፧ Capítulo 23.
Es un nuevo día y Taehyung tuvo que despertar temprano para que las sirvientas pudieran probar el traje para el baile. Quedaban pocos días y el palacio está comenzando a ser decorado. Ya está la larga mesa principal puesta, el salón de baile está siendo arreglado y el príncipe tiene una pequeña idea, la cual no dirá hasta que llegue Jungkook. Está muy emocionado, porque sabe que será un momento muy bello.
Pasó toda la mañana eligiendo las joyas que se pondría para el día del baile. Luego realizó un ejercicio ligero y almorzó algo saludable. Pensó en que hubiese sido mejor invitar al ladrón a almorzar. El chef privado siempre cocina más de lo suficiente y está seguro de que a Jungkook le encantaría comer de las delicias que desempeña.
Últimamente no ha hablado con su padre, él se la pasa encerrado en su oficina y Taehyung no irá a iniciar la conversación, sigue siendo amargo con él. Ahora mismo se encuentra en la entrada principal del palacio, esperando al ladrón como el día de ayer. Ha estado esperando por más de media hora y se está comenzando a preocupar, pero está seguro de que Jungkook viene en camino. El día de ayer, cuando el castañito tuvo que irse, mandó a un guardia para que fuese con él y así no estuviera en peligro. Le hubiese encantado acompañar al menor hasta su hogar, pero ahora mismo es imposible con tanta vigilancia por parte de su padre y su presencia en las elecciones para la decoración del palacio.
A pesar de eso, puede decir que el día de ayer ha sido magnífico. Fue tan gratificante decir todo lo que ha estado ocultando por años, tanto su presión por ser sultán, la pérdida de su madre y sus emociones. Agradece que Jungkook lo escuche. Además, fue un momento tan lindo estar juntos en el campo de flores. Algo que nunca olvidaría, fue la corona de flores que el castañito hizo con sus propias manos mientras hablaba. No puede olvidar la imagen de él acomodando la corona sobre sus rubios cabellos. Eso le hace desear que algún día, la corona que le colocará no será una de flores, sino que una de verdad.
Ante ese pensamiento, suspiró y se cruzó de brazos, pensando en lo que podría hacer hoy con Jungkook. Aunque, hay algo diferente. Desde la entrada logró ver una pequeña pelea entre en el bazar, hay un tumulto de gente alrededor de dos personas
— ¿Qué está ocurriendo? —Preguntó el príncipe a uno de los guardias a su lado, el cual se encuentra sosteniendo el mango de su espada con solidez.
— De seguro otra pelea entre esos sucios ladrones y guardias. Cuando logran atrapar a un ladrón, deben darle un pequeño castigo, pero ahora al parecer el pueblo está en desacuerdo con las normas. Ahora están defendiendo al ladrón en vez de disfrutar su castigo, es algo extraño, pero no tiene por qué preocuparse. —El rubio pareció molestarse por aquellas palabras, e iba a quejarse con el guardia, pero justo a lo lejos logró divisar el cuerpo de su invitado.
— ¡Jungkook! —Sonrió y se acercó al menor, quien parecía estar jadeando de cansancio. De seguro había tenido otro problema con llegar y eso a Taehyung le preocupa en demasía. Cuando ya están frente a frente, el príncipe lo abrazó contra su cuerpo, retrocediendo para alejarse de la entrada y así que ninguna persona del pueblo los vea. Podría crearse un rumor muy rápido entre la gente.— ¿No tuviste problemas para llegar? Te ves agotado. Entremos para que puedas beber algo.
— Yo..n-no pude traer a mi conejito, habían muchas personas y el animalito comenzó a estresarse. Además..hace mucho calor. —Se queja, pasando una mano por su propia frente, tocando la ligera capa de sudor que se ha formado en su dermis. — ¿Cómo estás, Tae? ¿Dormiste bien? —Preguntó con una pequeña sonrisita. Se ve con ánimo, eso alegró al mayor.
— Dormí bien, aunque me siento algo cansado. Tuve entrenamiento durante la mañana y algunos requisitos por parte de los sirvientes. —Suspiró, colocando las manos tras su propia espalda mientras caminaba hacia el interior del palacio. No obstante, la mirada de los guardias hacia su invitado hizo que rodeara los hombros ajenos para juntarlo más a su cuerpo. Jungkook tomó aquella acción como algo empalagoso, le gusta en demasía este tipo de cercanía con el mayor. — ¿Qué almorzaste?
— Oh, comí sólo algunas frutas, con la cena que serviste ayer quedé con dolor de estómago. —Dijo mientras que tocaba la zona de su vientre con su mano libre, mientras que su otra mano rodeaba la cadera del rubio.
— Jungkook, lo que comiste ayer fue una ración normal de alimento. Lo que pasa es que no estás acostumbrado a comer lo suficiente.
El mencionado no respondió. Sabe que darle la contraria no serviría. Además, pensándolo mejor, de seguro tiene razón. Hace mucho que no disfrutaba de comer tres veces al día. Ahora que tiene algo de dinero, tiene la posibilidad de comer algo muy ligero como desayuno y tener un almuerzo, nunca cena. Taehyung el día de ayer le dio una abundante cena y eso produjo el dolor de estómago.
— Hoy planeo hacer..algo distinto. Primero quiero que te pruebes algunos trajes, como acordamos ayer. ¿Te gustaría? También podría prestarte algo de mi maquillaje, estoy ansioso de verte elegante por primera vez. —Dijo con una sonrisa, subiendo por las escaleras de mármol y separándose del cuerpo ajeno.
— ¡Igual yo! Estoy muy emocionado, siempre me ha gustado mucho la ropa. ¿También vestirás algo bonito, Tae? —Preguntó con curiosidad mientras una de sus manos tomaba el barandal de la escalera. — Aunque..lo que llevas puesto ya es bastante elegante, al menos bajo mi perspectiva.
— ¿Elegante? Ah, Jungkook, lo que verás en el guardarropa será mucho más elegante que mi túnica. —Tomó suavemente la muñeca derecha del castañito y lo guió hacia el guardarropa junto a su habitación. Abrió la puerta y entró junto al menor, quien parecía muy sorprendido por lo que ve.
Una espaciosa habitación con paredes de mármol y un hermoso candelabro iluminando el lugar. Por todas las paredes hay un mismo mueble de madera, donde prendas y prendas cuelgan de un gancho. Hay un montón de ropa, desde túnicas simples a vestidos relucientes, incluso hay un tocador con un espejo y muchas joyas en una pequeña mesa circular en el centro. Taehyung quiso reír por la graciosa expresión en el rostro del chico.
— Es más grande que mi departamento. —Habló, mirando al príncipe entrar. Entró detrás de él, mirando todas las prendas. Hay secciones con pantalones, camisetas, túnicas y mucho más.
— Ahora lo importante es, ¿por dónde quieres comenzar? —El rubio rió, mirando todas las prendas. — Puedes elegir cualquier atuendo, de verdad. La zona de la izquierda es mi ropa, la zona de la derecha es la ropa hecha para..mi madre. No me importaría si utilizas alguna de sus prendas, de verdad. — En esa época, la ropa no tiene género. En el pueblo hay gente que viste de todo tipo, no está mal visto que un hombre tenga maquillaje o joyas femeninas, aunque en la realeza aquello sí influye.
Jungkook comenzó a mirar prenda por prenda, apartando algunas y tomando otras, dándose el tiempo de admirar la calidad del vestuario.
— Se nota que la ropa está hecha para un príncipe, todo es tan hermoso, incluso esa camiseta tiene joyas cosidas.—Dijo con asombro, tocando con la yema de sus dedos una camiseta de seda con pequeñas joyas. Incluso el hilo utilizado para coser, parece hilo de oro.— Es tan hermoso y delicado, yo no podría utilizar algo tan costoso en mi cuerpo. Me sentiría..extraño.
— Yo ya tengo un vestuario, así que demora el tiempo que desees para elegir un atuendo. —Avisó mientras se cruzaba de brazos, sonriendo ligeramente al ver que Jungkook se divertía con tocar el material de las prendas. Parecía un niño descubriendo por primera vez los dulces; simplemente adorable. —Bajaré al salón principal, debo hacer algunas cosas. Vendré luego.
El joven ladrón quedó solo entre todas las prendas y accesorios. Le está siendo realmente difícil elegir, hay tantas opciones.
Mientras tanto, Taehyung bajó como dijo hace algunos segundos. Se encontró con algunos hombres en el salón.
— ¿Está todo listo? —Preguntó con algo de nervios, sus manos estando inquietas tras su espalda. Ciertamente lo que tiene planeado es bastante especial, tanto para él como lo será para Jungkook. Quiere que sea un momento perfecto. Él es una persona muy detallista y perfeccionista al momento de organizar alguna actividad con anticipación. Los cinco hombres frente a él asintieron con la cabeza. El príncipe sonrió complacido y se dirigió a la cocina, buscando a un hombre en específico.
— ¿Su amigo ya está aquí, príncipe? —Preguntó Jung Hoseok, acercándose a la mesada de la cocina. Su voz tiene un cierto tono coqueto, cosa que avergonzó al príncipe.
— Sí, Jungkook ya está aquí. ¿Lograste sacar a los guardias del palacio, Hobi? —Preguntó con cierto temor, mirando a los lados.
— Me ofende que preguntes eso. Claro que sí, muchacho, incluso llevé a tu padre al jardín trasero para hablar algunos temas con él. Mantente tranquilo, lo voy a distraer por un largo rato, sabes que me encanta hablar. Y también voy a aprovechar de contarle más sobre..tus preferencias. Hay algo que tú padre lo te ha contado y personalmente creo que él mismo debe decírtelo, no yo. Es algo delicado, Tae, pero comprendo que se esté comportando así contigo. —El peli rojo miró al príncipe jadear con confusión.— Estoy seguro de que pronto lo sabrás. Espero que pases una bonita tarde con el chico.
Ambos quedaron hablando en la cocina sobre más cosas, Taehyung intenta en lo posible de ignorar las palabras de Hoseok. ¿Su padre le ha estado guardando un secreto? Prefería no pensar en ello, al menos no ahora. El príncipe quiere darle más tiempo a Jungkook para que escoja su atuendo, así que quedó abajo algunos minutos más. Cuando supo que ya había sido tiempo suficiente, de despidió de Hoseok y volvió a subir, asomando su cabeza por la habitación con sigilo, sorprendiéndose en el proceso.
Jungkook parece muy embelesado mirando un hermoso atuendo árabe femenino, el cual antes era propiedad de su madre.
Taehyung desea decirle que tiene la libertad de probar ese vestido, pero al parecer el castañito se dio cuenta de su presencia y rápidamente volvió a colgar el atuendo.
— U-uhm, ya elegí. —El menor tomó entre sus manos el atuendo que escogió. Taehyung no miró el atuendo, sólo quedo observando el rostro del castañito. A simple vista se podía saber que ha elegido un atuendo más "varonil" a comparación del vestido que estaba viendo hace poco.
— Puedes cambiarte de ropa aquí mismo, yo me cambiaré en la habitación de al lado. Avísame cuando termines, ¿si, angelito? —Se acercó para acariciar sus cabellos castaños con dulzura, recibiendo un sonidito parecido a un ronroneo. Dejó una leve caricia en su mejilla derecha y salió de la habitación, cerrando la puerta para darle privacidad. Mientras tanto, él iría a probar su atuendo.
Jungkook se miró en el espejo del tocador, ya vestido con el atuendo que escogió. Una camisa blanca que dejaba a la vista su cuello, clavículas y parte de sus hombros. En la zona de su cuello, amarró una cinta blanca para darle un aspecto más adorable. Al final de las mangas, dos tiras del mismo género blanco colgaban. La camisa va metida al interior del pantalón, así remarcando su cintura. Unos pantalones ceñidos a sus piernas y zapatos oscuros. No fue difícil encontrar su talla entre tantos zapatos. Para finalizar, se colocó unos hermosos aros de perla.
Se siente tan..bonito.
No puede creer que esté vistiendo prendas tan costosas y delicadas. Se siente tan cómodo mirándose en el espejo, tocando sus mejillas ruborizadas por los propios pensamientos de su aspecto. Y es que le encanta lo que ve.
Oh, pero sin duda alguna lo mas extraño, es que esté utilizando zapatos. Se sienten algo incómodos al caminar, ademas cabe destacar que él nunca se ha puesto zapatos así.
Miró el maquillaje sobre la mesa y dudó un poco. Cuando era bailarín tuvo que maquillarse en ciertas ocasiones, tal vez podría intentarlo.
Con decisión, tomó un bálsamo rosa y comenzó a pasarlo por sus labios. No es un color fuerte, el bálsamo parece difuminar muy bien el color, por lo que sus labios se ven naturales. No quiso colocar rubor en sus pómulos, sabe perfectamente que tiende a tener un sonrojo natural, incluso sus orejas parecían tomar un tono carmín en ciertas ocasiones. Decidió que con el labial es más que suficiente, prefirió quedar como estaba. Aunque, se tentó al ver un pote de crema con brillos. Jungkook tomo el pote con curiosidad, abriendo el envase para oler el interior.
— Esta cremita huele a durazno.—Susurró, totalmente encantado. Tomó un poco de aquella crema y esparció la sustancia por su clavícula y cuello, apartando un poco el listón blanco para aplicarse la crema de mejor manera. Sonrió animado al saber que ahora su tersa piel tiene un rico aroma a durazno, y que además, su dermis ahora tiene pequeños brillitos.
Al sentirse listo, salió de la habitación con cierto temor a encontrase con un guardia o al mismo sultán. No había visto a aquel hombre al interior del palacio y eso se le hacía extraño.
Caminó hasta la habitación del rubio y tocó su puerta, esperando pacientemente en la entrada. Escuchó algunas maldiciones al interior y Jungkook no pudo evitar reír, pero cuando la puerta fue abierta, su quijada casi toca el suelo por lo sorprendido que está.
El joven porta un hermoso traje color azul noche, la cual tiene algunos bordados dorados. Sobre la gruesa chaqueta, tiene unas hombreras doradas con hilos colgando, un accesorio típico de los Príncipes. Pero, en Ágrabah no se utiliza ese estilo por la cultura. La chaqueta también tiene botones dorados y sus mangas tienen un dobladillo armonioso. Los hombres siempre deben estar con túnicas o alguna prenda holgada, pero Taehyung quiso lucirse. Lleva unos pantalones con un cinturón de cuero y unos relucientes zapatos con un broche dorado como decoración. Sus cabellos rubios están peinados hacia atrás, luciendo tan joven y atractivo. Accesorios no lleva mucho, tiene algunos brazaletes plateados y anillos delgados de colores oscuros. Sus ojos están ligeramente maquillados de un color oscuro.
Oh, claro que debía lucirse para su invitado.
— Tae..—Tragó saliva, sintiendo sus mejillas calentarse por la imagen frente a él. Sin duda alguna el príncipe es atractivo, aún más con un atuendo como aquel. Y lo más perfecto, es que sabe que Taehyung está vistiendo así sólo para él. No daba crédito a lo que sus orbes miel veían, un hombre hermoso al cual admirar. — Te ves tan hermoso.
Mientras tanto, Taehyung tampoco podía creer lo que veía. Jungkook siempre se ha vestido con ropas rotas, desde que lo conoce ha utilizado prendas aburridas y ningún accesorio. Ahora que logra verlo con un atuendo más ceñido y formal, le encanta lo que ve. Todo complementa en él, desde el adorable listón en su cuello hasta la hermosa camisa blanca ceñida a su cintura.
Un ángel.
— Jungkook, eres una preciosidad.—El príncipe se acercó para tomar una de sus manos, besando suavemente el dorso de ésta. Al estar cerca de él, pudo apreciar un agradable aroma a durazno. Es sublime, tanta belleza en un solo ser es algo digno de apreciar.
— Nunca había estado con zapatos de cuero, es algo sorprendente.—Habló, intentando cambiar de tema. Tantas palabras bonitas hacían que sus mejillas fuesen dos tomatitos.
Sus miradas están conectadas, sus corazones latían al unísmo y sus manos picaban por tocar al otro.
Taehyung se colocó a su lado y ofreció su mano, pero Jungkook se adelantó y se aferró al brazo del rubio, tal y como si fuesen una pareja real.
Ambos jóvenes bajaron por las escaleras, el ladrón pareció sorprendido de no ver a ningún guardia ni sirviente.
Llegaron al salón principal, el cual está decorado de la manera más celestial posible. se compone de brillantes escayolas con incrustaciones de lapizlásuli azul y rosa. El sultán redecoró el palacio añadiendo una decoración francesa en tonos crema y dorados. Hay telares colgando del techo y decorando los pilares de mármol con detalles dorados. En el techo también hay un gran candelabro iluminando todo el salón. Todo es tan armonioso, digno de ver.
Ambos caminaron hasta llegar al centro del salón. Jungkook se dio cuenta que a un lado, hombres con trajes elegantes están sosteniendo instrumentos, preparados para una orquesta.
Antes de que pudiera decir algo más, fue jalado hacia Taehyung.
— Hoy te enseñaré a bailar.
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