Memorias

Hace mucho tiempo atrás...

El reino de Primuria había sido bendecido con el nacimiento de la primogénita del rey Toka y la reina Lormi, la princesa Mirlaa, un bella niña de cabello castaño, alas con un plumaje de colores violeta y café, y ojos violetas. Guiada en la gracia y sabiduría de sus padres, tuvo una infancia gentil y llena de magia, pero al llegar a la edad en que debía aprender a usarla, aún le costaba tener control sobre el poder que se le había otorgado por herencia.

-Estoy cansada, padre.

-Lo sé, mi avecita, pero debemos estar preparados. No debemos olvidar el mensaje que la Madre Sol nos dejó.

-"La luz siempre vivirá acompañada de las sombras, así como el día vive con la noche. El equilibro debe ser la guía todo gran líder, pues en este recaen las decisiones que marcarán el futuro"

-Así es... Esta bien, pararemos por hoy. Ve a la cámara de las memorias, te enseñarán a hacer tu orbe amatista.

-Gracias, papá.

La joven abraza a su padre antes de irse a la cámara de memorias, donde se encontró con Herfa y su padre, quienes protegen los compartimientos que contenían los orbes amatistas de soldados y siervos del palacio. Al llegar, Mirlaa vio como padre e hijo estaban revisando las repisas selladas, ella se acercó calmada, escuchando al par hablando sobre la historia de Primuria.

-... Entonces la Madre Sol entregó su bendición al rey Urtum, llevándo a Primuria a la victoria. La bendición se mantiene en la familia, quienes siguen protegiendo a nuestro reino.

-¿Mirlaa también tiene esa bendición?

-Sí, por eso su padre la hace practicar mucho.

-¿Crees que la veamos hoy?

-Pues yo te veo...- dice Mirlaa, sorprendiendo al par -Es un gusto verlos.

-Princesa Mirlaa, es bueno verte...- dice el padre de Herfa -¿Cómo te ha ido en el entrenamiento?

-Bien, pero no he avanzado mucho. Papá dijo que podrían tratar de hacer mi primer orbe amatista.

-Increíble, ven. Deja que te ayude- dice Herfa, tomando su mano, pero su padre lo interrumpe.

-Alto, Herfa... Recuerda cuales son las reglas...

-... Solo debo guiarla en el proceso, no interferir... No tocar el orbe de otro sin permiso, a no ser que sea necesario...

-... Muy bien, pueden proseguir. No olvides que debes venir después para el mantenimiento de las bolsas.

-Sí, padre.

Herfa y Mirlaa eran muy cercanos, casi como hermanos, apoyándose cuando más lo necesitaban, aprendiendo uno del otro, por lo que cada tarde la pasaban juntos, practicando los encantamientos que les enseñaron o recorriendo el pueblo. Su diversión a veces traía descuidos por parte del muchacho, que llegaba a olvidarse de algunas de sus tareas como guardián de las memorias, pero nunca llegaron a mayores consecuencias, hasta el día de la coronación.

...

Todo el pueblo se reunió en el salón del trono, siendo testigos del momento en que Mirlaa se convertiría en reina, presenciando a la joven en un vestido dorado, que representaba a Fiora como su guía y protectora. Herfa estaba junto a su padre, viendo a su amiga acercarse a sus padres y saludandolos, inclinándose para escuchar sus palabras y recitar el juramento del rey.

-¡Primuria! ¡Hoy nos regocijamos, en la fiesta de coronación de la princesa Mirlaa! ¡Quien ahora tomará el mando de la protección de este próspero reino en el mar!- dice el rey, para luego darle la palabra a la reina.

-Princesa Mirlaa, hoy, con tu pueblo de testigo, recitaras el juramento del rey y se te hará entrega de las placas del equilibrio.

-Yo, princesa Mirlaa, juro que mi pueblo no pasará hambre durante mi reinado, pues así como una vez fue, yo he de ayudar a proveer. No me dejaré guiar por la codicia o maldad alguna, pues mi gente será mi guía en las decisiones, y yo los guiare en el progreso... Yo juro que nadie atormentara o burlar a este reino, pues Primuria será protegido de la misma forma en que los reyes de antaño lo han defendido- Mirlaa se levanta, sus padres toman dos placas de piedra.

-Estos son los símbolos de la Madre Sol y el Padre Luna, para que recuerdes: "Donde vive la luz, también viven las sombras. Así como no puede haber día sin la noche"- dice la reina, dando las placas a Mirlaa. La princesa es guiada hasta el trono, el rey se quita la corona.

-¡Con la bendición de la Madre Sol y con Primuria de testigo, yo, el rey Toka, pasó la corona a...!- estaba por colocarla sobre la cabeza de Mirlaa cuando el suelo tembló -No puede ser...

La gente no entendía que estaba pasando, hasta que una masa extraña y oscura comienza deslizarse por la puerta principal y pegandose al cuerpo de algunos soldados, quienes luchaban por quitárselos sin éxito hasta que llegaron al rostro. Gritando en agonía y cayendo inertes, para luego levantarse con una mirada vacía, alguien se acercó a ayudar, pero fue inmediatamente atacado y contaminado, comenzando el caos.

Los contaminados salieron volando por las ventanas, por lo que el rey llamó a sus soldados a salir en combate y salvar a quienes pudieran, Toka y Mirlaa usaban el poder de la bendición de la Madre Sol para ayudar a quienes pudieran llegar al palacio. Los firangeles usaron su magia y herramientas sin éxito, puesto que el burtak se movía con rapidez, haciendo que buscarán refugio en la cámara de las memorias.

-¿Dónde está madre?- preguntó Mirlaa a su padre, quien solo pudo negar.

-Debemos salir de aquí de alguna forma, no podemos quedarnos, majestades- dice Herfa, viendo la cantidad de gente que había dentro de la cámara, la cual no estaba adaptada para estas emergencias.

-Es cierto, no podemos quedarnos...- dice Toka, viendo a varias familias asustadas -Mirlaa, debemos sacar a los que aún prevalecen.

-¿Cómo evitaremos que nos alcancen hasta llegar al portal, padre?

-No nosotros, yo lo haré. Yo me quedaré para darles tiempo de cruzar el portal y salir de la isla.

-Pero...

-Escúchame, la oscuridad durmiente es un enemigo feroz, el burtak consume el alma sin piedad y no pienso permitir que te conviertas en un muñeco sin alma. Debes proteger a tu gente, pero no sólo implica pelear... A veces implica sacrificios, como su rey estoy dispuesto a tomar ese lugar. Como líder, debes estar lista para decidir.

-... ¿Cuál es el plan?

-Vayan al bosque del este, encuentra una lugar para ocultarlos y duermelos. Una vez a salvo, deja que la bendición tomé lugar ¿Esta claro?- Mirlaa lo mira con lágrimas, asintiendo a su padre, quien tomó palabra a los sobrevivientes -¡Escuchenme! ¡Está es mi decisión! ¡Me quedaré a luchar, Mirlaa los llevará a un lugar seguro donde dormiran hasta que su cascarón lo indique! Si quieren estar a salvo, deben irse con ella... ¡Aquellos tontos valientes que decidan quedarse, que den un paso al frente!- hubo un silencio sepulcral, Toka iba a hablar, pero se escuchó el primer paso.

-¡Mi señor, lucharé a su lado hasta el final!- contestó Gurmak, junto a él, muchos más dieron un paso al frente.

-¡¿Acaso están locos?! ¡¿Les doy la oportunidad de salvarse y deciden quedarse a morir conmigo?!

-Como usted dijo, mi señor... Es nuestra decisión...- Toka se muestra impactado, más sabiendo que Mirlaa no se iría ante esa decisión, pero su paz volvió al escuchar la voz de Herfa.

-Yo iré con la princesa... Quiero pelear por Primuria, pero así como nuestro rey merece a su apoyo, la princesa merece nuestra protección... Él que está dispuesto a acompañarnos en el viaje por un futuro, parece a mi lado y siga a la princesa- los jóvenes presentes se acercaron al grupo de Mirlaa -Estamos listo, princesa.

-Gracias, Herfa...

-Que la luz de Fiora los proteja.

...

Mirlaa, Herfa y otros catorce jóvenes corrían por el bosque del Este buscando un refugio, llegando a una cueva, donde se metieron y ocultaron, revisaron sus bolsas para asegurar que no habían perdido ningún orbe, dejando salir suspiros de alivio. Cada uno de ellos saca un par de plumas de sus alas y las ataba a sus bolsas, dejando que la princesa los durmiera, ocultando sus huevos más adentro de la cueva, hasta que llegó el turno del guardián de las memorias.

-¿Estas listo, Herfa?- dice Mirlaa en un tono triste.

-¿Porqué suenas así? Sabes que nos volveremos a encontrar, y con nuestras memorias será fácil reconocer...- se interrumpió al ver su bolsa con más atención -Oh no... No puede ser ¿Qué he hecho?

-No es tu culpa...

-Claro que sí, yo debía cambiar la bolsa y lo olvidé... No puede ser, debo encontrar sus orbes.

-No hay tiempo.

-Pero...

-Herfa, calma... Esta bien... Nos encontraremos de nuevo, ustedes despertarán en un tiempo diferente al que conocemos, incluso con nuevos seres habitando nuestro mundo. Pero la oscuridad durmiente también estará esperando, siempre ha atacado en tiempos de paz y no será diferente cuando vuelvan a despertar.

-Princesa... Ah...- fue atravesado por la espada de Mirlaa, comenzando a formarse en cenizas.

-Nos vemos, Herfa...

Las cenizas de Herfa caen y de estas se forma un huevo, Mirlaa lo oculta con el resto, saliendo y bloqueando la entrada de esta, avanzó unos pasos adelante, agarrando en su mano la bolsa con un único orbe ámbar y dejando que la magia tomará control. La bendición de Fiora hizo salir una luz poderosa de la princesa, destruyendo al burtak y los solumnes que se acercaban a ella, pero también destruyendo su cuerpo que se hizo cenizas, formando un huevo de cristal, con una bebé de alas cafés y violetas.

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