que gusto verte.

-El gusto es mío, Impa...- ambas chicas se abrazan -¿Qué has sabido? ¿Cómo está la gente de Neburia?

-Pues, algunos se movieron a las tierras inferiores, al sur de la tierra del presidio.

-¿En serio?

-Así es, encontraron un terreno donde podía establecerse, aunque varios decidieron quedarse en los cielos al igual que sus neburis.

-¿Qué hay de Zelda y Link?

-Pues... Te alegrará saber que están comprometidos.

-¿En serio?- dice con sorpresa -¡Eso es genial! Algo me decía que quedarían juntos de alguna manera.

-Esperaban verte antes de la ceremonia del velo amarillo.

-Iré a verlos ¿Te veré también en la ceremonia, cierto?

-Claro que sí, Vilan y yo estamos pensando en llevar algunos regalos para los chicos.

-¡¿Impa? ¿Crees que son mejor los escudos o las resorteras?!

-¡Lleva los escudos! ¡Y no olvides las canastas tampoco!

-Gracias, Impa, nos veremos allá.

Mirlaa salió volando en la dirección indicada, despidiéndose de los guardianes del templo, pasó mucho para que sus ojos vieran los hogares de piedra y un pequeño mercado, así como un área de entretenimiento. Desde esta pudo ver a Link, por lo que aterrizó ahí, viendo como el rubio se acercaba a ella en un abrazo, casi haciendo que ambos cayeran, pero reponiendose a tiempo para saludarlo.

-Link, que gusto verte.

-Mirlaa, Bienvenida a Hyrule.

-¿Hyrule?

-Fue idea de Zelda, ya estábamos esperando que nos visitaras, al maestro Buhel le alegrará verte.

-¿También está aquí?

-Sí, pero esta con Farone, Buhel sólo viene de visita a estudiar las plantas y a los kiws, ya sabes como es.

-Sí, por cierto. Impa me contó...- él se sonrojar -¿Cuándo?

-No te preocupes, cuando tengamos fecha, serás la primera en saber. Zelda quiere que seas una de sus damas de honor, después de todo- contesta con una sonrisa.

-Vaya, tengo que comenzar a confeccionar sus túnicas entonces.

-Oye ¿Cómo va la ceremonia del velo amarillo?

-Los chicos nos sorprendieron hoy, Grahim los esta vigilando. No vayan a faltar ¿Eh?

-Claro que no, le avisaré a Buhel para que vaya con nosotros.

-Gracias ¡Nos vemos esta noche!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top