Eldin

"Mirlaa,

En esta carta te hago saber la última ubicación de los huevos de cristal, los cuales son resguardados por el dragón del fuego, Eldin, él te dirá como llegar a ellos, esperando que lo haya mantenido en un lugar seguro del que puedan ser transportados. Nuevamente te deseo suerte para encontrar a tus hermanos y hermanas en esta misión que te he encomendado, puede que aún tengas dudas sobre mi decisión de separarlos para que los encontrarás, pero siendo conscientes de las posibilidades, lo mejor era prevalecer en caso del caos.

Deseándote suerte y bendiciones.

Hylia"

Ambos emprendieron el vuelo al volcán de Eldin, pero el estallido de fuego los hizo caer, Link despertó en una jaula, solo con los aretes y una condición lamentable, en eso, un mogma que había salvado hace poco apareció, explicándole lo ocurrido. Él y una chica con alas habían caído tras la explosión del volcán, que escondieron sus cosas y que la chica la tienen prisionera en la cima, junto a la mayoría de sus cosas, así mismo le dio las garras de mogma, para que pudiera cavar su camino fuera de su celda.

Link salió de su prisión, esquivando cualquier encuentro con los bokoblins y, poco a poco, recuperando sus herramientas mientras se hacía camino a la cima para recuperar el resto de sus cosas. Al entrar en el lugar, encontró su espada, reuniéndose con Fay nuevamente, quien le hizo notificación de que Mirlaa estaba resguardada junto con su alforja, por lo que con espada en mano, se hizo camino por el sendero cálido, usando sus conocimientos anteriores de una planta de agua para llegar donde el paso estaba bloqueado. Enfrentó a los monstruos y liberó a la chica, así mismo recuperó el resto de sus cosas.

-Lamento dejarte solo, Link.

-No, esta bien. Ninguno esperaba que el volcán estallará ahora ¿No te hicieron daño?

-No, pero por lo que entiendo Grahim me está buscando, creo que enviaron un mensaje para que venga por mi.

-¿Cómo es que no te estas quemando? No tienes esto- señala sus aretes.

-Link, mi gente muere, se quema y nace de las cenizas en huevos de cristal. Te aseguro que no lo necesito- responde Mirlaa con ironía -Debemos seguir, no quiero que un ataque de colera tiré a mis hermanos a la lava del volcán.

-¿Dónde vamos?

-Con Eldin, el guardián del volcán.

Link siguió a Mirlaa por la gran entrada que anteriormente había ignorado para alcanzarla, llegando a una habitación donde se hayaba un puente elevado, que bloqueaba el paso en todos los aspectos. Con sus herramientas recuperadas, el héroe corto las cuerdas, permitiendo que el puente se cayera y accediendo a la cámara de Eldin, donde el dragón los recibió con un susto, pero un gran alivio al saber que, a diferencia de Lanayru, él sólo estaba oculto en la cima.

-Mira nada más, percibo una gran energía en ti, elegido de la Diosa. Esa marca que llevas no es solo un adorno, significa que tanto tú, como tu espada, han crecido en espíritu. Por lo que procedo a enseñarte mi esfrofa de la canción del héroe- el dragón comienza a cantar.

-Aún tienes una hermosa voz, Eldin.

-Para mí es un gusto escuchar la tuya, Serena.

-Me llamo Mirlaa ahora.

-Hm... He de disculparme por su forzoso aterrizaje, puesto que la erupción del volcán les dificultó su descenso. Les aseguro que dentro de poco, el cielo volverá a estar despejado nuevamente.

-Gracias, dragón del fuego- dice Link apuntó de salir.

-Mirlaa, espero que no hayas olvidado lo que viniste a buscar.

-Claro que no, Eldin. Por lo que quisiera saber dónde están los huevos de cristal.

-Aquí...- el dragon se dio vuelta, para luego mirarlos nuevamente, teniendo el nido en sus manos -Ningún lugar en este volcán era seguro, por lo que los refugie conmigo. Siguen esperando el momento de despertar, has de tener un lugar seguro para ellos.

-Así es, gracias... Debo irme a dejarlos en mi hogar. Ve con Narisha.

-Mirlaa, no voy a dejarte sola. Además, Narisha me dijo que sí me encontraba contigo, que te llevará para saludar.

-... Bueno... No puedo decirle que no después de tanto tiempo. Esta bien, ocultamos a mis hermanos y hermanas en mi hogar, luego te acompañó para terminar la canción del héroe.

Una vez despejado el cielo, ambos salieron del volcán, volviendo al hogar de Mirlaa para resguardar los huevos y luego emprendieron vuelo al cúmulo de nubes. Un poco más tarde, Grahim llegó al volcán de Eldin, notando que sus esbirros estaban asustados, así mismo que habían torres vigilantes tiradas, por lo que se hizo presente ante sus lacayos, haciendo que algunos se paralizaran con su presencia.

-Buenas tardes...- todos lo miraron al escucharlo hablar.

-Mi señor Grahim, que sorpresa verlo aquí...

-Déjense de tonterías, se me ha hecho aviso de que vieron y capturaron a mi prometida, por lo que si me dicen donde esta me retiraré y los dejaré vivir otro día más.

-Pues... Verá...- esas solas palabras comenzaron a hacerlo enfadar, tomó a la criatura de su cuello, cortandole el aire.

-Llevó mucho tiempo sin ver a mi querida Mirlaa, no saben lo furioso y decepcionado que me sentí cuando leí su carta diciéndome que debía hacer algo antes de volver conmigo. Por lo que, no tienen la menor idea del alivio que sentí al escuchar que ustedes la habían capturado... Así que, más les vale llevarme donde esta ella antes de que yo mismo les haga su existencia miserable.

-Si me permite, mi señor...- el demonio volteo a mirar con fuego en sus ojos.

-¡¿Dónde está?!

Los bokoblins, aterrados por la ira de su señor, lo llevaron al lugar donde la tenían capturada, donde ya hacían algunas plumas y un cofre abierto, Grahim comenzó a poner presión en la mano que aún sostenía a la criatura, al punto de matarlo ahí mismo. Él se acercó al cofre y se agachó, tomando en sus manos las plumas, tocandolas con delicadeza y pasándolas por su rostro, sintiendo su aroma y lamentando el no haberla detenido cuando estaba en la cueva.

-¿Mi señor?

-Cállate... Su esencia aún sigue fresca...

-Es que...- Grahim se levantó con furia.

-¡¿Qué?!

-... La vimos irse junto al chico de verde...

-¿Link?...

-Y tenía en sus manos un nido con unos huevos...

-... ¿Acaso eran suyos?...- comenzó a respirar con pesadez y tiro una de las antorchas -¡Ese maldito! ¡¿Acaso se atrevió a profanar a mi prometida?!

-No creo que sea así... Ella no mostraba signo alguno de haber estado... Esperando...

-... Cierto, por mucho que odie a ese mocoso, hubiera sabido si ella estaba esperando... ¿Serán del dragón entonces?

-¿Quiere que la busquemos, mi señor?

-Ya me fallaron una vez con la única cosa que no debían perder ¿Y piensan que le dejaré una misión ¡A este grupo de incompetentes?!... No, debo buscarla yo... Quiero saber de su boca porque me ha abandonado así... Necesito saberlo de ella.

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