፧ Capítulo 6.
El rubio estaba arrodillado detrás del cuerpo del castaño, había alzado su playera gris hasta sus hombros.
Taehyung no podía creer lo que veía.
La marca que dejaba un látigo todo dependía de la fuerza que utilizaba la persona al realizar el golpe. También, influía el tipo de material del objeto o el mismo cuerpo de la víctima. Jungkook es delgado, por lo que la herida tuvo un mayor efecto en él. Pero, no debería de verse tan mal.
En primer lugar, la herida cruzaba desde el final de su nuca hasta la espalda baja. Se podía ver una línea casi recta por su columna dorsal.
Ahora entrando por los detalles, la espalda de Jungkook parecía ser una pintura abstracta llena de colores. La herida estaba abierta, se podía ver un poco de sangre seca por el medio. Los bordes de la herida estaban muy inflamados y de un color rojizo suave, logrando que la marca pudiera verse con mucha más claridad. Además de eso, la herida es adornada con marcas violetas y de un color verdoso en los extremos y alrededor de toda su espalda. No entendía cómo una simple marca podía extenderse tanto.
Pero, ignorando aquellos detalles, Taehyung estaba más que molesto. No podía imaginar el duro material que tenía el látigo con el que había sido golpeado. Le era difícil creer que los guardias no hicieron algo al respecto, le enojaba un montón. El pueblo estaba sujeto a una alta probabilidad de abuso, de crímenes y muertes, más ahora. La violencia de los guardias no es normal.
— Jungkook, no quiero asustarte, pero tu espalda se ve realmente mal. ¿Cómo pudiste soportar esto durante la noche? —Preguntó con suma preocupación, acercando el balde con agua que le había entregado el menor segundos antes de revisar la herida. Tomó un paño de tela suave y lo mojó, dudando por donde comenzar a limpiar. Esperaba que la herida pudiera cicatrizar rápido y bien.
— He participado en varias peleas callejeras y, el dolor era similar a éste. Aunque me dolía, preferí no preocuparme mucho, no pensé que fuera algo tan grave. —Antes de poder continuar, un jadeo escapó de sus labios. El chico apretó suavemente sus puños, sintiendo una tela mojada pasar por los extremos de la herida.
—Oh, perdón por no avisarte. —Se disculpa el rubio, retirando el paño de su piel. Agradecía que no hubiera ningún tono amarillo en su espalda, al menos todavía no estaba infectada. El dolor sería mucho peor si así fuera, también dejaría una marca casi permanente. Aunque, la marca de ahora sería difícil de borrar con el tiempo.
— Hyung, hazlo lo más rápido que puedas, por favor, aunque duela. Ya quiero mostrarte los lugares que te mencioné. —Quería eso y también quería que el dolor se fuera más rápido. Se alegraba de no tener un espejo y ver el desastre de su espalda.
—Está bien, Jungkook, lo haré. —Taehyung sujetó el paño húmedo y comenzó a pasarlo con algo de fuerza, teniendo que aplicar más presión para limpiar los rastros de sangre seca. Al mismo tiempo, Jungkook mordía su labio inferior y movía sus manos, tratando de no soltar lágrima alguna. Dolía bastante. — Ya falta poquito, lo prometo. Luego de esto debo tapar la zona, ¿tienes alguna venda por casualidad?
— S-sí, sí, creo que me quedan algunas vendas. Pero, no son muy resistentes, la tela es muy delgada. ¿No importa? —Preguntó mientras cerraba los ojos, respirando con calma.
— No, no importa. Sólo debo aplicar presión para que funcione. Tu herida no está tan mal ahora que la he limpiado, jungkookie, pensé que ibas a necesitar suturas y puntos en la piel. Aunque..es necesario cubrir la herida.
— ¿Jungkookie? Tienes muchos apodos para mí, Tae. ¿Cómo sabes tanto de enfermería? —A Taehyung siempre le enseñaron toda clase de cosas, desde clase de modales, entrenamiento físico, técnicas de supervivencia y enfermería. Ahora mismo el rubio está muy agradecido de haber puesto atención en esas clases, antes las encontraba innecesarias. Ahora podía ver lo útil que le sería.
— Mi tío me ha enseñado.— Jung Hoseok no era exactamente su tío, pero es tan cercano a él que le agradaba llamarlo así.
Después de limpiar toda su herida, tomó las vendas que Jungkook le ha entregado y se sentó frente a él. Ambos se acercaron para que a Taehyung le sea más sencillo colocar las vendas.
El rubio tomó un extremo de la tela y comenzó a rodear todo el pecho y espalda del menor.
Ambos estaban quietos, escuchando las respiraciones del otro. Sus manos sudaban ligeramente, su pulso comenzaba a acelerar y su mente a dar vueltas. Ambos parecían estar en su mundo, no estaban nerviosos por la cercanía. Se sentían tan cómodos.
Taehyung no pudo evitar pasar su mirada por el pecho del menor, de vez en cuando tocando accidentalmente uno de sus pezones, disculpándose al instante, colocando como excusa a las vendas.
Ya terminando, cortó lo que sobraba del tejido y acomodó el extremo para que no se fuera a soltar.
— Creo que ya está, Jungkook. El vendaje está bien puesto. Aunque, si te arde demasiado, debes avisarme. Debes cambiar el vendaje cada día. — Observó al ladrón asentir con la cabeza mientras que se acomodaba la camiseta y se levantaba.
— Te lo agradezco mucho, Tae. —Sus dedos tocaron el vendaje por sobre la camiseta. — ¡Oh! Ya deberíamos salir, no quiero que se haga muy tarde para ti. Llevaré algunas cositas de la canasta para compartir allá.
Taehyung iba a quejarse, pero sabía que no había opción de convencer al castañito.
— ¿Kookie irá también a nuestro "picnic"? —preguntó el rubio, pues el animalito estaba totalmente abrazado a uno de sus tobillos, sin soltarlo.
— No es justo, he criado a kookie desde pequeñito y nunca se ha juntado tanto a mi pierna.—Se queja el ladrón al ver la escena de ambos. Tomó entre sus manos un jarrón con leche de plátano y algunas frutas dulces en una bolsita.
— Es un bebé.— Tararea el rubio con su grave voz mientras alza al animalito entre sus brazos. El conejito se veía tan adorable e indefenso, totalmente diferente al salvaje tigre albino que vivía en su palacio.
— Correción, mí bebé. — Taehyung rió por la respuesta que le dio el menor.— Baja por mientras, Tae, pero cuidado con kookie. Es un animalito muy sensible a los ruidos fuertes.
Taehyung sujetó al conejito en una de sus manos y bajó por las escaleras de madera, llegando al destrozado primer piso del edificio.
— Supongo que no es necesario tapar mi cabello a estas alturas de la noche. —mira al conejito con una sonrisa y mete al animalito suavemente por uno de los bolsillos del atuendo. El bolsillo tenía un pequeño agujero, donde pudo ver la naricita del animal asomándose. Esperaba que allí no pasara frío, no quería llevarlo en sus manos por todo el camino.
Jungkook bajó las escaleras con cuidado, sosteniendo los alimentos que llevaría. Ya al estar abajo, miró a Taehyung con preocupación.
— ¿No bajaste a kookie? —Preguntó. El rubio como respuesta apuntó al agujero de su bolsillo, donde se podía ver la nariz del animalito. Jungkook soltó una pequeña risita y comenzó a caminar, siendo seguido por el mayor.
— Te gustará mucho este lugar, Tae, lo prometo. —Ambos caminaron por la calle principal de la ciudad, alejándose cada vez más de los edificios de adobe. El lugar al que iban no estaba tan lejos, pero, aún así debían alejarse un poco de la ciudad.
Caminaron entre varios árboles, los cuales poco a poco iban desaparecieron. Taehyung se sorprendió un poco al sentir arena en sus pies, poco a poco se iban adentrando al desierto.
Cuando Jungkook sintió que quedaba muy poco para llegar, guardó la fruta en su bolsillo y sostuvo el jarrón con su otra mano. Se colocó tras la espalda del rubio y tapó sus ojos con su única mano libre.
— Lo lamento, pero realmente quiero ver tu expresión cuando veas el bonito paisaje que te mostraré. —Dice el ladrón con emoción, haciendo que el rubio riera.
— Está bien, pero..guíame bien, no quiero caer con kookie en el bolsillo. —Respondió, colocando sus manos al frente para no chocar con algún árbol. Jungkook comenzó a caminar lentamente, Taehyung tratando de seguirle el paso.
Ya varios segundos después, todo el alrededor era desierto, no había ningún árbol bloqueando la vista. En ese momento, el ladrón dejó de bloquear su vista.
Taehyung no podía estar más impresionado por lo que veía.
El cielo ya estaba oscuro, al estar en el desierto el cielo se veía mucho más amplio. Las estrellas brillaban en todo su esplendor. Pero, lo más hermoso, era la aurora que se extendía por el cielo. Tenía colores como celeste, verde y violenta, se veían como luces preciosas adornando el cielo nocturno. Todo es un gran escenario para sus ojos.
— ¿Cómo algo tan precioso puede existir? —Preguntó Taehyung, mirando el cielo continuamente, de vez en cuando girando su cuerpo para tener otra expectativa de aquel paisaje.
— Lo sé, de seguro te preguntas, ¿cómo en un pueblo tan pobre, hay paisajes tan preciosos? —El ladrón jaló suavemente la túnica oscura del contrario, caminando hacia una pequeña duna de arena y sentarse sobre la cima, dejando el jarrón y las frutas sobre su regazo. — Vamos a comer, Tae, puedes seguir mirando el paisaje cuando quieras.—dice el castañito entre risitas, mirando que Taehyung no podía apartar la mirada del cielo.
— Lo lamento mucho, es solo que..el paisaje me sorprendió. —se sienta al frente del ladrón, sacando al conejito de su bolsillo para acomodarlo en uno de sus muslos. No podía creer que estaba frente a un paisaje tan hermoso, lo único que quería ahora es dejar el palacio para poder apreciar más paisajes como esos.
— Es uno de mis lugares favoritos venir aquí, pero, también están las cascadas, la montaña del sur..aquí hay muchas zonas bonitas las cuales puedes visitar.— Jungkook tomó una frutilla y se la ofreció al rubio, quien aceptó gustosamente.— Gracias nuevamente por..la canasta que trajiste, te pagaré de alguna manera. Además, ¡éste jarrón con leche de plátano se ve delicioso!
— Vuelvo a decir que no es necesario que me pagues, jungkook. Espero no ser muy precipitado, pero, ¿haz tratado de conseguir algún trabajo?
— Taehyung..claro que lo intentado, demasiadas veces para que sean contadas. Me gusta mucho hacer pulseras y artesanía, pero no tenía los materiales para eso. Aunque, al principio me iba muy bien. Luego intenté con trabajos más pesados, llevar cargamentos de comida o materiales. Aunque no lo creas, antes yo tenía fuerza, también tenía cuadritos en mi abdomen.—Se queja, tocando su plano abdomen, extrañando tener abdominales. — Poco a poco me fui cansando y..bajaron mi salario cuando personas más aptas entraron al trabajo. El sultán subió los impuestos y tuve que vender mi pequeño hogar.
— Eso es..—El rubio apretó los puños con molestia, aguantando las cosas que quería decir. Hizo un pequeño movimiento con la mano, queriendo que el menor continuara su historia.
— Pasé a un trabajo de última opción, más humillante. Fui bailarín, pero no de esos bailarines que hay en el bazar, sino que un bailarín más privado. No quiero entrar en detalles, pero un hombre detestable me hacía la vida imposible allí. No aguanté más y comencé a robar. Vivo ilegalmente en un edificio destruido y mi única compañía es un precioso conejito. — después de contar todo eso, soltó un pequeño suspiro y acarició las orejitas de su mascota.— ¿Cómo es tu vida, Tae?
—Oh, yo no tengo ni tuve problemas tan..graves como los tuyos. Realmente vivo en comodidad, mi padre me ayuda con los gastos y esas cosas.— Dice el rubio con algo de nervios, tratando de no decir algo que lo exponga como príncipe.— ¿Te digo algo? No me siento feliz. Siento que no he vivido bien. Aún soy joven y me quedan muchas cosas por hacer, pero, no quiero hacer algo porque ya toque. ¿Me explico? —El castañito asintió con la cabeza, totalmente interesado con al conversación.— Mi padre tiene cierta..presión sobre mí, yo si quiero hacer lo que él dice, pero no ahora. No quiero hacer cosas por obligación, no quiero hacer algo porque ya toque el momento.
— Te entiendo. —Contestó el ladrón, apoyando las manos en la arena para dirigir su vista al cielo.— Aún así, ¿le haz dicho a tu padre sobre lo que sientes?
— Claro que sí, un montón de veces, pero no me hace caso. Incluso últimamente me ha estado insistiendo más.
—Debes oponerte. No puedes seguir así, no creo que quieras vivir infeliz, Tae. Habla nuevamente con él, pero, con más autoridad. Dile claramente lo que sientes y quieres para un futuro. Piensa en ser libre. Encuentra..un propósito para seguir luchando.
— ¿Cuál es tú propósito?
Jungkook lo miró con una triste sonrisa, casi forzada.
— Sobrevivir.
Luego de aquella conversación, ambos miraron al hermoso cielo nocturno, de vez en cuando probando de las dulces frutas que había traído el castaño.
— Vamos, Jungkook, prueba la leche con plátano que te traje. Es especialmente para ti. —Dijo Taehyung, tratando de aliviar el triste y pesado ambiente que se había formado. El ladrón asintió con emoción, tomando el jarrón para abrirlo y beber lentamente el contenido. El rubio se asustó por el grito que dio segundos después.
— ¡Está delicioso! ¿De verdad estoy bebiendo ésto? Está muy bueno, de verdad. —abrazó al jarrón en sus manos, lamiendo sus labios con gusto. Pronto le extendió el jarrón a su amigo, quien lo tomó.— pruébalo, Tae, ¡es muy rico!
— E-eh, no creo que..—Jungkook lo miró con un tierno puchero en sus labios. Taehyung simplemente no pudo negarse. Colocó sus labios al borde del jarrón, bebiendo un poco la leche. El sabor es agradable, sí.— Está muy bueno, la verdad.
— ¿Qué le dije, hyung? —Sonríe y se recuesta sobre la arena, seguido por el rubio, quien dejó el jarrón y las frutas de lado. El conejito se acomodó sobre su estómago.
— Nunca he visto tantos colores en el cielo, es un espectáculo precioso, sin duda.
Jungkook dejó de mirar el cielo y giró un poco su cabeza, mirando ahora a Taehyung.
— Me alegro de haber conocido a alguien como tú.
Taehyung giró la cabeza igualmente, ignorando que sus cabellos rubios estaban llenos de arena.
Miró al ladrón, detallando su rostro con la mirada. Descubrió que sus ojos son como pequeñas
galaxias, la aurora se reflejaba en ellos como cielo a mar. Su mirada estaba llena de colores y brillo, su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal.
— Lo mismo digo.
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