፧ Capítulo 37.


Una larga mesa de madera oscura es decorada con un delicado mantel blanco de encaje, hecho a mano por las sirvientas del palacio. La superficie es lo suficientemente amplia para colocar varias bandejas. Hay un montón de copas bañadas en oro puestas en una esquina para que los invitados puedan servirse de un agridulce elixir.

En otra esquina, hay algunos alimentos pequeños como pancitos rellenos u otros. Mientras más variedad de alimentos tengan, será mucho mejor, así hay para todos los gustos. Lo primordial es la cena, que se logra apreciar al centro de la mesa. Hay algunos sirvientes encargados del servicio. El aroma a jugosa carne, ensaladas y otros acompañamientos es atrayente. La decoración es impecable, además las obras de arte hacen que el lugar sea mucho más armonioso de lo que ya es. Hay algunas pinturas colgadas en las paredes y pocos mosaicos decorando los bordes de las paredes. También, cinco esculturas griegas están perfectamente colocadas al borde de las paredes. El ambiente es armonioso.

Un tumulto de gente comenzó a hacer una fila para recibir un platillo con alimentos. La mayoría quedó en el salón de baile, pues no quieren que ambos salones se llenen de gente; prefieren esperar y aprovechar el tiempo. Algunas parejas continuaron bailando y otras charlando entre familias, quizás hablando sobre alianzas. Son escasas las veces que hacen reuniones o bailes, deben aprovechar el momento para compartir con los demás reyes y así tener una amistad. Ninguno desea una enemistad, al menos no en estos tiempos difíciles.

Kim Namjoon está tan distraído.

Y está agobiado. Su mente está jugando con el único hilo de cordura que queda en su sistema. Ha sido una gran liberación haber tenido una charla con Park Jimin, pero ahora está lidiando con malos pensamientos sobre lo que ocurrió. Lo peor, es que está en un lugar repleto de gente; gente importante. Él debería estar socializando con los demás nobles, aprovechando el momento para conseguir alianzas y amistades beneficiosas para su palacio y pueblo. Debería, pero en lo único que piensa es en Hwasa y en Jimin, el daño que le provocó a ambos. La zona de su pecho duele al recordar las palabras de su ex amante. Maldición, se siente fatal. Alejarse por tantos años de la persona que había amado fue un verdadero error. Sí, quizás habría necesitado algo de tiempo para superar y aceptar la muerte de Hwasa, pero aquella no era razón para alejarlo por tantos años.

Oh, luego debería hablar seriamente con Jung Hoseok. No para reprender y castigar sus actos, más bien es netamente para agradecer todo lo que ha hecho por él. Es decir, si no fuera por su fiel amigo, no habría visto a Park Jimin por muchos años más; quizás cuando ya estén al borde de la muerte debido a la vejez. Ya habría sido demasiado tarde. No puede creer que por culpa de su cobardía nunca buscó a Jimin, lo lastima en demasía pensar en lo que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes desde un principio. Pero, ya no es hora de recriminarse por situaciones ya realizadas. Debe estar consciente del presente y disfrutarlo de la mejor manera; enmendando sus errores.

Pensó en que sería buena idea llevarle un plato con comida a Park Jimin. Oh, de solo pensar que ese hombre está en su cama ahora mismo, hace que sus nervios aumenten y que una gran nostalgia lo atormente.

Se extrañó de no ver a Jung Hoseok estar presente en el baile. Él es su mano derecha, se supone que debería estar junto a él en cada momento. Quizás haya sido por la sorpresiva invitación que hizo hacia el Rey Park Jimin, y tal vez, está disfrutando del espectáculo desde lenos; algo propio de él.

Su mirada ahora cayó en los guardias vigilando cada rincón del palacio, estando algo alejados de los nobles para no ser criticados por imprudencia. Han estado vigilando día y noche por si hay algún rastro de Kim Mingyu. Lo que menos quieren es que haga aparición en medio de un importante baile y que revele secretos del palacio. Necesitan ser precavidos.

Ahora mismo se encuentra observando a los nobles servirse una abundante porción de comida.

— Al menos ellos se están divirtiendo. —La vista de Namjoon topó con una hermosa pareja; su hijo y Jeon Jungkook.

Quiere llorar.

De solo pensar que estuvo a poco de separar a ambos solo por su orientación sexual. Maldición, ¿realmente estuvo a poco de separar una hermosa relación solo por sus traumas y decepciones amorosas?

Al verlos tan felices juntos; supo que hizo lo correcto.

Taehyung está de pie, uno de sus brazos envolviendo la cintura ajena mientras que su mano libre sostiene un platillo con puré picante y carne asada. Jungkook se encuentra frente a él, tratando de sacar un bocado con una cuchara y ofreciendo aquella porción al rubio, quien aceptó gustosamente. Se ven tan felices estando juntos; y de pronto se sintió como un monstruo por haber prohibido su relación en un principio.

Aunque sus ganas de llorar duraron poco. Pudo observar a Jungkook dejando el platillo vació sobre la mesa principal y Taehyung tomando una de sus manos, ambos subiendo las escaleras de mármol con rapidez; directamente a la habitación de su hijo. Ambos van con una amplia sonrisa.

¿Su hijo se ha escapado del baile? ¿Lo ha dejado solo con todos los nobles?

— Ah, Taehyung, qué haré contigo. —Suspiró cuando los jóvenes se encerraron en la habitación. Miró a la multitud y se sintió aliviado al ver que nadie se ha dado cuenta de la reciente desaparición del príncipe. Y sí, tal vez debería ir a buscarlo y hacerlo bajar a la fuerza. Pero, realmente quiere darles algo de privacidad y no le importará dejarlo libre por una noche, siempre y cuando se presente en el baile después. Su presencia es primordial, no puede ocultar su ausencia por tanto tiempo.

Y sonrió una vez más, mostrando sus atrayentes hoyuelos. Dejó de pensar en Park Jimin y se acercó a un grupo de nobles; saludando cordialmente a cada uno de ellos. Es hora de actuar como un sultán.

Húmedos chasquidos hacen eco en la enorme habitación del príncipe Kim.

La pareja se está besando como si su vida dependiese de ello. Sus labios se mueven con agilidad, sus lenguas se entrelazan y sus manos acarician el cuerpo ajeno como si fuese un delicado y frágil monumento. Se están rozando constantemente y eso produce calor en sus cuerpos, logrando tener una ligera capa de sudor debido a sus toques.

La habitación está a oscuras. Lo único que ilumina el lugar es el reflejo de la luna entrar por el balcón. Las antorchas están apagadas y el ambiente es íntimo gracias a ello. La noche es sublime, tibia, admirable. Las estrellas brillan como siempre y la luna se muestra grande en el horizonte; siendo único testigo de un acto pecaminoso y romántico.

Habrían seguido con los besos. De no ser por Kim Taehyung, quien se separó con mucha lentitud, notando un delgado hilo de saliva unir sus labios. Oh, ambos se sonrojaron al verlo.

Sus corazones dieron un vuelco por la cantidad de emociones vigentes. La mirada de Jungkook pasó por toda su habitación en un intento de calmar el fuerte bochorno en sus mejillas. Se sorprendió en demasía al ver la hermosa noche estrellada que les entrega el cielo. Tarhyung se dio cuenta de ello, por lo que miró su habitación con detalle y sonrió al ver una alfombra.

— Quiero intentar algo. ¿Te gustaría ver la luna más cerca, angelito? —Ante su asentimiento de cabeza, el príncipe caminó hacia su cama y se agachó, tomando una gran alfombra de bordados preciosos colores morado, rojo y dorado. Jungkook lo miró arrastrar la alfombra, por lo que se colocó en el otro extremo y lo ayudó, algo confundido al ver que caminaban hacia el balcón. Taehyung acomodó la alfombra en el suelo del extenso balcón y llevó algunas almohadas y mantas. El ladrón al darse cuenta de lo que planea hacer, se emocionó. Mirar el cielo estrellado desde el balcón, ambos acostados sobre una alfombra. Suena perfecto.

Jungkook le ayudó a acomodar las almohadas sobre la alfombra y las mantas a lo largo de toda la alfombra. El príncipe avanzó hasta estar en medio y se acostó, estirando sus piernas hacia el frente. El ladrón se acomodó a su lado, su cabeza reposando en una almohada bajo suyo.

— La luna luce hermosa esta noche. —Habló Taehyung, sabiendo que aquella frase trae un significado más oculto.

— Tienes razón..— Jungkook alzó uno de sus brazos, extendiendo sus dedos hacia arriba.— Siento que..estoy tocando la luna. —Murmuró con una sonrisa, sus ojos formando unas bonitas medias lunas a los ojos del príncipe. Su mano intenta alzarse más allá, abriendo y cerrando su palma en un fallido intento de tocar la luna.

Taehyung imitó su acción, alzando su diestra y estirando sus dedos hacia arriba, tocando suavemente la mano alzada del ladrón. Entrelazaron sus dedos con sus brazos alzados, ambos sonriendo mientras miran sus manos unidas al centro de la luna.

— Jungkook, si pudieras escoger un deseo..¿cuál sería? —Hizo aquella extraña pregunta de pronto, rompiendo el silencio que se había formado.

— Un mundo ideal.

— Un mundo ideal..¿en qué sentido?

— Un mundo sin injusticias, sin pobreza, sin maldad. Y una de las cosas que más quiero..es que la gente sienta empatía. No sabes lo mucho que detesto ver a las personas siendo tan..frías, tan insensibles con los que requieren ayuda. ¿Es mucho pedir? ¿Es tanto desear un mundo ideal? —Su pregunta sonó más como un sollozo. No quiere ponerse sensible y pensar en toda la maldad que ha visto a lo largo de los años. No es algo bonito de pensar, aquellos pensamientos siempre lo abruman al punto de sentirse necesitado en ayudar a los demás; sea como sea. Soltó un pequeño suspiro y observó el hermoso fulgor de las estrellas.

Oh, no. Taehyung pudo observar sus ojitos galácticos llenarse de lágrimas. No quiere verlo así, su pecho duele con sólo mirarlo en ese estado. Su mirada se dirigió al cielo nuevamente, la luna siendo tan brillante y espléndida como siempre. Una Aurora de colores armoniosos se lograba ver a distancia. Definitivamente en el desierto sería mucho mejor ver aquel espectáculo; en un lugar más abierto y amplio. Volvió a mirar al castañito, sus ojos tienen pequeñas motitas de lágrimas.

— Un mundo ideal..—Comenzó a cantar una melodía recién inventada, confundiendo por completo al ladrón. Su intención es mejorar su ánimo.

— Tae..¿qué estás cantando? —El príncipe continúa con su tarareo y Jungkook soltó una fuerte carcajada; justo lo que Taehyung deseaba lograr.— ¡Tae!

— Será fantástico encontrar..—Continuó, tomando suavemente uno de sus brazos y atrayendo su extremidad para besar el dorso de su mano.— Nadie que diga no, o a dónde ir, a aquellos que se aman..—Terminó la estrofa, girando un poco la cabeza para mirar directamente los bonitos ojitos de su pareja. Oh, ahora se ve mucho mejor. Una gran sonrisa decora su rostro de la mejor manera.

Jungkook está embelesado.

El barítono de Taehyung hace que la canción sea preciosa, a pesar de haber sido inventada recién.

— Un mundo ideal..—Imitó la melodía, sonriendo hacia Taehyung.— tan deslumbrante y nuevo, amor..—Sonríe hacia el cielo, acariciando la mano ajena.— Donde ya vi al subir, con claridad..que ahora en un mundo ideal estoy. —Sus miradas volvieron a encontrarse, ambos sonriendo. Es un momento tan perfecto, que sienten estar volando. Volando sobre la alfombra.

— Bonito, muy bonito. —Digo Taehyung al término de su canto, embobado por la dulce melodía que habían emitido esos labios color sandía. — Me esforzaré para ser un buen sultán, el pueblo que tanto amas no tendrá que sufrir por más pobreza e injusticias. —Aseguró con voz firme. Su intención es esa, cuando el día de su coronación llegue será un antes y un después en su vida. Después del baile de hoy, tendrá un mes agitado lleno de clases e intrucciones para convertirse en sultán. Será un proceso difícil, pues a pesar de haber estudiado durante toda su juventud, aún hay cosas que debe saber y con ayuda de su padre lo hará. Quizás por un momento considero escapar del palacio para nunca volver, la idea de ser un líder es espeluznante. Poder guiar a un pueblo con las mejores leyes y un buen capital. Los ojos de todos estarán sobre él, sobre sus acciones y sobre las decisiones que tomará a futuro. — Las próximas semanas serán terribles, estaré la mayoría del tiempo estudiando cosas que ya he visto y siendo cuestionado por reinos vecinos para tener otra clase de..visión sobre la economía. Estoy tan nervioso.

— Es curioso que..debas manejar un pueblo al que nunca visitas.

— Mi padre no me deja salir por los criminales que hay afuera, ahora es muy peligroso salir y..hay ladrones por todas partes. —Taehyung pensó en lo que dijo y se sentó sobre la alfombra abruptamente, mirando hacia Jungkook.— Disculpa.

— Sí, Taehyung, soy un ladrón. No tienes por qué disculparte. —Dejó escapar una pequeña risa, aún acostado con la almohada bajo su cabeza. Quizás le dolía un poco ser catalogado así, pero es lo que es. No puede cambiar el pasado; aquella fue su pésima solución a los problemas. Taehyung soltó un suspiro aliviado y volvió a recostarse, esta vez más cerca del castañito. Pudo apreciar con mejor detalle su piel, una de sus manos fue directo a su mejilla, acariciando la cicatriz. — Tete. —Se queja al recibir caricias solo en la zona de su cicatriz. El príncipe se acercó a él, acomodándose de costado. Jungkook lo imitó, quedando frente a frente recostados sobre la alfombra. — Me gusta estar así, contigo.

— Cosas tan simples como éstas me hacen muy feliz. —El barítono de Taehyung estremeció su cuerpo, peligrando a tener otro bochorno en el rostro. Sus labios rozaron en un tímido beso, encogiendo sus piernas al sentir una suave brisa de otoño. La noche es hermosa, la luna resplandece y el silencio es opacado por respiraciones agitadas y húmedos chasquidos que producen sus belfos juntos.

No se dieron cuenta cuando la cercanía entre sus cuerpos aumentó al punto de rozar sus piernas y pecho. El beso continúa, cada segundo siendo eterno para el par de enamorados. Y Taehyung quiere probar algo; su zurda sujetando la cintura del ladrón y masajeando su piel, se atrevió a separarse del beso y chupar suavemente su labio inferior. La reacción de Jungkook fue todo un poema; sus ojitos galácticos más abiertos de lo normal por la sorpresa, sus mejillas rojitas y sus manos apretando la tela de su túnica. Le encanta producir emociones en el castañito, sus expresiones es algo de las muchas cosas que adora apreciar.

Iniciaron un nuevo beso mucho más apasionado y hambriento, no hay delicadeza en sus movimientos. Las grandes manos de Taehyung sostuvieron sus caderas y lo atrajo a su cuerpo con rudeza, ocasionando un adictivo roce entre ellos. La posición se volvió algo incómoda con el paso de los segundos, ocasionando que detuvieran el beso. El príncipe se sentó sobre la alfombra, notando la mirada confundida que le dedica el ladrón.

— Ven, acércate a mi. —Jungkook no dudó en acercarse, confiando en la dulce mirada que le dedica. Taehyung se apresuró en sostener sus caderas con firmeza para levantarse, teniendo entre sus brazos al menor, quien intentaba aferrarse a su cuerpo para no caer.

— Me hubieses d-dicho primero. Tae, puedo caminar. —Se queja con un fuerte rubor en sus mejillas, sus manos rodeando su cuello al igual que las piernas en su cadera. Escuchó una carcajada proveniente de sus labios y lo sintió caminar, ocasionando que aumentara la fuerza en su agarre. Taehyung con mucho cuidado lo sentó sobre la barandilla del balcón, metiéndose entre sus piernas mientras lo sujeta. Jungkook miró hacia atrás, notando que está cerca de caer.— Huh, T-tae.

— Tranquilo, te estoy sujetando bien. —Susurró con una exquisita voz baja contra el oído del menor, sintiéndolo estremecer entre sus brazos. El ladrón volvió a mirarlo, sonriendo con más seguridad. No pudo evitar dirigir su mirada hasta sus atrayentes labios, una peculiar sonrisa cuadrada adorna su rostro y eso le encanta. Sus manos se deslizaron por su cuello hasta topar con sus mejillas, acercando sus rostros para besar sus labios nuevamente. Taehyung no dudó en corresponder, abriendo levemente los labios y provocando un chasquido húmedo cuando sus lenguas se unieron y entrelazaron. La lengua del ladrón delineó los labios de Taehyung, enloqueciéndolo.

— Taehyung..—Habló en medio del beso, soltando algunos suspiros contra sus belfos. El mencionado se separó y comenzó a llenar su cuello besos, haciendo que Jungkook echara la cabeza hacia atrás, mirando directamente a la luna. — ¿Recuerdas cuando mencionaste l-lo bonita que se ve la luna? —Escuchó un sonido de afirmación contra su cuello, al parecer no quería separarse de su piel.— Yo..yo creo que la luna no alcanza a igualar tu belleza. —Allí fue cuando el príncipe volvió a besarlo con rudeza, sus mejillas decoradas de un potente tinte rojizo por sus palabras. Es tan adorable y- definitivamente le encanta. Fuera de lo romántico; es un momento lujurioso. Sus cuerpos juntos, sus labios moviéndose y sus lenguas danzando produce en ambos un placentero cosquilleo en la zona del vientre. Taehyung bajó las manos por el largo de su espalda hasta topar con su trasero, apretando sus glúteos y causando que Jungkook suelte un gemido entre el beso. Nunca habían tenido esa clase de contacto. Pronto el mayor se dio cuenta de la visible erección en sus pantalones de seda celeste. El ladrón se dio cuenta y la vergüenza pronto llenó su ser. Sus manos de inmediato taparon su entrepierna, apoyando las palmas sobre la barandilla.

— Oh..déjame ayudarte.— Pidió Taehyung con una mueca, respirando agitado contra su oreja, acariciando sus muñecas cubiertas por el velo celeste.

— Yo..—Jadeó con sus mejillas tan sonrojadas, una de sus manos se deslizó por la túnica del príncipe hasta topar con su entrepierna, notando que también está endurecido. Taehyung gimió por el toque, sus orbes brillando con lujuria. — También quiero ayudarte. — Se miraron fijamente, sus corazones latiendo con más rapidez y sus manos temblando ligeramente por la excitación que hay detrás de sus miradas. No perdieron más el tiempo y el príncipe volvió a alzar el cuerpo ajeno, recibiendo otro beso tan apasionado como los anteriores. Jungkook está embriagado por el beso. Sus manos se entrelazan tras la nuca del rubio y de pronto siente su espalda chocar con el colchón de la cama. Y se siente tan expuesto estando allí sobre las sábanas, acostado y con las piernas a los costados de la cadera de Taehyung. Él está arriba suyo con las manos a cada lado de su cabeza, sin saber cómo empezar. Ambos son inexpertos.

Ese es su momento. La noche es perfecta, la música clásica de la orquesta se escucha desde lejos. Y de pronto, el momento se vuelve más romántico, más íntimo.

— Jungkook..—Comenzó a dejar besos por todo su brazo hasta topar con sus dedos, acariciando sus uñas de manera superficial. Se podía distinguir el tono de voz meloso.— ¿Me permites ayudarte? —El mencionado tardó un poco en responder. Definitivamente se siente más seguro ante su pregunta. Tomó aire mientras da un leve asentamiento de cabeza. Ante su afirmación, Taehyung suspiró con nervios y ocultó el rostro contra su niveo cuello. — Me vuelves loco. —Admitió con voz temblorosa, sus manos recorriendo todo el cuerpo del menor mientras que junta sus labios una y otra vez, siendo correspondido al instante. Las manos del castaño se deslizan por toda su túnica, acariciando todo su cuerpo por sobre la tela. Taehyung se inclinó para repartir húmedos besos por todo su cuello, dejando chupetones marcados de tonalidades violeta. Jungkook se dedica a disfrutar, su cabeza recostada sobre las sábanas y sus dedos enredados en los cabellos rubios de su pareja. Soltó un pequeño gemido cuando sus dientes se enterraron en la tierna piel de su hombro izquierdo.

Los dos tienen los nervios a flor de piel, no pueden creer que estén en una situación como aquella.

El príncipe tomó los tirantes delgados que sujetan el top celeste en sus hombros y fue deslizando los tirantes hasta sus bíceps, dejando sus hombros al descubierto pero sin retirar la prenda. Las marcas continuaron a lo largo de su piel, marcando ahora sus hombros. Las esbeltas piernas del menor se removieron inquietas y sus rosados labios soltaron continuos jadeos, su mirada perdida en el techo de la habitación.

Taehyung quiso avanzar un poco más, colando sus manos bajo el caderín de cuencas hasta topar con el borde de su pantalón celeste, bajando la tela poco a poco. Jungkook pareció removerse incómodo.

— Tranquilo, no llegaré más lejos. Solo quiero..aliviarte.— Lo miró con una dulce sonrisa, besando sus calientes mejillas.— Tranquilo, ángel. Puedes decirme si algo de lo que haga no te gusta. —Su mirada transmitía confianza y seguridad. Jungkook asintió con la cabeza lentamente, esbozando una pequeña sonrisa.

Cuando el menor por fin se mostró más seguro y entregado, Taehyung fue bajando su pantalón con lentitud hasta quitarlo por completo, dejándolo al borde de la cama. Su mirada fue directo a sus piernas, especialmente unos lechosos y gruesos muslos. Las inquietas manos del príncipe acariciaron sus piernas de arriba a abajo, tan embobado y encantado con el cuerpo del ladrón.

— T-tae. —Gimió cuando apretó sus muslos, las caricias dirigiéndose a sus muslos internos; siendo aquella una zona sensible para él.

Sus piernas están desnudas. El caderín en su cadera es similar a una corta falda de telares con cuencas y monedas colgando. Aquella prenda es algo traslúcida y logra cubrir con suerte un poco de sus muslos y su erección, pero se siente tan expuesto ante la mirada hambrienta del príncipe. Cuando las manos del mayor comenzaron a subir por sus muslos nuevamente, Jungkook se apresuró en apartar las manos de Taehyung con rapidez, jadeando segundos después al darse cuenta de su acción.— Lo s-siento, no es intencional. Simplemente no puedo..estar tranquilo cuando me tocas así. —Intento decir con la cara enrojecida por completo, sus manos tapando inútilmente su rostro. El príncipe sonrió con ternura, queriendo gritar por lo adorable que se ve.

— Ángel, me encanta causar emociones en ti. Pero, si continúas apartándome..no creo poder continuar.—Taehyung acarició sus rodillas como alivio, pensando en que quizás fue muy pronto para empezar a tener un contacto más íntimo.

— ¡Yo q-quiero que sigas! —Habló en voz alta, sentándose abruptamente sobre la cama, quedando frente a frente. Bajó la mirada mientras que cierra un poco las piernas, sintiéndose avergonzado. — Es solo q-que..estoy muy inquieto, t-trato de no detenerte y es imposible. Me encanta mucho que me toques pero reacciono demasiado. —Las manos del menor están firmes sobre los hombros ajenos, su respiración siendo agitada.

El príncipe sonrió por milésima vez en la noche; su novio es adorable. Acaricia una de sus mejillas suavemente, mirando como cerraba sus ojos por el dulce tacto. Besó su frente mientras que piensa en una forma de hacer que se relaje, o al menos que mantenga sus manos quietas. Le encanta saber que Jungkook desea tanto esto como él.

Su mirada se dirige a las muñecas del ladrón; el velo celeste cuelga y de pronto tiene una idea.

— Tranquilo, conejito.— El rubio volvió a acostarlo sobre la cama y se posicionó sobre él nuevamente, tomando sus muñecas y colocándolas sobre su cabeza. Juntó ambas manos y con la tela del velo amarró sus muñecas, formando un nudo no muy fuerte. — Relájate. —Pidió Taehyung con una voz sumamente gruesa, sus besos bajando por el cuello del menor para luego apartarse un poco y así poder admirar al chico.

Sus cabellos castaños revueltos y desordenados dándole un aspecto atractivo. Sus orbes brillando, labios hinchados de tantos besos y mejillas rojas. Sus manos estando atadas le hace expuesto. Los tirantes de su top a la altura de sus bíceps, su vientre y cintura al descubierto y por último; sus caderas adornadas con el llamativo caderín de monedas. Sus piernas al total descubierto, suaves al tacto.

Tan etéreo ante los ojos del príncipe.

— Huh, hyung, yo quiero..—Dejó de hablar, sus manos apretando la tela del velo sobre su cabeza.

— ¿Si? ¿Qué quieres, mi amor? Dímelo y lo haré. —Susurró contra una de sus mejillas, sus ansiosas manos subiendo y bajando por sus muslos, estando él entre las lindas piernas del castaño. Además, que él lo llame "hyung" solo hace que quiera cumplir todos sus deseos y caprichos.

— Yo también..te quiero ver. —Intentó decir. Al no poder utilizar sus manos, alzó una de sus piernas y la colocó sobre el hombro ajeno, tanteando la tela de su túnica con los dedos.

— Entiendo, amor. —Tragó saliva sonoramente al sentir su pierna sobre su hombro, una acción que logró terminar con la poca paciencia que posee. Acarició su cintura algunos segundos más y se separó un poco del cuerpo ajeno arrodillándose sobre la cama. Comenzó a quitar uno por uno los botones dorados de la túnica hasta abrirla por completo, deslizando la tela por sus hombros, mostrando una elegante camisa blanca. Jungkook se preguntó cómo es que no pasa calor con tantas prendas. El rubio continuó hasta quitar por completo la túnica de su cuerpo, dejando la prenda en algún lado de la habitación. Después, comenzó a abrir los botones de su camisa blanca y el ladrón pudo jurar que aquella es la imagen más excitante que ha visto.

Los cabellos rubios de Taehyung, los cuales antes estaban perfectamente peinados, ahora son un completo desastre. Su exquisita piel bronceada tiene una ligera capa de sudor, haciendo que brille gracias a la luz de la luna. Ahora con su pecho y torso desnudo, se ve un cuerpo muy bien trabajado y fornido. Tiene unos perfectos abdominales y sus hombros son anchos. Sus brazos se ven fuertes y Jungkook quiere tenerles envolviendo todo su cuerpo. Tragó saliva, mirando lo hermoso que es el príncipe Kim. Todo un Adonis.

— Beso..beso. —Pidió Jungkook en un gemido, envolviendo las piernas en las caderas del mayor, queriendo juntar sus cuerpos de una vez. Hizo un pequeño puchero con los labios y cerró los ojos, esperando un beso por parte del Dios griego frente a él. Está desesperado por soltar el agarre de sus manos y tocar todo su cuerpo, pero sabe que debe controlarse un poco. Taehyung sonrió encantado por su petición y lo besó con dulzura, abriendo ligeramente sus labios.

Ya es suficiente de juegos previos; ambos necesitan obtener alivio. Taehyung no tocó su pecho ni tampoco quitó su top, todavía no quiere tenerlo completamente desnudo. Quiere que sea un momento muy especial cuando sus cuerpos se unan, debe ser perfecto.

El príncipe desabrochó su pantalón y dejó su erección fuera, masturbándose lentamente frente al menor, sintiendo gotas de presemen en el glande. Jungkook miró de reojo, su piel ardiendo y sus mejillas encendidas por la escena. Todavía no se separan del beso, pero el ladrón está comenzando a mover las caderas, pidiendo atención. Taehyung al notar aquello, acarició su muslo interno hasta llegar al borde del caderín, alzando un poco la tela para envolver su miembro con una mano y comenzar a masajear de arriba a abajo, haciendo que Jungkook abra más las piernas.

Ambos suspiran y jadean en medio del beso, el príncipe no dejaba de mover sus manos sobre las erecciones de ambos. Jungkook está extasiado. Tantas sensaciones juntas, sus cuerpos semi desnudos, el sudor en su figura es tan abrumador.

Taehyung puede sentir pequeñas gotas de sudor bajando por su cuello. Le encanta todo lo que está pasando, tener a Jungkook bajo su cuerpo temblando de placer y dedicándole miradas de amor es algo tan perfecto. Realmente está disfrutando del momento. Detuvo la estimulación en ambos miembros y agarró los muslos de su amante, juntando sus cuerpos hasta que sus erecciones se rozaran, provocando un sonoro gemido en ambos. Jungkook comenzó a mover sus caderas de arriba a abajo, tratando de que la fricción sea más rápida.

— Sí, sí, así..—Balbucea el menor, su cintura siendo sostenidas por las grandes manos de Taehyung, ayudando con los placentero movimientos. El caderín producía un sonido llamativo, las monedas chocando una y otra vez a la par de sus movimientos complementa un acto tan pecaminoso como aquel.

Jungkook por fin logró desatar el nudo en sus muñecas y de inmediato comenzó a acariciar todo el pecho y abdomen de Taehyung, aferrándose a él mientras jadea contra su oído.

Sus erecciones rozando constantemente, creando un sinfín de escalofríos y cosquilleos.

Jungkook echó la cabeza hacia atrás y arqueó la espalda, sus piernas temblando ligeramente. Taehyung soltó un pequeño gruñido, devorando el cuello ajeno con gula, demostrando a través de besos y movimientos lo deseoso que está por él.

— Mierda, Jungkook, tan bueno. —Gimió con gusto el mayor, deteniendo los roces para envolver ambas erecciones con una mano, masturbando a ambos con movimientos rápidos y desesperados.

— No podré soportar m-mucho más, mhgm. —El ladrón está en su límite, sus caderas se mueven al compás. Soltó un pronunciado gemido cuando Taehyung agarró sus glúteos y alzó su cuerpo, frotando sus erecciones con mayor fuerza. Apretó la suave piel entre sus dedos y azotó suavemente con la palma, admirando al castañito deshacerse entre jadeos y lloriqueos. Se miraron con deseo, sus labios juntándose por última vez en un ansioso beso, sin dejar los movimientos de lado. De un momento a otro, el cuerpo de Jungkook se estremeció por completo y manchó su abdomen de semen, sus mejillas pintadas de un fuerte rojo. Taehyung continuó moviéndose hasta que se corrió en el caderín del joven, masajeando el glande al término.

Sus respiraciones se acoplan, se abrazan con amor y se llena de besos, ambos con una boba sonrisa por lo que acaban de hacer.

— E-eso fue..—Taehyung fue callado por un dulce beso.

— Fue increíble. Me gustó mucho. —Murmuró contra sus labios, acariciando continuamente su cuello. — Mi principito. —Jadeó con las mejillas pintadas de rojo, su cabeza descansado en las almohadas bajo suyo. Taehyung no puede ocultar su sonrisa. Sus manos tiemblan por lo que acaba de pasar; se siente tan irreal.

Se besaron incontables veces, abrazándose sobre aquella cómoda cama con telares de seda. Sólo son ellos ahora, dos amantes disfrutando de su amorío de la mejor manera. La luz de la luna se cuela por el amplio balcón, iluminando de manera sutil el rostro de ambos.

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Luego de aquel agitado momento, Taehyung se encargó de limpiar a ambos y de arreglar sus vestuarios. Se han olvidado por completo del baile, incluso se habían acostado bajo las sábanas de la cama, dispuestos a dormir. De no ser por la orquesta, el sonido fuerte de un violín los sacó de su burbuja de amor y los obligó a vestirse  con rapidez.

— Por alá, Taehyung, no puedo bajar. Mi cuello parece una fruta morada. —Se queja mientras se mira en el tocador del príncipe, quien parece preocupado.

— ¿Cuello morado? ¿Qué fue lo que pasó? —Preguntó con verdadera inocencia, terminando de acomodar el cuello de su túnica para acercarse al ladrón y abrazarlo por la espalda, mirando su reflejo. Un montón de marcados chupetones y pequeñas marcas de mordidas adornan su cuello, incluso en la zona de sus hombros hay más de aquellas marcas. — ¿Y-yo hice eso?

—"¿Yo hice eso?" —Jungkook imitó su voz de manera burlona, intentando desesperadamente de tapar aquellas marcas. — Claro que no, fueron las plagas de Egipto. —Se rió con gracia, intentando tomar la situación con calma, pues aún debían estar presentes abajo y no está presentable.

— No me molestaría hacer más..—Deslizó uno de los tirantes del top hacia abajo y comienza a llenar su piel de húmedos besos, sintiendo a Jungkook removerse entre sus brazos.

— ¿Por q-qué estás actuando tan desvergonzado? Mhgm, Tae. —Se queja, sintiendo su rostro volverse caliente en cuestión de segundos. — Hablo e-en serio. El sultán no debe estar feliz por nuestra ausencia. —Dio media vuelta para quedar frente a frente, rodeando el cuello del mayor con sus brazos.

— Tengo algo de maquillaje para cubrir tu cuello, aunque debo hacerlo acorde al color de tu piel. —Miró algunos potes de maquillaje sobre su tocador mientras envuelve la cintura ajena con sus brazos. — Bien, haré algo para cubrir tu cuello. No te preocupes. —Miró la fina cadena sobre la frente del castañito y dejó un beso bajo el accesorio, escuchando una melodiosa risa. Se separaron del beso y el rubio tomó algunos aceites de su tocador mientras que el ladrón se sienta sobre la cama, jugando con los velos de sus muñecas. Habían estado mucho rato acostados en la cama, disfrutando de darse mimos y el tener que bajar nuevamente les bajó el ánimo.

— Creo que..ya está. —Taehyung se levantó, revolviendo con un pincel la mezcla que ha hecho. El tono del aceite es claro y parece ser algo espeso. Jungkook apoyó las manos en el colchón y echó la cabeza ligeramente hacia atrás. El príncipe se sentó frente a él y comenzó a delinear con el pincel las marcas en su cuello y hombros, el color comenzando a ocultar las marcas.

Cuando ya llenó cada espacio con la sustancia, dejó el pincel de lado y con un abanico creó una corriente de viento para que el aceite secara más rápido. Así, dejó su cuello con un color natural y las marcas fueron tapadas casi por completo. Aún se lograban ver algunos pigmentos de color, pero son casi nulos. Para completar, Taehyung tomó un fino listón color verde agua y lo amarró al cuello del menor, luciendo tan adorable con aquel accesorio.

— ¿Es necesario el listón? —Preguntó con timidez, recibiendo un besito en su mejilla.

— No, pero te ves adorable. Ahora bajemos, angelito. —Jungkook sonrió por el apodo y se levantó, abrazando el brazo de Taehyung mientras que él abría la puerta de su habitación sigilosamente, notando que no hay tantos invitados en la zona de la cocina. La mayoría están hablando y eso les dio la oportunidad de bajar sigilosamente por las escaleras hasta llegar abajo. Todo salió bien, no se han dado cuenta de la pareja que acaba de bajar y todos están ocupados hablando con otros.

Aún así, el sultán fulmina con la mirada a su hijo recién llegado. Se disculpó con el Rey con el que estaba conversando y se caminó hacia la pareja con una sonrisa fingida.

— Ustedes dos, ¿dónde se habían metido? Taehyung, ¿te das cuenta que me dejaste solo rodeado de todos estos nobles? Está bien que quieran pasar tiempo juntos, pero, tú mejor que nadie sabes lo importante que es socializar con los demás Reyes. —Gruñó hacia su hijo, sus hoyuelos marcándose por la mueca que tiene en el rostro.

—Lo lamentamos mucho, sultán. —Se disculpó Jungkook con algo de vergüenza, bajando la cabeza en muestra de sumisión y respeto hacia el hombre.

— Pero, no, tú no debes disculparte, Jungkook. —Suspiró cambiando su mueca por una sonrisa por lo adorable que es el novio de su hijo. — No importa. Ya pueden ir a divertirse.

— Espera, ¿ya no estás enojado?

— Dile gracias a tu novio que mejoró mi mal humor, de no ser por él, tú dormirías esta noche en el rancho junto a los caballos. —Le dedicó una mirada furiosa mientras que Taehyung le corresponde. Jungkook para salir de esa tensión, volvió a agradecerle al sultán y acarició la espalda de su pareja, haciendo que camine junto a él de vuelta al salón de baile. Quizás se vea una situación bastante infantil, una típica pelea entre padre e hijo. Pero no es tan así, ellos realmente tienen problemas y falta de comunicación.

Los invitados están absortos con la linda atmósfera que forma la pareja de enamorados. Ahora están bailando un lento vals en el salón, se ven tan felices al momento de moverse y sus sonrisas demuestran lo cómodos que están. Y la noche continuó siendo tan linda y armoniosa.

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