፧ Capítulo 19.


Jungkook no pensaba levantarse tan temprano ni tampoco pensaba salir de sus cálidas mantas, pero allí estaba; desayunando para poder salir luego.

La noche no fue tan mala como esperaba. Despertó unas dos veces y tuvo que apartar un poco las mantas al tener calor. Lo curioso, es que su piel está fría, parecía ser hielo al tacto. Aún así, volvió a tapar su cuerpo tiempo después para sentirse menos solo.

Los recuerdos de su estadía en la celda sólo lograban producir un gran miedo al interior de su mente. Estar en un lugar tan oscuro, frío, un lugar donde de seguro varias personas más pasaron por allí antes de ser ejecutadas. Es una sensación terrible. Ahora que está sano y salvo en su hogar, no se siente seguro ni mucho menos feliz. Sí, el cambio de ambiente mejora su estado de ánimo, pero no al punto de sentirse bien.

No iba a levantarse, quiere esconderse bajo las mantas y no volver a salir. Se siente tan solo. Últimamente sus únicos recuerdos son su madre y Taehyung. Ambas personas importantes en su vida, atormentando sus sueños de la mejor manera posible.

Cuando alguien entra a tu vida de la manera más bonita, tienes una cierta confianza en que esa persona permanecerá a tu lado pase lo que pase. Si bien es cierto, hay gente llena de maldad en el mundo.

Pueden prometer cielo y tierra, pueden hacer de tu vida un lindo campo de flores y cada día ofrecer una flor más linda que la anterior. Pueden hacerte creer que el campo se mantendrá así; bonito y estable.

Pero la gente es mala. La gente es traicionera, egoísta y malvada. No te pueden dar la certeza de que se mantendrán a tu lado. No pueden prometerte un lindo campo de flores si sólo te ofrecen un pétalo.

Pero el ladrón confía en todo aquel que se presente en su vida.

Porque Jungkook es una persona vulnerable.

Y esas son las consecuencias de no tener una agradable vida. Te convierten en una persona distinta a la que podrías ser, no importa si es gracias a tu propia voluntad que se hace el cambio. Jungkook se mantiene positivo a pesar de todo lo que ha pasado.

Taehyung comenzó a regar la única flor restante en el campo. Taehyung la hizo florecer nuevamente.

El rubio llego a su vida de manera inesperada. Su linda sonrisa y palabras motivadoras hicieron que sus esperanzas volvieran a subir. Jungkook sabe que él es bueno, porque es difícil que alguien ayude a un pobre ladrón sin si quiera conocerlo. Taehyung lo hizo posible.

Ignorando todos sus extraños pensamientos, Jungkook comenzó a comer un pancito dulce con mermelada de durazno. Una tenue luz se colaba por el agujero de su pared, lo que hacía el ambiente más cálido.

El castañito a pesar de sentirse emocionalmente abrumado y físicamente agotado, quiere ir al bazar para comprarle el anillo a Taehyung.

Su vida se resume en atrocidades. Cosas tan malas le han pasado que ha perdido la esperanza de ser feliz. Estando solo, sin familia ni amigos es abrumador. La llegada de Taehyung sin duda ayudó a que su sonrisita se mantuviera y que volviera a creer en una vida en sueño. Quiere agradecerle al rubio por seguir allí a pesar de todo. Es decir, ¿qué clase de príncipe tiene una amistad con un ladrón? Jungkook al preguntarse eso, sabe con certeza de que Taehyung es la persona indicada. Ya sea para entablar una amistad o algo más, está seguro de que el príncipe no se irá como todos los demás. Con sólo pensar eso, se siente feliz y especial. Adora a Taehyung como persona. Adora su sonrisa, su agradable humor, sus palabras y su divertida forma de bailar.

Entiende en cierta parte la razón de su comportamiento el día de ayer. De seguro está estresado con tantos quehaceres.

— ¿Cuándo podría darle el anillo? Debe ser en un momento especial. —Se dijo a sí mismo, terminando de comer el pancito con mermelada. Bebió un poquito de jugo y se levantó, guardando el valioso diamante azul en uno de sus bolsillos. Dirigió la mirada a su conejito. El animal estaba completamente dormido entre las mantas, con mucha suerte se lograban ver la punta de sus orejitas.

Se colocó unas botas de algodón blanco y se acomodó la camiseta corta, cuidando de no soltar el vendaje en su espalda y pecho. Tomó varias monedas, calculando cuanto saldría aproximadamente hacer el anillo. Se siente aliviado de haber vendido los costosos aros de perlas, lo ayudarían con el anillo y con alimento para más de un mes. Las perlas son muy costosas, ya que muy pocas personas sabían como encontrarlas.

No sé preocupa de dejar al conejito solo, pues sabe que el día es su hora de dormir. Además, ha dejado algo de comida en su pote personal y agua. Estaba a punto de salir, pero antes de bajar al primer piso, tomó otro pancito dulce.

— Por si me da hambrecita. —Susurró, guardando el pan en su otro bolsillo. Finalmente bajó por las escaleras de madera y salió de su hogar. De inmediato el calor golpeó su cuerpo, no entendía como algunas personas pueden estar con telas tan gruesas sobre su cuerpo como lo son las túnicas.

Comenzó a caminar en dirección al bazar. Sus pasos no son apresurados, está caminando con calma para que el calor no sea mayor, no quiere estar sudando y entrar en desesperación por no tener agua para saciar su sed.

El bazar está repleto de gente. Hay personas por todas partes, vendedores proponiendo ofertas, vendedores ambulantes gritando para que compren sus productos, algunos magos en las esquinas y espectáculos con música.

Jungkook se tentó a bailar. La música es tan bonita, además ver a los niños bailar le da suma ternura y le incitan a que se una. Pero no, su propósito es otro y no debe distraerse. No tiene tantas energías para bailar, además..sería mucho más bonito estar con algún acompañante. Los recuerdos de la tarde que pasó con Taehyung vinieron a su mente, logrando que sus mejillas tomaran un tono carmín.

El ladrón se metió entre un tumulto de gente al notar un grupo de guardias vigilando algunas tiendas. Aunque Taehyung lo pudo sacar del calabozo, eso no significa a que no puedan volver a encerrarlo. Los guardias lo conocen perfectamente, cualquiera podría darse cuenta de su presencia. Escabullirse entre la gente fue la mejor opción para evitar ser atrapado. Continuó caminando por el bazar con la mirada gacha hasta llegar a una zona donde sólo hay tiendas de herrería.

Jungkook pudo divisar muchas tiendas con grandes carteles, aún así no se detuvo en las primeras tiendas. Siguió caminando hasta topar con un sitio sencillo, un hombre de rasgos maduros y largos cabellos rubios llegando hasta sus anchos hombros. Ignorando lo atractivo que es el hombre, él está en la entrada con una lija, al parecer está afilando y puliendo una linda daga. En una mesa a su costado hay varios objetos de plata. También hay varios anillos, unl junto a otro, hechos a mano. Los diseños son preciosos. El castañito se acercó interesado, queriendo saber si le podía confiar el trabajo.

— Buen día, joven. ¿Qué necesita? —Preguntó el mayor con amabilidad, levantándose mientras deja la daga sobre una mesa. Jungkook lo miró con ternura al ver una pequeña sonrisa en el rostro del hombre.

— ¡Buen día! He visto que tiene anillos muy bonitos en su mesa de trabajo y..desearía que haga uno para ajustar una gema en el medio.

— Por supuesto. ¿Me deja ver la gema para ver el tamaño? Luego usted me dirá el tipo de material que quiere para el anillo y si desea algunos detalles..tengo varios modelos. —Dice mientras apunta a la mesa del costado. — Cuando me diga todos los detalles podré hacerle un presupuesto.

Jungkook asintió animado, sabiendo que el hombre de cabellos rubios es de confianza. Sacó con cuidado la joya de su bolsillo, extendiendo la mano hacia el contrario.

— O-oh por alá..¿es esto un diamante azul? —El hombre tomó el diamante entre sus dedos con suma delicadeza, mirando sorprendido la gema. El azul brillaba con fulgor y en los extremos se aprecia el color violeta oscuro. Le da curiosidad saber de dónde habrá sacado el diamante, pero no le corresponde preguntar.

— Me encantaría que el anillo esté hecho de plata. En cuanto a los detalles..mhm, no lo sé muy bien. Usted puede crear el diseño, confío mucho en su trabajo. —Ante esas palabras el rubio sonrió. Son muy pocas las personas que lo tratan con tanta amabilidad, sin duda haría un anillo increíble para su cliente. Además, le encantará trabajar con una gema tan hermosa.

— Ya tengo demasiadas ideas para este trabajo. ¿El anillo es para usted?

— O-oh, no. Es para..mi pareja. —Susurró Jungkook con una sonrisa tímida, jugando con sus manos. No es que fueran pareja, pero el ladrón espera que eso se vuelva realidad en un futuro cercano. — Su mano es..casi idéntica a la mía, tal vez un poquito más grande, pero no es mucho el cambio. Sus dedos son delgados.

— Ya veo. Entonces..si me permite, mediré su dedo anular y le añadiré solo algunos milímetros más. —El castañito asintió, extendiendo su mano hasta el contrario. Él tomó su mano con suavidad, escribiendo en una libreta las medidas que saca con una regla elástica. Al terminar, el mayor suelta su mano y midió la gema. Segundos después dejó el diamante resguardado bajo algunos paños, temiendo que se rompa. — Tendré el anillo listo en unas..cinco horas.

— ¡Perfecto! Volveré en cinco horas. Le pagaré cuando regrese y vea el resultado final. —El hombre asintió emocionado y Jungkook sonrió, despidiéndose.

El castañito decidió ir por algo para almorzar, tal vez pueda dar algunas vueltas por el bazar y luego..oh, planea ir al palacio. No quiere ser una persona imprudente pero, sólo quiere saludar al príncipe, saber si está bien o simplemente verlo desde lejos.

Quedó algo preocupado por lo que sucedió ayer. Además, Taehyung siempre va a su hogar. Desea tomar la iniciativa por primera vez e ir a visitarlo. Pero antes de hacerlo, daría algunas vueltas por el bazar.

Caminó hasta un lugar con menos tiendas artesanales. Un grupo de jóvenes se encontraba realizando un pequeño espectáculo musical, tango niños como adultos disfrutaban de la melodía mientras bailaban. Jungkook compró un pequeño jarro con jugo de manzana y se sentó en un lugar con sombra. Sacó el pancito dulce de su bolsillo y comenzó a comer, sonriendo de vez en cuando al estar en un lugar tan amigable.

La gente de Ágrabah merece algo mejor, algo mejor que una alta taza de crímenes y cesantes por todos lados.

Y es que al castañito le rompe el corazón pensar en todas esas personas con dificultades financieras, teniendo que buscar los trabajos más forzados y humillantes sólo por una miga de pan.

Intentó apartar aquellos pensamientos y continuó comienzo el pancito a pequeños trozos, disfrutando de la música. Bebió un poco del jugo de manzana, pensando en lo que sería de él. Ahora tiene dinero, sí, tal vez podría soportar varios meses comprando raciones de comida necesarias y algo de ropa para el invierno. Aunque el costo del anillo bajaría un poco el dinero que tiene, valdría la pena. Sabe que a corto plazo tendrá que volver a ser ladrón.

No aceptaría ninguna clase de ayuda por parte de Taehyung, por más que necesite, no lo aceptará.

Soltó un pequeño suspiro al terminar el pancito dulce y retrocedió un poco, topando con el tronco de un árbol. Ya no está tan débil, pero tiene algo de sueño.

— Sólo una pequeña siesta..—Murmuró para sí mismo, acomodando sus rodillas contra su pecho, como si fuese un ovillo o una bolita. Sostuvo el jarrón con jugo de manzana sobre su abdomen, disfrutando del frío material contra su cálida piel. Apoyó la cabeza contra el tronco, cerrando los ojos.

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Definitivamente la siesta no fue pequeña.

Despertó gracias a los bullicios de la gente y la música subida de tono. Supo que es más de medio día, hora en la que el bazar se llena de gente por las ofertas durante la tarde.

Jungkook se levantó, pues mucha gente está a su alrededor, al punto de rozar su cuerpo. Tomó el jarrón con jugo de manzana y quedó de pie por algunos segundos, soltando un pequeño bostezo. Si fuera por el, seguiría durmiendo, pero debe moverse si no desea ser aplastado por la gente.

Aún teniendo algo de sueño, emprendió su camino hacia el palacio.

Cuando llegó a la calle principal, pudo observar a lo lejos a un hombre con un pergamino en manos. Jungkook sabe que ese hombre es quien se encarga de dar noticias al pueblo cada semana, la mayoría son avisos sobre la economía de Ágrabah. Decidió ignorarlo y seguir su camino.

Finalmente llegó a los muros que dividen el palacio del pueblo, suspiró con nervios. Logró ver a cuatro guardias vigilando la entrada. Tiene algo de miedo, los guardias siempre lo han tratado muy mal. Su trato empeoraría si ven su ropa sucia.

— ¿Qué hace aquí? —Le preguntó uno de los guardias con tono amenazante, una de sus manos sobre la empuñadura de la espalda. Jungkook retrocedió un poco, encogiéndose.

— Yo..v-vine a ver al príncipe Taehyung. —Tragó saliva con nervios, bajando la mirada con sumisión. Se sentía extraño tener que decirle "príncipe" a su amigo. — Más bien sólo he venido a saludarlo.

— Veré que puedo hacer. —Uno de los guardias entró al palacio y Jungkook quedó allí, esperando con emoción al rubio.

Mientras tanto, el guardia entró a la oficina de Kim Namjoon.

— Sultán, hay un vagabundo preguntando por el príncipe.

— ¿Un vagabundo? De seguro es el ladrón que me comentó..podría conocerlo. —Se dice a sí mismo, dejando el libro de lado. Pensó por algunos segundos, recordando que su hijo está castigado. Además, hace muy poco rato Taehyung había intentado escapar del palacio nuevamente, pero esta vez fue retenido. Namjoon sabe que a su hijo le sigue gustando el ladrón, lo hizo muy obvio. Aún no dejaría que se encuentren. Primero desea que Taehyung lo convenza y hable con él.— Dile que no se encuentra aquí.

El guardia asintió y se dirigió nuevamente a la entrada.

—El príncipe Taehyung no está disponible. Retírese ya. —Dijo con algo de brusquedad, volviendo a su puesto original. Jungkook hizo una pequeña reverencia y se retiró como fue pedido.

— D-de seguro está ocupado, pobrecito..debería de darle espacio. —Susurró Jungkook algo deprimido, caminando por la calle principal. El cielo se tiñe de colores cálidos, tales como naranja y rosa, comenzando un bello atardecer.

A lo lejos pudo ver nuevamente al hombre con el pergamino, hablando sobre cualquier tema de importancia.

— Pobrecito..este hombre ha estado un buen rato, debe de estar agotado. —Dijo al ver que el hombre tenía sudor en su frente. Iba a comprarle un jarrón con agua, pero recordó que solo trajo dinero necesario para el anillo. Algo frustrado de no poder ayudarlo, se acercó entre el tumulto de gente para escuchar su discurso.

— Por último, su majestad se complace en invitar a todas las muchachas a un baile que se celebrará en honor a la llegada de la primavera. Todo aquel que tenga un buen vestuario podrá ser aceptado dentro de la celebración. Dentro de todo se pide respeto . —Hubo una pausa. Jungkook quedó sorprendido ante aquella información, pues los bailes no son tan frecuentes.—
Informo que el propósito del baile es netamente para encontrar a una mujer digna de ser futura esposa del príncipe Kim Taehyung.

Y tras esas palabras, Jungkook se quebró.

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