Batalla
Era de noche, el pueblo de Hyrule se encontraba bajo ataque, su estrategia mantenía al enemigo a raya, teniendo a varios enemigos quemándose en las fosas y haciéndose polvo, los lanzadores lanzaban bombitas a los solumnes que intentaban saltar la fosa. Zelda se encontraba con algunos arqueros y Tarbis en una de las torres, Vilan y Cocu estaban cerca de la fosas junto a algunos guerreros, preparados para quemar a cualquiera que salga de las fosas.
-Zelda, mira arriba- indica Tarbis, viendo siluetas en el cielo nocturno.
-¡Arqueros! ¡Enciendan flechas! ¡Ojos arriba!- todos los arqueros alzan las flechas al cielo, esperando alguna señal -¡Listo a mi señal!... Tarbis, tienes mejor visión ¿Qué hacen?
-Solo están ahí... No lo entiendo, los únicos que he visto hacer eso eran...
-¿Quienes?... Tarbis...
-... Disparen ¡Disparen ahora!
-¡Fuego!- los arqueros sueltan las flechas, algunos cuerpos cayeron del cielo, otros desviaron o esquivaron el ataque.
-Por las estrellas...- dice Jerdu junto a Vilan, acercándose al cuerpo para quemarlo, pero vio algo en su mano, reconociendolo y asustandose -¡Cubranse!
-¡¿Qué?!- grita Vilan al no entender la situación.
-¡Pónganse a cubierto, aho...!- un dardo cae enterrado en su brazo, sacándolo de su brazo -Oh... Estrellas...- dice antes de desmayarse.
-¡Jerdu!- se acercan Vilan y Pelka, quien toma el dardo.
-¿Qué demonios es eso?
-Es julivioma, un sedante natural enviándonos a sueños, dura más en mujeres que en hombres.
-¿Cómo lo sabes?
-Crecían en Primuria- un dardo cae cerca de ellos, Pelka toma a Jerdu -¡Cubranse!
-¡Todos! ¡Escudos arriba!
Todos los que estaban expuesto alzaron los escudos arriba, no pasó mucho para que empezarán a caer dardo de la extraña sustancia, clavandose en los escudos de madera y cayendo al suelo al impactar los de metal. Los drumnes aprovecharon el momento para cruzar las fosas, llegando al lugar con partes de sus armaduras derretidas o no logrando cruzar, comenzando el enfrentamiento del pueblo de Hyrule contra la oscuridad durmiente.
Los bokoblins y la firangel en terreno lograban quemar el burtak de los drumnes con más agilidad y rapidez, por lo que los hylianos se enfocaron los solumnes, viendo la masa hacerse cenizas y como algunos de estos tomaban la forma de huevos de cristal. Pelka reconoció a los hijos de Primuria en su forma de infantes, tomándolos antes de que alguno de los guerreros los destruyeran pensando que eran peligroso, llevando los huevos con Tarbis, quien estaba ayudando a Jerdu a despertar.
-¡Tarbis!- llega Pelka con una canasta a la torre donde estaban Zelda y Tarbis.
-¿Qué es eso?
-¡Por las estrellas! Son firangeles...- contesta Tarbis ante la pregunta de Zelda.
-¿Qué? ¿Cómo?
-Deben haber sido consumidos en Primuria cuando la princesa uso la bendición para protegernos.
-¿Primuria?
-Nuestro hogar.
-Eso significa que el portal quedó abierto...- dice Tarbis inquieta y preocupada -Así fue como llegó antes y ahora... La oscuridad durmiente sigue en Primuria.
-¡Debemos advertir a Link y Mirlaa!- Jerdu despierta, tocandose el rostro con miedo, pero mirando con terror al ver en la profundidad del bosque.
-Primero debemos salvarnos nosotros, encargarnos de los drumnes y solumnes que nos atacan...
-No sólo esos...
Jerdu señala a la oscuridad, una extraña masa se movía en todas las direcciones del pequeño pueblo, eran uztaks, que se deslizaban con rapidez dentro de las fosas, quemándose poco y llenando el espacio, facilitando el paso al resto. El combate se hacía más intenso, más con los solumnes que volaban sobre ellos tirando los dardos, los lanzadores lograban retener un poco a los más débiles, pero los drumnes seguían siendo el mayor de los problemas.
Zelda no lograban entender cómo podían ser tantos, hasta que noto como el burtak trepaba, específicamente donde estaban los huevos, con una antorcha quemó la masa negra, manteniéndolo lejos lo mejor posible. Varios bokoblins habían sido contaminados protegiendo a los hylianos, quienes se refugiaron sobre las casas o en las torres, teniendo que calentar sus espadas en llamas y escudos al rojo vivo para poder evitar que la oscuridad durmiente los alcanzará.
-¡¿Cómo pueden ser tantos?!- preguntó Grusi disparando a los drumnes con la cabeza expuesta.
-Tal vez son demonios contaminados de la última vez que apareció la oscuridad durmiente, pero los voladores...- contesta Cocu.
-Son firangeles...- dice Jerdu, quien se había recuperado del primer ataque -Guerreros contaminados en la batalla de Primuria, solo nosotros conocemos lo que usaban para los dardos.
-¡Los huevos!- Tarbis ve como la masa trataba de llegar a los huevos, lanzando una bombita fuego para quemarlo y poner los huevos a salvo.
-Deben quererlos para contaminarlos en cuanto salgan del cascarón- dice Pelka.
-Esto no está bien, esa masa pareciera multiplicarse y parece que los aceites en llamas no son nada contra los uztaks- dice Gruyo asustado desde una de las casas con sus arqueros restantes.
-Sea como sea, debemos evitar que el burtak nos consuma.
-¡Son demasiado, Zelda!- grita Vilan, decapitado a un solumnes -¡Necesitaremos un milagro para salir de esta! ¡O que Mirlaa tenga la respuesta a nuestras plegarias.
-Rey Demise, si me oyes, por favor... Ayúdanos... Necesitamos ayuda, por favor.
-¡Cuidado!- Pelka empuja a Zelda, un dardo cayó en la espalda de la alada.
-No, Pelka- Jerdu saca el dardo -¡No es buen momento! ¡Despierta rápido, por favor!
-Jerdu, levántate. No despertará si el sueño no la despierta, lo sabes bien.
-¡Odio esa cosas!
-¡Concentrence! ¡Aún tenemos la posición alta! ¡Debemos aprovecharla!- dice Cocu, viendo como la masa de algunos intentaba llegar a las casas.
-¡Tarbis! ¡Nos estamos quedando sin bombas!- grita Gruyo -¿Qué hacemos?
-Link sabría que hacer...- al escuchar el nombre del rubio, Vilan recordó algo de antes, una herramienta que había visto utilizar y que el mismo había usado.
-¡Tengo una idea! ¡Gruyo ¿Tienes contigo la bolsa de florbombas?
-¡Sí!
-¡Ata las bombitas a la florbomba y úsalo contra la masa!
-¡¿Qué locura estás diciendo, Vilan?!- cuestiona Grusi espantada -¡¿Siquiera sabes lo grande que será la explosión?!
-Y por eso es nuestra única opción... Al menos para tener una oportunidad- todos miran a Zelda.
-... Hagamoslo.
Aquellos que tenían una bolsa de florbombas, sacaron una de éstas y le ataron lo que quedaban de bombitas mientras el resto retenía a los uztaks y los drumnes que intentaba reventar las bombas. Cuando todos tuvieron la herramienta lista, Zelda dio la señal y los lanzadores tiraron sus bombas al burtak palpitante que controlaba a los monstruos, una gran explosión se hizo presente, la masa ardió con intensidad y se retorcía en un chillido horrible.
Los guerreros restantes aprovecharon para huir al bosque de Farone, esperando poder encontrar refugio con la guardiana, pero cuando llegaron al templo de la Diosa, se encontraron con una escena terrible. La dragona de agua se encontraba débil, con tres firangeles atendiendo sus heridas y el rey de los demonios terminaba de bloquear la puerta que llevaba al territorio del guardián, Zelda se acercó preocupada, Vilan mandando a los demás a bloquear la entrada principal.
-¡Farone! ¡Rey Demise!
-Joven Zelda, es una pena que nos veas así.
-¿Qué ocurrió?
-Atacaron el bosque, cuando pensamos que atacarían a las tribus, el burtak contaminó las plantas. Terribles monstruos surgieron de la masa, algunos lanzaban esporas o espinas.
-Farone tuvo que ocultar a las tribus en las profundidades del lago y sellarlo para inundar el bosque para que no pudieran buscarlos- responde Demise.
-Vinimos aquí para recuperar nuestras fuerzas, pero veo que ustedes tampoco tuvieron éxito en combate- dice Vishak, una de las firangeles junto a Farone.
-Fue mucho peor, nos atacaron con firangeles contaminados. Tenían ventaja táctica al tenerlos en ataque aéreo usando nuestros dardos- dice Tarbis.
-Muchos de los contaminados fueron de los bokoblins, que trataban de ponernos a salvo...- dice Cocu -Tuvimos suerte de que Vilan pensará rápido para darnos tiempo para llegar aquí, pero sabiendo lo que les pasó, tampoco es seguro quedarse.
-Tienes razón, muchacho. El bosque ya no es un terreno seguro. Deberán buscar refugio con Eldin, las altas temperaturas y los ríos de lava les darán una ventaja táctica defensiva contra la oscuridad durmiente- dice Farone.
-¿Qué hay del desierto?- preguntó Jerdu, qué trataba de despertar a Pelka.
-Me temo que Lanayru no está mejor que nosotros. Los drumnes enfocaron su ataque al desierto, por lo que los robots antiguos y los otros tres firangeles sólo pudieron mantenerse a salvo en el Galeón del almirante- contesta el rey Demise -El dragón del trueno, aunque poderoso rival para la oscuridad durmiente, no había estado en combate en siglos.
-... Tarbis, tus hermanos y los huevos vendrán primero con Vilan, Gruyo y yo; seremos los últimos. Cocu, Grusi, ustedes ayudarán con los heridos...- dijo Zelda, el rey Demise abre un portal -¿Desde cuando puedes hacer eso?
-No es el momento. Vayan, hablen con los mogmas y suban al templo del volcán.
-Gracias... Debemos irnos.
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