Capítulo 30

EMMA

No sé si estoy muerta, aunque probablemente lo esté. Estoy casi segura de ello, lo supe cuando me di cuenta que la única forma de terminar con Theodel era acabar conmigo también.

Emmanuel siempre me habló del equilibrio, de cómo yo tenía la oportunidad de recuperarlo porque, de alguna forma, mi misterioso nacimiento significaba algo. Pero ellos, incluso Emmanuel, desconocían el resto del iceberg, no tenían idea de qué cosa era realmente Theodel: que era un híbrido también, como yo. Un híbrido que supo cómo convertir todo a su favor siendo egoísta y cruel, que utilizó su magia para ocultarse y separar a dos mundos para que no existiera nadie que lo venciera. Theodel pudo ser bueno, pero la frialdad de sus emociones y su avaricia lo convirtió en un monstruo.

Y quería hacer lo mismo conmigo, casi lo logró. Casi. No pudo porque, a diferencia de él, yo tenía un as bajo la manga: tuve el apoyo de mi humanidad en el momento de oscuridad que Theodel me hizo vivir. Ser nacida de humanos me permitió no perderme en mí misma, me permitió tener un punto medio cuando más lo necesité.

Y, probablemente, si hubiese tenido dos naturalezas y no tres, habría terminado como Theodel.

Nací para enfrentarlo, nací como una esperanza del destino para acabar con él, si antes no acababa conmigo misma. Y la única forma era matarnos, dejar que la energía nos consumiera a los dos, como una vez me contó Owen.

Theodel ya no está. Y por inercia yo tampoco.

Aunque para mi sorpresa no tengo miedo. Incluso podría decir que me siento en paz, como si hubiese saldado una deuda que tenía hace millones de años.

Me apena dejar a Owen solo, a mi familia... A todos. Pero supongo que era mi misión mantenerlos a salvo. Owen seguro podrá encontrar el concilio, podrá volver a amar, podrá vivir ahora. Espero que esté bien...

Todo está oscuro a mi alrededor. Oscuro y vacío. Sin embargo no estoy agitada, ni siquiera mi corazón se encuentra desbocado... De hecho, no tengo cuerpo como para estarlo. Siento que soy como aire que vuela a ciegas, una brisa que pasa en el medio de la noche sin sentido aparente, sin cuerpo, aunque realmente se encuentre allí, en algún sitio, siendo todo y a la vez nada.

Ahora entiendo muchas cosas que antes no, puedo comprender cada parte de esta historia fríamente calculada. Y me alegra saber que hice lo correcto, aunque eso se haya llevado mi vida entera.

Tal vez mi vida se acabó ya, aunque realmente me gustaría haber probado un poco más de ella. Tuve cosas increíblemente imposibles dentro de mi existencia, pero también muchas otras que no pude cerrar, cosas normales como la familia, el amor, la amistad.

Me gustaría que la oscuridad que me rodea se aclarase y revelase qué hay detrás de esta noche, pero por ahora parece poco probable que eso suceda. Por ahora, quizás, solo me quede aguardar en silencio el veredicto final.

Y no me arrepiento de mis acciones. No me arrepiento de haber sido la extraña y bicho raro del curso, la que inexplicablemente no encajaba con los demás y por eso la molestaban. No me arrepiento de haberme dejado guiar por mi instinto, pensamiento y mis sentimientos, porque de no ser así, me hubiese fallado a mí misma. No me arrepiento de haber querido a mi familia, porque gracias a ellos puedo ser la persona que soy ahora, y no me avergüenzo de ellos, sino que los amo con locura. No me arrepiento de haberme dejado llevar por el amor, aunque ese sentimiento complicara todo en algunos momentos; haberlo encontrado hizo que una parte de mí que desconocía cobrase vida y color.

No me arrepiento de ningún paso que di, que me llevó hasta este momento.

Y si hablamos de los errores, ellos también me dejaron enseñanzas. De ellos aprendí a no tropezar nuevamente con la misma roca.

Tal vez, en este momento, estaría llorando o sonriendo, pero no podría asegurar algo que realmente no sabría responder con certeza.


Caigo y caigo, y la oscuridad se convierte en claridad. Un mundo que parece hecho de nube y nada más.

Theodel está de espalda frente a mí, lleva sus hombros al descubierto, dejándome ver aquellas marcas idénticas a las mías, salvo que la de los demonios está en un negro intenso, y la angelical a duras penas se distingue.

Me acerco y, sin meditar antes, toco su espalda. Sin embargo Theodel no dice nada, queda callado en ese instante. Me sorprendo al descubrir mis dedos, mis brazos, mis piernas... Tengo mi cuerpo pero, ¿dónde estoy?

El cuerpo de Theodel se mueve y unos ojos de color ámbar interceptan a los míos.

—¿Te has dado cuenta, cierto? —pregunta él.

—¿De qué? —cuestiono sin temor. Cualquier cosa que intente podré enfrentarlo, él está débil.

—Tú y yo somos la misma persona dividida en dos, Emma. Yo jamás estuve completo y por eso hacía el mal, tú me faltabas... Únete a mí y prometo que cambiaré, aprenderé a ser mejor. Volvamos a ser uno. No digo como pareja, sino como un individuo completo.

Theodel extiende una mano, regalándome una sonrisa que realmente parece sincera. ¿Será que se ha redimido de todos sus actos de crueldad y violencia? Teniendo en cuenta su largo historial es prácticamente imposible...

¿Pero si es verdad que estamos destinados a ser la misma persona? ¿Y si debo ayudarle con esto...? Tal vez por algo estamos atrapados en esta inmensidad blanquecina.

Intento acércame más a él pero algo me lo impide. Una mano toma mi brazo, por un momento creo que Theodel me está jugando algo, pero luego me doy cuenta que éste tiene los ojos puestos sobre mi hombro. Ojos que parecen completamente abiertos y crispados del miedo.

—Hija, jamás creas en las personas violentas que prometen cambiar. Jamás.

Hunter se aproxima a Theodel y inyecta su puño en la cara del híbrido.

Pronto estamos rodeados por una multitud. Yo sigo sin creer lo que veo. Hunter, mi padre... lo tengo frente a mí, luchando contra el hombre que deshizo todos sus sueños.

—¡Ahora nos la pagarás, Theodel! —grita alguien y las criaturas aladas comienzan a correr hasta él, que ahoga un grito.

Todo se transforma en un caos demasiado silencioso. Caigo al suelo y temo que alguien me pise, pero nada de eso pasa. Theodel deja de gritar, y cuando lo busco con la mirada, ya no está.

—¡Emma! —grita una voz que reconozco de inmediato. Unos brazos me arropan mientras que unos dedos delicados tocan mi cabello y secan mis lágrimas. —Emma, cielo... —dice y llora también.

Aeraki se ve realmente joven, hermosa y frágil, aunque sé que realmente no es así. Ella es muy fuerte. Pasó por demasiadas cosas... Ella es mi madre.

—Mamá —digo, casi por instinto y me aferro a ella con fuerza. Las lágrimas salen descontroladas de mis ojos, nunca creí que la vería... A mi madre, la que murió para salvarme, la que vivió tantas cosas horribles. —¿Esto es real? ¿Estoy muerta? —pregunto.

—Así es —responde ella con su azul mirada dolida.

—Pero espero que no por mucho tiempo, cariño —dice Hunter, acercándose a nosotras, dándonos el primer abrazo familiar que ellos pudieron tener conmigo.

—Fuiste valiente, Emma —dice mamá—, estoy orgullosa de ti. Siempre lo he estado, sabía que podrías... Cuando me enteré lo que quería Theodel yo...

—Shh —la calma Hunter—, ya pasó, Aera. Estamos los tres juntos, pensemos en eso ahora, tenemos a Emma entre nuestros brazos. Y, cariño —dice mirándome, mechones de cabello rubio caen sobre su frente, haciendo juego con sus ojos ámbares—, pase lo que pase, queremos que sepas que te amamos.

Estar con Hunter y Aeraki es una ensoñación, algo que jamás creí vivir. Una hermosa manera de morir, tal vez.

—¿Tú eres Emma? —pregunta una voz tan suave como una melodía. Una mirada azul intercepta la mía, el ángel se acomoda su largo cabello azabache y se muerde el labio. —Soy Oihane, la madre de Emmanuel y Owen. No sabes cuánto me alegra poder conocerte al menos una vez —ella sonríe, aunque en sus pupilas veo nostalgia.

—¿Mamá? —dice alguien y, seguramente, si tuviese corazón frenaría en ese instante—. ¿Siempre estuviste aquí?

El mundo parece detenerse, mis padres se alarman mientras veo a un ángel de ojos azules y cabello negro correr hacia Oihane y abrazarla como si no hubiese un mañana.

El pánico entra en mí.


¡OHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! OK, AHORA SOY YO LA QUE GRITA CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS. :'O

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