፧ Capítulo 12.
Taehyung nunca había peleado tanto con su padre como en ese momento.
Después de salir de la oficina de Kim Mingyu, decidió ir en busca del ladrón al calabozo. Él está dispuesto a sacarlo de allí, no podía soportar imaginar al castañito solo en un horrible y frío lugar. Su mente seguía la triste imagen del ladrón llorando por ser llevado entre los guardias. Al recordarlo sólo hacía que se sintiera más enojado..
No estaba en sus planes chocar con su padre en el camino al calabozo. Pudo darse cuenta de inmediato que el sultán sabía todo. Sus facciones lo confirmaban. El mayor lo obligó a subir hasta la habitación del segundo piso para poder "hablar". Aunque, por el momento, sólo eran gritos. El príncipe quiere dejarle en claro lo que hizo y lo que desea hacer en el futuro.
— Bien, hijo, empecemos hablando con tu querida escapada al bazar. —Comenzó hablando, cerrando la puerta de la habitación con brusquedad. — No podrías imaginar como reaccioné a los rumores del palacio. ¿Cómo crees que me sentí al escuchar a Kim Mingyu discutiendo contigo por una reciente escapada? —Esta vez miró a su hijo, agarrándolo por los hombros con una expresión llena de preocupación.— ¡¿Cómo crees que me sentí al saber que has estado escapando del palacio por más de una semana?! De solo imaginar las cosas que te pudieron pasar..
— Pero no me ocurrió nada, padre. Debía hacerlo, ¡no quería vivir en la ignorancia! No podía decirte porque estaba seguro de que evitarías que me escapara.
— Me siento tan molesto contigo hijo. ¿Sabes cómo es afuera? Hay ladrones todo el tiempo, hay peleas y mucha violencia. Estando tú solo sin saber donde ir..—El sultán suspiró, intentando calmar su acelerada respiración.— Taehyung, mientras más te alejas del palacio las calles se vuelven más peligrosas. No hay suficientes guardias para todas las personas que cometen crímenes. No sabes el fuerte tráfico de órganos que hay aquí, cualquiera pudo raptarte. ¿No pensaste en eso cuando saliste, cierto? ¡Eres tan irresponsable, Taehyung!
— ¿Así que eres consiente de los problemas en tu pueblo? ¡Dios, padre, lo he visto con mis propios ojos! Hay un exceso de pobreza y a ti se te ocurre subir los impuestos. ¡Más encima hay escasez de trabajo! —Gritó con enfado, mirándolo fijamente. — El pueblo es precioso, tiene tantas cosas buenas. El desierto es magnífico durante la noche y hay muchas actividades. Es un lugar lleno de oportunidades, es solo que tiene una mala administración. ¿Qué está ocurriendo con la economía, padre? Ágrabah podría ser un lugar maravilloso, lleno de turismo y de gente extranjera.
Taehyung ahora mismo está tan inspirado en ser sultán, desea arreglar todos esos problemas y mejorar la economía. Nunca se sintió tan interesado por el pueblo en que vivía.
— Además, los guardias del palacio son tan agresivos. ¿Sabes que la sentencia de un ladrón es cortarle un dedo? Y si lo atrapan nuevamente, le cortan la mano. ¡Lo último es la muerte, padre¡ ¿En qué tipo de ambiente estamos viviendo? —El rubio peinó sus cabellos hacia atrás, algo estresado de estar hablando sobre eso. Además, estar sosteniendo al conejito en una de sus manos no mejoraba el momento.— ¿Sabes que es lo peor? Hay un maldito estafador guiando a los guardias de la peor manera posible. ¿Por qué tienes a Kim Mingyu como jefe? ¡Es un desgraciado!
— ¡No tenía opción! Él me estafó, estoy siendo amenazado por él, hijo. Ha hecho mucho por mantener mi imagen y le agradecí dándole ese puesto. Sé que él inculca violencia, pero no puedo hacer algo más. Mientras sea sultán él tendrá que ocupar ese lugar. —El hombre mayor dio una media vuelta, evitando hacer contacto visual con su hijo. Está tan avergonzado de confesarle aquello.
— ¡Eres el sultán, deberías saber arreglar eso! ¿Estás diciendo que por culpa del cuidado de tu imagen pública hay un hombre peligroso mandando a los guardias? —Taehyung soltó una risa por lo ridículo que se escuchaba todo.— ¿Tan importante es tu imagen? ¿Qué fue lo que ocurrió para que tengas que poner a ese hombre de jefe?
— Tu madre, él sabe algo sobre la muerte de Hwasa. No quería que el pueblo o los demás reinos supieran. —Murmuró el Sultán con voz temblorosa, volviendo a mirar a su hijo.-—No quería que expongan su muerte de manera tan..irresponsable. Tuve que ocultar algunas cosas y Mingyu me ayudó. —Taehyung siempre supo que su madre había muerto por problemas respiratorios, pero a juzgar por los nervios que tenía su padre al contar todo eso, dudaba. Sonaba tan extraño, no tenía nada de malo que el pueblo supiera de su muerte. Es algo natural, no había de qué avergonzarse.
— ¿Sabes? Ahora deseo ser sultán. No solo para mejorar la economía en Ágrabah, sino que también para echar a Kim Mingyu del palacio. Él no se merece el lugar que tiene ahora. —Namjoon le dio la razón, estando de acuerdo en sus palabras. No soportó más y abrazó a su hijo con fuerza. Taehyung tuvo que dejar al conejito en el suelo.
— Serás sultán, hijo. Fuiste muy valiente al salir solo, de verdad. Aún con el susto que me diste..estoy orgulloso de ti. —Taehyung correspondió a su abrazo, escuchando sus palabras con suma atención.— Y-yo nunca habría podido hacer eso, a tu edad pasaba solo entre libros. No puedo creer que tenga un hijo tan valiente. Serás un muy buen sultán, lo presiento.
El menor está tan feliz de escuchar aquello. Le hubiera encantado que esas palabras fueran dichas mucho antes. Es decir, tuvo que escapar del palacio para que su padre hablara de esa forma.
— Deseo ser sultán, pero sin contraer matrimonio todavía. No me siento preparado y sería mucho mejor ir más lento en ese aspecto. —Dijo el príncipe, recordando a Jungkook de inmediato. Debía ir en su búsqueda, no quería que siguiera en ese calabozo, mucho menos con Kim Mingyu cerca. Después de lo que dijo su padre sobre él, no quería ni imaginar lo que podría hacer en su contra. Iba a retirarse de la habitación, pero su padre lo detuvo. Para el mayor, es un momento ideal de hablar sobre ese tipo de cosas.
— Espera, hijo, ¿no me dijiste el otro día que había alguien con tu interés? —Preguntó con curiosidad. El sultán no sabía de la existencia del ladrón, solo supo sobre la escapada del rubio.— ¿Al menos me darías su nombre? Digo, para no equivocarme esta vez. Ya sabes.
— Tal vez te lo diga en algún momento, padre. —Taehyung no pensaba contarle todavía, sobretodo porque el castañito es un ladrón. Tal vez a su padre no le agrade esa idea.
— ¿Qué hay de ese conejito? Es lindo, no sabía que habían conejitos en nuestro jardín. —Murmuró Namjoon para suavizar el término de su conversación. Taehyung volvió a tomar al animalito en sus brazos.
— Lo encontré por allí. Me gustan demasiado los conejitos.—Murmuró, pensando en Jungkook.
Abrazó al sultán una vez más y se retiró de la habitación, totalmente satisfecho con la charla que habían tenido.
Kim Namjoon se quedó en la habitación, pensando en las palabras de su hijo. No cometería otro error otra vez, dejaría que Taehyung le presentara a la persona. Esperaría pacientemente por ese momento.
Mientras tanto, hablaría con el congreso nacional para que le dieran oportunidad a Taehyung de ejercer el puesto de sultán, sin contraer matrimonio. Haría las cosas como su hijo lo deseara.
───────────────────
Después de finalizar la charla con su padre, de inmediato se dirigió hacia su propia habitación para dejar al conejito a salvo.
Se siente feliz de por fin poder aclarar todo con su padre, además de tener un poquito más de confianza entre ellos. A pesar de que la conversación fue corta, aclararon varios puntos y para ellos fue un gran avance. Es decir, antes con suerte se preguntaban cómo estaban, nunca intentaron enrenderse ni apoyarse.
Desde ahora todo sería más sencillo para ambos y su relación.
Ahora sólo debía concentrarse en sacar a Jungkook de allí, disculparse con él y volver a la buena relación y comunicación que tenían antes.
Cuando entró a su habitación, lo primero que vio fue a su tigre albino gruñendo en dirección al conejito. El animalito se refugió en sus brazos.
— Yeontan, ni se te ocurra comerlo. Es el conejito de Jungkook. —Dijo el rubio, caminando hasta su mascota para acariciar su pelaje. Había una gran posibilidad que el tigre se comiera a kookie, no dejaría que aquello fuera a ocurrir.
— Bien tigrecito, hazme caso..—se arrodilló frente al animal y poco a poco fue acercando al conejito, totalmente atento para reaccionar en caso de un ataque. El tigre pareció mostrarse curioso y temeroso al principio, olfateando el pelaje del animalito. Pronto comenzó a lamer una de sus mejillas, agitando su blanquecina cola en muestra de comodidad.
— Eso es..aww, son adorables. —Dijo al ver al conejito pasar su naricita por la mejilla peluda del tigre. Ante aquella señal, dejó al conejito en el suelo y de inmediato ambos animales comenzaron a correr para perseguirse, sin intención de hacer daño, sólo de manera juguetona.
Taehyung no pudo evitar comparar al conejito con Junkook y al tigre con él mismo.
— Se quedan aquí. Ahora debo ir en busca de Jungkook. —Se susurró, dejando a los animales tranquilos y cerrando la puerta. Necesitaba ver a Jungkook, verlo y abrazarlo, mimarlo y saber que está con vida. Lo quería con él.
Bajó las largas escaleras con rapidez y caminó hacia el sótano, justo donde se sitúa el calabozo.
La entrada a aquel lugar estaba siendo vigilada por dos guardias, que al verlo, le negaron la pasada.
— Lo siento príncipe, a usted no se le permite la entrada. —Taehyung alzó una ceja con arrogancia.
— ¿Quién les dio esa orden, Kim Mingyu? —El príncipe soltó un suspiro de mala gana y se cruzó de brazos.— ¿Cuánto dinero quieren?
—¿D-disculpe? —Los guardias se mostraron nerviosos ante la mención de ese hombre.
— ¿Cuánto dinero quieren por dejarme entrar, mhm? Arriba junto a mi habitación hay una bolsita llena de monedas de oro en su interior. Pueden repartirla. —El joven sabía que no se podrían aguantar a la tentación de obtener dinero fácil, y así fue. Ambos se retiraron con una sonrisa, susurrando un suave "gracias príncipe".
Taehyung no perdió más tiempo y entró al calabozo, corriendo por el oscuro pasillo en busca de Jungkook, su mirada viajando por todas las celdas. Su corazón latía con rapidez por la adrenalina.
Y allí lo vio. Solo sentado en una esquina, al parecer dormido. Su cuerpo temblaba ligeramente, su cabeza oculta entre sus piernas de una manera tan incómoda. Se ve tan..destrozado.
— Jungkook, bonito..—Se arrodilló frente a la celda, mirando el cuerpo ajeno. Estaba tan feliz de verlo con vida. — Jungkook.
El nombrado pareció removerse en su lugar ante la voz grave del mayor. Poco a poco fue alzando la cabeza, mirando frente a él al rubio.
Oh, las lágrimas no tardaron en salir.
— Hyung..T-tae. —Entre lágrimas se levantó con rapidez, ignorando el dolor y el frío en su cuerpo. Al estar frente a los barrotes se arrodilló frente al mayor, mirándolo con pena.
— Oh, angelito..—Las manos del rubio atravesaron el pequeño espacio entre los barrotes y abrazó como pudo al contrario, quien se aferró desesperadamente a su túnica. Los sollozos no tardaron en escucharse, siendo un ambiente tan triste y reconfortante para ambos. — Dios, Jungkook, no sabes lo asustado que estaba cuando te llevaron lejos de mí.
— N-no te vuelvas a alejar, por favor..no te vayas de mi lado. —Pidió, apoyando su cabeza contra el hombro ajeno. Como deseaba que la celda estuviera abierta para abrazarlo como debía.
— Perdóname, perdóname por haberte mentido. Mi intención nunca fue hacerte daño. Ser príncipe es tan complicado y yo..escapé, escapé del palacio y aquel día que nos conocimos fue mi primera vez fuera. No me arrepiento, no me arrepiento de haberte conocido. —Taehyung acarició sus cabellos castaños, totalmente encantado de estar cerca de él nuevamente.— Eres un ángel, una persona tan bondadosa. Desde el principio me agradaste un montón, hasta el punto de verte cada día y darte alimentos. Me acostumbré tan rápido a tu presencia.
— Principito..—Miró a Taehyung y tomó sus mejillas entre sus manos, acercando su rostro más al suyo.— Te perdono. —Dijo finalmente, acariciando los suaves mofletes del rubio.— Siempre supe que ocultabas algo. Es decir..,¿tu padre vendiendo alfombras te pudo comprar un anillo costoso y un tigre albino? Nunca pregunté, siempre quise darte espacio.
El príncipe sintió un gran alivio al escucharlo. Se quedaron varios segundos así, quietos, el castañito acariciando las mejillas ajenas.
— C-cuando vi como te llevaban..como te apartaban de mi lado, fue horrible. —Susurró con los ojos cerrados, disfrutando sus caricias.— Tus ojitos galácticos estaban arruinados por las lágrimas, estabas suplicando y gritando mi nombre, no pude hacer nada. Jungkook..me dolió tanto aquí. —Tomó con delicadeza una de sus manos y la posó sobre su pecho, queriendo que sintiera los latidos de su corazón.
Luego de aquella adorable acción, sus manos se dirigieron a la espalda del menor, acariciando la espalda baja descubierta por la corta camiseta gris que porta. Se dio cuenta de lo fría que está su dermis.
— Hyungie, q-quiero volver a juntarme contigo cada tarde, ir al bazar juntitos y..poder verte. —Jungkook lo miró, haciendo rozar la punta de su narices.— N-no creo que sea posible eso. Eres príncipe y..entiendo que tienes muchas cosas que hacer. Además, a mí aún me deben dar una sentencia..—No quería contarle que Kim Mingyu le estaba obligando a trabajar con él, tampoco quería contarle que lo conocía. De seguro Taehyung es su amigo, al estar ambos en el palacio deberían convivir juntos día a día.
— No, no, te sacaré de aquí, lo prometo. —El rubio quería proponerle algo, pero tal vez sería muy apresurado. Y es que, oh, amaría que viviera con él dentro del palacio.
El castañito soltó un suspiro, sabiendo lo terco que es su amigo. No podría convencerlo.
— S-si no lo logras..está bien, principito. Yo estaré bien. —Ambos se miraron con una débil sonrisa, sus respiraciones estando tan cerca.
El ambiente es tan malo, una celda oscura y fría, ambos teniendo algo de frío y sus sentimientos a flor de piel. Si no estuviera los barrotes de la celda, ambos estarían completamente abrazados, sus cuerpos unidos hasta parecer uno.
Jungkook continuó acariciando sus mejillas en un silencio no incómodo. Ambos están felices de volver a verse.
El castañito poco a poco se fue acercando más al rostro ajeno hasta que ocurrió.
Lo besó. No fue un beso apresurado ni mucho menos corto. Un inocente y duradero choque de labios, ambos separándose segundos después.
Las mejillas de ambos están tan calientes, sus miradas parecían un carnaval con tantos destellos dentro. Ninguno de los dos habló, simplemente se abrazaron después de esa acción. Jungkook acariciaba sus mechones rubios con lentitud mientras que Taehyung deslizaba sus manos por toda su espalda, recibiendo un pequeño quejido.
— ¿Te duele? —Susurró, acariciando por sobre la camiseta su herida, simplemente pasando la yema de sus dedos.
— Cuando me tiraron aquí en el calabozo..me lastimé un poquito. Pero no debes preocuparte. —Habló en voz baja, manteniendo su mirada ocultada en el hombro izquierdo del rubio, sin la intención de hacer contacto visual.
— Debo conseguir la llave para sacarte de aquí y- Jungkook..¿me estás evitando? —El rubio rió al sentir que Jungkook se acurrucaba mucho más contra su hombro. Alzó su barbilla con dos de sus dedos, mirando al menor, quien está completamente sonrojado.
— Tae..m-me atraes mucho, de verdad. —Desvió la mirada, teniendo ganas de desaparecer de allí.— No es porque seas el príncipe de Ágrabah, por favor nunca creas eso.
— Eres tan adorable..me gustas mucho, Jungkook. Nunca me he preocupado tanto por alguien. Siempre que te veo sonreír o hablar con tanta alegría..deseo hacerte la persona más feliz y de mantener esa bonita sonrisa que tienes. Mereces todo lo bonito que hay en el mundo. —Acarició una de sus manos, mirándolo fijamente.— Quiero estar contigo, de verdad, pero..primero quiero que vuelvas a confiar en mi. Te prometo que desde ahora te diré la verdad en todo momento.
Todo es verdad, Taehyung enloquecía al pensar en el adorable castañito frente a él. De tan solo imaginarlo sonriendo su corazón parecía querer salir de su pecho. Una agradable sensación se posaba en su mente cada vez que se juntaba con Jungkook.
Jungkook sonrió por su respuesta y besó nuevamente sus labios.
— Principito, no te costará nada recuperar mi confianza nuevamente. —Ambos se querían, pero necesitarían algo de tiempo para recuperar la confianza perdida. Sus sentimientos ya son muy notorios y se sienten felices de que hayan sido aceptados por el otro.
— Bonito, ¿qué harás cuando..salgas de aquí? —Preguntó el mayor. Apodos como "bonito" o "angelito" hacían que Jungkook gritara internamente.
— Me llevaré a kookie y volveré a mi departamento. Aún me queda dinero de los aros que vendí, tendré alimentos para el mes, no tienes que preocuparte. —Taehyung tiene tanto miedo. Ahora que Kim Mingyu sabe de la existencia del castañito, podría ir a verlo en cualquier momento, hacerle daño o incluso raptarlo.
Jungkook también tiene miedo. Si el rubio lo dejaba libre, sabía que Kim Mingyu iría por él. Es decir, él quería que trabajara a su lado, sabía que no se detendría a pesar de escuchar la orden de un príncipe.
— Vive conmigo en el palacio, Jungkook, te lo pido. Tendrás tu propia habitación y te podré ver todos los días. Aquí no tendrás que salir a robar por alimento ni mucho menos arriesgarte a morir en el intento. Incluso puedo mandar a hacerle una cama a tu conejito. —Taehyung lo miró con una cálida sonrisa.— Siempre has querido vivir aquí, ves el palacio cada noche como si fuera el monumento más valioso. Déjame enseñarte cada rincón y darte la oportunidad de vivir aquí.
— No, basta. Ya hiciste mucho por mí. Siempre he querido vivir aquí pero..no de esta manera. Sería tan gratificante verte cada día a cada minuto por día, conocer a tu tigrecito y jugar en el jardín. Suena perfecto, pero..no me quiero aprovechar de tu bondad. —El castañito frotó sus brazos con algo de frío. Taehyung de inmediato lo abrazó con más fuerza, cuidando de que los barrotes no le hicieran daño. — Lo pensaré, ¿si?
— Está bien. Sabes que no es molestia..puedes quedarte aquí cuando quieras. Espera un momento. —El príncipe aceptó su decisión, separándose de él y levantándose. Jungkook soltó un pequeño quejido de sus labios al tener separarse de su cuerpo. Taehyung comenzó a buscar entre los muebles de los guardias las llaves de las celdas. Estuvo un gran rato buscando hasta que encontró el número correcto de la celda. Tomó la llave y se dirigió donde el menor, quien se encontraba temblando.
Abrió la celda y se volvieron a abrazar, como si no se hubiesen visto en años.
— Vamos a mi habitación, te daré algo para que puedas entrar en calor. ¿Si, angelito? —Asintió con la cabeza ante su pregunta, sonriendo al saber que todo sería mejor ahora, al menos eso querían pensar.
───────────────────
Me encanta que les esté gustando esta historia. Si sigue recibiendo apoyo, pronto comenzaré con otros proyectos basados en películas.
Tengo la idea de realizar la bella y la bestia, cenicienta y también películas fuera de disney, tales como los piratas del caribe, jhon wick, etc. El contexto y trama se mantendrá, pero cambiaré la historia y será Taekook.
Gracias nuevamente, lumi los ama.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top