፧ Capítulo 34.
Si les incomoda tener que imaginar a Jungkook con prendas femeninas, es tan sencillo como abandonar la lectura o ignorar la descripción de la vestimenta.
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El día tan esperado por fin llegó.
Ya es de tarde, cálidos colores cubren el cielo y los sirvientes están arreglando los últimos detalles al interior del palacio. Los demás invitados no tardarán en llegar y deben asegurarse de que todo esté en orden. El establecimiento se ve precioso.
El suelo está decorado con mármoles policromos. El resto están decorados con terciopelo de color carmesí y dorado, creando una especie de alfombra, la cual cruza directo por unas escaleras pequeñas hasta llegar al gran trono del sultán y su hijo. A los lados, se tallaron pequeñas estatuas en diversos materiales como la piedra, bronce e incluso oro. Pero, esta vez colocaron las estatuas de piedra, las cuales fueron talladas a manos por griegos y encargadas especialmente para la ocasión. Alguna de esas estatuas representa el renacimiento y otros movimientos, aunque para el sultán la belleza de la escultura occidental es lo primero que observa.
La gran cúpula en medio del palacio tiene detalles de oro en ella y algunos mosaicos, los cuales a simple vista no logran verse. Hay algunos telares dorados y color crema que cuelgan del techo, dando un aspecto mucho más armonioso. La paleta de colores que utilizan para decorar es perfecta para la ocasión. El dorado predomina en el lugar, pero aún así se logran ver algunos detalles rojos y crema. En medio del salón de baile cuelga un gran candelabro dorado con todas sus velas encendidas. En una esquina está el grupo de la orquesta mientras que en los extremos hay pequeñas mesas con alimentos, un pequeño banquete.
Por otro lado, está el salón principal, donde una larga mesa con cóctel de primera clase y utensilios costosos están perfectamente colocados sobre la superficie. Hay algunos ramos con flores como decoración de mesa.
Por todo el palacio se escuchan murmullos y gritos de doncellas, pues pronto tendrán que bajar y ellas se están esmerando por tener una de las mejores apariencias del baile. Para ellas, es una clase de competencia, pero todo se toma con humor después. Taehyung no está tan emocionado como ellas.
El príncipe se encuentra con los brazos apoyados en el balcón de su habitación, mirando una larga fila de carruajes llegar y colocarse frente a la entrada principal, esperando para que la entrada fuese abierta. Ya está completamente arreglado, claro que hay que destacar lo hermoso que se ve.
Su cuerpo es cubierto por una túnica negra la cual llega hasta sus rodillas, sus piernas son cubiertas por un pantalón del mismo color. La túnica tiene unos botones dorados en medio y también en el borde de las mangas. También, unos hermosos detalles dorados bordados a mano por la zona de su pecho. Sus zapatos son de cuero oscuro y la punta es fina, haciendo del accesorio algo más elegante. No tienen caña y en la zona del talón tiene un broche grisáceo con una brillante gema en medio. Sus falanges cubiertos por preciosos anillos de plata y oro con algunas gemas incrustadas, sus muñecas teniendo pocos brazaletes. Su rostro es más que hermoso. Sus cabellos rubios están perfectamente peinados hacia atrás con gel, dándole un aspecto más varonil y un aura de superioridad. Sus ojos ahumados con maquillaje negro y en el extremo del párpado, hay brillantina color plateado, siendo muy sutil. Hacen que sus luceros se vean más profundos de lo que son. No han maquillado la piel de su rostro, pues no tiene alguna imperfección, aún así colocaron una crema no tan brillante en su dermis. Sus labios tienen brillo de un color natural. Valió la pena cada mañana que despertó temprano para que las sirvientas arreglaran su traje; ha quedado hermoso para la ocasión.
Su resplandeciente mirada pasa por los carruajes en espera de entrar al establecimiento. Estuvo a punto de bajar, hasta que sintió la mano de su padre en uno de sus hombros.
— Te ves muy bien, hijo, las sirvientas hicieron un buen trabajo.— Kim Namjoon mostró sus hoyuelos, posicionándose junto al menor, también apoyando los brazos en la barandilla del balcón, mirando a su misma dirección. — ¿Estás listo para bajar? La mayoría de los huéspedes están abajo y ahora permitiré que abran las puertas para que pasen los demás. Lamento decir esto pero no tienes más tiempo para prepararte, sabes que tu presencia será clave en la bienvenida.— Su padre no se esmeró tanto en su aspecto, pero aún así luce muy bien estando con algo más sencillo, sin tantos colores o accesorios. Lo hace ver más joven.
— Bajaré en unos minutos más, padre, quiero respirar un poco.
— Te estaré esperando en mi trono, cuando llegues a mi lado abriré las puertas de la entrada principal. Escucha, habrán muchas doncellas y la mayoría querrán coquetear contigo, ya sabes, a algunas personas no les quedó claro el propósito del baile. Aún así, por favor no actúes de forma grosera e intenta responderles bien. Es lo único que te pido. —Miró a su hijo de reojo, soltando un pequeño suspiro. Se siente muy orgulloso de él, a pesar de no demostrarlo siempre. Desearía que su relación mejorara de alguna manera. Después del baile le dirá la causa de la muerte de Hwasa. Quiere recuperar la confianza perdida y volver a ser unidos, tal y como lo eran antes. Iba a decir algo más, pero se limitó a quedarse callado y retirarse de la habitación.
Realmente Taehyung no se había quedado esperando algún sermón o palabras de aliento, está acostumbrado a aquellas palabras cortantes por parte de su progenitor.
El príncipe está cansado. Luego del lloriqueo que expresó su tristeza durante la madrugada, tuvo que levantarse luego de una hora para comenzar con su agitado día. Trató de no pensar tanto en su madre, pero le fue casi imposible. Lo que pasó en la noche fue tan extraño para él, nunca le ha dado un pánico como ese. Sonrió un poco al recordar el cálido tacto de Jungkook en sus mejillas y cuerpo. Él lo ayudó de la mejor manera y su corazoncito parecía querer estallar al recordarlo.
Volvió a sentir una mano sobre su hombro y rodó los ojos.
— Padre, entendí tu punto. No tienes que- —Al dar media vuelta, se encontró con la dulce sonrisa de su novio, quien está con la misma ropa sucia y rota con la que lo conoció. Relajó sus facciones y se acercó a él. No lo había visto en todo el día, lo ha extrañado mucho.— Hola, Jungkook, lamento no haberte dado los buenos días. Ya sabes, estuve ocupado. Muy ocupado. Si hubiese tenido algo de tiempo..
— No debes preocuparte. ¿Pudiste dormir bien? ¿Ya comiste algo? Debes tener energía, Tae. —Jungkook miró al rubio, notando lo decaído que está. No se ve muy feliz. Cuando sus cuerpos estuvieron más juntos, alzó las manos para tocar el rostro maquillado del mayor. Está embelesado con esa vista.— Te ves tan hermoso. Tu cabello, tus ojos... —Sus manos fueron bajando por su cuello, por su pecho tapado por la tela de su túnica y por su abdomen, llegando a sus costados para tomar sus manos y plantar pequeños besos en el dorso.— Eres el hombre más bonito que he visto. —Dijo con total sinceridad, sus mejillas rojas por el atractivo que tiene su novio.— Mhm, estoy celoso. No de ti, sino de las muchas doncellas que se acercarán a ti.
— Y aunque eso ocurra, mi atención siempre estará sobre ti.
— Tae, eres adorable. —Besó sus labios, o más bien un simple roce.— Lo harás increíble. No tienes por qué preocuparte, actúa con naturalidad y sonríe tan bonito como siempre. —Sus manos comenzaron a masajear los hombros del rubio, notando lo tenso que está.— Cualquier cosa que ocurra allá abajo sabrás manejarlo, eres el mejor príncipe y serás el mejor sultán que tendrá este pueblo.
— Tus palabras realmente me ayudan mucho, no sabes cuánto. —Suspiró relajado, mirando los abultados labios del menor dejando castos besos sobre sus anillos. Apartó las manos con suavidad y abrazó su espalda, manteniendo sus rostros muy cerca. — Promete que en algún momento de la noche, vas a salir de tu habitación y me vas a sonreír.
— Taehyung.. —Sus frentes llegaron a tocarse y se quedaron así por algunos segundos, ambos cerrando los ojos.
— Por favor..seré el único que te verá. Tu presencia me va a animar mucho. —Taehyung realmente amaría ver a su pareja animándolo desde lejos. No es que le disguste estar presente en una fiesta, le agrada convivir con más gente y bailar, pero dada la importancia de los invitados y las horas que tendrá que estar allí abajo lo estresa. Teme hacer algo mal, decir algo inapropiado o actuar de mala manera. Sabe que habrá un montón de doncellas detrás de él pidiendo que bailen y él no puede negarse.
— Está bien. Si no logras verme..intentaré darte una señal, ¿si? Todo saldrá bien, principito. No tienes por qué estar nervioso, solo será otro baile.— Taehyung sonrió ampliamente y llenó de besos el rostro ajeno, juntándolo a su cuerpo aún más. Estuvieron pocos minutos así, abrazándose y dándose cariñitos. — Cuando menos te lo esperes, estarás conmigo nuevamente, ambos acostaditos bajo las mantas.
— Yo quiero eso. — Susurró, mirándolo con una pequeña sonrisa. Imaginar algo así hace que su corazoncito salte de alegría.— Eres mi amuleto de la suerte, kookie. Te quiero. —Ambos se dieron más besitos y alguno que otro coqueteo. Cuando ya fue mucho el tiempo, Taehyung tuvo que retirarse de la habitación, pero con un mejor humor. Jungkook miró a su novio irse e hizo una pequeña mueca, mirando al suelo.
Al bajar, su padre lo miró confundido, pues su hijo ahora tiene una gran sonrisa. El sultán se sentó en su gran trono dorado y Taehyung se mantuvo a su lado estando de pie. No quiso sentarse a su lado, pues sabe que tendrá que saludar a cada invitado y sería algo incómodo estando sentado.
— Veo que estás con un mejor ánimo..me alegro de verte así, pensé que estarías serio durante toda la noche.— El sultán sonrió ligeramente, jugando con los pocos anillos que lleva en sus grandes manos. Los huéspedes del palacio ya están abajo, mirando toda la decoración y esperando a que llegaran los demás para comenzar el baile. Solo hace falta la autorización del sultán. Mientras tanto, Taehyung se siente mucho mejor. Tal vez la noche no sea tan larga como piensa y espera saber comportarse en todas las situaciones que se presenten.
— Padre, creo que ya es hora de que abran las puertas.
— Tienes razón, la mayoría ya está fuera del palacio. —Kim Namjoon miró a los guardias y les dio algunas indicaciones antes de iniciar todo. Taehyung cruzó las manos detrás de su espalda, tomando una posición firme y autoritaria. Los nervios se han esfumado por completo y está listo para recibir a las visitas. Aún así debe ser precavido. Él será el futuro sultán, y desde ahora debe comportarse como tal. Las personas que vendrán, algunas de ellas serán sus futuros aliados y debe comenzar desde ya a hablar de negocios. — ¡Abran ya las puertas!
Un griterío se escuchó a la lejanía y las puertas finalmente fueron abiertas. Los huéspedes se juntaron en el centro del salón, esperando por los demás invitados. Cabe destacar que todos ellos se esmeraron por tener una muy buena apariencia. Tal vez alguna que otra doncella exageró con el tamaño del vestido o con lo extravagante de su peinado, pero todo sea para llamar la atención del príncipe Taehyung, o cualquier otro príncipe en general.
Un elegante hombre con pergamino —sirviente del sultán— Se colocó al extremo de la entrada al establecimiento, mirando a los jinetes bajando de los carruajes para abrirle las puertas a los nobles en su interior. Pareja por pareja, familia por familia fueron avanzando en fila hasta llegar al interior de la mansión, donde el sirviente los espera. Los nombres de cada uno están colocados en orden, así tener una presentación digna. A medida que vayan entrando, sus nombres serán dados. Y así empezó la velada.
— ¡Familia Byun y sus dos hijos! —Un elegante hombre junto a una mujer, dieron pasos hacia delante con sus dos hijos detrás. Los pequeños portan una hermosa vestimenta. Pasaron entre la multitud con una gran sonrisa, saludando a algunos invitados y tomando las manos de sus hijos para que no se queden atrás.
— ¡Pareja Lee! — Wonho, un rey bastante respetado dentro de los dominios de arabia, pasó adelante junto a una hermosa mujer de cuerpo curvilíneo y rasgos delicados. El sultán en ningún momento dejó de sonreír, debía mostrar una buena imagen y un buen carácter. Sus brazos están apoyados sobre su trono y mantiene su espalda recta.
— ¡Familia Chae y su primer hijo! —Una familia pasó adelante. En los brazos de la mujer, un pequeño niño está acurrucado contra el cuello de su madre, manteniéndose quieto. El hombre del pergamino dejó que ellos avanzaran para luego continuar con la lista.
— ¡Familia Bae y su hija la princesa Irene! —Y allí está uno de los reinos aliados de Ágrabah, podría decirse que son el reino más confiable. El sultán ha tenido varias reuniones con ese rey y ya podrían considerarse amigos. Kim Namjoon alzó la mano con elegancia en forma de saludo, el hombre correspondió; alzando su mano de la misma manera. Taehyung miró de reojo la parte superior del palacio, donde están las demás habitaciones. Jungkook no está allí. Volvió su vista hacia el salón, mirando a todos los invitados.
— Ese rostro me es familiar, ¿la he visto en alguna ceremonia? —Taehyung inclinó un poco su cuerpo para realizar aquella pregunta, intentando ser disimulado al momento de hacerla. La hija de los Bae lo miraba desde lejos con una expresión molesta, no dejaba de hacer contacto visual con él y eso lograba causar algo de incomodidad. Desvió la mirada y volvió a su posición inicial, manteniéndose rígido junto a su progenitor.
— Dios, Taehyung, es la muchacha que rechazaste hace semanas, mandaste a Yeontan para que rompiera su vestido. ¿Cómo es que no recuerdas? —Taehyung produjo un leve sonido de afirmación y sonrió con algo de burla, mirando a la muchacha, quien no parecía feliz de estar allí.
Pronto las parejas y familias fueron avanzando, ya todos los invitados están al centro del salón, saludándose entre ellos y criticando sus aspectos con la mirada. Los nobles son muy rigurosos al momento de conocer a personas nuevas. Cuando ya la última familia de la noche se presentó ante toda la multitud, la orquesta comenzó con una suave melodía para suavizar el ambiente y hacer que los murmullos se detengan. El sultán se levantó de su asiento, mostrando una encantadora sonrisa.
— Es un gusto tenerlos aquí nuevamente en una nueva celebración con otro motivo. Ya han pasado varios años desde la muerte de mi difunta esposa, es una lástima que el día de hoy no nos pueda hacer compañía. Este baile será en honor a ella, en honor a ustedes y a todas las personas caídas en guerras anteriores. Me alegra anunciar la pronta coronación de mi único hijo Kim Taehyung. —El mencionado alzó la cabeza con orgullo, escuchando varios murmullos.— Mis aliados, disfruten la música y todo lo que este palacio tiene para ofrecerles. Es un honor tenerlos aquí el día de hoy, hagamos de este baile una ceremonia alegre y disfrutemos de lo que resta de la noche.
Sonoros aplausos resonaron por todo el lugar, todos felices de escuchar al hombre. Kim Namjoon ha sido conocido por dar muy buenos discursos, él es capaz de llegar a la gente con palabras gentiles y una personalidad muy alegre. Pronto volvió a sentarse en su trono y la música aumentó el volumen. Por ahora la gente solo está conversando entre sí, conociéndose o buscando pareja para el baile que tendrían en algunos minutos más. Normalmente el principio de los bailes es para socializar con los demás y para adaptarse al ambiente.
— Tenemos para ofrecer un delicioso banquete, no muy abundante. En unas horas más mis sirvientes servirán un delicioso plato de fondo para todos los invitados. —El sultán dirigió su mirada hacia la multitud, buscando a alguien en específico. Encontró al Sultán de Libia coqueteando con una reina cualquiera. Frunció ligeramente el ceño, sabiendo que tendría que arreglar las cosas con él en algún momento de la noche.— Sin algo más que añadir, ¡Que empiece la música! —Y con aquel anuncio, una hermosa melodía comenzó. Los miembros de la orquesta están terminando de afinar sus instrumentos y organizando las canciones que tocarían por orden.
Taehyung miró por segunda vez al segundo piso, Jungkook aún no aparecía. Una tos para nada disimulada lo distrajo, al parecer su padre está tratando de llamar su atención.
— No te distraigas, Taehyung. —Dijo en un susurro, sus ojos pardos mirando al menor. El sultán pudo notar a muchas doncellas mirar hacia su dirección, más específicamente a su hijo. — Te daré un consejo, escúchame bien. El primer baile siempre será un vals, alrededor de cuatro canciones después vendrá la música de nuestro pueblo. Las princesas se acercarán a ti para pedirte un baile, y eso es justamente lo que debes evitar. Recomiendo que tú mismo vayas en busca de una mujer que sea de tu agrado, sabes bien que hay algunas doncellas algo..mhm, no debería decir esto, pero algunas de ellas son insistentes y egocéntricas. Ese es mi consejo.
— Padre, mira, allí hay dos princesas con..los atuendos de aquí, de Ágrabah.— El menor apuntó a dos mujeres con el traje típico de arabia, algo extraño, pues la mayoría está con prendas más especiales y típicas de sus naciones, vestidos grandes y extravagantes.— No se ven de por aquí.
— Puede que quieran llamar tu atención con ese vestuario. Te miran como si fueses un trofeo, hijo mío.— Namjoon soltó una leve risita, notando que la música aumentó de nivel. Pronto comenzaría una melodía más acorde al vals. El sultán se quedará sentado en su trono, observando todo lo que ocurra con su hijo y atento a cualquier amenaza. Cuando ya haya avanzado el tiempo, él bajará para saludar a cada uno y se integrará al baile. — Te deseo suerte.
Taehyung hizo una mueca de disgusto al escuchar esas palabras. Miró en dirección a la orquesta, disfrutando de la suave melodía que producen con sus instrumentos. Miró a su padre por última vez, recibiendo un leve asentimiento de cabeza. Suspiró con algo de nervios y miró a la multitud, haciendo una leve reverencia antes de hablar.
— Imitando las palabras dichas por mi padre, deseo pasar una buena noche con ustedes, mis futuros aliados y compañeros. Ojalá estas juntas se hagan con mayor frecuencia, sin algún motivo en especial. — Su encantadora sonrisa geométrica apareció, cautivando a más de una persona. Volvió a hacer una reverencia y comenzó a bajar por las escaleras de mármol, sus zapatos tocando la alfombra de terciopelo carmín. El tumulto de gente se hizo a un lado y dejó pasar al príncipe anfitrión, saludándolo con cortesía. La mayoría de las princesas solteras se mantuvieron cerca de Taehyung, sabiendo que el hombre está pensando en quién sería la indicada y afortunada de compartir un baile con él. El atractivo del príncipe llama mucho la atención, además de su fortuna y hermoso hogar. Cualquier doncella estaría interesada.
Mientras tanto, los demás príncipes están en la misma búsqueda, conversando con las jóvenes del lugar. Taehyung no quiere verse como una persona que está siendo obligada a escoger pareja, así que fingió interés y una gran sonrisa mientras caminaba entre la multitud, mirando detalladamente a cada doncella.
— Usted, ¿le gustaría bailar esta pieza? —Le preguntó a una princesa bastante sencilla. Cabellos naranjas y brillantes con algunas trenzas y ondas. Ojos oscuros, cejas definidas y algunas pocas pecas. Se nota que no es de Arabia. Su vestido es simple, no exagerado y grande como el de las demás invitadas, eso fue lo primero que llamó su atención.
— Sería un honor, príncipe Taehyung. —Hizo una pequeña reverencia y juntaron sus manos, escuchando una pieza comenzar. Las demás doncellas están muy decepcionadas al ver la extraña opción que tomó el príncipe como compañía, pero ninguna de ellas se atrevió a hablar. En vez de hacer eso, consiguieron a otros príncipes como pareja e intentarían llamar la atención de Kim Taehyung de alguna u otra manera.
Todos se acomodaron al medio del salón, las parejas pronto comenzaron a moverse por todo el lugar, bailando y divirtiéndose. Es elegante, aún así el ambiente es más alegre y divertido. Hay algunas piruetas y saltos que hacen las parejas animando el ambiente. Taehyung sigue los pasos que se le han enseñado. Tomando la zurda de la mujer, mantuvo su diestra sobre su cintura, sin llegar a tocarla, ni si quiera rozando su vestido. La princesa se dio cuenta de aquello, quedando muy confundida. Al parecer el príncipe no quiere tener contacto físico con ella y aún así la escogió para bailar.
Y no está molesta, de todas maneras agradecía que el príncipe no se aprovechara de la situación para tocarla más. Le ha pasado en muchos bailes reales y no es algo agradable de ver. Además, está algo intimidada por todas las miradas de enojo que le dedican otras doncellas.
— Princesa, se ve incómoda. ¿Se encuentra bien? —Preguntó Taehyung con disimulo contra su oído, sin dejar de bailar por todo el salón, desplazándose por cada esquina.
— Todos nos miran.— Comentó con nervios.
— Todos la miran a usted, déjeme decirle que se ve preciosa el día de hoy. —Y eso alegró el incómodo ambiente que se había formado. La mujer sonrió levemente y agradeció sus palabras, posando su mano libre sobre el hombre del príncipe, algo embobada por la elegancia que emana todo su ser.
Y ahora el ambiente está mucho mejor que antes. La princesa se siente extrañamente atraída por aquel hombre, algo que nunca le había pasado en bailes anteriores. La elegancia, educación y amabilidad del príncipe lo hace ver muy atractivo. Además de su hermoso aspecto y utilizando prendas típicas de Ágrabah. Es un sueño, y ahora la princesa de ojos oscuros entiende el por qué la obsesión de las doncellas hacia Kim.
— Usted..¿p-por qué me escogió para bailar? —Preguntó con un sonrojo en sus mejillas, acariciando ligeramente el hombro del rubio. Si piensa bien, Taehyung se interesó en ella y la está tratando de conquistar a través de esa amabilidad. Ante aquel pensamiento sonrió emocionada, bajando la mirada con timidez.
Mientras tanto, Taehyung la miró con cierta confusión. No esperaba toparse con una pregunta como esa. Tuvo que pensar bien lo que diría, porque ni si quiera él mismo sabe por qué la escogió.
— Me pareció interesante. —Habló con sinceridad. La melodía continuó siendo armoniosa y llegó el coro, donde hay pasos especiales para realizar. El príncipe no perdió el tiempo y agarró suavemente la cintura de la muchacha, alzando su cuerpo como lo hacen varias parejas ahora mismo. La bajó casi al instante y continuaron con un lento balanceo. La pelirroja pareció morir ante esa acción tan inesperada, sus mejillas tomaron un tono más fuerte, causando un bochorno en su rostro.
Al término de la primera canción, ambos jóvenes hicieron una reverencia, escuchando a la orquesta anunciar el inicio de una nueva melodía.
— ¿N-no vamos a seguir bailando?
— Oh, iré en busca de un aperitivo y luego debo elegir a otra pareja, c-condiciones de mi padre. —Dijo lo último con un tono más alto de voz. No quería hacerle pensar que no desea continuar bailando con ella. Se dio cuenta pronto de las miradas coquetas que le dedicaba y aquello no le gustó.
— Pero, ¿luego volverá a bailar conmigo? —Preguntó con insistencia, tocando el brazo del príncipe. Y él estuvo a punto de apartarla, pero debe mantener la poca paciencia que tiene y comportarse como se debe.
— Por supuesto. Fue un baile grandioso, espero repetirlo. —Hizo una corta reverencia y decidió acercarse al lugar donde se encuentran las numerosas mesas con bandejas de plata sobre éstas. Deliciosos aperitivos se ven allí, aprovecharía de comer un poco y liberar la tensión que está sobre sus hombros. Además, sería una buena oportunidad para hablar con otros reyes y sultanes.
Se apoyó en una pared cercana, junto a una mesa con aperitivos. Tomó con cuidado uno de los tantos jarrones con jugo de manzana y bebió, mirando el alegre ambiente que se ha formado en el salón. Algunas parejas siguen bailando mientras que otros están disfrutando de los alimentos cerca del príncipe Kim.
— D-Dios, Taehyung, de-debes calmarte. Casi reaccionas mal. —El jarrón tembló entre sus manos. Miró una figura masculina acercarse hacia él y dejó de temblar.
— Príncipe, se ve muy bien esta noche.
— Rey Byun, muchas gracias. Es un placer tenerlo aquí. —Respondió con cortesía.
— Pensé que no tendríamos la oportunidad de hablar, pero ya que se encuentra solo en estos momentos. —El hombre lo miró con una leve sonrisa, tomando una posición relajada, escuchando la música a lo lejos.— ¿Cuándo será su coronación?
— En unas semanas.
— Veo que ya cumpliste la mayoría de edad y aún no eres sultán, es un verdadero alivio. Yo me convertí en rey por obligación a los catorce años, no puede imaginarse todo lo que pasó. De seguro sabe la cantidad de malas decisiones que tomé en esa época, aún no estaba listo para tomar un puesto tan importante. —Suspiró, mirando a su esposa conversar animadamente con algunos invitados, notando las miradas lujuriosa que algunos le dedicaban. Ni si quiera se inmutó.— Dígame, príncipe, ¿por qué ha decidido no casarse?
— Aún no es tiempo de hacerlo. Mi padre estaba desesperado con que conociera a la persona ideal para mí y así poder concretar la unión. Por fortuna logré convencerlo, es muy pronto para tener una boda y me sentía presionado por conocer a alguien. Ya sabe, es difícil hacer que alguien ame sin contratos o beneficios financieros. —El rey pareció entenderlo al instante, pues su mirada fue directamente a su esposa, pensando en que su "hermoso" matrimonio no es más que una farsa. Un error de dos jóvenes destinados a crear un heredero con tan solo dieciséis años, luego de eso no hubo más amor entre ellos. Palabras tan secas como "te amo" no existen en su círculo familiar. Sus pobres hijos deben soportar sus constantes peleas y contradicciones, pero ante los ojos de todos son el matrimonio ideal. Así debe ser.— Yo quiero a una persona que me quiera por lo que soy, no por lo que tengo. Mi padre respetó mi decisión y no será necesario casarme para cuando llegue la coronación. Rey Byun, no quiero sonar imprudente pero, ¿por qué se casó a tan temprana edad? Sé que hay presión, pero tal vez pudo haber esperado un poquito más.
— Su pregunta no me ofende en lo absoluto. En realidad..sí tuve opción de contraer matrimonio más tarde. —Taehyung lo miró confundido, dejando de lado el jarrón con jugo.— Me dieron dos opciones, tener una coronación con o sin esposa. Yo de inmediato dije que no, es decir, no conocía a nadie y..quería encontrar a mi persona especial. Sé que suena algo muy típico, pero eso es lo que añoraba, no pedía nada más. Luego de haber rechazado la oferta, mis padres también me ofrecieron tener a un grupo de concubinas a mi disposición. Tampoco acepté eso. Cuando finalmente llegó el día de la coronación yo recién me estaba dando cuenta de todo lo que venía por delante. Es un antes y un después, literalmente ese fue el momento que mi vida fue decidida. Mi primer día como rey fue tan..solitario. Recién era un niño y ya tenía un montón de responsabilidades mientras que yo solo quería salir a jugar con mis amigos. La primera semana fue terrible. —Admitió, sintiendo algo de pena al recordarlo.— T-tuve mucho miedo de pensar que esa sería mi vida, a pesar de tener momentos de ocio, entretención y dinero no me gustaba esa vida. Allí fue cuando tomé la decisión de tener una esposa. No me importaba quien fuera, quería sentirme acompañado. Así fue como me casé a tan temprana edad.
Taehyung allí se dio cuenta de la distinta realidad en la que está.
— Le digo esto para que no cometas el mismo error que yo. Fui tan ingenuo al pensar que casarme resolvería todos mis problemas. Ahora que usted será mi futuro aliado, espero que tome las decisiones correctas y sin apuro.
— Tomaré su consejo con sabiduría, rey Byun. Me alegro saber que alguien como usted será mi futuro aliado. —Dice mientras intenta analizar todo lo que le escuchó decir.— Lamento mucho las situaciones por las que tuvo que pasar.—Se lamentó tragando saliva sonoramente. ¿El matrimonio Byun no se amaba? Es algo difícil de creer, puesto que siempre son tan cariñosos frente a la gente. Él definitivamente no quiere terminar siendo así.
Cuando el rey se alejó, fue cuando notó la mirada de su padre, tratando de decirle indirectamente que busque a otra pareja. Soltó una pequeña carcajada y caminó de vuelta al centro del salón, buscando a otra doncella. Podía sentir la mirada de la chica pelirroja a distancia, cosa que lograba ponerlo muy incómodo.
El príncipe estuvo a poco de escoger otra compañera para el baile, hasta que se dio cuenta que el volumen de la música bajó. Varios pares de ojos se dirigieron a un mismo lugar. Algunos lucían muy sorprendidos, parecían estar en paralizados. Taehyung confundido dio media vuelta para verificar lo que todos admiran.
Y al verlo, esbozó una sonrisa.
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